Buenos Aires - Buceo
Tripulación en esta etapa:
Bitácora:
Buenos Aires - Buceo
19/08/2023
La etapa 1, Buenos Aires - Buceo, comenzó el 19/08/2023 a las 12:30 y finalizó el 20/08/2023 a las 10:00, con una duración total de 21 horas
Christian Alberro
Y se inició la Singladura Buenos Aires - Montevideo
Christian Alberro
25/08/2023
Volví de la panadería con la tarta de manzanas que ya casi forma parte de los elementos de navegación obligatorios y luego coordinamos para llevarla a Laura -quien se apretujó en el último hueco de mi auto- y emprendimos la marcha. El día era perfecto: sol, cielo limpio y brisa fresca. En el puerto y a la hora señalada la tripulación estaba completa y sin novedad: Sigfrido, Laura, Liliana, Claudia, Franco y yo – Christian - ; además de los padres de Franco que se quedaron hasta la partida. Terminada la estiba de los alimentos y los elementos personales nos dirigimos a realizar los trámites habituales y recibimos una cordial atención y buenos deseos del personal de migraciones y prefectura, sin dejar de mencionar que con admirable paciencia nos sellaron los ocho roles.
De vuelta en el muelle y nuevamente siento que el CAOBA me mira como de reojo… Todos a bordo, motor en marcha, cada uno en su posición, llegó la lancha de apoyo, nos tiró un cabo, soltamos amarras… ¡nos movemos!... salimos a dársena norte y dimos una vuelta para “estudiar” a un extraño velero amarrado en el paso bloqueado por el puente giratorio; se trataba del “NanuQ” con bandera de los Países Bajos.
Luego de someterlo a un riguroso relevamiento visual de su tecnología visible -paneles solares en los mástiles, antenas por doquier, generadores eólicos duplicados, enrolladores de vela en las botavaras- bocinazo de saludo mediante asomó en su cubierta Marion, una esbelta mujer con quien entablamos una conversación en inglés y nos comentó que se quedarán un par de meses en el país… ¡nos veremos a la vuelta!
También nos acercamos y saludamos al rompehielos Almirante Irizar, más conocido como “RHAI” entre los que le brindamos acompañamiento radial en su campaña antártica de este año, y luego maniobramos apresuradamente para buscar un fondo que nos deje una referencia del YCA con el que nos tomarnos la tradicional selfie de la tripulación del CAOBA.
Ya sin más pendientes pusimos proa al Rio de La Plata, el cielo estaba más nuboso y la brisa que se sentía entre los edificios de la ciudad de convirtió en un fuerte viento que ondeaba a nuestra bandera y que se hacía visible en los “corderitos” que se formaban en el agua… pero el CAOBA estaba en su medio, parecía que estas condiciones junto con la “yankee” hinchada lo ponían más a gusto con su genética pura sangre. Mi Buenos Aires querido cada vez más pequeño quedó en popa y cuando te vuelva a ver será en proa dentro de dos días… o cuando las condiciones lo dispongan.
Las primeras horas de navegación trajeron conversaciones relativas al trayecto que vamos a tomar, (y escribo “trayecto” porque no me gusta la palabra “derrota”) y la lectura en la tablet de los detalles cargados en una carta digital… ¿ ¡y acá como uso el talco !? … y ni hablar de clavarle el compás de puntas secas…
Así llegó la hora del primer almuerzo en navegación y… ¡emergió del horno una flotilla de empanaditas regateras!
Sinceramente el cerramiento “paga”, las ansias de tenerlo colocado para esta navegación no eran desmedidas… a mientras que el cielo se cubría y el sol perdía la batalla del calor me quedaba más claro que el cerramiento era una gran idea pues nos reparaba del viento y nos permitía observar el rio desde un ambiente más agradable, aunque nos obligaba a abrigarnos las veces que salíamos con los binoculares para confirmar la ubicación de alguna boya o para ver si algún buque tenía una orientación distinta de los que estaban fondeados, pues así sabríamos que muy probablemente ese buque estaba navegando a muy baja velocidad.
… y al explorar el horizonte también vi la proa y al agua trepando a la cubierta cuando la cortaba el acero del casco … y quería ir a ver eso de cerca, pero ésta cubierta no es como la que conozco pues en dos zancadas no llegaba al púlpito… acá había distancias que merecían más agilidad y respeto por lo que pospuse esa pequeña aventura hasta la proa para días más calmos y me recosté contra el palo de la mayor para disfrutar del “sube y baja - vaiven” náutico que nos regalaban las ondas del agua al compás del sonido del viento.
Bajo cubierta se oían otros sonidos, oídos atentos y gargantas vigorosas que a su vez generaban otras ondas pero que se propagaban por el aire. A los radioaficionados un equipo de radio “nos puede”… y también nos puede abstraer del entorno de una manera tal que solo la pueden entender quienes comparten el placer de la radioafición; el entusiasmo por contactar con estaciones amigas o con quien quiera o pueda escucharnos es un auténtico desafío técnico y de la voluntad por sacar palabras del mismísimo ruido eléctrico en el que podemos sumergimos con apnea infinita.
El primer QSO – es decir “contacto”, los radioaficionados hablamos así, disculpen… – lo hice nada más y nada menos que con el Faro San Ignacio activado por CW5X operador Raúl mientras que el segundo QSO lo logró Franco con el Faro Miramar activado por LS3D operador Hector, por lo que nada mejor que la estación de radio de un velero rioplatense haya sido apadrinada por estaciones de radio ubicadas en faros de países hermanos.
“ CQ CQ CQ… LU9CZX/móvil marítimo velero CAOBA…” …. “ LU1AVF/móvil marítimo velero CAOBA queda QAP ”
También escuchamos a nuestro amigo LU5DLE – Norberto (VGM -Veterano de Guerra de Malvinas- integrante de la Red de Observadores del Aire de la Fuerza Aérea) pero como no logramos contactar con él ni con nuestra red de estaciones amigas del SACFA, ante las preguntas del capitán Sigfrido comenzamos a justificar nuestra performance con los pretextos clásicos de la radioafición: que se fue la propagación… que el salto de frecuencia… que el rumbo no favorecía a la orientación de la antena… pero lo cierto es que ese día también hicimos escucha y modulamos (hablamos) con otras estaciones de Argentina, a cuyos operadores les enviaremos la futura tarjeta QSL del CAOBA.
Seguimos despreocupadamente navegando con el rumbo firme y preciso, mantenido gracias al piloto automático Raymarine (…¿puedo sospechar que el fabricante se llama Raimundo Marino?…) que inmutablemente nos llevó por todos los rumbos que le indicamos. Mientras recibíamos una oportuna merienda caliente febo fue relevado por la noche que se hizo presente sin demoras ni preavisos, pero antes -previsor- Sigfrido puso en marcha su estufa, que era otra maravilla impensable y nunca vista en nuestra “escuela” de navegación.
El viento favorable nos empujaba a varios nudos más que los necesarios para arribar a la hora programada y el CAOBA sabe sacarle provecho, por eso el capitán optó por achicar paño para navegar un poco más lentos y además aumentar el margen de seguridad para visualizar y ejecutar alguna maniobra necesaria. Así improvisamos los turnos de guardia y descanso -pues en esta época del año las noches eran largas- y la capitanía del CAOBA se alternó con Liliana, quien desde el principio registraba en su cuaderno de bitácora los datos trascendentes de la navegación.
El cansancio comenzó a hacer mella en algunos tripulantes y las olas que barrenábamos también hacían lo suyo de manera tal que los mareos empezaron a aparecer, en mi caso preferí saltear la cena en pos de una navegación sin sobresaltos pues en un momento que sentí fuerte el mareo me encerré en el baño para “repasar el menú del mediodía”… pero cuando vi que todo lo que estrechamente me rodeaba se movía conmigo de la misma manera, noté que se estabilizaba mi equilibrio por lo que gracias a esa pausa pude salir airoso del baño y retomar mi guardia con mi almuerzo en su lugar más adecuado.
La oscuridad de la cabina invitaba a la conversación en la que compartieron vivencias y conocimientos. Así el tiempo pasaba entre la vigía y los más variados temas. La rotación de funciones me puso nuevamente mirando el horizonte desde la protección del cerramiento y aproveché para abrigarme con la manta que nos dejó mi antecesora Claudia, pues seguro que pensó que combatir el frio era nuestra causa común en esa guardia.
Llegamos a Montevideo
Quedaban atrás las guirnaldas que se formaban con las balizas del parque eólico y lentamente el horizonte del Este empezó a clarear, las nubes más abiertas nos dieron esperanza de un día con calor tan necesario y la presencia de buques fondeados nos dieron la pista de la proximidad del puerto de Montevideo… y un poco más allá quedaba nuestro destino: el puerto de Buceo.
Habíamos llegado más rápido de lo que me esperaba y por la radio VHF se dio el aviso a Control Montevideo del cruce del canal, así que el ansiado desayuno tuvo que esperar hasta luego de amarrar en puerto. ¡Todos a cubierta que ingresamos a Buceo!... preparen los cabos… aten las defensas para que queden a 15 cm del agua…
La tripulación trabajó como un equipo y cada uno se ubicó en una posición, por costumbre (..y por mis ganas..) me fui a la proa y Franco oportunamente me ayudó pues -como ya lo había experimentado antes- todavía no dominaba las técnicas y fuerza necesarias para las maniobras que requiere el CAOBA.
El Yacht Club Uruguayo envió a su lancha con el marinero que nos dio la bienvenida y nos guió por el mejor recorrido hasta la marina asignada, tranquilizando a Sigfrido cuando la profundidad disminuía: “Dele motor que pasa bien, el fondo está flojo porque dragaron hace poco” … y con un cabo en proa nos acomodó en la marina de cortesía que nos tenían reservada. El CAOBA ya estaba arribado sin novedad en su primera singladura al puerto de Buceo.
Y ahora sí, con más ganas nos preparamos para desayunar aunque por ahora el hermoso sol uruguayo solo nos saludó desde su bandera flameando en el obenque acompañada por el sol de nuestra albiceleste.
La distención llevó al descanso y a una charla de que rondó entre la experiencia del cruce y la planificación de las actividades pendientes a cumplir durante nuestra corta estadía, que incluía los lugares obligatorios -Prefectura y Migraciones- además de otros sitios personales y uno propuesto por Franco: ver y fotografiar el ancla del Graf Spee, el acorazado de bolsillo alemán que trajo una gran batalla naval de la segunda guerra mundial al Rio de La Plata … ¡ lugar anotado, no se hable más !
Selfies mediante nos fuimos a la sede del YCU y en la oficina de prefectura nos atendieron dos prefectos que amablemente accedieron a nuestro pedido… luego de un riguroso control nos sellaron las varias copias de roles sin mediar objeciones, ¡ la mitad del objetivo estaba cumplido y regresamos festejando !
De vuelta en el CAOBA hicimos un poco de “orden interno” y reacomodamos los bolsos y los elementos personales que por cierto los habíamos dejado bastante desordenados, mientras tanto la cocina se ponía en marcha nuevamente y nos entregó unos sensacionales tallarines con tomates cherry confitados, ocasión que aprovechó el capitán para descorchar un champagne y proponer un brindis por el feliz arribo.
Luego de la sobremesa se adelantaron cocciones para la cena y tras un merecido descanso fuimos a recorrer el histórico Yacht Club Uruguayo, una institución centenaria con excelentes comodidades y en donde averiguamos las opciones para trasladarnos al puerto comercial de Montevideo para completar la “sencilla” gestión de migraciones.
Caminamos hasta la parada de la línea 165 y esperamos el que tenía el cartel de recorrido a “Ciudad Vieja”, por supuesto que cuando llegó el ómnibus confirmé con el chofer y le pedí que nos avise donde bajar. Mientras disfrutábamos de este improvisado cititour llegamos a destino y el conductor me explicó que para volver tendríamos que esperar en esa misma parada a un ómnibus de esa misma línea pero con el cartel del recorrido de regreso. Agradecidos nos encaminamos hasta el puerto y mientras veíamos que a quienes ingresaban en auto no los identificaban, por algún capricho burocrático nosotros fuimos gentilmente retenidos en el acceso peatonal, registrados y fotografiados para que nos imprimieran unos pases personalizados... pero luego de 20 minutos y con la mitad de los pases entregados primó la razón y la funcionaria realizó varios llamados telefónicos tras los cuales cortésmente nos indicó el camino para que nos encontremos con el responsable de la oficina de Migraciones.
Llegamos a lugar y consultamos con otros prefectos de seguridad que nos enviaron a hacer el checkin en Buquebus…¿¡!?... obviamente que en Buquebus nos indicaron que allí no era y comenzamos otra ronda de consultas hasta que alguien le mencionó a los prefectos el nombre del funcionario de migraciones y así por fin comprendieron nuestra necesidad. Llegó este señor y entre sorprendido y contrariado nos llevó hasta su oficina mientras nos exponía su punto de vista por el cual todos deberíamos volver para realizar el trámite de salida dos horas antes zarpar… es decir al día siguiente.
Liliana nos excusó diciendo que pensábamos partir a las 05AM y eso implicaba volver a las 03AM (…“eso” era una verdadera mentira piadosa…) y así con cierto recelo y arancel mediante el funcionario accedió a sellarnos la entrada y la salida en el mismo acto: por fin los roles ya tenían su “sello y firma únicos y válidos a nivel mundial” tal como él nos mencionó.
Agradecidos, nos despedimos y fuimos hacia la salida del puerto conversando sobre la anécdota… y menos mal que no estábamos navegando porque nos topamos con: ¡el telémetro del Graf Spee!, y sin querer cumplimos con otro de nuestros objetivos para la visita a Montevideo.
Pero la vuelta al puerto de Buceo nos tenía otra sorpresa… llegamos a la parada y vi llegar un ómnibus: reconozco su número de línea, su cartel y… ¡ a su chofer !... parabrisas mediante ambos nos sonreímos mientras se acercaba a la inconfundible muchedumbre náutica que nos formábamos en la estrecha vereda y al abrir la puerta me dijo… ¿Me estaban esperando? … a lo que respondí: ¡Por supuesto!... es que no recordaba como volver… ¡ y claro está que la anécdota merecía otra selfie de la tripulación, pero esta vez a bordo del ómnibus !
Arribados al puerto de Buceo completamos los trámites de salida en Prefectura, ya el cansancio y el hambre estaban complotando en nuestra contra y nada mejor para contrarrestarlos que una buena ducha en las instalaciones del YCU… y mientras las mujeres tomaron la delantera con unos cuantos bolsos y “lamentándose” por no tener sus ( ¡tres! ) secadores de pelo (en mi caso no extrañaba el secador, aunque si un poco a mi pelo…) con Franco fuimos varios minutos después y como era de esperar terminamos de bañarnos muchos minutos antes que ellas. Espera mediante decidimos volver al CAOBA cuando escuchamos que desde el vestuario de mujeres se oía el soplar furioso de las turbinas de secadores de pelo… por lo que ahí concluimos que la espera sería eterna y la noche ya estaba casi perdida…
DATO para las mujeres: el YCU tiene secadores de pelo de cortesía… es claro que las necesidades básicas de las nautas en tierra transcienden las fronteras.
La cena había quedado a fuego lento y el aroma del peceto con papas llegaba hasta la marina… aprovechamos el tiempo para conectar al CAOBA en una toma de energía de muelle y luego que hice varios intentos para “adaptar” forzosamente el enchufe de nuestro prolongador a la toma de energía del muelle, Franco me hizo notar que ambos conectores venían con los contactos diferentes a pesar de tener el mismo código de color, por lo que -justificándome por no tener puestos los anteojos y no si algo de vergüenza técnica- enrollé el cable, abordé y tomé nota mental para no repetir esa tontería. DATO: el código de colores de las tomas no trasciende las fronteras.
Ya con todas las mujeres a bordo la tripulación estaba completa y con la autorización del capitán servimos la cena que fue acompañada con un vino especialmente traído por Liliana y Franco de Mendoza. Es evidente que la cena estuvo tan rica que ninguno nos acordamos de tomar alguna foto para recordar ese momento de platos servidos y amigos reunidos disfrutando la cena en la gran mesa del CAOBA.
La charla, los planes y la compañía nos dejó satisfechos de todo lo bueno que se puede compartir junto a la gente que ama estas “aventuras” náuticas y uno a uno nos fuimos a ocupar nuestras cuchetas para recuperar las fuerzas que serían necesarias para la vuelta al puerto de Buenos Aires.
Liliana Peñafort
Qué es navegar en el Caoba?? Visto desde mis ojos en un sueño..
Singladura Buenos Aires - Buceo 2023
Liliana Peñafort
25/08/2023
Zarpamos un sábado de agosto a las 11.30hs del YCA Puerto Madero. Rumbo 90-100. Vel 7/10 nudos, Tº 15ºC, profundidad 11 metros. Sol radiante!! Vamos a poder tomar la altura al sol pensaba.. menos mal que iba a poder utilizar el kilo de apuntes que me llevè...jaja.
Palpitan los corazones.. 5 tripulantes más su capitán. Íbamos a salir ayer, pero no daba la meteo. Toda la semana intranquila, esperando que se modifique el pronóstico. Es que a veces uno prefiere confiar más en los sueños que en los modelos.. por suerte nos rodeamos de gente responsable que si confía en la ciencia.. Y así partimos!! A nuestro alrededor se ven varios barcos emblemáticos del puerto.. el querido Irizar. Sólo mirarlo es un espectáculo en si. Nos acercamos a un barco holandés, parecía un trasnformer..guau.. cuantas cosas distintas tenía.. Nos presentamos con sus tripulantes hablando un entusiasta inglés. Y así, con el corazón lleno de esta aventura que recién comenzaba, nos dispusimos a navegar.
Rumbo 128. Ya a la altura de las torres de Dock Sud soplaban 20 nudos hermosos que nos hacían deslizar sobre el rio en una armonía perfecta.
Aumentó un poquito el viento, ya alcanzábamos los 8 nudos de velocidad.
Era el mediodía y continuábamos con esta navegación tranquila, ya habituados al barco, siguiendo la derrota que habíamos planificado. Disfrutando de unas ricas empanadas rompiendo el hielo con los tripulantes. Fue una singladura de amigos, aun así a medida que transcurren las horas de navegación vas notando como cambian las relaciones interpersonales.
14:15hs.. primer barco hundido a estribor.. Se siente el frio.. mantenemos rumbo.
El capi me dice: te quedàs a cargo un rato? Miro alrededor.. me habla a mi pienso.. jajaj… mi corazón está todo orgulloso de semejante responsabilidad, aunque sé que él igual estará pendiente, prefiero creérmela y me pongo más atenta a cada detalle de la navegación, de forma exagerada hoy diría.. pero que bien se sentía..
15:15 hs Rada La Plata.. El capi controlando todo.. soplan 21 nudos, rachas de 28. Barrenando olitas.. Vemos muchos barcos., al menos 25 alcanzamos a contar.
Ajustamos el rumbo a 130, viento sudoeste, achicamos vela, no queremos llegar de madrugada al puerto. Logramos disminuir la velocidad de navegación a 6 nudos.
Miro a popa, a veces hay que mirar hacia atrás, para apreciar el ahora y lo que se viene después. Veo como asoma el sol entre las nubes, como vienen las olas hacia nosotros..
18:15hs.. Achicamos más vela, soplan 26 nudos constantes. Rumbo 130.
19:50hs.. 6 destellos rápidos y uno largo.. al través…
A medida que avanzamos vamos analizando la derrota, boyas, barcos hundidos y obstrucciones. Ya los pasamos pienso, que bueno, y así van alternado los ratitos de atención máxima y de tranquilidad.
Ya es de noche, hora de la guardia, nos dividimos en grupos… esa adrenalina que me hace acordar a cuando hacìa guardia en el hospi. Ojos atentos, demasiado atentos. Mirar el plotter, mirar las luces, mirar el cielo y volver a mirar el plotter.. relax!! jajaj Entre risas cómplices.. a ver la vela?? Creo que no hacía falta mirarla cada 5 minutos.. Sentimos el viento, barrenadas, ya delirábamos creo.,.. y esas luces en el cielo?? Son ovnis!!! Jajajajajajaja al unísono.. pero entonces que son? Y todo tipo de conjeturas dignas de una noche de guardia.. y otra vez, mirar el plotter, etc.. Cambio de guardia, baja la adrenalina, no me quiero ir a dormir. Entro al barco, me empiezo a marear.. no puede ser!! La maldición de los navegantes también a mi! Y yo que me creía infalible… que chiquitos somos. No puedo evitar lo inevitable.. a vomitar.. y pienso? Por qué era que me gustaba navegar??!!!! Pero si hace media hora estaba en la gloria sintiendo que domaba un león y ahora no soy más que un pollito acurrucada en mi cucheta esperando que se me pase el malestar. La montaña rusa... Por algo quienes descubrimos el placer de navegar ya nunca más nos vamos. Nunca te preguntaron: Pero todos los fines de semana vas? y què haces? - Cuando el viento, el calado, el motor, la batería, etc etc, etc me lo permiten, navego.. -y sino? Ahh.. sino me quedo limpiando el barco, siempre hay algo para arreglar.. Cuántos deliciosos momentos pasaste limpiando hongos??!! jajaj… Vos también sos un bicho raro?
Montevideo!! Hora de arribo: 10hs. Amarramos. Profundidad 2,30 metros, creo que por medio centímetro no estamos varados.. Saltamos del barco al pontón haciendo equilibrio.. de ahí a la marina. Puerto nuevo. Respiramos el aire como queriendo sentir la diferencia de lo novedoso. Recorremos el club.
Iniciamos trámite en prefectura.. chicos, quièn le dice que necesitamos que nos firmen 8 roles?
Almorzamos las delicias de la tripulante a cargo. Quieren degustar un vinito les digo. Me delatan mis raíces mendocinas. Descansamos un rato.
Salimos rumbo a migraciones.. vamos y volvemos, decimos, así luego salimos a pasear por Montevideo..que ilusos..
Hacemos averiguaciones de como llegar a migraciones. Son argentinos nos preguntan varias veces, la intriga de estar en otro lugar. Subimos a un colectivo, conversación divertida con el chofer.. nos sacamos fotos... por un momento me siento en un viaje de egresados..jaja.. La magia de todo esto.. como salís y entras del presente, disfrutando y dejando libre el corazón.
Llegamos a migraciones.. luego de algunos pormenores, logramos hacer el trámite, anticipándonos, como si un presagio nos hubiese dicho que íbamos a tener que regresar casi de madrugada (solo para entendidos).
Vimos el telémetro del Graf Spee, nos sacamos “algunas” fotos.. Recordamos la historia.
Tomamos el colectivo, ya cancheros sabíamos como viajar… justo el mismo chofer! Me estaban esperando? nos dice. Jajaja.. conversaciones amenas.. cuestiones de países y cultura.. nos bajamos.. Me queda una vuelta más!
Ya era tarde, caminamos unas cuadras, que precios tan caros.. Nos volvimos al barco. Una ducha divina en el club y una cena majestuosa a bordo. La sensación de llegar al hogar y las conversaciones que fluyen…
Continua en “Qué es navegar en el Caoba?? Visto desde mis ojos en un sueño.. Singladura Buenos Aires - Buceo 2023”...
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