Bitácoras: las voces a bordo
Mar del Plata - Buenos Aires
01/03/2025
La etapa 5, Mar del Plata - Buenos Aires, comenzó el 01/03/2025 a las 09:30 y finalizó el 04/03/2025 a las 18:00, con una duración total de 3 días y 8 horas
Puerto Stanley - Mar del Plata
12/02/2025
La etapa 4, Puerto Stanley - Mar del Plata, comenzó el 12/02/2025 a las 07:45 y finalizó el 18/02/2025 a las 13:30, con una duración total de 6 días y 5 horas
Derroteros Isla Soledad y Gran Malvina
24/01/2025
La etapa 3, Derroteros Isla Soledad y Gran Malvina, comenzó el 24/01/2025 a las 06:30 y finalizó el 05/02/2025 a las 04:00, con una duración total de 11 días y 21 horas
Incluye los siguientes tramos:
1. Puerto Stanley - Goose Green: Inició el 24/01/2025 a las 06:30 y finalizó el 24/01/2025 a las 17:20, con 10 horas de navegación.
2. Goose Green - Bahía Fox: Inició el 28/01/2025 a las 06:30 y finalizó el 29/01/2025 a las 21:30, con 1 día y 15 horas de navegación.
3. Bahía Fox - Puerto Howard: Inició el 31/01/2025 a las 09:00 y finalizó el 31/01/2025 a las 17:30, con 8 horas de navegación.
4. Puerto Howard - Bahía San Carlos - Puerto Stanley: Inició el 03/02/2025 a las 11:00 y finalizó el 05/02/2025 a las 04:00, con 1 día y 17 horas de navegación.
Sigfrido Nielsen
Escala en Puerto Stanley
Sigfrido Nielsen
23/01/2025
Y finalmente llegó el ansiado día, la llegada!!! Las Islas nos recibieron en un hermoso día de sol, eso sí ventoso como es el clima en ellas. En la entrada .de la bahía norte de Stanley, llamada Port Williams dimos aviso por VHF de nuestra llegada al equivalente de la PNA argentina (Stanley Port Control) y pedimos permiso para ingresar a la zona portuaria lo cual fue otrogado inmediatamente.
Una vez dentro de la bahía y enfrente de la ciudad nos amarramos a una de las 3 boyas preparadas a esos fines que mantienen las autoridades. Dichas boyas son gratuitas, están cerca de la costa y las han preparado para embarcaciones deportivas de hasta 50 pies de eslora, tienen 2 cabos con gazas hechas firme con el objetivo de facilitar el amarre.
Una vez amarrados a una de ellas y luego de descansar Alejandro y Pablo bajarian a la costa en el gomón para realizar una primera exploración de la zona.
Durante la noche soplarían unos 25 a 30 nudos constantes del W y el cabo del gomón por el roce se cortó muy temprano en la mañana con lo cual nuestro gomón quedó al garete y fue rescatado por una patrulla portuaria de la autoridad marítima, desconociendo todo esto, mientras dormía a la mañana me despierta una bocina insistente, al salir me encuentro con la patrulla en cercanías del Caoba que me señala nuestra popa… donde el gomón no estaba….inmediata preocupación que rápidamente se encargaron de calmar indicando que el gomón lo tenían a bordo e indicando que mas tarde volverían a traerlo, cosa que puntualmente hicieron cerca del medio día una vez que ya el viento había disminuído intensidad. Dispuse retribuir el gesto con un par buenos vinos: tuvimos que insistir fuertemente para que fueran recibidos.
En horas del medio dia ya con el gomón y su motor en marcha y papeles en mano bajamos todos a tierra para realizar migraciones y aduana (trámite que se hizo unificado en el mismo lugar) y luego pasar por la autoridad marítima. En ambos lugares la atención fué excelente y mas adelante con Frank y su jefe Chris en su puesto de la autoridad martitima trabaríamos cierta amistad.
El resto del dia 18 lo pasaríamos conociendo la ciudad en su parte céntrica.
Hasta el día 23 en que zarpamos hacia Goose Green distante más de 60 millas náuticas pasamos los restantes días conociendo la ciudad, visitando el periódico local, Penguin news y a su jefa, Lisa Watson, la West Store de la Falklands Company (que aún años despues de haber sido roto su monopolio sigue estando presente en muchos aspectos de la vida económica de las islas), el Museo, muy completo y que tiene una importante sección dedicada a la guerra y por sobretodo realizamos la caminata hasta el campo de batalla de Monte Longdon.
A este importante sitio histórico fuimos caminando desde el centro de Stanley, con la guía del veterano de guerra y tripulante Alejandro recorrimos los más de 15 Km de los cuales una parte, hasta salir de la ciudad es calle, luego ruta de ripio hasta Moody Brook sitio -donde los marines estaban alojados antes de la guerra- que ya no existe mas. Desde allí hay que apartarse de la ruta y comenzar a subir por los montes, el primero Wireless Ridge para luego de aprox 90 minutos extra llegar a las alturas del monte Longdon donde tuvo lugar la batalla del mismo nombre en la cual murieron muchos compatriotas al igual que tantos británicos cuando avanzaron para conquistar la posición. La descripción de la misma se halla en los libros, no es mi intención repetirla. Sólo diré que fuimos a rendir tributo a nuestros muertos que dieron su vida por la patria y a tantos otros que ofrendaron su mejor esfuerzo con el mismo objetivo. En el lugar los británicos han colocado un cenotafio cerca de la cima y por doquier recuerdan a sus muertos con cruces y placas conmemorativas. Nosotros los Argentinos tenemos prohibido recordarlos allí o en otros campos de batalla, sólo los podemos recordar en el cementerio de Darwin donde están identificados y enterrados gracias al trabajo en equipo de ambas partes.
En las cercanías se encuentran restos de armamento y equipos dejados por los nuestros, como un par de cañones de 105 mm, restos de una cocina, casquillos de FAL.
Perder esta batalla entre el 12 y 13 de Junio de 1982 significó el fin de la guerra ya que a partir de allí los británicos no tendrían mayormente resistencia para alcanzar su objetivo de la ciudad de Stanley.
Ese mismo día lo cerramos en una agradeable cena con las autoridades marítimas del puerto, su jefe Chris Moorey y Frank Hart veterano de guerra, acompañados de sus respectivas esposas.
Al día siguiente regresamos al muelle comercial de las Falklands company y el día 23 partiríamos desde allí hacia Goose Green (pradera del ganso ) para visitarla, lo mismo que al poblado de Darwin, al cementerio de nuestros caídos y la pista de aterrizaje. Lugares históricos donde tuvieron lugar feroces combates.
Sigfrido Nielsen
Caleta Hornos - Puerto Stanley
Sigfrido Nielsen
17/01/2025
Lunes 13 12 hs partida desde Caleta Horno. El pronóstico se cumplió a la perfección, salimos con la cola del viento sur que habíamos pasado en Caleta Horno y que ya había cedido a un SE suave de unos 12 nudos con lo cual izamos todo el paño y comenzamos a navegar, no nos daba rumbo directo parecía íbamos hacia Puerto Deseado en vez de hacer rumbo a Malvinas pero un par de hora después ya el viento habia rotado al E y luego en las ultimas horas de la tarde se afirmó del NE con lo cual fuimos corrigiendo el rumbo hacia nuestro ansiado destino.
El resto del trayecto fue una navegación ideal, no tuvimos vientos de frente, siempre por través, aleta o popa y de una intensidad máxima de unos 40 nudos (y que nos tocó de aleta). Llevamos el barco siempre con poca vela, cuando subiamos la vela mayor siempre entre 2 y 3 manos de rizo y regulando con las velas de proa nosotros y el barco siempre fuimos tranquilos, que es lo que se busca en navegaciones largas, cuidar las energías y el confort abordo.
Hicimos las 550 millas hasta Port Stanley, arribando en horas del medio dia del 17 de Enero con lo cual demoramos 10 días desde nuestra partida en Mar del Plata. Muy agradecidos a Eolo y Neptuno por haber permitido la navegación en sus territorios respectivos.
Sigfrido Nielsen
Escala en Caleta Hornos
Sigfrido Nielsen
13/01/2025
Llegamos el 11 por la nochecita luego de pasar navegando cerca del pueblo de Camarones, oportunidad en la que tomamos señal de celular para comunicarnos con nuestros seres queridos, actualizar pronósticos y ver temas laborales. No queríamos quedarnos allí y por eso seguimos rumbo a la conocida Caleta para pasar la noche y los dias subsiguientes. Se venía un frente muy fuerte y queríamos estar protegidos. Una vez fondeados en la caleta el frente sur vino precedido de un viento norte fuerte y muy cálido (mas de 40 grados) por varias horas. Tanta intensidad nos hizo garrear y tuvimos que levantar 2 veces el fondeo para volver a fondear y evitar irnos contra las rocas que rodean la estrecha caleta, fueron momentos de tensión superados con éxito y finalmente el ancla quedó firme y nos permitió dormir sin sobresaltos. La otra consecuencia fue la desidratación de Pablo, que había salido a recorrer la zona con Alejandro durante la siesta y en medio del calor sofocante, a pesar de tomar 1 litro de agua, presentó un fuerte cuadro de deshidratación que le llevó varias horas superar.
Ahora ya nos estamos preparando para partir rumbo directo a MLV, la ansiedad por llegar se nota en la tripulación, los comentarios, anédotas e historia de la guerra se multiplican, Alejandro trajo abordo varios libros sobre la guerra y los comentarios e historia de las islas dominan las conversaciones. Es que Malvinas es un tema que nos genera en todos muchísimas emociones de todo tipo y de alguna manera estamos yendo para cumplir deudas pendientes de cada uno de nosotros.
Sigfrido Nielsen
Mar del Plata - Caleta Hornos
Sigfrido Nielsen
11/01/2025
Y finalmente llegó el ansiado día, Alejandro nuestro 3er tripulante ya había llegado el día anterior, Pablo amigo y compañero de tantos viajes había arribado a MDQ 4 días atrás y ya veníamos trabajando para dejar todo listo. La energía y tensiones se iban acumulando a medida nos acercábamos a la fecha de la partida. Las novias y amigos colaborando desde un tiempo atrás, como Lili y Fran que armaron un botiquin digno de una sala de primeros auxilios, Christian que no solo optimizó el funcionamiento de la estación de HF del Caoba, luego documentó un instructivo para su uso y antes de la partida organizó un mini grupo de aficionados que nos siguen diariamente y con los cuales tenemos comunicaciones regulares y están atentos a cualquier novedad que pueda surgir. Y como siempre las interminables listas de asuntos a dejar ordenados o previstos, parece a veces tan difícil dejar las rutinas de lado por un par de meses, desconectarse de lo habitual despues de todo uno sólo se va por un par de meses y tendremos muy poca conectividad a internet (al menos hasta que instale la antena satelital en el Caoba estaremos conectados esporádicamente) pero en el siglo XXI a veces la adicción a estar conectado 24 x 7 y el entorno que también espera que uno esté disponible complica alejarse y dejar todo de lado. Enfin despues de tachar decenas de items, de revisar los pronósticos meteorológios, alistar tantos detalles del barco, revisar gomón, probar el fuera de borda, comprar víveres y combustible e infinidad de etcéteras, llegó el día y que tocó ser un martes de sol espléndido, con la marea alta un suave viento norte y los abrazos de los seres queridos y buenos deseos de los amigos y gente que se congregó en la marina del YCA partimos. La ventana meteorológica auguraba varios dias de vientos francos para ir hacia el sur. Si bien no nos daba para hacer el tramo directo (850 millas equivalente a unos 7 días de navegación) nos prometía unos 5 días favorables.
Partimos entonces con la premisa acordada con Vicente nuestro meteorólogo, amigo y tripulante -que esta vez no era de la partida- de ir arrimando hacia el sur mientras vamos viendo que pasa con los pronósticos, es decir ir ajustando la estrategia a medida que avanzábamos y que la meteo se fuera acomodando.
En este marco salimos con rumbo península Valdez es decir hacia el SW algo mas de 400 millas náuticas. Recorrido ya conocido en el 2020 en el marco del proyecto Caoba Rumbo Sur en que fuimos hasta Ushuaia. En esa ocasión fuimos a Puerto Madryn. Esta vez sería diferente, si bien hicimos rumbo a la Peninsula a medida que nos acercamos los pronósticos meteorológicos confirmaron que la ventana favorable continuaba con lo cual seguimos rumbo y apuntamos a la localidad de Camarones con la idea de recuperar la conectividad de celular, hablar con los seres queridos, actualizar pronósticos y tomar decisiones.
En el camino a Camarones distante 550 millas náuticas las hicimos en 4 días y unas 6 horas nos pasó de todo menos calma: vientos francos suaves, fuertes, mar serena y mar arbolada, noches serenas y noches de coctelera como la noche del 10 al 11 de Enero en que el pronóstico daba 26 nudos de racha y tuvimos mas de 40, el Caoba parecía una tabla de surf, no bajaba de 8 nudos con un máximo de mas de 11. El cuarto tripulante (el piloto automático) se portó de maravillas y llevaba el barco mejor que cualquiera de nosotros, gran ayuda.
O como la noche del 9 al 10 en que estabamos rodeados de tormentas eléctricas no sabíamos que camino seguir y nuestro derrotero (ver Figura 1) no parece seguir un rumbo lógico. En realidad sólo queriamos evitar nos caiga un rayo. El viento soplaba siempre desde el norte con lo cual nos daba para hacer un rumbo constante hacia el SW hacia el destino de Caleta Horno, en la punta norte del Golf San Jorge, Cabo Dos Bahías pero nosotros queríamos pasar por donde no hubiera rayos y relámpagos, algunos de ellos se veían tan potentes que parecia que conectaba un gran caño de luz enceguecedora entre el agua y la nube, y obviamente nos generaban alto temor. Finalmente la tormenta se nos vino encima pero con la energía ya disminuida con lo cual aprovechamos para pasarla lo mas rápido que podiamos, en forma perpendicular al gran arco que el frente formaba en su avance hacia el NE. Figura 1 es el track que hicimos esa noche
Mar del Plata - Puerto Stanley, con escalas
07/01/2025
La etapa 2, Mar del Plata - Puerto Stanley, con escalas, comenzó el 07/01/2025 a las 12:00 y finalizó el 17/01/2025 a las 11:40, con una duración total de 9 días y 23 horas
Incluye los siguientes tramos:
1. Mar del Plata - Caleta Hornos: Inició el 07/01/2025 a las 12:00 y finalizó el 11/01/2025 a las 21:00, con 4 días y 9 horas de navegación.
2. Caleta Hornos - Puerto Stanley: Inició el 13/01/2025 a las 12:40 y finalizó el 17/01/2025 a las 11:40, con 3 días y 23 horas de navegación.
Victoria Amato
Bs. As - Mar del Plata
Victoria Amato
08/12/2024
Los días previos
Una vez más me sumo a la tripulación del Caoba para iniciar la primera etapa de la travesía por el Atlántico Sur con destino final a las Islas Malvinas. Esta vez participó únicamente de la etapa Buenos Aires – Mar del Plata. Somos un total de 7 tripulantes: Sigfrido, Cecilia, Claudia, Carlos, Silvana y Pablo. Con algunos ya participé de singladuras, con otros será mi primera navegación. En la etapa preparativos vía zoom y luego grupo de Whatsapp como siempre prima una destacada organización de las comidas, revisión y actualización de elementos de primeros auxilios y una buena predisposición general que anticipa que todo fluirá. En lo personal, además de compartir con amigos navegantes, para mí navegar en el Caoba representa una oportunidad de salir otra vez al mar, acumular millas náuticas y seguir aprendiendo sobre la vida a bordo que me gusta tanto.
7 de diciembre de 2024
Zarpada desde Buenos Aires
Reunidos tempranito en Dársena Norte y tras estibar el barco y asegurarme de saber de primera mano dónde está todo lo más rico -información preciada especialmente para las guardias nocturnas en donde el chocolate lo cambia todo- me ubiqué en el camarote de popa “el tomógrafo” a compartir con Claudia.
Comandados por Sigfrido, el capitán, realizamos la verificación y recorrido por los todos los sistemas a bordo (motor, maniobras, radio, activación de balsa salvavidas, ubicación de elementos de seguridad y primeros auxilios, etc). Zarpamos cerca de las 11.30, la salida de Dársena y del Puerto de Buenos sin mayores contratiempos. El clima fue mayormente soleado, con una ligera brisa proveniente del sur, que luego rotó al sudeste). Pasamos la rada de la Plata y poco a poco la costa argentina comenzó a desaparecer para encontrarnos sin vista de costa y en un mar calmo y lleno de esa energía que lo caracteriza y que tanto extrañaba.
Algunas horas de ese primer día, pese a la inicial resistencia de la tripulación, nos vimos obligados a apoyarnos en el motor, la única opción que nos daría garantía de mantener una velocidad estable y avanzar en rumbo. Hacia el atardecer, el Caoba comienza a adentrarse en el mar abierto, vamos con toda la vela aprovechando un viento moderado del sudeste, lo que nos permite a la tardecita optimizar el curso, aunque seguimos gran parte del día y noche con viento en contra. Entramos a la Bahía de Samborombón con viento de frente. Esperamos la virazón y luego otra vez motor en dirección a Punta Rasa.
La tripulación se prepara para la navegación nocturna. Se toman dos rizos de mayor y se verifica el equipo de luces y señales. La visibilidad en el mar es buena de noche porque además de las estrellas nos acompaña la luna. La tripulación establece turnos de 2 horas. Por las noches el viento aumentó, pero nunca llegó a incomodar. El barco avanzó con mayor rizada y yankee, lo cual nos permitió navegar a una velocidad que varió entre los 5 y 6 nudos. La tripulación se distribuye para el manejo de las velas y las tareas de navegación. Las guardias se comenzaron a las 22hs, de grupos de 2 tripulantes y por un máximo de 2 horas. La visibilidad siempre fue clara, la temperatura algo fresca, pero lo más increíble de esta travesía para mí fueron las increíbles noches repletas de estrellas que nos guiaron y acompañaron en las guardias nocturnas.
¿Qué decir de los almuerzos? Gracias a la mano de Claudia, comimos rico, sano y variado, lo recomendable siempre que se navega por varios días. El único exceso fue el queso. Por alguna razón, teníamos queso para sobrevivir a fondue por varios meses. De las bebidas etílicas mejor me reservo. Yo por costumbre, en general no bebo alcohol a bordo, pero una noche claudiqué y no me pude resistir un vinito tinto delicioso par acompañar la pasta que preparó Silvana. En general, como casi no cocino, yo siempre prefiero lavar los platos y la cocina.
El Caoba -- al igual que en previas singladuras, no deja de sorprenderme. Es un barco seguro, rápido y se desplaza como si fuera una extensión del mar, de las olas.
Al final del segundo día de navegación, el viento finalmente rotar hacia el norte, lo que tanto esperamos y lo que nos obliga a justar las velas y mantener un mejor rumbo en dirección a Mar del Plata, ya bordeando la costa. Conforme pasan las horas van quedando atrás la Bahía de Samborombón, Pinamar, Villa Gesel. Al amanecer del tercer día a bordo, empieza a vislumbrase la costa de Mar del Plata. La navegación sigue siendo tranquila y también la visibilidad. Lamentablemente esta vez no vemos delfines, sólo un mar de un color turquesa-verdoso hermoso y alguna que otra ave que decide acompañarnos.
9 de diciembre - Aproximación a Mar del Plata
Se avista la costa de Mar del Plata, aproximadamente a 10 millas náuticas. Pronto se realiza la reducción de velocidad y se preparan las velas para la entrada al puerto. Vemos pesqueros de bandera chinca esperando para entrar. La tripulación se coordina para las maniobras de entrada, asegurando que todo esté en orden. El capitán anuncia por radio el arribo a Puerto.
El Caboa entra sin dificultades al Puerto de Mar del Plata, pero por falta de agua nos vimos obligados a quedarnos al borneo justo delante de un barco de bandera francesa. El barco ordenado, la maniobra adujada y el barco seguro, terminamos el día con una picada increíble preparada por Claudia y Cecilia y un brindis entre tripulantes. La navegación a Mar del Plata fue tranquila y sin contratiempos mayores. El barco queda en Mar del Plata hasta su zarpada a las Malvinas. Algunos desembarcamos para volver de inmediato a Buenos Aires porque las obligaciones apremian. Otros se quedan paseando en las playas y disfrutando de la Feliz. ¡Hasta la próxima, Caboa!
Carlos María Pinasco
Bs. As - Mar del Plata
Carlos María Pinasco
08/12/2024
Me invita el capitán, don Sigfrido, a hacer una entrada en la bitácora de Caoba y yo gustoso y desactualizado a la vez le pido el libro y una lapicera.
Aclarado el equívoco, en el bus de vuelta a Buenos Aires, me pongo a teclear en el i-pad algún párrafo que, aunque sea rudimentariamente, refleje el placer de la resaca, de la que gozo desde que desembarcamos.
Me explico: las algo más de cincuenta horas a bordo desde que largamos amarras en Dársena no fueron todo chupi pero sí todas perfectas. El recuerdo es todavía mejor ya que excluye la incertidumbre que siempre existe y confirma el éxito. Y por añadidura abre nuevas expectativas.
Sigfrido tuvo la generosidad de convocarme, junto a una tripulación más que agradable (empezando por Ceci) a compartir la travesía a MDQ, primera etapa de su crucero a Malvinas. Es una pierna que hice muchas veces. Tal vez demasiadas. Vale aclarar al respecto que la amistad que hoy me une con el Capitán viene heredada de la mía con el papá de Ceci. A cierta altura los placeres gustan más… y recordarlas también.
A bordo
El Caoba es un barco extraordinario.
He navegado en varios, algunos más rápidos como el Sur,o de más eslora como el Fortuna.
Navegué mucho en el Fjord VI del Club, en barcos de amigos en el Náutico II. Tuve varios barcos propios. Pero repito,el Caoba es un barco extraordinario.
Es absolutamente seguro, sumamente cómodo, de maniobra fácil y perfectamente equipado.
Su capitán es, (sangre nórdica) la suma del equilibrio. Estricto pero ecuánime; domina a fondo todas las materias de la navegación pero siempre escucha otra opinión y conoce al dedillo cada pulgada de su barco. Precavido, la seguridad es siempre prioridad.
Tiene cada tanto, un fino sentido de humor y en su mente cartesiana caben también sentimientos y altruismos.
De bordes y guardias diré poco.
Los amaneceres y tramontos siempre son espectaculares y distintos. Pero de ellos se ocupan hoy los celulares.
Llegar al mar con sus ondas largas y colores increíbles, es, para mi, navegante de río, un regocijo único, pero describirlo es para poetas.
Diré en cambio que disfruté de cada minuto al timón del que me adueñé durante muchas horas. Que la tripulación, toda, se portó de maravillas y que comimos (y bebimos) como los dioses.
Qué más se puede pedir?
God save the Caoba and her captain!
Sigfrido Nielsen
Bitácora Bs As - Mar del Plata Diciembre 2024
Sigfrido Nielsen
08/12/2024
Y finalmente volvimos a Mar del Plata, primera escala del viaje programado a Malvinas para el verano del 2025. Como usualmente ocurre en verano en el Rio de la Plata el sudeste se hace presente casi a diario, en ese marco la salida del Rio de la Plata suele ser incómoda y requiere cierta planificación para no tener que enfrentar estos vientos cuya intensidad suele resultar muy incómoda para el navegante que pretende salir hacia el SE. De este modo y después de revisar y revisar los pronósticos salimos el sábado 6 en una hermosa mañana de sol desde el Yacht Club Argentino. El Caoba nos esperaba meciéndose en su amarra, tranquilo y sin apuro. Partimos ya pasadas las 11 de la mañana, no justificaba partir muy temprano ya que el prono indicaba tendríamos vientos de tranquila ceñida en el Río de la Plata provenientes de un frente sur, que al pasar Punta Indio se convertiría en un viento desfavorable y tendríamos que esperar su rotación hacia el E y NE cosa que ocurriría durante la tarde del domingo. Así las cosas mientras mas temprano saliésemos mas tendríamos que esperar dicha rotación. En otras palabras nos convenía el viento Sur mientras no llegáramos a Punta Piedras (extremo norte bahía Sanborombón), en ese momento lo ideal era que ya rotara al E para poder hacer rumbo directo a Punta Rasa.
Como siempre el objetivo principal de la navegación es pasar buenos momentos en seguridad, en ese marco el pronóstico meteorológico favorable es fundamental, siempre recordamos la frase “Los Caballeros no orzan” difícil a veces de mantener a rajatabla en el necesario equilibrio de las obligaciones familiares, fechas a cumplir, el trabajo, objetivos y otras restricciones que nos suele imponer la vida cotidiana.
El pronóstico meteorológico se cumplió puntualmente, ceñida muy suave con amuras a estribor en el Río de la Plata durante la tarde del sábado 6 de diciembre. Pasamos Punta Piedras temprano en la madrugada del Domingo 7 y la bahía de Sanborombón nos recibió con vientos suaves a medios de unos 17 a 20 nudos del sur que fueron disminuyendo durante la mañana para calmar al medio día, momento en que establecimos viento de sentina y rumbo directo a Punta Rasa, a media tarde el viento ya se estableció del NE y la componente norte con sus vientos francos y tranquilos no nos abandonaría hasta llegar a la perla del Atlántico el lunes a la tarde. Cerramos así otra navegación a Mar del Plata, y sin otras novedades que haberla completado disfrutando la navegación, el mar y los amigos.
Buenos Aires - Mar del Plata
06/12/2024
La etapa 1, Buenos Aires - Mar del Plata, comenzó el 06/12/2024 a las 11:00 y finalizó el 08/12/2024 a las 18:00, con una duración total de 2 días y 7 horas
Victoria Amato
Hasta pronto
Victoria Amato
01/04/2024
Fin de una travesía increíble por el litoral atlántico uruguayo a bordo del Caoba. Desembarqué en el Puerto de Punta del Este y, ya camino a Montevideo vuelvo a casa agradecida por lo navegado y por los maravillosos navegantes con quienes durante 10 días compartí ceñidas, desayunos en el cockpit, guardias, sin fin de maniobras, vinos, trucos y amenas charlas a bordo. Vuelvo a tierra y a la rutina de la vida con toda la energía del mar decidida a nunca dejar de navegar.
¡Gracias totales Sigfrido, Pablo y Silvana! ¡Los voy a extrañar!
Victoria Amato
A motor hasta Punta del Diablo - fondeadero entre isla Coronilla e isla Verde
Victoria Amato
28/03/2024
Seguimos en dirección norte pasando Punta del Diablo hasta un fondeadero que se encuentra justo enfrente del Fuerte Santa Teresa entre la isla Coronilla e isla Verde. Todo a motor a falta de viento. Punta del Diablo se ve hermosa desde el agua y hubiera sido lindo poder bajar y visitar sus playas, pero allí hay poca profundidad. Seguimos hasta las islas, estábamos a 12 millas de la frontera con Brasil. Hace ya varios días que sabíamos que hasta allí llegaríamos porque los pronósticos no eran óptimos para seguir. Tiramos el ancla, abajo del casco del Caoba sólo 6 metros de profundidad.
Con un atardecer de fondo impresionante, algunos aprovechamos para refrescarnos en la popa del barco con agua dulce y ¡caliente! por la cantidad de horas que había funcionado el motor.
La luna llena otra vez nos acompañó esa noche. Después de cenar, amagamos a levantar fondeo y volver a La Paloma aprovechando que había viento favorable y otra vez luna llena. Ya sabíamos que al día siguiente iba a soplar poco y queríamos evitar otro tramo a motor. Preparamos el barco, prendimos motor y cuando ya estaba todo listo para partir, el piloto automático decidió por nosotros y se negó a arrancar. Todos a dormir y a madrugar para salir temprano al día siguiente. Por mi parte aproveché para avanzar en mi lectura del libro “Tres océanos para una victoria” de Philippe Jeantot, que relate la regata en solitario de la vuelta al mundo “BOC Challenge – Around Alone” a bordo del “Credit Agricole”, - mellizo del Caoba - en la que el navegante francés batió récords y ganó cómodamente con un tiempo total de 103 días en los años 1982 y 1983.
Victoria Amato
Operativo gomón en la playa de Cabo Polonio: la odisea de surfear las rompientes, ¡sin tabla de surf!
Victoria Amato
27/03/2024
Ansiosos por bajar a tierra y conocer el cabo, convencimos al capitán que realmente valía la pena sacar el gomón -que estaba justo debajo del asiento de la dinet, donde se había instalado a trabajar desde temprano. Muy oportuno lo nuestro…
Entre Pablo, Silvana y yo nos pusimos metódicamente a armar el auxiliar sobre la cubierta del barco. “Pone este piso acá”, “no ese va ahí”, “sostené de allá que yo tiro, ahora infla, no mejor desinfla que no entran los pisos...” Y así, y así.. intentando darle forma al rompecabezas. Una hora y media después y con la ayuda del capitán finalmente lo logramos y tiramos el bote al agua. Pablo y Sigfrido optaron por nadar hasta la costa. Silvana y yo remamos hasta la playa. Ayudadas por la corriente a favor pasamos la rompiente sin mayores contratiempos y pisamos tierra en las blancas arenas del cabo. Al mirar atrás sabíamos que la vuelta no iba a ser tan fácil, pero alguien me dijo alguna vez “cuando llegues a ese puente, cruzaras el río”, así que ahora a disfrutar del lugar y luego veremos.
Después de una caminata hasta el faro y los ranchos del lugar, como descubrimos que llaman a las pintorescas casitas en la playa, decidimos emprender el regreso. Ahí empezó otra historia.
El Capi nos indicó todos al agua, con la proa levantada y a nadar hasta pasar la rompiente. Pero... mi mochila -en donde estaba todo lo de todos - no podía tocar el agua, así que disimuladamente me subí al bote y empecé a remar desesperada mientras el resto nadaba. Me siguió Silvana y a punta de aceleradas remadas logramos pasar la rompiente. Una vez los cuatro arriba del bote, tentados, empapados y con hambre empezó la competencia entre bandas para ver cual dupla era más eficiente en su remada. ¡Tensión a bordo!
Todos nuevamente a bordo del Caoba, extenuados y hambrientos, almorzamos y pasamos el resto del día en el barco, descansando y contemplando el imponente paisaje.
Victoria Amato
Cabo Polonio
Victoria Amato
26/03/2024
La Paloma-Cabo Polonio - Una entrada difícil, sorteando los bajos fondo que rodean las islas. Fondeamos en la bahía de la Calavera, que resuena a historias de piratas y de tesoros y nos deleitamos con la salida de la luna. Otra vez luna llena. Pablo cocinó una colita de cuadril, no faltó la música y algunos molestos mosquitos.
Victoria Amato
La Paloma
Victoria Amato
25/03/2024
El lunes cerca del mediodía dejamos Punta del Este y pusimos rumbo en dirección a La Paloma, 40 millas. Nos tocó una hermosa navegación, 10-15 nudos al través.
Llegamos otra vez de noche, pero no muy tarde. Fuimos recibidos por un grupo de amables navegantes quienes nos asistieron con la maniobra de amarre. Por la efusividad y entusiasmo demostrado, concluimos que en ese puerto hacía varios días, quizás semanas, que no llegaba nadie y/o no pasaba nada.
Llegamos justo para la cena, esta vez toco un arroz con verduras preparado por Silvana. Hicimos noche allí para partir al día siguiente a Cabo Polonio, nuestro próximo destino.
Victoria Amato
Tercer día en el mar
Victoria Amato
24/03/2024
Amaneció y la historia empezó a cambiar. El viento seguía del NOE pero ya de mucha menor intensidad. La ola se mantuvo un buen rato. Soplaron durante casi todo el día aproximadamente 20 nudos, lo que nos permitió abrir el yankee y seguir navegando a buena velocidad.
Almorzamos un pollo al horno con verduras preparado gentilmente por Pablo, la primera comida caliente y sabrosa después de un día entero en el que casi no comimos.
Un fuerte y compacto estruendo - que no pudimos identificar inmediatamente- nos sacudió la paz del domingo por la tarde. Un árbol de importante magnitud apareció flotando por la banda de estribor. Por suerte, no paso de un susto ya que no llegó a tocar el timón y tampoco hizo ningún daño al barco.
El día fue espectacular. Ideal para echarse al sol en cubierta, dormir la siesta y recuperarnos del baile del sábado. Ya casi totalmente repuesta del mareo inicial, Silvana aprovechó para tomar un baño de mar en la popa del barco.
Los pronósticos empezaron a llegar y nosotros a darnos cuenta de que las posibilidades de poder seguir hasta Brasil estaban cada vez más lejos. El apoyo en tierra es realmente fundamental para este tipo de travesías. Gracias a los amigos del Caoba con quienes nos mantuvimos continuamente comunicados a través del sistema satelital de comunicación que tiene el barco. Si bien la navegación estaba tranquila, Marcela no logró reponerse del mareo y pidió desembarcar en el primer puerto posible. Decidimos entonces recalar en Punta del Este, hacia allí pusimos rumbo y a seguir disfrutando de la noche.
Casi llegando a Punta del Este, ¡divisamos noctilucas hacia ambas bandas del barco! Silvana nos explicó que estas algas son unicelulares y que ante la percepción de movimiento se iluminan como un mecanismo de defensa.
Si bien algunos zafamos del mareo, no así de cierta confusión a la hora de anunciar la llegada a puerto. Encargado de reportar la entrada, Pablo insistía con “Control Colonia” mientras todos contemplábamos entusiasmados las luces de los imponentes edificios de Punta del Este y la isla Gorriti, que NO era la isla San Gabriel. Claro, así nunca nos iban a responder.... Enmendado el error y tentados ante la confusión del primer oficial arribamos a puerto cerca de las 21hs escoltados por una maravillosa luna llena. La maniobra de amarre fue rápida y ordenada.
Una buena ducha nos llamaba. Hacía allí nos dirigimos, mientras el capitán preparaba unas exquisitas pizzas caseras que disfrutamos más tarde todos juntos a bordo.
Victoria Amato
Sábado de rosca
Victoria Amato
23/03/2024
A partir del mediodía del sábado la potencia del viento empezó a aumentar cada vez con más fuerza. Cerca de las 13hs ya íbamos con 3 rizos, importante marejada y olas de tres metros. Fue un día duro, soplaron 30 nudos de viento durante gran parte del día y nos vimos obligados a seguir haciendo bordes. Si bien el barco iba rápido, nos costaba avanzar. Ver el track de las millas navegadas en el plotter era desalentador..., pero los ánimos se mantenían optimistas y decidimos seguir porque además sabíamos que las condiciones iban a mejorar. Ese día no hubo almuerzo, algunos tripulantes estaban muy mareados, otros permanecimos enteros y tuvimos que conformarnos con barritas de cereal, bananas y frutos secos para evitar el mareo.
Moverme adentro del barco fue lo más parecido y cerca que me sentí de ser una acróbata del Cirque du Soleil. Descubrí una agilidad que desconocía tener. Lección: Agárrate de donde puedas y prepárate porque cada vez que bajes, tu compañero de guardia va a aprovechar para pedirte que le alcances esto, que guardes aquello, etc.
Fue un día realmente duro, poco placentero para la navegación y cansador, pero estuve tranquila en todo momento, sabiendo que el barco avanzaba firme, a buena velocidad y que sin duda se la podía re bancar. Además, por supuesto de la confianza que transmitieron en todo momento Sigfrido, el capitán, y Pablo, el primer oficial.
Al atardecer un ave, cuya especie no pudimos identificar, chocó contra la cubierta del barco y quedó con un ala herida atrapada entre algún herraje. Permaneció allí varias horas y pese a sus esfuerzos por zafarse, creemos que no pudo lograrlo. Las olas rompían con furia contra la cubierta y antes del anochecer simplemente dejamos de verla.
Fue una noche de luna llena pero algo nublado. Igual allí estaba, y a mí de alguna manera, no sé si por su energía o su belleza me hizo sentir más acompañada en la inmensidad del mar.
Cerca de las 4am se empezó a prestar lo que nos permitió derivar un poco y hacer un rumbo más óptimo para nuestro destino original, aunque ya el plan B empezaba a convertirse cada vez más en una realidad. Seguimos a un descuartelar, aprovechamos la prestada para darle un descanso al piloto y el capitán me cedió el timón del Caoba. Antes del amanecer el viento empezó a disminuir y las condiciones generales a mejorar. Lo más duro estaba por terminar, lo cual animo los espíritus de todos a bordo.
Victoria Amato
La partida
Victoria Amato
22/03/2024
Con ya casi todo listo desde el día anterior, el plan original era zarpar a las 6am, pero la oficina de migraciones del puerto estaba cerrada y tuvimos que esperar a que abriera para hacer los trámites migratorios y luego continuar con el despacho en Prefectura.
La ansiedad e impaciencia por salir la acompañamos con deliciosas medialunas marplatenses literalmente en la puerta de la oficina mientras esperábamos la llegada de la funcionaria.
Ya de vuelta en el Caoba, largamos amarras a las 10.50am bajo un sol radiante pero casi sin viento. Soplaba apenas una brisita del Este. La hermosa ciudad de Mar del Plata comenzó de a poco a quedar atrás. Las primeras millas en el mar fueron tranquilas, condición ideal para ir acostumbrándonos al barco, al movimiento y la vida a bordo. En mi caso, al ser esta mi primera navegación en el Caoba, fue además ideal para observarlo todo y familiarizarme con la maniobra del barco.
Almorzamos unas ricas milanesas con ensalada y seguimos en una navegación placentera y sin sobresaltos durante toda la tarde. El atardecer de ese día fue el más lindo de toda esta travesía. Sesión de fotos obligada, registramos la puesta del sol y sus increíbles colores de todos los ángulos.
Luego de la cena, a las 10pm empezaron las guardias. El viento se estableció del NOE y empezó a aumentar, llegando a los 19 nudos y permitiendo que el barco impulsado por el yankee, la trinquetilla y la mayor empezara a avanzar firme. Pero, se nos puso de jeta y .... comenzaron los bordes que estaríamos obligados a hacer durante casi toda la noche y día siguiente. Mi primer guardia fue 2am a 4am. Poco tráfico marítimo, apenas nos cruzamos con un pesquero que divisamos cerca de las 3am.
Sigfrido Nielsen
Llegó el día
Sigfrido Nielsen
21/03/2024
Estoy en casa esperando que me pase a buscar mi amigo y capitán del yate La Argentina, Jorge “Tato” Hernández, quien gentilmente me llevará - lo mismo que a varios de los tripulantes de singladura -, desde Buenos Aires hasta Mar del Plata, puerto donde se halla el Caoba, esperándonos para partir el día de mañana con rumbo norte.
La verdad es un privilegio poder hacer un viaje como este. Desde el medio, en este caso el barco, con todo lo que ello implica y me refiero especialmente a su diseño y por ende a las capacidades marineras del mismo, su estado de mantenimiento y al equipamiento que con tanto esfuerzo material y físico he venido realizando durante estos 7 años desde su adquisición en el 2017. Tantas cosas me pasan por la mente, incluyendo también la planificación de viaje, los tripulantes, las cenas de camaradería realizadas, las compras, el viaje que hicimos con Victoria y Pablo el fin de semana pasado a Mar del Plata para realizar las compras y ultimar preparativos. Y por si esto fuera poco, dejar mi trabajo en orden, desde gestiones administrativas realizadas, correos laborales respondidos, pagos bancarios y un etcétera que parece interminable, y todo, absolutamente todo parece importante e indelegable. Todo eso, y de acuerdo a mis experiencias pasadas, se termina cuando se parte, se sueltan las amarras. El acto físico de soltar amarras implica dejar atrás todo, y cuando digo todo es el etcétera interminable y que parece importante. Es decir en el momento de soltar amarras se produce un cambio dramático en las percepciones ya que a partir de ese momento, que será mañana temprano, viernes 22 de marzo de 2024 todo cambiará para disfrutar de la experiencia de navegar varias semanas en el mar, con el destino programado de Florianópolis.
Victoria Amato
Fin de semana de preparativos
Victoria Amato
17/03/2024
Este fin de semana conocí el Caoba. Llegué al YCA de Mar del Plata el viernes por la nochecita para encontrarme con Sigfrido, el capitán, y Pablo, el primer oficial, ambos organizadores de esta aventura en que decidí embarcarme. Se acerca la fecha de zarpada y dedicamos todo el fin de semana a preparar el barco para la próxima singladura del Caoba. El viernes 21 largamos amarras rumbo al sur de Brasil. Eolo, ¡¡no nos dejes!!
En lo personal estoy nerviosa pero muy emocionada. El capitán me recibió con mucha hospitalidad y me mostró cada parte y rincón importante del barco, incluida la biblioteca que espero tener tiempo y energía para aprovechar. Mientras el se entretenía con los aparatos tecnológicos – tablets varias, dron, etc- con Pablo -el primer oficial - hicimos inventario de todo lo comestible, lista de super y luego partimos a hacer las compras de los alimentos no perecederos. Tres changuitos llenos. Tragos, chocolate y papel higiénico no van a faltar. Luego de estibar, lavar cubierta, repasar y ultimar otros detalles volvimos a Buenos Aires a contar los días y seguir el pronóstico esperando que se siga prestando para zarpar el viernes 22.
Christian Alberro
Buenos Aires – Montevideo – Buenos Aires (precuela)
Christian Alberro
25/08/2023
… la propuesta llegó como una racha en un calmón (…aunque debemos admitir que ya estábamos prevenidos… )
“¿Quieren acompañarnos en un cruce a Montevideo?”…. a lo que respondimos “¡ SSSIIIIII ! “… antes que la onda de sonido de la última “o” se termine de propagar entre el aire que se nos interponía.
El compromiso quedaba asumido y junto a Claudia tendríamos que ponernos a la altura del CAOBA, que es un velero pura sangre.. y de acero; e impone respeto ya solo con sus dimensiones y líneas.
Nuestra experiencia náutica tuvo su pináculo a bordo del “Burbuja 3” de nuestro amigo Miguel, quien nos recibió en la vida náutica con los brazos abiertos y nos enseñó todo y más de lo que pudimos retener con el transcurrir de nuestras vidas terrestres.
Planificación, pruebas y preparativos
Faltaba casi un mes para la fecha de partida y nuestro actual Capitán: Sigfrido Nielsen; comenzaba a organizar la tripulación… nuevas personas a conocer, fecha estimada de la singladura, clima, documentación, funciones para cada tripulante, pruebas, montaje de accesorios, mucho por hacer y revisar para este nuevo destino del CAOBA… y ante tanto despliegue me siento con la necesidad de colaborar en lo que pueda y le pregunto:
“Sigfrido: ¿necesitas que colaboremos en alguno de los preparativos para la singladura?”
A lo que me responde con (su ahora más que conocida) humildad si podría encargarme del reemplazo del matafuegos de a bordo… “Por supuesto” respondí… y pensé que eso era algo realmente necesario y una tarea muy sencilla de llevar a cabo… ¡pero no lo fue! … lo que empezó siendo un simple envase rojo casi terminó teniendo que cumplir especificaciones similares a un elemento de la NASA…y así aprendí mucho de los vericuetos de este rubro.
Ya quedan dos semanas para la fecha de partida y la planificación indicaba que nada bloquearía el curso del CAOBA; las reparaciones programadas para el puente giratorio de la calle Cecilia Grierson motivaron su traslado a una amarra de cortesía en el…. ¡ Yacht Club Argentino ! … movimiento para el cual Sigfrido invitó a toda la tripulación para aprovechar la oportunidad y que nos conociéramos.
A la hora precisa entramos con Claudia al Yacht Club Puerto Madero y desde las marinas ya se veía actividad en la cubierta, llegar al puerto temprano y en una mañana fría nos trajo los imborrables recuerdos de los tiempos de regatas en el “Burbu” y a mí mente vino una de las tantas enseñanzas de Miguel… por lo que cuando estuve al lado del velero exclamé con total soltura y entusiasmo: “¡ Permiso para Abordar !”… el que fue autorizado a viva voz y con un dejo de risa, como cuando a uno le gusta responder a algo que estaba esperando escuchar.
Mientras me muevo por la marina ayudando en las maniobras siento que el CAOBA me mira como de reojo
Abordamos entre los dragones y luego de las presentaciones de rigor con los nuevos y viejos tripulantes -futuros compañeros de travesía- zarpamos y al cruzar el paso liberado por el puente giratorio nos encontramos con... ¡ LA MARINA “IMPERIAL” JAPONESA ! … sabíamos que el CAOBA estaba para grandes desafíos pero preferimos evadir este bloqueo e intercambiar amistosos saludos con esos aguerridos marinos y darles una oportunidad para que disfruten de nuestra ciudad… no sin antes haber evaluado que ellos también contaban con cañones y misiles…. “Buenos vientos, valiente muchachada”
Pensamos que ese día daríamos una vuelta por la dársena y luego iríamos directo a la amarra del YCA, pero el Capitán nos sorprendió y puso rumbo… ¡directo al Rio de La Plata!... y así nos vimos navegando por aguas casi desconocidas para nosotros), excepto por algunos cruces o regatas que hicimos hace varios años atrás, pues “nuestro” rio estaba más por la zona de San Isidro y San Fernando.
El viento en la cara nos trajo añoranzas de un francobordo más bajo, de adrizar “colgado” de los candeleros y de pies mojados cambiando genoas, en esos recuerdos teníamos menos años, pero hoy tenemos el mismo entusiasmo y el CAOBA parece que nos demuestra que puede llevarnos sin pedirnos tanto… ¿o será solo por hoy?
El tipo de vela de proa era algo que habíamos visto de lejos y comprendido “en teoría”… se llama “Yankee” y trabaja con un enrollador, nos explicaron la maniobra y Claudia sorprendió al cazar y girar el molinete de con gran destreza… ¡todavía puedo escuchar la cadencia contínua del sonido del crique cuando lo giraba con la manija!
El trimado quedó en manos de los tripulantes más expertos… y por mi parte observé, tratando de aprender lo nuevo y mientras tanto me esforcé por recordar todo lo que debo saber pero que no ejercité con la frecuencia necesaria que exige la navegación deportiva.
La tarde avanza y pasando la toma de Bernal es hora de poner contrarrumbo, maniobras mediante la ciudad de Buenos Aires apareció a proa y el piloto automático comenzó a cumplir su rol -muy bien por cierto- para dar tiempo al relato de anécdotas de otras travesías y experiencias de vida que nos enriquecieron y ayudaron a olvidar el frio del viento que se sentía en la timonera debido a la ausencia del cerramiento completo de la cabina, un accesorio muy valorado por el capitán y que nosotros aún no sabíamos apreciar porque en nuestra “escuela” de navegación no teníamos algo similar para protegernos.
En el rio al mediodía “pica el bagre”, y entonces Claudia se lució una vez más… nos presentó una tarta de jamón y queso (J&Q) que tenía amasado prolijamente en la pascualina el nombre “CAOBA” … gesto que el capitán apreció con una gran sonrisa (…y hasta creo que uno de los dragones también sonrío…) mas luego todos pasamos al abordaje de la tartera para saborear esa oportuna comida.
El ingreso a la dársena nos puso en situación y a las órdenes del capitán todos pasamos a ocupar nuestro rol para las maniobras de amarre; que para mí fue una experiencia aparte pues las dimensiones y desplazamiento del COABA no coincidían con los parámetros que tenía memorizados para las maniobras con el Burbu… así que mi esfuerzo físico fue casi inútil y quedó superado por la técnica aplicada por los tripulantes expertos. Solo quedaba la última acción conjunta de la tripulación: la infaltable selfie de recuerdo de esa salida.
Desembarcamos en el exclusivo e histórico YCA, (al que conocíamos “desde afuera”) … y cuando escribo “desembarcamos” quiero aludir al hecho que tras recibir la venia del capitán para que mientras él completaba unos trámites nosotros fuéramos a conocer el histórico edificio… pareció que nos sentimos imbuidos en el espíritu de algún un grupo comando de asalto anfibio y “tomamos” las instalaciones sin dejar lugar del edificio por recorrer y fotografiar… siendo detenidos por un triste candado que (por salvaguardar renombre de nuestro capitán) no descerrajamos para franquear el acceso al faro.
Ya casi satisfechos con nuestra faena fotográfica fuimos “reagrupados” por Sigfrido y conducidos hacia la salida mientas exhibíamos nuestra sonrisa por la satisfacción de una misión cumplida… ¿o recién iniciada?
Entramos en la semana previa y viramos la boya hacia la fecha programada con algunos tripulantes que se sumaron y otros que se bajaron… aunque finalmente sería el clima el que definiría si es que todos nos quedamos en tierra. Las acciones se aceleraron y Claudia se puso al hombro la tarea de alimentarnos a sabiendas que solo conmigo ya sería un gran desafío… aunque es algo a lo que ya está habituada.
Es domingo de elecciones y Sigfrido apuró su sufragio para ir a montar el recién llegado cerramiento de la cabina “hecho a medida”… … y a medida que lo fue montando detectó que no se amoldaba adecuadamente a la estructura. Mientras tanto Claudia preparó una “degustación” de las comidas que planificó para la singladura pero a la hora que llegamos al YCA ya no quedaba más cerramiento que montar… una vez más Sigfrido pudo hacerlo solo.
El almuerzo en la dinette transcurrió entre elogios a la chef y develación de sus secretos, sugerencias y listas, cantidad de tripulantes y previsión de alimentos, menúes y situaciones en los que se implementarían. Luego hicimos la recorrida por los distintos almacenes, heladeras y despensas del barco (algunos de los cuales también tiene rigurosas especificaciones houstonianas) en la que los acompañé pues tenía ansias de conocerlos para poder prestar la colaboración que fuera necesaria. ¡Y el matafuegos calzó perfecto! (Houston: we don´t have a problem! )
Por mi parte le presenté mis predicciones de propagación y las posibilidades de enlace que tendríamos con los radioaficionados amigos y camaradas del SACFA, (Servicio Auxiliar de Comunicaciones de la Fuerza Aérea) que estarían en atenta escucha de la estación de radio de HF del CAOBA, en la cual junto a mi amigo y camarada Franco estuvimos operando y evaluando durante salidas previas para ponerla en las mejores condiciones con los medios que disponibles para la travesía a Montevideo y con la colaboración de nuestro amigo Alberto, LU2BN.
El pronóstico del tiempo aún no brindaba un panorama claro y Sigfrido propuso alternativas pero la tripulación estaba convencida que nada podría desviar su objetivo de obtener el ansiado rol “en redondo”: Buenos Aires – Montevideo – Buenos Aires. La pulseada estaba dada entre las ganas de la tripulación y la evolución del clima rigurosamente escrutado por Sigfrido y Vicente, su meteorólogo de cabecera. Y el martes 15 de agosto llegó el veredicto resumido en un escueto mensaje: “¡ Señores partimos ! Pronóstico OK Reunión a las 21hs”
Solo restaban definir algunos detalles y a la noche nos encontramos chateando mientras esperábamos la llamada de nuestro Capitán. Con Sigfrido en línea se decidió el día y horario de partida y de llegada, un tripulante bajó y otra tripulante dudó, pero sus ganas de navegar pudieron más y al día siguiente confirmó.
Ya un día menos y el capitán nos dio una sorpresa: ¡reactivó la Página Web “RumbosdelCaoba” con todos los detalles de la singladura!, y para la cual teníamos que enviar una foto de cada uno en actitud nauta…. ¿yo tendría alguna que cumpla ese requisito… y que sea actual?
Llegó el día viernes y todos estábamos con los últimos preparativos, la cocina de Claudia marchaba “a todo vapor” preparando las insuperables “empanaditas regateras” y las clásicas tartas de J&Q; y mientras tanto también acondicionaba el resto de los alimentos y elementos de limpieza necesarios… por lo que nuevamente caí en mi propia trampa y le consulté: “Claudia: ¿necesitas que te ayude en algo?” ……
… y luego que terminé de armar e imprimir “casi una resma” de roles que contemplaban todas las combinaciones posibles (ida y vuelta, solo ida, solo vuelta, en blanco, … ¡y todos por 8 copias!...) ya era sábado y las 03 AM pude irme a dormir envuelto en los aromas de la cocina en donde seguían operando todas las calderas. Y doy fe que Claudia estuvo hasta las 05 AM pues cuando me desperté ella se recostó para dormir un rato.
Christian Alberro
Y se inició la Singladura Buenos Aires - Montevideo
Christian Alberro
25/08/2023
Volví de la panadería con la tarta de manzanas que ya casi forma parte de los elementos de navegación obligatorios y luego coordinamos para llevarla a Laura -quien se apretujó en el último hueco de mi auto- y emprendimos la marcha. El día era perfecto: sol, cielo limpio y brisa fresca. En el puerto y a la hora señalada la tripulación estaba completa y sin novedad: Sigfrido, Laura, Liliana, Claudia, Franco y yo – Christian - ; además de los padres de Franco que se quedaron hasta la partida. Terminada la estiba de los alimentos y los elementos personales nos dirigimos a realizar los trámites habituales y recibimos una cordial atención y buenos deseos del personal de migraciones y prefectura, sin dejar de mencionar que con admirable paciencia nos sellaron los ocho roles.
De vuelta en el muelle y nuevamente siento que el CAOBA me mira como de reojo… Todos a bordo, motor en marcha, cada uno en su posición, llegó la lancha de apoyo, nos tiró un cabo, soltamos amarras… ¡nos movemos!... salimos a dársena norte y dimos una vuelta para “estudiar” a un extraño velero amarrado en el paso bloqueado por el puente giratorio; se trataba del “NanuQ” con bandera de los Países Bajos.
Luego de someterlo a un riguroso relevamiento visual de su tecnología visible -paneles solares en los mástiles, antenas por doquier, generadores eólicos duplicados, enrolladores de vela en las botavaras- bocinazo de saludo mediante asomó en su cubierta Marion, una esbelta mujer con quien entablamos una conversación en inglés y nos comentó que se quedarán un par de meses en el país… ¡nos veremos a la vuelta!
También nos acercamos y saludamos al rompehielos Almirante Irizar, más conocido como “RHAI” entre los que le brindamos acompañamiento radial en su campaña antártica de este año, y luego maniobramos apresuradamente para buscar un fondo que nos deje una referencia del YCA con el que nos tomarnos la tradicional selfie de la tripulación del CAOBA.
Ya sin más pendientes pusimos proa al Rio de La Plata, el cielo estaba más nuboso y la brisa que se sentía entre los edificios de la ciudad de convirtió en un fuerte viento que ondeaba a nuestra bandera y que se hacía visible en los “corderitos” que se formaban en el agua… pero el CAOBA estaba en su medio, parecía que estas condiciones junto con la “yankee” hinchada lo ponían más a gusto con su genética pura sangre. Mi Buenos Aires querido cada vez más pequeño quedó en popa y cuando te vuelva a ver será en proa dentro de dos días… o cuando las condiciones lo dispongan.
Las primeras horas de navegación trajeron conversaciones relativas al trayecto que vamos a tomar, (y escribo “trayecto” porque no me gusta la palabra “derrota”) y la lectura en la tablet de los detalles cargados en una carta digital… ¿ ¡y acá como uso el talco !? … y ni hablar de clavarle el compás de puntas secas…
Así llegó la hora del primer almuerzo en navegación y… ¡emergió del horno una flotilla de empanaditas regateras!
Sinceramente el cerramiento “paga”, las ansias de tenerlo colocado para esta navegación no eran desmedidas… a mientras que el cielo se cubría y el sol perdía la batalla del calor me quedaba más claro que el cerramiento era una gran idea pues nos reparaba del viento y nos permitía observar el rio desde un ambiente más agradable, aunque nos obligaba a abrigarnos las veces que salíamos con los binoculares para confirmar la ubicación de alguna boya o para ver si algún buque tenía una orientación distinta de los que estaban fondeados, pues así sabríamos que muy probablemente ese buque estaba navegando a muy baja velocidad.
… y al explorar el horizonte también vi la proa y al agua trepando a la cubierta cuando la cortaba el acero del casco … y quería ir a ver eso de cerca, pero ésta cubierta no es como la que conozco pues en dos zancadas no llegaba al púlpito… acá había distancias que merecían más agilidad y respeto por lo que pospuse esa pequeña aventura hasta la proa para días más calmos y me recosté contra el palo de la mayor para disfrutar del “sube y baja - vaiven” náutico que nos regalaban las ondas del agua al compás del sonido del viento.
Bajo cubierta se oían otros sonidos, oídos atentos y gargantas vigorosas que a su vez generaban otras ondas pero que se propagaban por el aire. A los radioaficionados un equipo de radio “nos puede”… y también nos puede abstraer del entorno de una manera tal que solo la pueden entender quienes comparten el placer de la radioafición; el entusiasmo por contactar con estaciones amigas o con quien quiera o pueda escucharnos es un auténtico desafío técnico y de la voluntad por sacar palabras del mismísimo ruido eléctrico en el que podemos sumergimos con apnea infinita.
El primer QSO – es decir “contacto”, los radioaficionados hablamos así, disculpen… – lo hice nada más y nada menos que con el Faro San Ignacio activado por CW5X operador Raúl mientras que el segundo QSO lo logró Franco con el Faro Miramar activado por LS3D operador Hector, por lo que nada mejor que la estación de radio de un velero rioplatense haya sido apadrinada por estaciones de radio ubicadas en faros de países hermanos.
“ CQ CQ CQ… LU9CZX/móvil marítimo velero CAOBA…” …. “ LU1AVF/móvil marítimo velero CAOBA queda QAP ”
También escuchamos a nuestro amigo LU5DLE – Norberto (VGM -Veterano de Guerra de Malvinas- integrante de la Red de Observadores del Aire de la Fuerza Aérea) pero como no logramos contactar con él ni con nuestra red de estaciones amigas del SACFA, ante las preguntas del capitán Sigfrido comenzamos a justificar nuestra performance con los pretextos clásicos de la radioafición: que se fue la propagación… que el salto de frecuencia… que el rumbo no favorecía a la orientación de la antena… pero lo cierto es que ese día también hicimos escucha y modulamos (hablamos) con otras estaciones de Argentina, a cuyos operadores les enviaremos la futura tarjeta QSL del CAOBA.
Seguimos despreocupadamente navegando con el rumbo firme y preciso, mantenido gracias al piloto automático Raymarine (…¿puedo sospechar que el fabricante se llama Raimundo Marino?…) que inmutablemente nos llevó por todos los rumbos que le indicamos. Mientras recibíamos una oportuna merienda caliente febo fue relevado por la noche que se hizo presente sin demoras ni preavisos, pero antes -previsor- Sigfrido puso en marcha su estufa, que era otra maravilla impensable y nunca vista en nuestra “escuela” de navegación.
El viento favorable nos empujaba a varios nudos más que los necesarios para arribar a la hora programada y el CAOBA sabe sacarle provecho, por eso el capitán optó por achicar paño para navegar un poco más lentos y además aumentar el margen de seguridad para visualizar y ejecutar alguna maniobra necesaria. Así improvisamos los turnos de guardia y descanso -pues en esta época del año las noches eran largas- y la capitanía del CAOBA se alternó con Liliana, quien desde el principio registraba en su cuaderno de bitácora los datos trascendentes de la navegación.
El cansancio comenzó a hacer mella en algunos tripulantes y las olas que barrenábamos también hacían lo suyo de manera tal que los mareos empezaron a aparecer, en mi caso preferí saltear la cena en pos de una navegación sin sobresaltos pues en un momento que sentí fuerte el mareo me encerré en el baño para “repasar el menú del mediodía”… pero cuando vi que todo lo que estrechamente me rodeaba se movía conmigo de la misma manera, noté que se estabilizaba mi equilibrio por lo que gracias a esa pausa pude salir airoso del baño y retomar mi guardia con mi almuerzo en su lugar más adecuado.
La oscuridad de la cabina invitaba a la conversación en la que compartieron vivencias y conocimientos. Así el tiempo pasaba entre la vigía y los más variados temas. La rotación de funciones me puso nuevamente mirando el horizonte desde la protección del cerramiento y aproveché para abrigarme con la manta que nos dejó mi antecesora Claudia, pues seguro que pensó que combatir el frio era nuestra causa común en esa guardia.
Llegamos a Montevideo
Quedaban atrás las guirnaldas que se formaban con las balizas del parque eólico y lentamente el horizonte del Este empezó a clarear, las nubes más abiertas nos dieron esperanza de un día con calor tan necesario y la presencia de buques fondeados nos dieron la pista de la proximidad del puerto de Montevideo… y un poco más allá quedaba nuestro destino: el puerto de Buceo.
Habíamos llegado más rápido de lo que me esperaba y por la radio VHF se dio el aviso a Control Montevideo del cruce del canal, así que el ansiado desayuno tuvo que esperar hasta luego de amarrar en puerto. ¡Todos a cubierta que ingresamos a Buceo!... preparen los cabos… aten las defensas para que queden a 15 cm del agua…
La tripulación trabajó como un equipo y cada uno se ubicó en una posición, por costumbre (..y por mis ganas..) me fui a la proa y Franco oportunamente me ayudó pues -como ya lo había experimentado antes- todavía no dominaba las técnicas y fuerza necesarias para las maniobras que requiere el CAOBA.
El Yacht Club Uruguayo envió a su lancha con el marinero que nos dio la bienvenida y nos guió por el mejor recorrido hasta la marina asignada, tranquilizando a Sigfrido cuando la profundidad disminuía: “Dele motor que pasa bien, el fondo está flojo porque dragaron hace poco” … y con un cabo en proa nos acomodó en la marina de cortesía que nos tenían reservada. El CAOBA ya estaba arribado sin novedad en su primera singladura al puerto de Buceo.
Y ahora sí, con más ganas nos preparamos para desayunar aunque por ahora el hermoso sol uruguayo solo nos saludó desde su bandera flameando en el obenque acompañada por el sol de nuestra albiceleste.
La distención llevó al descanso y a una charla de que rondó entre la experiencia del cruce y la planificación de las actividades pendientes a cumplir durante nuestra corta estadía, que incluía los lugares obligatorios -Prefectura y Migraciones- además de otros sitios personales y uno propuesto por Franco: ver y fotografiar el ancla del Graf Spee, el acorazado de bolsillo alemán que trajo una gran batalla naval de la segunda guerra mundial al Rio de La Plata … ¡ lugar anotado, no se hable más !
Selfies mediante nos fuimos a la sede del YCU y en la oficina de prefectura nos atendieron dos prefectos que amablemente accedieron a nuestro pedido… luego de un riguroso control nos sellaron las varias copias de roles sin mediar objeciones, ¡ la mitad del objetivo estaba cumplido y regresamos festejando !
De vuelta en el CAOBA hicimos un poco de “orden interno” y reacomodamos los bolsos y los elementos personales que por cierto los habíamos dejado bastante desordenados, mientras tanto la cocina se ponía en marcha nuevamente y nos entregó unos sensacionales tallarines con tomates cherry confitados, ocasión que aprovechó el capitán para descorchar un champagne y proponer un brindis por el feliz arribo.
Luego de la sobremesa se adelantaron cocciones para la cena y tras un merecido descanso fuimos a recorrer el histórico Yacht Club Uruguayo, una institución centenaria con excelentes comodidades y en donde averiguamos las opciones para trasladarnos al puerto comercial de Montevideo para completar la “sencilla” gestión de migraciones.
Caminamos hasta la parada de la línea 165 y esperamos el que tenía el cartel de recorrido a “Ciudad Vieja”, por supuesto que cuando llegó el ómnibus confirmé con el chofer y le pedí que nos avise donde bajar. Mientras disfrutábamos de este improvisado cititour llegamos a destino y el conductor me explicó que para volver tendríamos que esperar en esa misma parada a un ómnibus de esa misma línea pero con el cartel del recorrido de regreso. Agradecidos nos encaminamos hasta el puerto y mientras veíamos que a quienes ingresaban en auto no los identificaban, por algún capricho burocrático nosotros fuimos gentilmente retenidos en el acceso peatonal, registrados y fotografiados para que nos imprimieran unos pases personalizados... pero luego de 20 minutos y con la mitad de los pases entregados primó la razón y la funcionaria realizó varios llamados telefónicos tras los cuales cortésmente nos indicó el camino para que nos encontremos con el responsable de la oficina de Migraciones.
Llegamos a lugar y consultamos con otros prefectos de seguridad que nos enviaron a hacer el checkin en Buquebus…¿¡!?... obviamente que en Buquebus nos indicaron que allí no era y comenzamos otra ronda de consultas hasta que alguien le mencionó a los prefectos el nombre del funcionario de migraciones y así por fin comprendieron nuestra necesidad. Llegó este señor y entre sorprendido y contrariado nos llevó hasta su oficina mientras nos exponía su punto de vista por el cual todos deberíamos volver para realizar el trámite de salida dos horas antes zarpar… es decir al día siguiente.
Liliana nos excusó diciendo que pensábamos partir a las 05AM y eso implicaba volver a las 03AM (…“eso” era una verdadera mentira piadosa…) y así con cierto recelo y arancel mediante el funcionario accedió a sellarnos la entrada y la salida en el mismo acto: por fin los roles ya tenían su “sello y firma únicos y válidos a nivel mundial” tal como él nos mencionó.
Agradecidos, nos despedimos y fuimos hacia la salida del puerto conversando sobre la anécdota… y menos mal que no estábamos navegando porque nos topamos con: ¡el telémetro del Graf Spee!, y sin querer cumplimos con otro de nuestros objetivos para la visita a Montevideo.
Pero la vuelta al puerto de Buceo nos tenía otra sorpresa… llegamos a la parada y vi llegar un ómnibus: reconozco su número de línea, su cartel y… ¡ a su chofer !... parabrisas mediante ambos nos sonreímos mientras se acercaba a la inconfundible muchedumbre náutica que nos formábamos en la estrecha vereda y al abrir la puerta me dijo… ¿Me estaban esperando? … a lo que respondí: ¡Por supuesto!... es que no recordaba como volver… ¡ y claro está que la anécdota merecía otra selfie de la tripulación, pero esta vez a bordo del ómnibus !
Arribados al puerto de Buceo completamos los trámites de salida en Prefectura, ya el cansancio y el hambre estaban complotando en nuestra contra y nada mejor para contrarrestarlos que una buena ducha en las instalaciones del YCU… y mientras las mujeres tomaron la delantera con unos cuantos bolsos y “lamentándose” por no tener sus ( ¡tres! ) secadores de pelo (en mi caso no extrañaba el secador, aunque si un poco a mi pelo…) con Franco fuimos varios minutos después y como era de esperar terminamos de bañarnos muchos minutos antes que ellas. Espera mediante decidimos volver al CAOBA cuando escuchamos que desde el vestuario de mujeres se oía el soplar furioso de las turbinas de secadores de pelo… por lo que ahí concluimos que la espera sería eterna y la noche ya estaba casi perdida…
DATO para las mujeres: el YCU tiene secadores de pelo de cortesía… es claro que las necesidades básicas de las nautas en tierra transcienden las fronteras.
La cena había quedado a fuego lento y el aroma del peceto con papas llegaba hasta la marina… aprovechamos el tiempo para conectar al CAOBA en una toma de energía de muelle y luego que hice varios intentos para “adaptar” forzosamente el enchufe de nuestro prolongador a la toma de energía del muelle, Franco me hizo notar que ambos conectores venían con los contactos diferentes a pesar de tener el mismo código de color, por lo que -justificándome por no tener puestos los anteojos y no si algo de vergüenza técnica- enrollé el cable, abordé y tomé nota mental para no repetir esa tontería. DATO: el código de colores de las tomas no trasciende las fronteras.
Ya con todas las mujeres a bordo la tripulación estaba completa y con la autorización del capitán servimos la cena que fue acompañada con un vino especialmente traído por Liliana y Franco de Mendoza. Es evidente que la cena estuvo tan rica que ninguno nos acordamos de tomar alguna foto para recordar ese momento de platos servidos y amigos reunidos disfrutando la cena en la gran mesa del CAOBA.
La charla, los planes y la compañía nos dejó satisfechos de todo lo bueno que se puede compartir junto a la gente que ama estas “aventuras” náuticas y uno a uno nos fuimos a ocupar nuestras cuchetas para recuperar las fuerzas que serían necesarias para la vuelta al puerto de Buenos Aires.
Liliana Peñafort
Qué es navegar en el Caoba?? Visto desde mis ojos en un sueño..
Singladura Buenos Aires - Buceo 2023
Liliana Peñafort
25/08/2023
Zarpamos un sábado de agosto a las 11.30hs del YCA Puerto Madero. Rumbo 90-100. Vel 7/10 nudos, Tº 15ºC, profundidad 11 metros. Sol radiante!! Vamos a poder tomar la altura al sol pensaba.. menos mal que iba a poder utilizar el kilo de apuntes que me llevè...jaja.
Palpitan los corazones.. 5 tripulantes más su capitán. Íbamos a salir ayer, pero no daba la meteo. Toda la semana intranquila, esperando que se modifique el pronóstico. Es que a veces uno prefiere confiar más en los sueños que en los modelos.. por suerte nos rodeamos de gente responsable que si confía en la ciencia.. Y así partimos!! A nuestro alrededor se ven varios barcos emblemáticos del puerto.. el querido Irizar. Sólo mirarlo es un espectáculo en si. Nos acercamos a un barco holandés, parecía un trasnformer..guau.. cuantas cosas distintas tenía.. Nos presentamos con sus tripulantes hablando un entusiasta inglés. Y así, con el corazón lleno de esta aventura que recién comenzaba, nos dispusimos a navegar.
Rumbo 128. Ya a la altura de las torres de Dock Sud soplaban 20 nudos hermosos que nos hacían deslizar sobre el rio en una armonía perfecta.
Aumentó un poquito el viento, ya alcanzábamos los 8 nudos de velocidad.
Era el mediodía y continuábamos con esta navegación tranquila, ya habituados al barco, siguiendo la derrota que habíamos planificado. Disfrutando de unas ricas empanadas rompiendo el hielo con los tripulantes. Fue una singladura de amigos, aun así a medida que transcurren las horas de navegación vas notando como cambian las relaciones interpersonales.
14:15hs.. primer barco hundido a estribor.. Se siente el frio.. mantenemos rumbo.
El capi me dice: te quedàs a cargo un rato? Miro alrededor.. me habla a mi pienso.. jajaj… mi corazón está todo orgulloso de semejante responsabilidad, aunque sé que él igual estará pendiente, prefiero creérmela y me pongo más atenta a cada detalle de la navegación, de forma exagerada hoy diría.. pero que bien se sentía..
15:15 hs Rada La Plata.. El capi controlando todo.. soplan 21 nudos, rachas de 28. Barrenando olitas.. Vemos muchos barcos., al menos 25 alcanzamos a contar.
Ajustamos el rumbo a 130, viento sudoeste, achicamos vela, no queremos llegar de madrugada al puerto. Logramos disminuir la velocidad de navegación a 6 nudos.
Miro a popa, a veces hay que mirar hacia atrás, para apreciar el ahora y lo que se viene después. Veo como asoma el sol entre las nubes, como vienen las olas hacia nosotros..
18:15hs.. Achicamos más vela, soplan 26 nudos constantes. Rumbo 130.
19:50hs.. 6 destellos rápidos y uno largo.. al través…
A medida que avanzamos vamos analizando la derrota, boyas, barcos hundidos y obstrucciones. Ya los pasamos pienso, que bueno, y así van alternado los ratitos de atención máxima y de tranquilidad.
Ya es de noche, hora de la guardia, nos dividimos en grupos… esa adrenalina que me hace acordar a cuando hacìa guardia en el hospi. Ojos atentos, demasiado atentos. Mirar el plotter, mirar las luces, mirar el cielo y volver a mirar el plotter.. relax!! jajaj Entre risas cómplices.. a ver la vela?? Creo que no hacía falta mirarla cada 5 minutos.. Sentimos el viento, barrenadas, ya delirábamos creo.,.. y esas luces en el cielo?? Son ovnis!!! Jajajajajajaja al unísono.. pero entonces que son? Y todo tipo de conjeturas dignas de una noche de guardia.. y otra vez, mirar el plotter, etc.. Cambio de guardia, baja la adrenalina, no me quiero ir a dormir. Entro al barco, me empiezo a marear.. no puede ser!! La maldición de los navegantes también a mi! Y yo que me creía infalible… que chiquitos somos. No puedo evitar lo inevitable.. a vomitar.. y pienso? Por qué era que me gustaba navegar??!!!! Pero si hace media hora estaba en la gloria sintiendo que domaba un león y ahora no soy más que un pollito acurrucada en mi cucheta esperando que se me pase el malestar. La montaña rusa... Por algo quienes descubrimos el placer de navegar ya nunca más nos vamos. Nunca te preguntaron: Pero todos los fines de semana vas? y què haces? - Cuando el viento, el calado, el motor, la batería, etc etc, etc me lo permiten, navego.. -y sino? Ahh.. sino me quedo limpiando el barco, siempre hay algo para arreglar.. Cuántos deliciosos momentos pasaste limpiando hongos??!! jajaj… Vos también sos un bicho raro?
Montevideo!! Hora de arribo: 10hs. Amarramos. Profundidad 2,30 metros, creo que por medio centímetro no estamos varados.. Saltamos del barco al pontón haciendo equilibrio.. de ahí a la marina. Puerto nuevo. Respiramos el aire como queriendo sentir la diferencia de lo novedoso. Recorremos el club.
Iniciamos trámite en prefectura.. chicos, quièn le dice que necesitamos que nos firmen 8 roles?
Almorzamos las delicias de la tripulante a cargo. Quieren degustar un vinito les digo. Me delatan mis raíces mendocinas. Descansamos un rato.
Salimos rumbo a migraciones.. vamos y volvemos, decimos, así luego salimos a pasear por Montevideo..que ilusos..
Hacemos averiguaciones de como llegar a migraciones. Son argentinos nos preguntan varias veces, la intriga de estar en otro lugar. Subimos a un colectivo, conversación divertida con el chofer.. nos sacamos fotos... por un momento me siento en un viaje de egresados..jaja.. La magia de todo esto.. como salís y entras del presente, disfrutando y dejando libre el corazón.
Llegamos a migraciones.. luego de algunos pormenores, logramos hacer el trámite, anticipándonos, como si un presagio nos hubiese dicho que íbamos a tener que regresar casi de madrugada (solo para entendidos).
Vimos el telémetro del Graf Spee, nos sacamos “algunas” fotos.. Recordamos la historia.
Tomamos el colectivo, ya cancheros sabíamos como viajar… justo el mismo chofer! Me estaban esperando? nos dice. Jajaja.. conversaciones amenas.. cuestiones de países y cultura.. nos bajamos.. Me queda una vuelta más!
Ya era tarde, caminamos unas cuadras, que precios tan caros.. Nos volvimos al barco. Una ducha divina en el club y una cena majestuosa a bordo. La sensación de llegar al hogar y las conversaciones que fluyen…
Continua en “Qué es navegar en el Caoba?? Visto desde mis ojos en un sueño.. Singladura Buenos Aires - Buceo 2023”...
Christian Alberro
Volviendo a Buenos Aires
Christian Alberro
25/08/2023
El amanecer del lunes se mostró algo nublado y la costumbre innecesariamente me hizo madrugar, aburrido en mí cucheta, en silencio me levanté, fui a la butaca de la mesa de navegación y me puse a leer el libro de bitácora en el que descubrí la historia del CAOBA, los detalles de sus muchas singladuras y las observaciones de su capitán.
Poco a poco la tripulación fue asomando de sus camarotes: tres más vinieron de la proa, Sigfrido desde su camarote de capitán y Laura desde “el tomógrafo”… nombre que por sus peculiares características recibió este camarote que está ubicado en simetría con la cocina pero sobre la banda de estribor.
Mientras Sigfrido decidió descansar un rato más el resto de los tripulantes rápidamente nos fuimos a las instalaciones del YCU para no “sobrecargar” al baño de a bordo, cuando volvíamos por el muelle el marinero nos advirtió que había una “bajante extraordinaria” y nos recomendó salir cuanto antes. La urgencia se apoderó de mí y emprendí un trote para despertar y darle la nueva al capitán… era salir ahora o quedarnos sin saber bien hasta cuando… ah, y también al abordar sentí que el CAOBA me seguía mirando de reojo.
La tripulación rápidamente se distribuyó en sus “estaciones de batalla” y con la asistencia de la lancha de marinería enfilamos a la salida, Sigfrido desde el timón (con poca simpatía tal vez por estar calzando solo un par de medias en sus pies) nos dio las indicaciones precisas para completar exitosamente la maniobra y nos puso en aguas más profundas. La distensión dio lugar a la reorganización y el desayuno apareció en la cubierta mientras Franco me exponía en tono jocoso su visión de lo sucedido: ¿Viste de cómo nos sacaron y nos fuimos rápidamente y sin chistar de la amarra de cortesía?... para mí que le dijeron al marinero que necesitaban ese lugar y él dijo “Despreocúpense, sé que decirles para resolverlo…” … obviamente que este comentario era solo una chanza y cabe decir que nos quedamos con las ganas de agradecerles más a todos quienes nos asistieron durante nuestras breve y grata estadía en el YCU.
Mientras la extensa costa de Montevideo se alejaba por la popa y se cruzaba por nuestra aleta, el Rio de La Plata nos recibió con agua y viento calmos, lo que hizo propicio el despliegue de la mayor y para colaborar en esa maniobra se me posicionó en el molinete ubicado en el palo… el que requería técnica y fuerza desconocidas para mí… (en el Burbu la técnica es “guitarrear la driza” y acá es posicionamiento y fuerza)… ¡Vamos que te falta subirla un poco más, todavía!... me alentaba Sigfrido.
La ronda de mate y café acompañó a las explicaciones náuticas del capitán, que poco a poco pasaron a ser más escrutadoras de nuestros conocimientos: timoneles, patrones y pilotos caímos en faltas que en las próximas experiencias corregiremos… ¿Alguien pensó que pasar el examen de Sigfrido era cosa fácil?
La nubosidad en aumento dificultó la continuidad de la navegación astronómica y nos dio lugar para la omnipresente navegación ”gastronómica” (en la que soy experto) por la que discurrieron estrellas conocidas tal como la tarta J&Q, junto a una estrella supernova y recién bautizada “ensalada CAOBA” conformada por garbanzos, tomates, huevo duro, perejil y aceite de oliva… y digo que fue una “supernova” pues a poco de brillar ya no quedaron ni restos en los cuencos donde estuvo servida.
Aprovechamos la tarde para intentar nuevos contactos vía radio de HF y entre los tantos sorprendí a un futuro radioaficionado (OP1120 Jorge) que estaba haciendo su práctica operativa en el Radioclub QRM Belgrano (institución amiga del SACFA con la que dictamos cursos a los futuros operadores de las bases antárticas) y también logramos establecer comunicación con LU9DRW, Rolando - nuestro jefe de la Reserva de FAA y del SACFA- a quien le pasamos nuestra posición y nos adelantó un reporte meteorológico con tormentas fuertes en el Rio de La Plata.
Aunque el viento aún era suave la situación meteorológica continúo desmejorando y en el horizonte que nos precedía se veían varias tormentas con actividad eléctrica y lluvias importantes, entonces por prudencia bajamos la mayor pues sería riesgoso hacer esa maniobra con lluvia, viento y rayos.
La decisión fue acertada pues en poco tiempo nos vimos inmersos en chubascos y rodeados de truenos y relámpagos y – por orden del capitán – apagamos durante un tiempo todos los equipos electrónicos no imprescindibles del barco y los equipos personales portátiles, además de mantenernos dentro de la chubasquera, que debido a que su estructura metálica hacía las veces de protección contra descargas atmosféricas.
La tormenta avanzó y aumentaron las rachas de viento, y entre esas tantas entendí porque al generador eólico del CAOBA lo llamaban “el Spitfire”, pues cuando su hélice se aceleraba merced a alguna ráfaga ésta hacía un sonido similar a esos aviones cuando pasaban en vuelo rasante… en un momento me transportó a la película Dunkerke durante las escenas del cruce del canal de la mancha con la cobertura aérea de la RAF.
El estar inmersos en la oscuridad -iluminados por los rayos y relámpagos- trajo varios relatos de situaciones de primeros auxilios, accidentes y rescates en escenarios diversos, siendo la más risueña aquella en la que se contó que alguna vez un par de tripulantes fueron izados por un helicóptero de prefectura desde un velero a punto de hundirse, y luego que se disipó la situación de stress se percataron que ambos rescatados estaban totalmente alcoholizados. Tras su recuperación en el hospital fueron interrogados acerca del motivo de esa fenomenal borrachera a lo que respondieron que ante la irreversible y mortal situación prefirieron tomarse todas las bebidas de a bordo para evitar la percepción clara del momento de su muerte... conclusión: sugerimos que la inversión en bebidas espirituosas para la bodega de su barco sea posterior a la adquisición de una buena balsa salvavidas.
Pero la actividad eléctrica silenciosamente nos había cobrado una víctima, nuestro admirado e implacable piloto (automático) Raimundo Marino estaba desorientado y no se mantenía en el rumbo programado, luego de varios intentos infructuosos de reanimación Sigfrido optó por relevarlo y designó a Laura en el timón. El capitán dejó al CAOBA navegando con motor a marcha lenta para facilitar su gobierno y se fue a descansar pues con esta novedad seguro que vislumbraba que necesitaría estar bien despierto para lo que podría avecinarse.
La noche ya estaba con nosotros y la luz roja del compás de la timonera nos convocaba como si estuviéramos alrededor de las brasas de un fogón, así también operó la cocina que siempre nos mantuvo más que bien alimentados, preparando las bebidas y comidas calientes que eran tan necesarias para pelearle al frio reinante desde la mismísima timonera… la camaradería estaba presente y ningún vigía cenaría solo.
Cambiamos las guardias y mi tiempo de descanso lo sentí corto, formidable y en el momento oportuno pues me tocó reemplazar en el timón a Franco que aún seguía acompañado por Claudia, pues Laura ya había marchado y había cambiado “el tomógrafo” por la mayor comodidad del sillón de popa en la dinette.
Para aumentar nuestra seguridad durante la noche navegamos a pocos nudos pues así ante la visualización de un obstáculo contábamos con más tiempo para planear y realizar la maniobra más adecuada, pero debido a que nuestro rumbo definido ya nos acercaba a un área en donde debíamos “enhebrar” varias boyas, barcos hundidos y bancos de poca profundidad, con el retorno de Sigfrido se nos autorizó el reencendido de las múltiples ayudas electrónicas para la navegación con las que cuenta el CAOBA, aunque nuestro piloto Raimundo no volvió en sí.
El cansancio doblegó a Franco y me hice cargo del timón, desde allí y al través se veían luces en la costa bonaerense pero desconocía cual referencia geográfica me podían brindar; toda nuestra concentración estaba fijada a proa con el objetivo de descubrir las luces de las boyas que estaban señalizadas en la carta digital. Tras cada confirmación visual reafirmábamos nuestro rumbo hacia el puerto de Buenos Aires, cuya iluminación vislumbré al frente, aún tenue pero en creciente brillantez.
A poco se inició una nueva tormenta eléctrica, esta vez los rayos se veían más cerca y el intervalo con su trueno era menor… las ráfagas de viento indicaron que ingresábamos y sentí la responsabilidad del desafío que era cabalgar al CAOBA en esa situación; pero el capitán ni amagó a liberarme del comando del timón, dedicó su tiempo a estudiar la carta en su tablet y luego me indicó: “Rumbo compás 280”… y le repetí la orden como lo hacían aquellos marinos en las viejas películas de “Sábados de Superacción”. Mientras Sigfrido fue bajo cubierta para apagar todos los equipos electrónicos desde el tablero de la mesa de navegación, Claudia fijó la vista al frente y yo busqué mi mejor referencia visual a proa para ubicarla mentalmente con respecto al palo, pues más allá de aquel todo era oscuridad y el casco blanco solo resplandecía con los relámpagos y los rayos… ¡Que eran muchos!.
¿Alguien quiere tomar un whisky?... nos preguntó Sigfrido desde el interior apoyado en el marco de la puerta de cubierta… y nos reímos; no se si por la insólita propuesta o si por la clara referencia las situaciones del relato que se hizo durante la tarde… aún creo haber visto al capitán con un vaso en sus manos aunque por lo oscuro de la situación nunca aseguraría que no contenía su agua filtrada…
De repente mi referencia visual comenzó a desvanecerse… ¿Por qué?... ¿Qué pasa?... ¡Claro!... adelante estaba lloviendo y la cortina de agua me tapaba las luces de la costa… rápidamente el horizonte y el agua quedaron en negra continuidad y solo visualizaba esa frontera cuando destellaban los relámpagos o en la línea en donde los rayos terminaban su caída, instantes en los cuales las tres sombras que éramos dentro de la timonera nos veíamos en colores ya que la luz roja del compás que iluminaba la rosa de los vientos no se atrevía a escapar de su domo.
Ante la falta de referencias en tierra navegué con los ojos clavados en el compás para mantener el rumbo indicado, cuando el viento aumentó llegamos a tener ráfagas de 35 nudos que se oían claramente cuando se cortaban en los obenques; además en un par de ocasiones se apagó la luz que iluminaba el compás y timoneé totalmente a ciegas… ¿algo más? … tal vez sí… Claudia me dijo que a veces vio a una cuarta sombra entre nosotros… yo solo puedo aportar que mi traje de agua exterior era de mi amigo Lito, quien tal vez nos estaba sacando los obstáculos que el río nos ponía por delante.
Sé que Sigfrido aceleró el motor porque en un momento que no puedo determinar cuál fue, sentí que de timonear un velero pasé a comandar un misil Exocet que iba cortando el aire y rozando el agua. Cuando el viento y las olas me desviaban tenía que corregir el rumbo con mucha delicadeza, pues el CAOBA sabe obedecer muy bien -por lo tanto no corrige- y por cada exceso en el timón aprendí que tenía que devolverlo al rumbo con tranquilidad hasta el momento en que lo sentía “volar recto y nivelado”. Eso es algo que no olvidaré… y el CAOBA lo sabe.
Al viento se le sumó la lluvia y el capitán aumentó el paño de proa… “Lo vas a poder llevar mejor” me dijo… y mientras le indicó a Claudia que maneje la escota de babor él hacía lo propio con la de estribor, cuando encendí la luz de cubierta la yankee se iluminó como un gran fantasma que se hinchaba más y más hasta que el trimado la cazó con lo justo y necesario para mantener mejor el rumbo… Sigfrido tenía razón; pero ese desafío no fue del agrado de los dioses y entonces ellos a la lluvia le agregaron granizo… el sonido del impacto de las piedras de hielo combinado con el viento, el motor, los truenos y las dos aguas, componían el “gran finale” de una perfecta noche de sinfonía náutica orquestada en el estuario del Rio de La Plata.
La tormenta fue quedando atrás, reapareció mi referencia visual y pude levantar mi vista del compás. Entonces el capitán se puso al timón y me explicó un par de técnicas que al verlas parecían sencillas pero no fue así cuando las puse en práctica … me consoló diciendo: “quédate tranquilo, lo vas a lograr con años/c.lo de timonear”
El cielo comenzó a clarear y todo parecía más fácil y gobernable, Claudia -incansable- retomó la actividad de la cocina iniciando una ronda de bebidas calientes. De a poco el resto de la tripulación fue emergiendo de sus literas e intercambiamos las sensaciones vividas en cada lugar del barco tras lo cual a las 6AM y a pedido del capitán lo desperté a Franco y aproveché su relevo para dormir por una hora, no sin antes hacerle un resumido relato de mi experiencia; “ ah, si… escuché cuando caía el granizo”, me dijo…
Mi despertador sonó y escuché las órdenes típicas de la entrada a un puerto… ¿Cómo… ya llegamos?... me vestí rápido y la encontré a Claudia aún despierta… ¡que ya llevaba más de 24 horas sin dormir!. En nuestra proa la ciudad de Buenos Aires se nos presentaba imponente por lo que me apresuré para colaborar en alguna tarea que restaba finalizar y casi sin darme cuenta nuevamente estábamos amarrados en el YCA.
Desde ese momento todo fue alegría y abrazos, felicitaciones mutuas y el gran reconocimiento para nuestro capitán Sigfrido Nielsen por habernos dado la oportunidad de viajar a bordo de su querido CAOBA… un gran barco que encontró a una gran persona.
…y el CAOBA me seguía mirando de reojo, pero cuando lo saludé creí sentir que a mis espaldas me hizo un giño…
Liliana Peñafort
Qué es navegar en el Caoba?? Visto desde mis ojos en un sueño..
Singladura Buceo - Buenos Aires 2023
Liliana Peñafort
25/08/2023
...Viene de “Qué es navegar en el Caoba?? Visto desde mis ojos en un sueño.. Singladura Buenos Aires - Buceo 2023”
Nos despertamos muy temprano, es como que a veces la vida te avisa cosas aunque no te des cuenta. Fuimos al baño del club, se acerca el marinero… Avisen al capitán que el agua está bajando mucho, si no salen en 20 minutos se quedan!!! No es mala idea pienso.. luego recuerdo que la vida real me espera.. esto también es la vida real! Y entre pensamientos me apuro.
Rápido.. preparemos todo.. que profundidad hay?? Salimossss.. Vieron que tuvimos un presagio anoche con la hora de zarpada..jajajajjajaj.. otra vez para entendidos.
Rumbo 215, viento norte, casi sin viento en realidad.
El sol por aleta, nostalgia del puerto que dejamos, allí se quedan momentos, risas, aprendizajes… nahh.. no se quedan allí, te las llevas con vos, porque nunca sos el mismo cuando volves. Ahora felices por el objetivo cumplido de haber llegado a Montevideo, emprendemos la vuelta a casa.
Sacamos funda de la mayor, que los trapos hagan su magia! Un rayo de sol cálido a nuestras espaldas.. ahora sí, todas las tareas marineras realizadas, a desayunar entre risas, reviviendo lo vivido.
Hoy si vamos a hacer la meridiana nos proponemos.. aprovechemos a hacer los cálculos.. todo listo! Siiii… que lindo intentar poner todo en práctica.. sacamos el sextante.. agarramos esa caja lustrada con tanta delicadeza y cuidado, como si fuese material peligroso a punto de estallar. Con ese máximo cuidado abrimos la caja.. nos brillan los ojos, por no decir que se nos caìa la baba..que instrumento tan bello!! Lo agarramos con tanto cuidado.. nos vamos habituando, hasta que nos sentimos expertos (bueno, eso creemos)
Vamos tomando alturas para practicar el método… se nubla.. nooooooo… mi corazón va rogando que se despeje, como si con la fuerza del corazón tratara de hacer que asome el sol. Tomamos la altura al sol!!! Solo que faltan 10 minutos….
17:00hs.. sentada en el copick Laurita haciendo gasas. El capitàn analiza viento, posible tormenta, velas, derrota. Los chicos embebidos en sus comunicaciones. Los radioaficionados son muyyyy fanáticos!!jajaj. Clau entretenida preparando sus delicias. Y yo observando todo.. siento el viento que nos impulsa, el rio sereno, con su color tan familiar, veo el horizonte gris..Se respira ese aire de rio.. cordialidad, armonía. Cada uno en su mundo pero en un perfecto engranaje. Sonaba Vicentico.. yo cantado bajito.. Yo te amo…. Engranaje de mundos entrelazados en el Caoba.. corazones de niños sintiendo un recreo en la vida y palpitando felicidad, dejando lo mejor de cada uno, compartiendo, respetando. Cada tanto miro los instrumentos, baja el viento, 8 nudos..
Disfrute absoluto, lo maravilloso de la navegación. Cuando hace dos noches entre vòmito y vómito me preguntaba por que era que me gustaba navegar… este momento me pone en mis narices la clara respuesta… nena!! Esto es lo que amas!! Gracias querido Caoba, tu espíritu fuerte, salvaje y seguro es mágico.
Capitán generoso que no dudò un segundo en ir enseñando con paciencia las faenas marineras, y nosotros, ávidos de aprender.
Hoy puedo decir que era la calma que antecede la tormenta…literal.
Se siente el viento más fuerte, comienza a disminuir la presión, de 1008 a 1002. Me pareció ver un rayo en proa digo. Nos quedamos un rato mirando.. bueno, tal vez me confundì..
Arriamos mayor, preparamos el barco para lo que se venìa…
18:00hs.. el piloto automático no responde bien.. que raro.. Cuidado que estamos cerca del barco hundido!!!! Tormenta eléctrica!! Apagamos instrumentos… Ese tripulante que está sacando fotos apoyado en el palo!! Entraaa!!!!! grita el capitán, cuidando siempre a todos..
Pasamos la tormenta.. relajamos un poco.
Otra vez tormenta, vemos rayos al agua.. parece una película de ciencia ficción.. igual estoy tranquila, este barco es muy seguro pienso… Olas, mucho viento. La tormenta nos sacude.. 35 nudos. Entre todos llevando el barco bajo el mando del capitán. Logramos pasarla airosos.. y con esa adrenalina que aun nos recorría el cuerpo alguien dice a modo de triunfo: Señores!!!! Alguien quiere un whisky??!! Un segundo de silencios… y risas por doquier…
Relajamos..
Me voy a dormir dos horas, queda la guardia. Me despierto en un vaivén.. voces fuertes.. mi instinto me dice.. traje de agua y afuera. Otra vez tormenta, esta vez con granizo me cuentan mis compañeros.. Rachas de 35, viento 28. Timón manual.
Y así transcurre la noche… momento fuerte, sumamos experiencias. Nuestras almas comparten sensaciones que te unen en una amistad particular.. Pienso en lo bravo de lo vivido. Me inunda un pensamiento, cuando le contè a mi viejo que navegaba. Creo que no me tomaba en serio lo que le decía.. hasta unos días antes de partir, cuando en profunda escucha me dijo.. como es eso que navegas? Es peligroso eso? No PAPÀ! Nunca puede pasar nada.. mentirita piadosa para que te fueras tranquilo… si hoy me vieses y sé que lo haces, con humildad digo que estarías orgulloso de mì.. se me cae una làgrima..
Arribamos a puerto. Entramos en el YCA a las 7:05hs.. que cansados!!! Al fin no sopla ni hay rayos que nos sobresalten a cada rato. Respiramos paz. Todo pasó.
Ahora a ordenar el barco mientras no paramos de reírnos… que despeinada estoy..jajajj.. tonterías que toman otra dimensión en el contexto de semejante aventura.
Queríamos aprender y practicar.. bueno, ahí tienen nos dijo el universo.. calma, mucho viento, tormenta eléctrica, granizo, analizar derrotas y mareas, trámites, delicias a bordo, música de fondo, el HF… anécdotas, historias personales… Cuanto más ricos volvimos..ufffff… me llevo el alma llena. Estoy feliz de estar en casa, pero quiero más…
Pasaràn los días y el BARCO HUNDIDO solo será el barco hundido.. pero nada borra la impronta que queda en el inconsciente, que ya es parte de vos. Ya no sos el mismo, si navegas con el alma..
La primera y la última palabra que me surge es GRACIAS!!! Gracias por sumar experiencias a mi vida que no me olvido más, por enseñarnos, por cuidarnos y por confiar..
Continuarà…
Buceo - Buenos Aires
21/08/2023
La etapa 2, Buceo - Buenos Aires, comenzó el 21/08/2023 a las 08:00 y finalizó el 22/08/2023 a las 08:00, con una duración total de 1 día y 0 hora
Buenos Aires - Buceo
19/08/2023
La etapa 1, Buenos Aires - Buceo, comenzó el 19/08/2023 a las 12:30 y finalizó el 20/08/2023 a las 10:00, con una duración total de 21 horas
Sigfrido Nielsen
Ola de calor en Buenos Aires...
Sigfrido Nielsen
25/01/2022
¡Santa María! 34 a 42°C diarios durante más de una semana.
Por más que se pretendiera sobrellevarlo con espíritu optimista hasta el más calmo terminaba alterado.
Cortes de luz, aparatos de aire acondicionado sudando cansados, ventiladores boqueando... y la pandemia que no daba tregua. Los hisopados positivos eran de círculos sociales cada vez más cercanos.
Cualquier plan se derrumbaba si era a más de diez a quince días.
Pero vacaciones son vacaciones: necesarias. Para aflojar el estrés y renovar el rito de rutinas anuales. Con 20 millones en la caja de seguridad del banco o con tan sólo dos latas de cerveza en la heladera.
¿Qué hacer para seguir despuntando el vicio de andar por las rutas del agua y viento sin morir en el intento?
Las restricciones a la circulación por razones sanitarias estaban a la orden del día, y las posibilidades de hacer lo que cada uno conoce y acostumbra no era viable.
En ese contexto fue que prosperó el derrotero estival del yate CAOBA, varias veces propuesto y nunca concretado hasta que un PCR positivo obligó a replantear la participación de su Capitán y otrxs tripulantes en la regata BUE / Punta del Este, en el marco de la #RCAS2022 / Regata Rolex Circuito Atlántico Sur 2022, a bordo del Racing III. ¡Y nunca mejor recalculado!
#CAOBAAguasDulcesVerano2022 retomó los ejes del proyecto original #CAOBARumboSurOficial: educación náutica, cuidado ambiental y equidad de género, incorporando un nuevo eje -dadas las actuales circunstancias y situación social general- : #CAOBASolidario .
Tras cumplir con el aislamiento de rigor y terminar de coordinar la entrega de alimentos no perecederos al merendero El Quinchito ubicado en Maschwitz,Pcia. de Buenos Aires, zarpamos aguas dulces arriba el pasado 20 de enero de 2022 desde el Yacht Club Puerto Madero / YCPM. Siguiendo el Canal Emilio Mitre del Río de la Plata (dado el calado del velero: 2.5 mts) llegamos al Río Paraná y su Delta, recorriendo el Paraná de las Palmas, Arroyo El Sueco, Canal La Serna, Paraná Guazú, Arroyo Sauce. El recorrido fue a motor y contra corriente mayormente, con condiciones meteorológicas más bien adversas, pero que el CAOBA sobrellevaba sin chistar. Así fuimos andando tranquilos, fondeando a cobijo para pasar las noches tormentosas y retomando a la mañana siguiente la marcha aguas arriba. El día 22 de Enero luego de salir al Rio Uruguay por el Río Paraná Guazúllegamos al kilometro cero del RDP: Punta Gorda, la salida al Río Uruguay nos recibió con una tormenta, vientos desde el cuadrante Sur de unos 30 knts aproximadamente gracias a lo cual pudimos desplegar la vela de proa, una yankee, y entrar al Río Uruguay a vela, y cumpliendo así la primera etapa del periplo.
Sigfrido Nielsen
Mar del Plata - Buenos Aires
Sigfrido Nielsen
22/12/2021
La partida inicialmente estuvo prevista para el día Jueves 16 de Diciembre pero el centro de baja que nos iba a proveer el necesario viento franco para el rumbo Norte, se había disipado en San Windy con lo cual tuvimos que esperar el siguiente centro de baja que se presentaría el Domingo 19 por la noche. La tripuleta compuesta por Laura, Leo, José y el capi arribó durante el Sabado 18, dando tiempo a disfrutar de la ciudad, hacer las comprar y algo de shopping. Mardel en el mes de Diciembre es ideal, las temperaturas son muy agradables, a veces hasta bien calurosas, en un momento en el que hay poca gente en la ciudad, situación ideal para realizar paseos, visitar lugares, etc. El campeonato sudamericano terminaba el viernes 18 con Argentina 3 campeón, Perú en segundo lugar y Argentina 1 en tercer puesto, la copa de las Naciones fue toda del color de la bandera Estadounidense que con sus equipos USA 1 USA 2 y USA3 copara los puestos en ese mismo orden, todo muy prolijito :)).
El día Domingo 19 participamos de la caravana nautica para festejar el fin del Sudamericano con decenas de veleros de ambos clubes en un hermoso ambiente de camaradería, el viento se mantenía con un NE de casi 20 nudos con lo cual la partida recién arrancó hacia el final de la tarde con la rotación del viento al SE. Zarpamos a las 18 hs con mar de fondo del NE, con vela en el mástil ayudada con viento de sentina, navegación incómoda, la ola de frente frenaba bastante el avance y los vientos muy suaves no daban suficiente potencia para sobrepasarlas con comodidad. Tuvimos un atardecer a plenos colores naranjas y rojizos por el W mientras que la luna llena simultáneamente salía por el E, increíbles espectáculos de la naturaleza, itentamos ver un cometa en el cielo, por estos días dicen las noticias se distingue a ojo desnudo, ubicado cercano a Venus pero no tuvimos suerte. Respecto a los vientos se había establecido una pequeña zona de alta presión justo en la zona y la intensidad fue decayendo hasta llegar por momentos a la calma con el transcurrir de la noche, hasta la llegada de los vientos del SSE provenientes del centro de baja presión pronosticado, recién a las 8 AM cuando pasamos a navegar puramente a vela, con vientos francos de unos 15 – 18 nudos aparentes, el Caoba cómodamente pasando los 7 nudos en una navegación nuevamente muy tranquila. Llegaríamos así a sobrepasar Punta Rasa a las 15:30 hs, del Lunes 20 navegando a unos 7 nudos con picos de 8 y vientos aparentes de 15 a 16 nudos de la aleta, mayor con 1 mano de rizo y yankee algo enrollado. Se nos abre nuevamente la bahía de Samborombón y derivamos unos 10 grados hacia el NNW, el viento se mantiene del SE y se mantendría así durante toda la noche aumentando levemente de intensidad. El Caoba mantiene la velocidad durante toda la noche en unos 7 – 8 nudos. A primera hora del amanecer pasábamos Punta Piedras y La rada de La Plata se nos presenta alrededor de las 9:30 AM, con el viento en disminución y en popa casi redonda nuestro andar se reduce a 4 – 5 nudos, la ola del Rio de la Plata muy cómoda nos viene casi de popa redonda y el barco avanza tranquilo, empezamos a calcular nuestra hora de arribo a Puerto Madero y los horarios de apertura del puente, viendo que vamos a caer justo o un rato después del puente de las 14 hs, el siguiente puente es a las 16 hs. No tenemos ganas de poner motor y acelerar, dejamos que el barco vaya a su velocidad normal, en un día esplendoroso de sol, aprovechamos para tomar duchas de agua tibia en la cómoda plataforma de popa. En las 25 hs finales de navegación el promedio nos da 6 nudos! Con un total de 44 hs para recorrer las 240 millas.
Llegaríamos a las 14:15 hs del martes 21 de Diciembre con lo cual fondeamos en el antepuerto, siempre atentos a la maniobra de los buques entrando o saliendo del Puerto de Buenos Aires y en ese rato ponemos la funda de la mayor, las fundas de los tambuchos, limpiamos y ordenamos el interior.
Cerramos el año 2021, año complicado si los hay -con plena pandemia del Covid19 - con una nueva singladura, espectacular como las anteriores, disfrutando del agua con amigos en una navegación rápida y cómoda, con vientos francos, sin accidentes y sin estrés. Se siguen sumando millas aprendiendo de las experiencias y con listaditos de mejoras a realizar en el Caoba para aumentar la seguridad y el confort abordo. Aplausos para los tripulantes de esta pierna: Laura, José y Leo. Excelente bautismo de mar para Laura y Leo !!
Sigfrido Nielsen
Buenos Aires - Mar del Plata
Sigfrido Nielsen
22/12/2021
Partimos el Viernes 10 con el puente de las 23 hs desde Puerto Madero. El suave viento SE del prononóstico se hallaba presente y recién viró al E unas pocas horas después con lo cual las primeras horas lo hicimos a motor. La estrategia consitía en intentar llegar a Mar del Plata con viento franco, el domingo temprano antes del pronosticado frente del Sur, no quería repetir el tantas veces escuchado de otros nautas de estar cercano a la ciudad feliz y que el viento virara al Sur con fuerte intensidad complicando la llegada.
Ganando la noche del viernes en una partida anticipada nos favorecía la estrategia.
A la noche el viento viraba al NNE y el Caoba arrancaba a caminar, 6, 7 nudos se hicieron constantes y pasamos la siempre complicada Rada de la Plata a la madrugada.Con 2 manos de rizo y el Yankee a pleno al igual que la trinquetilla el barco iba descansado y rápido. Encaramos el Canal Magdalena y derechito pasamos punta Piedras, el viento aumentó un poco y empezamos el jueguito entre los tripulantes de ver quién registraba la mayor velocidad, Bahía San Borombón consumió la tarde y casi toda la noche del Sábado pasando Punta Rasa con las primeras horas del alba del domingo 12, el récord registrado por Rosana habia sido 14.4 nudos, y el segundo registro era de 14, nada mal, el promedio de unas 20 hs daba unos 7.5 nudos…. Viento rotado algo E nos mantenía con rumbos cercanos al través. Empezaron a pasar las ciudades costeras, San Clemente, Costa del Este, Mar de Ajó, Gesell y al medio día ya estabamos pasando Mar Chiquita, Una navegación espléndida cómoda, rápida para llegar al puerto de Mar del Plata a las 17 hs. El anunciado frente, finalmente se presentó con vientos suaves del sur cuando estabamos colocando la funda de la mayor en la boya de cortesía del YCA. Un timing mas exacto no podría haber salido mejor. Los clubes Nautico e YCA estaban alborotados por una banda de entusiastas chicos acompañandos por padres, autorizades e instructores, se estaba realizando el campeonato sudamericando de Optimist y la copa de Las Naciones con lo cual los clubes estaban invadidos de una juventud entusiasta y alegre.
El día xxxx participamos del asado de camaradería annual del CNMP, vale recordar que Mar del Plata es la ciudad que vio nacer al Caoba en un proceso que comenzó fines de los 80 para ser botado principios de los 90. Con lo cual cada vez que el Caoba llega a Mar del Plata es regresar a la casa.
Felicitaciones a la divertida y experta tripuleta compuesta por Ro, Pili, Aldo, José y el capi. Navegación impecable, sólo restaba disfrutar unos días en Mardel para emprender el retorno en la siguiente ventana favorable.
Sigfrido Nielsen
Mar del Plata - Buenos Aires
Sigfrido Nielsen
10/04/2021
La última pierna, de sólo 260 millas de extensión, luego de toda la experiencia obtenida ya sea respecto al comportamiento del barco, de sus fortalezas y sus debilidades, de los temporales pasados, de las distancias recorridas en piernas muchísimo mas extensas, se presentaba a priori como “un paseo”. Pero el cierre tenía que ser bueno o excelente y eso me ponía algo de presión extra y a que me refiero concretamente? No podía o no debía ocurrir un percance serio que afectara el cierre del viaje, no podía ocurrir un accidente, ya que en toda la travesía, para ese momento ya iban mas de 3500 millas no podía quedar empañada por un percance en la línea de llegada.. se entiende..? Así dadas las cosas y además otros factores extra como la aceleración de los contagios del Covid que no sólo aumentaban el riesgo de que tuvieramos un contagio en cadena abordo sino que tambien empezaba a poner cierta preocupación por el run rún de los rumores de la vuelta a las restricciones de circulación y quizá también a la navegación visto lo ocurrido sólo 4 días despues de la llegada (se prohibió la navegación nocturna) no era nada descabellado pensarlo.
Puesto en perspectiva entonces algunos desafíos eran claros, no postergar la fecha prevista del viaje y cuidar la seguridad.
Pero justamente Neptuno nos vendría a poner a prueba, ya que el pronostico si bien daba vientos francos los mismos pintaban de violeta los mapas meteorológicos y todos sabemos que el color violeta significa temporal dada la escala de intensidades de vientos. En cierto modo yo pensaba es como si el Rio de la Plata viniera a decirnos, viste que acá también hay vientos fuertes? No necesitas ir a la patagonia para que vuelen las vacas, demostrame también a mí que sos capaz de navegar acá con estos vientos!
Mientras pensaba eso tambien pensaba.. bueno.. despues de haber sorteado con éxito sin ninguna rotura de jarcia ni fija ni de labor vientos de 60 y de 70 nudos.. bueno.. acá tendremos… cuánto? 40? 50?… ya estoy curtido para esto y el Caoba también. Pero bueno… convengamos que no era el mejor escenario no? Y tampoco para la tripulación que se sumaba en la pierna, con diversas experiencias previas y que además no conocía el barco.
Dadas estas reflexiones y realidades nos preparamos como siempre, hisopados Covid negativos de por medio, cuidando la burbuja, además de llevar las virtuallas de Francois y los dimes y diretes de Dolores (dos polizontes que misteriosamente aparecían y desaparecían sin mucha lógica aparente pero que nos divertían a todos), viajamos a Mar del Plata el Jueves 8 de Abril con la intención de zarpar el viernes 9 y llegar el Domingo 11 al medio día, la intención era dar espacio a la caravana náutica que se estaba organizando para recibirnos en el Puerto de Buenos Aires.
Hicimos el rol el jueves por la noche los 7 tripulantes oficiales (quiero decir que obviamente los polizontes mencionados no figuraban en él) y terminamos partiendo el viernes 9 al medio día, un dia de sol espectacular nos despidió de Mar del Plata, la noche anterior Jorge y su esposa del velero La Argentina se acercaron al restaurante del club a brindar con una cerveza!.
Un SE suave de unos 18 a 25 nudos nos acompañó hasta la noche del viernes durante la misma se fue incrementando a un poco mas de 25 nudos reales, como precaución como usualmente hacíamos la mayor fue arriada con las ultimas horas de luz, en ese momento dados los pronosticos meteorológicos el veredicto fué: hay que amollarla bien ya que no la izaremos mas durante este viaje, cosa que finalmente ocurrió.
Mientras tanto el polizonte Francois (Franzua) (corporizado en Jorge) hacia mil maravillas en la cocina, ya teníamos otra vez un chef abordo! Atenti!! la persona abordo mas importante no es el que sabe mas de náutica, ni el mas simpático ni el más hábil reparando desperfectos, es el CHEF !!! (y sobretodo si no se marea). Tuve que hacer 4000 millas para entender eso jaja Mil gracias Jorge, todos disfrutamos muchísimo de tus habilidades en la cocina!.
A la mañana del Sabado 10 estábamos al través de la bahía Sanborombón y el viento aumentaba de a poco y a la tarde las rachas por el través y aleta superaban los 30 nudos aparentes. El Caoba seguía a buen ritmo pero hacia el Norte los nubarrones no dejaban de acumularse y las lluvias cantaron acá estamos, nosotros también venimos a dar la bienvenida a Uds, viajeros osados que se atreven a entrar en nuestro territorio!. acá tienen! Nosotros pusimos el cerramiento completo del bimini y estabamos adentro todos secos y cómodos mientras las olas, raras ya que no eran ni la ola corta del Riopla ni la onda larga de mar, de vez en cuando barrían la banda completa.
A la noche del Sábado 10 de Abril ya estabamos pasando Punta Indio y nos adentrábamos siguendo el canal Magdalena, el viento siguió el pronóstico y se fue sucesivamente al norte y luego al NW, bien de frente, en ese momento enrollamos velas de proa y continuamos a motor, la ola de frente, corriente en contra y viento de unos 25 nudos, todo en simultáneo hacían dificultoso nuestro avance y por momentos nos limitaban a unos miserables 2 nudos de avance. Seguimos así hasta que a eso de las 3 AM del domingo 11 el viento siguió rotando (siempre antihorario ya que el centro de baja estaba pasando un poco al sur de nosotros) y se puso de ceñida, fue entonces cuando el Caoba empezó a carretear (en sentido figurado, obviamente) y es lo que necesitábamos, volar un poco, para poder llegar a tiempo a la cita con nuestros amigos en Buenos Aires, es así como bordeando las 8 AM estábamos en la rada de la Plata y teníamos la ola del rio color marrón, aún de frente pero el viento ya con sus 25 nudos y en aumento daba para ceñida cómoda con lo cual el Caoba ya quería tomar vuelo pero la ola tan corta dado el desplazamiento del barco y la eslora no podía acompañarla así que la atropellaba a puro macho y sin chistar. Lo que teníamos entonces era el barco andando a unos 6 nudos sobre el fondo y las olas barriendo enteritas y permanentemente la cubierta. Tan importante era el barrido que superaba el cerramiento del bímini y terminaba bañándonos en el cockpit, suena increible, no había ocurrido en todo el viaje y con olas muchísimo mas grandes y velocidades del barco mucho mas altas pero al ser ondas largas el barco las acompañaba, cosa que no ocurría en esta oportunidad.
Un par de capturas de pantalla de los pronosticos vigentes que teníamos, por suerte eran vientos francos.
Terminamos de pasar la rada de la Plata y el viento aumentó y se franqueó un poco mas, ya teníamos cómodos cerca de 35 nudos aparentes de racha con lo cual la velocidad aumentó y comenzamos a volar, 7 nudos, por momentos 8 (la corriente seguía en contra) y así seguríamos hasta llegar al Puerto de Bs As a las 12:15 del medio día sólo 15 minutos después de la hora prefijada 2 días antes. Por suerte en esta ocasión los vientos que enfrentamos durante la travesía fueron un poco menores a los pronosticados pero igualmente el final terminó siendo a toda orquesta, nuestros amigos, familiares, tripulantes y simpatizantes nos esperaban en el puerto. Dados los fuertes vientos la caravana se había suspendido pero los víctores y aplausos de la multitud al cruzar el puente Cecilia Grierson en Puerto Madero fueron momentos que nunca olvidaré y me atrevo a decir que Jorge, Julián, Paula, Rosana, Darío y Fernado, la tripualción de lujo que me acompañó (al igual que todas) nunca olvidarán. Respecto a los dos polizontes Francois (alias Franzua) y Dolores no sabría qué decir, estimo que lo pasarom muy bien también pero por las dudas no digo mas nada no sea que las autoridades tomen nota de la irregularidad.
Unos 8000 Km de singladuras, 4 meses recorriendo todo el litoral marítimo de nuestro país, llegando hasta Ushuaia y recorriendo completamente el canal de Beagle (varias veces en todas sus caletas), recorriendo la Isla de los Estados, todo ello pese a la pandemia, pese a todas las dificultades, con cero (0) accidentes personales, transmitiendo los ejes del proyecto de enseñanza náutica, respeto y cuidado del medio ambiente e integración de la mujer se habían logrado con creces: el involucramiento de los participantes, el impacto en los medios periodísticos y en el ambiente náutico deportivo hablan por sí solos.
Mi agradecimiento a Anibal Risso y a todos los participantes, sin ellos este proyecto en la forma en que se realizó no hubiera sido posible..
Mención especial a Carlos Saguier Fonrouge, profesional de la náutica deportiva, navegante de primera y explorador de nuestro sur que escribiera el libro “ Periplo al Sur” donde relata el viaje con el velero Sortilegio. En ese libro están descriptos con lujo de detalles muchísimos puertos, caletas y lugares de nuestro sur que fueron usados de guía para este viaje..
Tuve el privilegio de recibir la visita de Carlos para interiorizarse del Caoba en las últimas semanas antes de la partida y el honor que me regalara un ejemplar autobiografiado de su libro, y desde ya recomiendo su lectura a todo aquel interesado en realizar una travesía similar.
Los espero en las próximas singladuras
Mar del Plata - Buenos Aires
09/04/2021
La etapa 5, Mar del Plata - Buenos Aires, comenzó el 09/04/2021 a las 11:40 y finalizó el 11/04/2021 a las 12:30, con una duración total de 2 días y 0 hora
Sigfrido Nielsen
Mantenimiento del Caoba en Mar del Plata
Sigfrido Nielsen
18/03/2021
Llegados a Mar del Plata el 7 de Marzo, casi inmediatamente comenzaron las tareas de coordinar los trabajos de mantenimiento tales como la sacada a tierra, pintura, repaso de la vela trinquetilla, etc.
Lo mas complicado fue coordinar la sacada a tierra ya que para ello se requeria alinear los planetas (y son varios los planetas) en primer lugar obtener el turno en el club Nautico Mar del Plata (que ademas para una movida de este tipo son limitados a 3 dias x semana) que a su vez tenían que coincidir con un dia y horario en el cual hubiera marea alta, ya que de otro modo el barco por su calado no podia llegar hasta el muelle, luego hacer coincidir todo con el turno de la grúa que lo iba a izar y finalmente la meteorologia que tenía que ser favorable ya que las condiciones de viento de los cuadrantes Norte afectan muchísimo a la baja la marea (y por ende imposibilitan la maniobra) además que en caso de tormenta no se realizan tareas por peligro a descargas electricas.
Fianlmente teniendo en cuenta todos estos factores se agendó para mediados se la semana siguiente o sea el 17 de Marzo. Mientras pedí presupuesto de repaso de pintura de obra viva, bandas y cubierta.
El dia 11 de esa misma semana se coordinó todo para la sacada pero la marea no se hizo presente con la intensidad necesaria y hubo que postergar.
Finalmente las condiciones ideales se lograron el dia 18 y una mañana esplendida, de sol radiante la grúa de la empresa Grumar de 40 toneladas de capacidad se hizo presente para levantar de modo impecable al Caoba y sus aproximadamente 22 toneladas de peso.
Tremenda impresión ver el barco colgado de un par de cables, suspendido a varios metros de altura como si fuese un “juguete” con su jarcia de un par de decenas de metros de altura, imponente espectáculo que con gran profesionalismo fue impecablemente realizado y el caoba quedó depositado en su carretón.
Se usó el mismo carretón que fuera construido muchos años atras especialmente para el barco y que gentilmente me prestaron. Recuerdo para quienes no estan al tanto que el barco fue construido en Mar del Plata y botado en en Club Náutico en los años 90 y por entonces fue el barco estrella, con lo que verlo nuevamente en tierra en el playón atraía comentarios y recuerdos de muchos socios de las instituciones nauticas.
Simultáneamente al izado del barco terminé de acordar el esquema de pintura y los costos con la cuadrilla de los Robles, contratista del Astillero Contessi, vecino al club. Ellos ya habían realizado la pintura completa del barco en el 2017 y habían realizado un trabajo profesional en muy poco tiempo. Los resultados que iba a obtener esta vez nuevamente iban a confirmar una buena elección. En 10 días iban a terminar realizando pintura del fondo (primer + silicona) en partes dañadas + pintura siliconada completa de toda la obra viva, repaso de los daños en la banda de babor y varias manos de pintura en la cubierta, emparchando las manchas de óxido y pintando todo con poliuretano blanco. El barco iba a quedar impecable!
En simultaneo recurrí a los servicios de un especialista en timones y sistemas hidráulicos de embarcaciones (mayormente pesqueros) para reparar el cilindro hidráulico del piloto automático. Luego de desarmarlo y analizar, su diagnostico fue lapidario: “Este cilindro nunca anduvo bien ni va jamás andar bien, siempre careció de un sello imprescindible y digo esto porque no slo dicho sello está faltante, ni siquiera tiene hecho el alojamiento para dicho sello”. Rápidamente me convenció y se lo dejé para intervenirlo, además de re-diseñarlo las tareas incluían reemplazo de mangueras, codos y revisión integral.
Como si todo esto fuera poco recurrí a los servicios de Oscar para repasar la trinquetilla, que estoicamente se había bancado sin chistar los ventarrones del sur, pero ya estaba solicitando service del protector UV y de costuras. Oscar la dejó a nuevo y también repasó las costuras del cerramiento de la bimini que si bien aguantó sin roturas los temporales, bueno.. algunas costuras habían cedido. Además realizó el cerramiento completo del bimini y eso nos proveyó un espectacular confort en la ultima pierna, al brindarnos protección completa del viento y de la lluvia. El cockpit con todos sus cerramientos activos quedó como una burbuja transparente (término tan de moda en estos dias :)). Fuera de ella podían soplar 30 o 40 nudos que dentro no se siente nada, pero la visibilidad es completa, todos quedamos muy contentos con el rendimiento en el agua.
Gabriel, marinero del YCA terminaría con los trabajos en el interior, repaso de pintura de sentina, limpieza del motor y general de los interiores.
Mar del Plata tiene varias ventajas para realizar mantenimientos a un barco como el Caoba, combina precios razonables de servicios y repuestos con una variedad muy grande de profesionales especializados en pinturas, mecánica, hidráulica, soldaduras, etc. Todo ello fruto de la intensa actividad pesquera, de los diques secos y astilleros que se encuentran en el puerto, donde la actividad es febril; dia y noche se trabaja para mantener los buques de las diversas flotas de altura que recalan en el puerto. La actividad económica que genera la pesca impresiona. Además la gran mayoría de los talleres y casas de repuestos se hallan en las cercanías del puerto y por ende del club. Casi cualquier cosa que uno necesite está cerca, caminando o en bicicleta se puede llegar fácilmente.
De este modo el barco quedó listo y fue botado el día miércoles 31 de Marzo con lo cual tenía por delante los feriados de semana Santa para volver a colocar las velas, escotas, cabos y tantos detalles ya sea de la jarcia de labor como del interior a los fines de dejarlo listo para el fin de semana siguiente en la cual se preveía navegar la ultima pierna, Mar del Plata – Buenos Aires y de este modo el proyecto en lo que concierne a la navegación en sí quedaría terminado.
Ese finde vendrían Rosana y Aldo a ayudarme con las tareas de otro modo llevar a cabo todo solo se hubiera hecho una tarea extremadamente pesada, mi especial agradecimiento hacia ellos!.
Sigfrido Nielsen
Puerto Pirámides - Mar del Plata
Sigfrido Nielsen
08/03/2021
Partimos de Puerto Pirámides el 3/3 a las 19:15 hs con un leve sur, llegando a Punta Quilla, la boca del estrecho la visibilidad disminuye notablemente, una espesa niebla y cielo nublado se combinan para una noche cerrada, se escucha una bocina de barco lejana, un buque estaba entrando por el sur, mientras que nosotros saliamos bordeando la costa norte de la península. El AIS nos mostraba su posición y nos da la necesaria tranquilidad para continuar navegando relajados. Son las 12 de la noche y el viento sigue siendo suave. Continuamos a motor y vela, recién se comienza a establecer aproximadamente a las 3 AM del WSW para luego rotar al S y finalmente SE de donde lo tendríamos durante todo el dia 4. El mal tiempo dado por el centro de baja presión que nos daba este viento franco, se mantiene y el día transcurre con lluvias intermitentes, vientos del orden de los 15 a 20 nudos que nos permiten avanzar rápidamente con rumbo NE. Los modelos matemáticos de los pronósticos predicen que el viento SE durará todo el día y a la noche comenzará a disminuir y rotar al E y luego NE durante el dia siguiente (5 de marzo) al alejarse al E el centro de baja presión. Pablo nuestro navegador informa con orgullo que hacemos 164 millas en 24 hs!, muy cercano al récord de las 170 realizado pocos días atrás. Una muestra de las velocidades que es capaz de realizar el barco con vientos adecuados. Luego de una noche tranquila establecemos el motor a media mañana en el momento que una manada de delfines australes se hacen presentes y con sus piruetas, jueguitos y evoluciones en la proa nos divierten por largos minutos. El día comienza con un hermoso sol que luego queda semi-oculto por algunas nubes. La temperatura orillando los 20 grados se vuelve muy agradable y la temperatura del agua ya ha cambiado notoriamente ya se hace sentir con sus 19 grados. El cambio había comenzado llegando a Caleta Hornos donde pasó de unos 11 grados a unos 17 grados.
Luego de meses de tantas capas de ropa en el sur, vestirse más liviano es un alto placer.
El viento se establece del ENE y hacemos rumbo casi norte, apuntando aproximadamente a la ciudad de Necochea sobre la costa Bonaerense. Al atardecer el viento aumenta y se niega un poco con lo cual arribamos a la costa un poco al Oeste del puerto de Quequén, situado en la ciudad de Necochea. Viramos y hacemos un rumbo ESE que nos comienza a alejar de la costa y de nuestro rumbo directo… comenzamos a preocuparnos pero nuestros amigos en tierra, Vicente y Anibal nos tranquilizan vía teléfono satelital informando que el viento a medianoche rotará al N con lo cual podremos hacer rumbo ENE y bordear de este modo la costa bonaerense.
Se cumplen los pronósticos y hacemos rumbo directo durante toda la noche, a la mañana temprano del 7 de Marzo ya estamos a la altura de Miramar, se siente que estamos cerca, Paula desde tierra nos comenta que el velero Patinador con nuestros amigos Marcelo y Eduardo está saliendo de Mar del Plata para acompañarnos en conserva en nuestro arribo, unas horas después lo divisamos en la lejanía lo mismo que la ciudad de Mar del Plata. Nos sentimos felices y con todo el paño desplegado y acompañados por nuestros amigos realizamos un par de bordes para entrar al puerto y arribar a las 13 hs del domingo 7, tomando amarras en el Club Náutico Mar del Plata en una marina de la escollera externa propiedad de mi amigo Jorge. Habíamos logrado todos los objetivos propuestos!!! viajar con seguridad divertirnos, aprender, libres de todo tipo de accidentes y disfrutando de bellísimos lugares: Paso Guaraní, Isla Martillo y Harberton (en Tierra del Fuego), recalar en La Isla de los Estados incluyendo el mítico Faro de San Juan de Salvamento, Caleta Hornos y conocer la zona del Cabo Dos Bahías ese paraíso natural y protegido situado en el cabo norte del Golfo San Jorge, visitar Puerto Pirámides, bellisimo lugar, descansando y evitando vientos contrarios y además de todo eso llegar antes del 8 de Marzo y de este modo Fede y Pablo no tuvieran problemas con los días de vacaciones. Otra singladura realizada, orgullo de todos y demostrando que el trabajo en equipo es fundamental para realizar exitosamente los objetivos propuestos.
Saco la bandera Argentina que había colocado nuevita en Buenos Aires antes de la partida y que ya se encontraba algo desflecada luego de más de 3 meses de navegar continuamente y que soportara los fuertes vientos de nuestro sur Argentino, la firman todos los tripulantes incluyendo José que aclara con toda justicia que es el campeón de truco ja ja.
Al día siguiente Lunes 8 realizamos las tareas de limpieza, lavado con agua dulce, ordenando el barco y finalmente quedo solo a media tarde cuando todos parten hacia sus hogares. Queda por delante organizar las tareas de mantenimiento que llevarán unas pocas semanas hasta poder continuar rumbo a Buenos Aires para completar el viaje.
Sigfrido Nielsen
Caleta Hornos – Puerto Pirámides
Sigfrido Nielsen
05/03/2021
En los preparativos para la zarpada del día siguiente, 1 de marzo, me llama la atención el juego de la rueda del timón, decido ajustar los guardines del sector del timón, evidentemente el temporal pasado había exigido fuertes tensiones a los cables y estos se habían estirado un par de centímetros, la labor se realiza con éxito y nos vamos a descansar la noche del 28 para partir al día siguiente.
El 1 de marzo por la mañana levamos anclas y recogemos el cabo a tierra que en este par de días nos estabilizó, manteniendo el barco en el centro de la caleta a pesar de los cambios de vientos y las corrientes de marea.
Salimos en una mañana esplendida, sol radiante y con un viento Sur, con rumbo NNE directo hacia península Valdés, pasamos por el canal formado en entre la isla Leones y el Cabo San Gregorio, el que se halla más al sur de la península que cierra el golfo San Jorge por el norte, el otro cabo el Dos Bahías se halla un poco más al norte.
Salimos en plena bajante de sicigia y la corriente en el estrecho era importante, algunos escarceos dado el viento Sur que enfrentaba la corriente de Norte a Sur. El Caoba hacía sus cómodos 5 nudos sobre el agua, pero por momentos en el estrecho la velocidad de avance resultaba casi nula, remolinos y remansos se observaban en toda la extensión del estrecho. Finalmente, a vela terminamos de remontar el estrecho y al salir la corriente disminuyó, el barco comenzó a caminar cada vez más rápido, a unos 7 nudos y algo más con el viento sur que entraba por la aleta que se estabilizó en unos 22 reales.
El cielo comenzó a taparse con algunos cirrus y cirrostratos que venían del sur, lugar donde estaba el centro de baja presión que nos daba el viento para avanzar. El hidráulico del piloto automático que había empezado a funcionar se niega a hacerlo y comenzamos a timonear a mano.
Mientras Loco José en la cocina hace maravillas a las que por otra parte ya nos tiene acostumbrados y se cocina un chucrut acompañado con puré con los repollos que tenemos. Tener comida calidad gourmet en el viaje es impagable!!!.
José a estas alturas se ha ganado el título de tripulante estrella del viaje! Y encima ya se está insinuando que nos gana a todos jugando al truco!
El día se vuelve plomizo y con el avance de las horas el viento aumenta y comienza a llover, avanzamos a cómodos 7 u 8 nudos. Una excelente velocidad que nos hace prever el arribo a la boca del estrecho del golfo distante a 100 millas con la estoa de las 4 AM de la bajamar, ideal para entrar con corriente a favor.
El viento sigue aumentando y al atardecer reducimos paño para quedarnos sólo con el yankee bastante enrollado y la trinquetilla. Realizando esa maniobra la rueda del timón externo queda suelta para sorpresa de todos, luego de estabilizar el barco con la rueda de timón interna y poner el barco a navegar con el piloto automático encuentro que los guardines que el día anterior habíamos ajustado se habían salido de su lugar en el sector, posiblemente había quedado algo mal colocado, a estas alturas algo difícil de determinar la causa. Volvemos a colocar los guardines en su lugar y el problema no volvería a repetirse.
La corriente que antes nos ayudaba se ha vuelto en contra y el barco reduce el avance con lo cual ya comenzamos a prever el arribo con la estoa de la marea alta, a las 10 AM.
El inconveniente se presenta a medianoche cuando el avance disminuye aún mas y a las 4 AM se hace evidente que si no ponemos en marcha el motor y sacamos todo el paño para avanzar al menos a 7 nudos tampoco llegaremos a las 10 AM a la boca y eso se convertiría en un problema pues el viento que teníamos originalmente del SE estaba rotando al E y la corriente de bajante de la salida del golfo (que va del Oeste a Este), con viento opuesto del E generará fuertes escarceos que según los derroteros son muy de temer.
Puesto el motor en marcha, tercer mano de rizos, yankee semidesplegado y trinquetilla, el barco despega y comienza a hacer 7 u 8 nudos. La maniobra resulta exitosa y llegamos a punta Ninfas a las 10:30 con vientos de 25 nudos del E (que nos daban ya un aparente en ceñida), entramos y derivamos unos 20 grados para costear el límite E del golfo en busca de puerto Pirámides, distante a unas 18 millas, arribando aproximadamente a las 13 hs. para fondear frente al pueblo. Cuando intento establecer comunicación con la PNA para informar fondeo me responde simpáticamente Erik de la asociación de guardavidas de la playa :) y promete ayudarnos con la bajada a tierra, cosa que hace y al rato Juan de Patagonian Divers con su amigo el buzo Octavio se acerca con su trakker y nos baja a tierra. Si bien teníamos el gomón, el viento reinante y la distancia no hacían aconsejable el uso del mismo así que la gauchada de Juan nos viene excelente.
Bajamos a estirar las piernas, comprar algunas provisiones frescas, tomar un par de cervezas y regresar a media tarde nuevamente con la ayuda de Juan a nuestro hogar temporario.
La noche transcurre apacible si bien el viento E se hace sentir, pero estando al socaire con la costa de protección la ola es mínima y el fondo de arena es un excelente tendedero para el ancla.
El día siguiente, 4 de marzo se presenta también plomizo y pleno de chaparrones y tormentas eléctricas que se suceden todo el día. Aprovechamos para descansar, comunicarnos con nuestros familiares, actualizar pronósticos, etc. y prepararnos para la partida a la tardecita cosa que hacemos a las 19:15 cuando el viento sur pronosticado se comienza a hacer presente. Atrás queda Puerto Pirámides, un pintoresco pueblo que vive del turismo, principalmente del avisaje de ballenas y del buceo y que nos recibió con mucha hospitalidad.
Sigfrido Nielsen
Isla de los Estados - Caleta Hornos
Sigfrido Nielsen
28/02/2021
El día 22 de Febrero, luego de un par de horas, al anochecer de un día plomizo el viento del SW comienza a aumentar cada vez más y nos cachetea toda la noche, registramos al menos una racha de 65 nudos por la aleta (con lo cual al menos estaba soplando 70 nudos de racha, o sea unos 130 Km/h, el barco aún sólo con la trinquetilla algo enrollada se torna difícil de controlar ya sea a mano o por medio del piloto automático, es la media noche, luego de confirmar lo incómodo de la situación decido poner el barco a la capa con la trinquetilla en crujía y el timón atado con algunos grados a barlovento, el barco se pone de través y toma de costado las olas y navega a unos 3.5 o 4 nudos hacia el norte de modo estable y seguro. Queda solo un tripulante de guardia y el resto a descansar, los rolidos son importantes y sobre todo molestos pero sin afectar la seguridad de la embarcación. Así transcurre toda la noche.
A las 8 AM ya del 23 de Febrero nos despierta Fede diciendo que el Caoba parece un barco fantasma :)), la frase pone de manifiesto el excelente estado de animo de la tripulación. El viento había disminuido y el Caoba se mecía suavemente con el oleaje de fondo. Establecemos velas de proa y el barco arranca, el viento ha disminuido temporalmente a unos 20 o 25 nudos pero el día sigue plomizo y con promesas de continuidad en el mal tiempo, llueve de a ratos el viento rota al NW y hace un poco menos de frio, navegamos a 7 u 8 nudos casi constantes. En 24 horas desde nuestra zarpada de San Juan de Salvamento terminaríamos haciendo unas 120 millas, nada mal considerando el tiempo de las 8 horas a la capa.
La noche del 23 al 24 se presenta algo menos áspera que la anterior pero la promesa de mal tiempo se cumple y nuevamente tenemos fuertes vientos de unos 30 a 40 nudos del W y WSW, esta vez el barco no queda a la capa sino con la trinquetilla algo enrollada pero establecida y decido atar nuevamente la rueda del timón y el barco queda navegando a un través durante toda la noche, haciendo entre 4 y 5 nudos de velocidad a rumbo, de modo seguro y muy estable. Voy descubriendo las habilidades marineras del barco y cada vez me siento mas seguro. La tripulación descansa algo incómoda ya que los rolidos son fuertes. Durante la madrugada, alrededor de las 5 AM pasamos a la menor distancia de nuestras Islas Malvinas, a unas 100 millas al este!. Esa mañana del 24 ver el estado de la mar impresiona, olas que estimamos conservadoramente con alturas de 4 o 5 metros se suceden una tras otra, verdaderas paredes que permanentemente vienen por nuestro través, el Caoba se eleva con ellas, escora y las olas pasan, afortunadamente no hay rompientes en sus crestas. Pero las olas remanentes del NW no vienen por nuestro través sino que vienen por la amura de proa y por lo tanto el barco las atropella de tanto en tanto, en esos casos sentimos un temblor y luego un golpe y en una fracción de segundo una ola barre el barco completo. La chubasquera cerrada resulta una bendición y nos permite estar en el cockpit sin mojarnos y evitar en lo posible el mal de mar… los mareos… los tambuchos demuestran ser completamente herméticos, el trabajo constante de sellado había rendido sus frutos y no entraba ni una gota de agua. Seguimos todo el día con rumbo norte, solo con velas de proa y de acuerdo a las intensidades de viento vamos regulando cuanto enrollamos el yankee, nuevamente hacemos unas 120 millas en rumbo norte. La noche se presenta todavía áspera y nuevamente ato la rueda del timón estableciendo un rumbo al través del viento y de la ola, navegamos nuevamente sólo con la trinquetilla a unos 5 nudos. Calibrar la posición de la rueda del timón y el exacto cazado de la trinqueta me lleva un rato pero nuevamente la estrategia es exitosa y el barco queda navegando solo, a rumbo y en una condición segura. A la madrugada del 25 ya la guardia había liberado el timón y desplegado parte del yankee, la promesa de nuestros amigos de tierra que el día 25 iba ser un buen día se comienza a cumplir, el temporal estaba quedando atrás, ya al medio día sale el sol y con ello la energía vuelve y todos comenzamos a sentirnos con fuerzas y excelente ánimo, comenzamos a reponer energías y a alimentarnos casi normalmente. El día transcurre bastante tranquilo lo mismo que la noche con una luna llena espectacular, cocino unas riquísimas pizzas. El viento que hasta ahora había sido excesivo flaquea y toda la noche la hacemos a motor en un mar que comienza a parecer un lago… cuánto contraste!!! pensar que un par de días antes estábamos a la capa!. A la mañana del 26 el viento rota al E, el sol espléndido y por primera vez en muchos días establecemos todo el paño disponible, mayor a tope, yankee y trinquetilla, con un viento de traves hacemos 7, 8, 9 y a veces 10 nudos.. un placer!. Pero ya a la tarde el viento algo en aumento hace que tomemos unos rizos en la vela mayor. A media mañana pasamos la latitud de Puerto Deseado y decidimos seguir a caleta Hornos. El cilindro del hidráulico de piloto automático decide funcionar intermitentemente, un problema recurrente que había sido resuelto por última vez en Puerto Madryn en nuestro viaje de ida. La tripulación se compromete a timonear a mano, cosa que no me convence pero termino accediendo. Entrar en Deseado un viernes por la nochecita no nos garantizaba resolver el problema el sábado y la demora también nos hacía perder la ventana de tiempo favorable que teníamos para ir hasta Hornos, nuevamente la dictadura de los tiempos se impone, eso es algo que no me gusta pero por el momento parece un riesgo aceptable. Continuamos cruzando el golfo de San Jorge con vientos francos del E y ENE el Caoba sigue haciendo gala de sus habilidades marineras y seguimos haciendo millas y mas millas cómodamente a velocidades muy buenas, 7, 8, 9 nudos….
Es así como llegamos al récord de velocidad, 170 millas en 24 hs!. Para terminar arribando a Caleta Hornos a las 10 AM del 27 de Febrero, en una mañana neblinosa, que a último momento cuando ya estábamos a un par de millas de la costa se levantó, dejando paso a un paisaje increíble, una costa recortada con caletas, bahías, islotes, bajo fondos bordeada de cerros con colores amarillos y ocres y rojizos en un contraste hermoso con el mar azul y cielo celeste.
Fondeamos al abrigo de la conocida Caleta y nos dedicamos a descansar y visitar la zona donde estaríamos hasta la mañana del 1 de marzo en que zarpamos con rumbo al Golfo Nuevo, puerto Pirámides para esperar la próxima ventana favorable.
Pablo Catalano
Isla de los Estados y el Bosque de las Extrañas Presencias
Pablo Catalano
22/02/2021
Llegamos con el Caoba a Puerto Hoppner y luego de elegir el lugar, el capitán Sigfrido dio la orden de fondear.
Con mi nuevo amigo Federico nos ofrecimos como voluntarios para desembarcar con el gomón a la playa y preparar los cabos de amarre a tierra a fin de protegernos de los famosos vientos williwaws.
Tal es así que nos pusimos los trajes de agua, botas, abordamos el bote y remamos entre agua azul oscuro y los cachiyuyos hasta embicar proa en la playa de piedra. Afirmamos el bote.
Allí tuve que hacer piruetas para subir por troncos a la parte baja del bosque, caminar entre verdín y rocas de la costa escarpada para buscar fuertes árboles, enlazar los cabos de amarre y pasarle a Federico el extremo del cabo para hacer un gigante as de guía de 5 metros de diámetro. Tal es así que al principio, al caminar por el bosque de lengas, toda mi atención se concentraba en pisar suelo firme, todo cubierto de ramas y cortezas, prestando mucha atención a no caer en algún agujero o fosa, prestar atención a que no hubiese algún animal escondido, siendo difícil el avance entre árboles secos, ramas frágiles, rocas y su altura de 5 metros sobre la costa de acantilado.
Finalmente, luego de un difícil caminar de 40 metros entre obstáculos, llegué a los árboles elegidos con aspecto firme, los enlace y pasé cabos de amarre a Federico quien esperaba 5 metros abajo, al pie del acantilado.
Luego, me puse a observar el bosque sobre la colina, y cada vez se hacía más fuerte y evidente la sensación de una extraña presencia en el bosque.
En todo momento me sentí observado, una sensación de vulnerabilidad y de estar en inminente peligro me invadió, era sentirme como si en cualquier momento fuera a ser cazado o flechado por aquella extraña presencia del bosque, era como sentir que un grupo de indios yámanas, antiguos habitantes del lugar, fueran a hacerse presentes, en cuerpo y alma, en una sensación de paralelismo en el espacio y en el tiempo, y sentir que esa presencia del bosque era muy evidente y real portadora de una energía muy densa. Escalofríos en el cuerpo.
Tal es así, que una voz interior me dijo .... ala .... es tiempo de regresar al velero Caoba ... y decidí emprender el camino de regreso a la playa, dejar atrás el bosque de lengas, rocas, y no volver a incursionar, por ese día, en el bosque, a fin de no sentir nuevamente esa sensación de vulnerable explorador, dejar atrás el bosque inhóspito, amenazante y dejar atrás aquella sensación de sentirme observado por aquellas viejas almas que habitan el lugar.
Así ha sido una de mis experiencias y sensaciones en la legendaria y lejana Isla de los Estados, particular y místico lugar del litoral Patagónico Argentino.
Sigfrido Nielsen
Ushuaia - Isla de los Estados
Sigfrido Nielsen
22/02/2021
La tripulación compuesta por Federico, Pablo y Pablo arribó el 18 de febrero, José ya se encontraba en Ushuaia y estaba incorporado al barco. Ese día se realizaron las compras, preparativos de último momento para poder cumplir el objetivo de partir el 19 a primera hora.
La noche del 18 tuvimos el asado de despedida de nuestros nuevos amigos del club AFASyN, el Tano, Edu, Laura, Raúl y la tripulación del San Patricio con Julio y Daniel se hacen presentes y cenamos en el Ángel B. El hermoso barco para eventos sociales del club.
Partimos a las 6 AM en punto, nuestro objetivo era llegar el 20 a las 4 AM al extremo SE de la península Mitre de la isla de Tierra de Fuego para remontar el estrecho de Lemaire con la estoa y marea subiendo ya que la corriente va de oeste a este en el Beagle y de Sur a Norte con la marea creciente. El cambio de marea ocurría a las 6:22 AM hora de la estoa de la bajamar.
El San Patricio decide salir con nosotros y partimos juntos en la madrugada del 19, los días ya se habían acortado notablemente y las luces del amanecer que a principios de enero se comenzaban a mostrar a las 4 AM recién se dejan ver a las 7 AM.
El Beagle se muestra apacible, vamos a motor a 5 nudos, llegamos a puerto Almanza y hacemos el Paso Guaraní, que ya lo hacía por 5ta vez, si bien ya le tenía la mano no se podía dejar de prestar muchísima atención a la derrota ya que es paso complicado con una determinante de 3 metros y lleno de rocas en las márgenes y en fondo, con algunos pasajes muy angosto (unos 20 metros de ancho). Pero que tiene unas vistas increíbles motive por el cual lo habíamos visitado muchas veces con otras tripulaciones.
Luego visitamos la pingüinera de la isla Martillo, entramos en la bahía de la Estancia Harberton para un último saludo desde el agua, Abby nos saluda desde su huerta orgánica, gran alegría de verla nuevamente y seguimos… el Beagle nos sigue despidiendo apaciblemente, seguimos a motor, recién a la tarde temprano levantamos todo el paño para navegar algunas pocas horas a vela con el viento franco del NW.
El San Patricio sigue a la vista a unas pocas millas y acordamos llegar juntos a la boca del Lemaire.
El atardecer llega tranquilo, el Beagle sigue siendo un lago y nos permite divisar a la distancia, a la altura de la isla Picton y Nueva manadas de orcas? Claramente visibles por los chorros de agua de su respiración.
Tremendo contraste del Beagle, pensar que a la ida ese tramo lo hicimos con vientos de 40 a 60 nudos, que pusieron a prueba la resistencia del barco y la nuestra. Ahora lo hacíamos a motor, en un espejo que nos permitía ver los chorros de la respiración de los cetáceos a varias millas de distancia!!!
Llegamos a la boca del estrecho a las 3 AM, siempre a motor y al no encontrar corriente visible en contra emprendemos la remontada pegados a la costa de Tierra de Fuego hasta llegar a la punta sur de la bahía Buen Suceso momento en el cual, y según el pronostico, el viento rota el N y luego NW para entonces sacar el Yankee, apagar motor y cruzar el Lemaire con rumbo al ansiado destino, la Isla de los Estados, cruzamos con algo de escarceos, una mar algo picada, típica del estrecho, pero que no llega a molestarnos y hacemos entre 7 y 8 nudos sólo con vela de proa.
La isla se presenta sombría, nubes bajas ocultan los altos picos montañosos que la conforman, el amanecer que prometía sol, se nubla y los colores se vuelven plomizos, una sensación extraña nos envuelve, con la tripulación compartimos sensaciones, misterio, amenaza, una naturaleza que se impone…
Arribamos a la caleta Hoppner, nuestro destino previamente acordado a las 11 AM y establecemos 2 líneas de cabos a tierra por las aletas, en la bahía que se encuentra entrando inmediatamente a estribor. Un par de horas mas tarde llega el San Patricio y se abarloa, estableciendo mismo esquema de amarra.
Esa tarde llueve y el cielo se mantiene nublado, los williwaws se hacen presentes y se vuelven una constante a ultima hora de la tarde y por toda la noche, los fondeos y cabos establecidos nos dan tranquilidad y descansamos.
El día siguiente se presenta soleado y mientras parte de la tripulación prepara un asado, Dany del San Patricio nos presta una ayuda invalorable, gracias a él logramos resolver la fuga de aceite que habíamos detectado el día anterior y que tanto me preocupaba.
A las 15 el San Patricio zarpa con el objetivo de fondear en Hoppner interior mientras que nosotros salimos a recorrer la bahía, escudriñamos el angosto paso que comunica ambas bahías que se ve muy angosto y poco profundo pero factible, volvemos a establecernos en el mismo lugar. Luego de analizar las opciones de tiempos disponibles para la singladura de la tripulación, opciones de recorrida por la zona y pronósticos meteorológicos que nos pasan desde el continente decidimos salir a primera hora del día siguiente, 22 de Febrero. Es así como el 22 salimos a las 6 AM para recorrer a un largo la costa norte de la Isla dejando por estribor el archipiélago formado por las islas del Año Nuevo e isla Observatorio...Hacemos unas 30 millas hasta llegar al extremo este de la isla, dejar a estribor la punta Laserre e ingresar en la caleta San Juan de Salvamento donde fondeamos en la Ensenada en 6 metros agua y bajamos a tierra con el gomón y establecemos un cabo a tierra. Nuestro objetivo era visitar el mítico faro de San Juan de Salvamento, o también llamado el Faro del Fin del Mundo, inmortalizado por la novela de Julio Verne. Destino ansiado por tantos navegantes de diversas partes del mundo.
Visitamos el faro, que en su interior es un refugio con mantas, garrafa de gas con hornalla y pava, mesa, bancos y que contiene recuerdos dejados por navegantes de todo el mundo. Nos anotamos en el libro de bitácora del faro, dejo los recuerdos que Rubén me había encargado (documentos de su travesía realizada años atrás), cuelgo un banderín del CNSE con los nombres de la tripulación, tomamos cientos de fotos y José prepara una picada espectacular, regada con vino y champán para festejar el logro. Disfrutamos cada momento de la estadía en el lugar y a las 6 de la tarde zarpamos en medio de una fuerte lluvia con destino norte, Caleta Hornos o Puerto Deseado, distantes algunos cientos de millas al norte.
Adelante nos espera el temporal anunciado del W y SW, el costo asumido de habernos quedado a visitar el faro o de no esperar varios días para una ventana de buen tiempo.
Ushuaia - Mar del Plata
19/02/2021
La etapa 4, Ushuaia - Mar del Plata, comenzó el 19/02/2021 a las 05:00 y finalizó el 07/03/2021 a las 14:24, con una duración total de 16 días y 9 horas
Anibal Risso
Cierre de una etapa
Anibal Risso
31/01/2021
28 de noviembre – 1° de febrero. Más de dos meses a bordo del Caoba, más de dos meses desde que zarpamos de Puerto Madero rumbo a Ushuaia.
En retrospectiva, al mirar atrás, incluidos los meses de preparación, me parece todo tan lejano, otra realidad. Siempre siento cuando navego largo que el tiempo se detiene en mi mente.
Mañana subo al avión que me devolverá a mi cotidianidad en Buenos Aires; mañana vuelvo a mis afectos, a mi casa; mañana vuelvo al contexto covid tantas veces desdibujado estando embarcado.
Hoy estoy cerrando mi participación a bordo en la creación y gestión de esta aventura que denominamos Caoba Rumbo Sur, como colorario de un proyecto más amplio que nació y creció en el Club Náutico Sudeste, mi lugar de trabajo, donde a lo largo de los años he podido unir amigo@s, capitanes con tripulantes, enseñar, aprender y por sobre todo, realizar ésto que tanto nos gusta y convoca que es navegar, tanto en río como en mar.
Gracias a tod@s l@s tripulantes que estuvieron a bordo del Caoba, 25 hasta la fecha, a l@s que falta subir para el regreso desde Ushuaia hasta Mar del Plata y luego Buenos Aires, a l@s que dedicaron muchas horas de trabajo arriba del barco y/o en sus casas para que este proyecto se hiciera realidad y a Sigfrido, el dueño del barco, que pone el juguete para que tod@s podamos jugar.
Esperemos que nuevos propietari@s de barcos se sumen a esta forma de compartir las ganas de navegar, viajar y vivir esta gran experiencia social.
Saluti a tutti
Rosana Actis
Verano fueguino
Rosana Actis
27/01/2021
Mañana de mediados de semana.
Amanecidos y desayunados zarpamos rumbo al Este. De Lapataia a Harberton. 40 millas a vela por el Beagle.
Ni el frio ni la llovizna presagiada al final de la navegada amilana las ganas.
A pesar de que varios de lxs tripulantes ya hicieron el tramo está bien volver a trazar el derrotero y salir. Primero el viento del NO que baja de la montaña en el Parque Nacional. Después la ola y las barrenadas en popa. Timón compartido de a ratos, rotando alrededor del nofogón, alrededor de la rueda del timón. Las millas van transcurriendo. Vívidas. Escuchando el agua y las sugerencias de Sigfrid y Ani entre picada, almuerzo y permitidos de cockpit.
Después de dejar Ushuaia a babor, Puerto Williams a estribor, Almanza a babor y pingüinera: Harberton.
El Beagle se me aparece como un combo de rachas y fresquito, olas y enfilaciones. Amigxs. Compañexs de ruta. De a ratos cautiva. Pero ya desde el mismo puerto de la estancia más antigua de la isla de Tierra del Fuego hipnotiza. Y con tiempo para tomarse un rato para escuchar sus sonidos, descubrir sus colores y estar, en popa, escuchando un poco de jazz antes de mediodía, genera una paz que dan ganas que dure para siempre. Ahí.
O al menos así se me apareció. Esos días tranquilos y a reparo. El Beagle a vela.
Anibal Risso
Un signo “+” en el InReach
Anibal Risso
26/01/2021
A lo largo de los años organizando viajes con la Escuela de vela, fueran singladuras largas o cruces sólo de fin de semana, las noticias del continente llegaban siempre por algún medio. Si bien la tecnología avanzó y nos mantiene conectados, pocos lugares nos aíslan tanto como el navegar. Varios días en el mar, desconectados del resto del mundo, siempre son sucedidos por la ansiedad de las noticias del exterior. Dentro estas secuencias de comunicación estuve presente en todo tipo de noticias: de las tristes y de las festivas, como cuando el Jaska, un tripulante, se enteraba del nacimiento de su hijo unos días antes de lo indicado por el obstetra que le había dado el ok para la ausencia, o tan solo un signo + que recibió Ramiro esta mañana al InReach comunicándole que en algunos meses será papá. Otra de las anécdotas que se acuñarán en esta historia náutico-social llamada Caoba Rumbo Sur.
¡¡¡Felicidades Rama!!!
L@s tí@s del Caoba.
Anibal Risso
Cambio de Tripu
Anibal Risso
19/01/2021
Un buen asado la noche del domingo 18 de enero en el AFASyN fue el marco perfecto para el cierre de una etapa e inicio de la siguiente, para el cambio de tripulación. Se juntaron en ese quincho las tripulaciones que se bajaban y se embarcaban.
Carito, Fernando, Flor, Lía y Ramiro son el nuevo equipo a bordo del Caoba. Todos son ex-alumn@s de la Escuela de Vela del CNSE y además han formado parte de otros proyectos de navegación que he coordinado en el marco de la Escuela como “Un Martini para compartir” con el que cruzamos el Atlántico partiendo del Mediterráneo hasta llegar a Riachuelo (ROU), y el proyecto “Brasil” a bordo del Caudillo con el cual navegamos Buenos Aires / Noronha / Buenos Aires.
Se conocen entre ellos y forman un gran equipo de trabajo.
Alistaremos el barco, haremos las compras, realizaremos el chequeo meteorológico y zarparemos.
Buscaremos repetir los mejores lugares de la recorrida anterior y explorar nuevos lugares como las cascadas en Almanza y fondear en el pasaje Guaraní: una semana para seguir ensayando esta forma de navegar de caleta en caleta, de caletear por el Canal de Beagle.
Anibal Risso
Caleteando
Anibal Risso
12/01/2021
En el diccionario náutico de Ushuaia se encuentra lo siguiente:
Caleteando: Gerundio del verbo caletear. Dícese sobre la acción de vagabundear al ancla día tras día, de caleta en caleta.
A partir de la imposibilidad (al menos por ahora) de ir a Isla de los Estados o al Cabo de Hornos, Diego, el comodoro del Club Náutico AFASyN, charlando sobre las opciones de navegación desde Ushuaia me mandó a caletear.
Hermosa expresión que utilizaré en forma verbal y en acción durante el resto del mes de enero.
En el canal de Beagle, la isla de Gable y sus alrededores nos ofrece muchas caletas, pasos, isla para recorrer,lugares para fondear, desembarcar y caminar por este paisaje imponente, sobrecogedor.
La nueva tripulación, embarcada desde el 8 de enero, se integró rápidamente y funciona a pleno. Continuamos a bordo Sigfrido, Vladimir (nuestro vikingo), y yo, y se nos sumaron dos amigas de años (Mariana y Claudia), una ex-alumna de la Escuela de Vela del CNSE (Lorena), y Rubén, un conocido sin conocer, una de esas cosas raras que te da la náutica en Buenos Aires. Navegué en los dos barcos de Rubén hace 20 años (sin él a bordo), me hablaron varias veces de él (siempre cosas buenas) pero nunca lo había visto ni conocido personalmente y terminamos acá, en el fin delundo
Tenemos 6 días por delante para disfrutar del “caleteo”, hasta el 18 de enero. Regresaremos entonces a Ushuaia para recibir al segundo equipo que viaja al sur para estas etapas por la zona y seguir Caleteando, un bella forma de vivir la náutica.
Sigfrido Nielsen
Recorriendo la zona del canal del Beagle
Sigfrido Nielsen
09/01/2021
El 6 de enero llega a Ushuaia la nueva tripulación: Rubén, Claudia, Mariana y Lorena, que se sumarán a Vladimir, Aníbal y a mí.
Alquilaron un departamento en el cual se quedan un par de días, durante los cuales recorren un poco la ciudad y sus atractivos, y aprovisionan el Caoba para la próxima singladura. Además realizamos las últimas tareas de mantenimiento tales como cambiar el tipo de aceite del malacate por uno más viscoso, cambiar la bomba de agua dulce y reparar a nuevo la bomba de agua del motor que ya había comenzado a nuevamente a perder agua. Todo gracias a Mariana que pudo traer desde Buenos Aires los repuestos que hacía tiempo tenía comprados.
Cierro trato con Daniel, marinero del Club Naútico AFASYN, quien nos presta un excelente gomón francés de Hypalon de 4 metros de eslora y piso de aluminio para 750 kg., a cambio de mi gomón despegado (y seminuevo). Con este gomón –que entra justo sobre cubierta entre la trinquetilla y el mástil- podremos desembarcar en nuestros recorridos a realizar. Lo traemos y colocamos en cubierta.
Así las cosas, salimos de Ushuaia el viernes 8 de enero a las 17:30 hs.
Diego, el presidente del Club AFASYN, nos había aconsejado ir a Caleta Vito Dumas en la Isla Redonda, frente al parque Nacional Bahía Lapataia en el extremo oeste de Tierra del Fuego, muy cercano al limite con Chile. Me prestó cartas náuticas del Canal de Beagle y con sus indicaciones luego de unas 2 horas y media de navegación, sorteando algunos islotes y navegando hacia el Oeste, llegamos sin el menor inconveniente.
La gran ventaja de los días largos de estas latitudes es que nos permite arribar con luz, algo fundamental, así podemos esquivar bajos fondos, cachiyuyos y elegir convenientemente el lugar de fondeo. Descubrí por primera vez las inconsistencias de la cartografía Navionics, con gruesos errores del orden de 1 ó 2 cables corrido en distancia, otra razón para navegar de día y no confiar en la navegación electrónica.
Llegados a la Caleta, tiramos el fondeo de proa hacia el NE y por la popa tiramos 2 cabos por ambas aletas a tierra usando unos cabos que ya existían.
El lugar se ve abandonado desde hace unos años, un semirrígido flota amarrado con cabos a tierra, otro catamarán está en la playa, ambos con sus motores, que lucen impecables, los tubos de PVC semidesinflados.
Lorena cocina una riquísima empanada gallega (tarta de pescado) y nos vamos a dormir.
La noche fue relativamente tranquila, pero de vez en cuando se escucha un ulular y un williwaw desciende y alcanza el Caoba, escorándolo levemente. Durante toda la noche y especialmente a la madrugada vienen cada tanto, duran entre 10 segundos y un minuto y luego calma nuevamente. Nada parece grave, el barco está fuertemente amarrado y tenemos casi toda la cadena en el agua, nos sentimos muy seguros.
A la mañana siguiente desembarcamos. La casilla postal está cerrada al igual que todo el lugar. Tengo una sensación extraña, bellísimo lugar, invadido con yuyos altos, la bandera argentina de pie, pero todo cerrado con llave. A través de las ventanas se ven mesas, banderines, vasos, garrafas de gas, tanques de nafta para los gomones, parrillas, tanques de agua, algunos en funcionamiento con el agua de lluvia, el muelle algo necesitado de mantenimiento. Todo el conjunto da una sensación rara, parece que los habitantes se hubieran ido súbitamente como para volver al día siguiente pero luego de varios años no retornaron nunca; no hay signos de vandalismo. Comienzo a comprender la sensación, es similar a lo que transmiten las películas de ciencia ficción cuando el mundo se detiene y los humanos se retiran o desaparecen y pasan varios años, todo parece funcional pero envejecido, un abandono súbito sin tiempo de preparación ni planes. El lugar está a nuestra completa disposición. El día con una temperatura de más de 20 grados, sol a pleno, sin nubes invita a recorrer los senderos de la isla; entre bosques, pastizales y lugares de roca viva, la naturaleza invita y accedemos a la tentación.
Rubén, fotógrafo de profesión despliega su dron, un Navi Pro2, y graba video en 4K, altísima resolución. Me lo presta un ratito y me explica detalles necesarios para aprender a manejar el mío. Toma fotos y videos espectaculares (Rubén también había filmado con el dron nuestra partida de Puerto Madero hace unos 45 días atrás, un maravilloso recuerdo).
En unos 15 minutos pasamos al otro lado de la isla, encontramos el mástil Crucero General Belgrano con sus placas conmemorativas de diversos años: 2008, 2010 2012. La bandera argentina se ve vieja y está hecha jirones a causa de los fuertes vientos. Intento colocar otra de repuesto, pero también está hecha jirones. Me siento algo frustrado; el abandono de la bandera parece ser un símbolo de los tiempos de nuestra querida patria.
Más tarde aparecen visitantes que provienen del destacamento de la PNA identificador L5A que se halla a la vuelta, sobre el Canal Beagle. Luego voy hasta allí en persona, siguiendo los senderos, y me encuentro con Juan, a cargo del lugar, y varios suboficiales que saludan amablemente. Se hallan abocados a terminar de cocinar un riquísimo asado al aire libre ya que tienen visitas que llegaron a la mañana en un guardacostas y que partirán por la tarde.
Prosigo el recorrido y retorno a la caleta. Mariana, Claudia, Vladi, Lorena y Rubén deciden hacer una picada y traen del barco las provisiones: queso, cerveza, sándwiches. Compartimos el sentimiento de sentirnos unos privilegiados.
De regreso en el Caoba, Vladimir es finalmente convencido de recibir la inyección de calmante. A estas alturas Vladi ya estaba bautizado como el hombre de la pierna ortopédica (tanto por la gente del club como por nosotros). Así las cosas, Claudia resulta ser la enfermera designada para la aplicación que realiza profesionalmente pero el paciente, un duro croata de los mares que se banca todo, monta una escena muy divertida que es registrada con las cámaras.
A última hora de la tarde salimos nuevamente de excursión. Esta vez con Rubén vamos en busca de la parte más alta de la isla. Para ello la cruzamos y dando una vuelta llegamos al mirador a más de 100 metros sobre el nivel del mar. Las vistas de la Bahía Sarategui, Bahía Lapataia, Canal de Beagle, y, del lado chileno, Isla Navarino, Canal Murray e Isla Hoste son únicas. Rubén aprovecha para sacar unas excelentes fotos.
El viento aumenta y ha rotado al sur según el pronóstico
Derroteros Ushuaia
08/01/2021
La etapa 3, Derroteros Ushuaia, comenzó el 08/01/2021 a las 18:00 y finalizó el 18/02/2021 a las 12:00, con una duración total de 40 días y 18 horas
Incluye los siguientes tramos:
1. Derroteros Ushuaia - Recorrido 1: Inició el 08/01/2021 a las 18:00 y finalizó el 16/01/2021 a las 18:00, con 8 días y 0 hora de navegación.
2. Derroteros Ushuaia - Recorrido 2: Inició el 19/01/2021 a las 14:00 y finalizó el 24/01/2021 a las 22:00, con 5 días y 8 horas de navegación.
3. Derroteros Ushuaia - Recorrido 3: Inició el 25/01/2021 a las 18:30 y finalizó el 30/01/2021 a las 16:00, con 4 días y 21 horas de navegación.
4. Derroteros Ushuaia - Recorrido 4: Inició el 01/02/2021 a las 10:00 y finalizó el 18/02/2021 a las 12:00, con 17 días y 2 horas de navegación.
Anibal Risso
Las tripulaciones, ese laboratorio de interacción social.
Anibal Risso
30/12/2020
Ya estamos en Ushuaia, paseando y descansando desde hace unos días. Es tiempo de reflexión mientras parte de la tripulación que hizo el tramo desde Mar del Plata prepara sus bolsos para regresar a sus hogares; se desarma así el segundo grupo de a bordo.
A lo largo de mi carrera trabajando como navegante, el armado de las tripulaciones, elegir los perfiles, la viabilidad en las combinaciones de temperamentos, habilidades y conocimientos que aporta cada cual al barco, es una de las tareas que más me gustan y en la que mi formación académica y familiar se pone más de manifiesto.
En el proyecto Caoba Rumbo Sur la gran cantidad de tripulantes que ya pasó y que pasará por el barco a lo largo de sus etapas, sumado a las diferentes complejidades en cada una de ellas, hizo de esa tarea un gran desafío.
Lograr equipos sólidos a bordo, divertidos, colaborativos y unidos no es tarea sencilla; todos conocemos historias de amigos que se embarcan y se desembarcan como enemigos, capitanes gritones y tripulantes insufribles.
Erradicar esas historias de los barcos fue siempre una premisa para mí y una de las máximas que repito hasta el cansancio en los cursos: “La parte más frágil de un barco y la que requiere más cuidado es la tripulación”. Una tripu sólida, divertida y unida no sólo hace a una navegación agradable y segura sino que además se convierte en una experiencia altamente vinculante y movilizadora emocionalmente, para mí la vida a bordo es mi laboratorio de interacción social.
En la tripulación Buenos Aires - Mar del Plata la mayoría ya se conocían, ya habían trabajado juntos, así lograr la integración de los nuevos fue mi foco.
Opuestamente, la tripu que se embarcó en Mar del nunca había navegado entre sí; la formación de parejas de trabajo dinámicas e ir encontrando de a poco sus gustos, momentos del día, puntos flojos y altos fue mi foco. Reviso lo recorrido y sé que lo logramos. Ver trabajar juntos, resolviendo los distintos problemas mecánicos (piloto, bombas, baño, limera), a los “ingenieros” era muy divertido; las tormentas de ideas que convocaban a toda la tripulación a debatir alternativas fueron magníficas y siempre con resultados mejores, con ideas claras y consensuadas.
Un barco lleno de tripulantes puede ser muy muy divertido o un gran infierno, solo hay que entender que no es sólo juntar gente que sabe navegar.
Virginia Sandoval
Ushuaia
Virginia Sandoval
27/12/2020
Nos acercamos al muelle de Ushuaia. Mi mirada se va hacia la popa. En el mar no quedan huellas pero se atesoran adentrito de uno. Tomamos amarras y desembarcamos. Es el cierre de un sueño cumplido y ahora toca soñar nuevos proyectos. Encuentro en Pauli un reflejo de mis emociones, o algunas de ellas. Abrazo hondo. Las lágrimas con risa tienen la magia de la lluvia con sol. Lo que viene da vértigo y va a ser grandioso también.
Sigfrido Nielsen
Bahía Harberton - Ushuaia
Sigfrido Nielsen
27/12/2020
Mientras estábamos en Harberton, Silvio Lima, el capitán misionero del Antárticos, nos ofrece agua potable para nuestro exhausto tanque que no reponía agua desde la parada en Camarones. Así casi llena nuestro tanque con unos 700 litros de agua dulce, que agradecidísimos aprovechamos para ducharnos! En la última parada, San Julián, el agua del muelle no era potable así que decidimos no cargar para no contaminar nuestro tanque.
Silvio me comenta que desde Ushuaia va a venir a darnos la bienvenida “el Tano”, Gustavo Derito, del Club Náutico AFASYN y miembro de ADAN, asociación de navegantes de la cual también soy miembro. Además me pasa su contacto. Previamente, el secretario de ADAN, Luis Monsonis, me había comentado sobre el Tano y a él le había anticipado nuestra llegada.
El día 26 de diciembre al mediodía llega el Tano en el barco de Edu, el Bugga Buy (significa algo así como “amor imposible” en armenio). El barco es de bandera brasileña y su dueño un brasileño gauchazo excelentemente predispuesto a dar una mano donde sea necesario. Fue así como, al enterarse de nuestra llegada y saber que el Tano iba a venir a nuestro encuentro, le ofreció su barco ya que el del Tano tiene poca eslora. Así las cosas, llegan y, luego de las presentaciones del caso, nos ofrecen ir en conserva a conocer Isla Gable y el destacamento de la PNA que está en la isla del mismo nombre, unas pocas millas más hacia el Oeste, acercándonos cada vez más a Ushuaia.
El Muelle de Gable nos recibe ásperamente, con un hierro desnudo que impacta en la banda del Caoba, abolla un poquito el casco y hace saltar la pintura… Al rato el viento comienza a soplar del Este y el Caoba apoya cada vez más fuertemente sobre el muelle; no hay defensa nuestra que me parezca suficiente y, cada vez más incómodos, decidimos salir.
Apuntamos a Almanza, el pueblito pesquero a unas 10 millas de distancia, siempre hacia el Oeste. Llegamos con poca luz y fondeamos en 8 metros. El Bugga Buy se nos acodera y nos invita con una riquísima cena de bienvenida!!! Sorpresa total abordo! No solamente nos vienen a recibir sino que también nos invitan la cena (fideos con salsa) y además nos dejan facturas para el desayuno!!!
Nos seguimos sintiendo en casa con amigos que parece hubiéramos conocido desde siempre!!!
A la mañana siguiente partimos bien temprano, 5 AM. El pronóstico eran fuertes vientos del Oeste a partir del mediodía, así que teníamos que anticiparnos a llegar a nuestro destino final, Ushuaia, donde arribamos a motor, en una mañana seminublada alrededor de las 12 hs.
Me llevaría varios días terminar de entender que habíamos llegado al destino tan soñado. El paisaje bellísimo, la tripulación feliz, la plácida mañana, el Caoba navegando tranquilamente parecía naturalmente integrado al paisaje, todo se veía tan armonioso que parecía natural, como si la situación fuese normal y cotidiana.
En el Club Náutico AFASYN nos estaban esperando con un lugar asignado en el muelle y una cálida bienvenida, salón para eventos sociales, baños con duchas espectaculares y el descanso tan merecido.
La tripulación comenzó a recibir a sus seres queridos, y Silvana, Virginia y Paula comenzaron a sacar sus tickets aéreos para regresar a sus casas; otra etapa comienza. El fin de año se acerca velozmente.
Algunas reparaciones comienzan a ejecutarse para preparar el barco para las próximas singladuras por la zona, y dentro de ellas la más esperada es Isla de los Estados. Chile, con sus fronteras cerradas por el momento, nos impide planificar la vuelta al Cabo de Hornos y el circuito de los ventisqueros.
Mientras la hospitalidad del Tano y de ADAN no se hace esperar, nos proveen de información acerca de quién puede arreglar (y terminó arreglando en tiempo record) nuestro alternador, llevada y traída de la ropa de la lavandería, recomendaciones, etc. Seguimos sintiéndonos en casa. Muy agradecidos!!!
Se suceden entrevistas para los medios: FM 94.1; la TV pública envía un periodista y camarógrafo para hacernos una nota; otra entrevista para la ONG Ecovidaambiente. La difusión del mensaje, objetivo del proyecto, continúa. Proyectos en común con otras organizaciones ecologistas se insinúan y así los proyectos siguen su curso.
Se acerca fin de año y está terminando muy bien. Objetivo cumplido!!! Felicitaciones al grupo, a los tripulantes, especialmente a los de la última pierna: Vladimir, Paula, Bernardo, Silvana, Virginia y al profesor Anibal Risso.
Sigfrido Nielsen
San Julián - Bahía Harberton
Sigfrido Nielsen
25/12/2020
Salimos de San Julián el domingo 20 de Diciembre a las 4 am con la pleamar, de esa manera pasábamos por encima de los bancos de la entrada sin mayores problemas, dada la amplitud de marea de 9 metros. De otro modo algunas profundidades al 0 marcadas en la carta con valores de unos 3 metros iban a ser un problema para los 2,5 metros del calado del Caoba.
Partíamos con el problema de la bomba de agua externa del motor resuelto gracias a la excelente voluntad de Juan Manuel, mecánico de motos, que se acercó con su gomón a ofrecer espontáneamente ayuda y que nos proveyó del retén que necesitábamos. El equipo de mantenimiento del Caoba, compuesto por Virginia y Bernardo (ya a estas alturas bautizado, con toda razón, “El Mago”).
El alternador luego de las abundantes duchas de agua que recibió de la bomba rota quedó dañado y desconectado sin solución posible hasta llegar a destino.
De todos modos, la abundante generación de los paneles solares y el eólico probaron suplir con creces la electricidad del alternador, sobretodo con los excesos de viento que recibiríamos en Tierra del Fuego.
La marea en bajante nos generaba una corriente hacia el sur, favorable a nuestra derrota, que en parte compensaba el poco viento del cuadrante norte que teníamos. Pusimos rumbo directo al canal de Lemaire, que separa la isla de Tierra del Fuego de la Isla de los Estados. Ese rumbo de unos 180 grados verdaderos no lo abandonaríamos por más de 48 horas y en ese marco la costa que hacia el sur torna con rumbo SSO-NNE se fue alejando progresivamente hasta quedar a más de 80 millas de nuestra posición cuando estábamos aproximadamente al través de la ciudad de Rio Gallegos. Fue la distancia a tierra más grande registrada en el viaje. De este modo perdimos comunicación vía VHF con las prefecturas de tierra, si añadimos a eso que en todo el viaje hasta llegar a Bahía Puerto Español en la zona del canal de Beagle sólo nos cruzamos visualmente con un único barco, el Skandi Patagonia (barco de apoyo a las plataformas petroleras en el offshore de Tierra del Fuego), la sensación de soledad aumentó.
La noche del 20 de Diciembre el viento rotó al SO con lo cual la ceñida se volvió bien ajustada y aumentó fuertemente a unos 30 – 35 nudos, avanzamos dificultosamente con mayor en 2 manos de rizo y trinquetilla.
Al día siguiente, lunes 21, el día amaneció frío y la temperatura fue bajando progresivamente; prendimos la estufa por vez primera en navegación y se mantendría prendida hasta la media mañana del siguiente día martes 22. La noche del 21 al 22 fue la primera vez en el viaje (y única hasta ahora) en que la guardia nocturna se llevó a cabo desde la timonera interior y con la estufa prendida, un verdadero lujo. Durante el día martes 22 nos pasamos haciendo cálculos de ETA a la entrada del estrecho de Lemaire, análisis de las tablas de marea del cabo San Diego en la entrada norte del estrecho y su comparación con las mareas de bahía Buen Suceso. Las corrientes de marea en el estrecho de Lemaire son muy fuertes y es mandatorio tenerlas en cuenta para poder pasar exitosamente, lo mismo que los vientos predominantes a los fines de no sufrir los fuertes escarceos que se generan.
Luego de los concienzudos análisis de la experta tripulación se llega a conclusión que si avanzamos sin perder velocidad llegamos a tiempo para la bajamar de las 18:30 del día 22 de Diciembre. El viento norte nos ayuda y avanzamos velozmente a unos 8 nudos al principio con ayuda del motor, pero luego se va afirmando hasta unos 28 nudos. Vicente desde tierra nos confirma el pronóstico favorable vía satelital y todo parece andar muy bien. Timoneamos a mano para reducir el mayor demandante de electricidad a bordo, el piloto automático, y también desconectamos la heladera freezer eléctrica. La carga de las baterías se va recuperando lentamente, 70%… 80%… Los paneles solares hacen su trabajo, pero el eólico poco puede hacer si el aparente no supera los 15 nudos, cosa que ocurre con el viento de popa que tenemos.
A unas pocas millas de la entrada al estrecho una nubecillas en el horizonte a nuestra proa comienzan a llamar nuestra atención y se vuelven cada vez más sospechosas. Lamentablemente las sospechas se convierten en realidad y un frente de tormenta del sur se interpone entre nosotros y la entrada del estrecho de Lemaire: Eolo con un viento soplando exactamente desde donde queríamos apuntar la proa decide que no podemos ir. El breve frente estaba pronosticado por San Windy pero no lo habíamos visto en el contexto regional de la navegación desde San Julián hasta el Beagle.
Aparece el plan B y apuntamos hacia bahía Thetis que se hallaba a nuestro través, a unas 5 millas al NO del cabo San Diego, lugar recomendado para reparo de vientos del SO, O y NO a la espera de condiciones favorables para el reintento del pasaje por el estrecho de Lemaire.
Llegamos a Thetis a las 20 horas, luego de esquivar los abundantes cachiyuyos que se hallan en toda la extensión de la bahía. Quedamos fondeados en 11 metros de agua a la vista de una construcción color blanco que se divisa en la costa. Luego de la cena nos fuimos a descansar.
Si bien teníamos pensado arrancar a las 0:30 del miércoles 23, ruidos de cadena escapándose nos hacen levantar de apuro a las 12 de la noche. La rotación del viento al NE, cuadrante para el cual la bahía no ofrece reparo y el aumento de la onda de mar estaban exigiendo atención al fondeo. Decidimos levar anclas y partir. Esquivar los cachiyuyos siguiendo exactamente el track registrado para la entrada fue un desafío superado exitosamente; más adelante la plea de la 1AM de Bahía Buen Suceso nos recibe puntualmente y con viento del N (que más tarde rotaría el NO) entramos en el temido estrecho. Hacemos rumbo a caleta Franklin en la Isla de los Estados a la cual llegamos aproximadamente a las 4 AM, completamente de día para admirar la majestuosidad imponente de la geografía de la isla, con sus altos picos cubiertos por nubes que le dan un toque fantasmal. Observamos a la entrada de la caleta fuertes remolinos en el agua producto del encuentro de corrientes de agua encontradas. Tomamos fotos y registramos el momento único de la salida del sol enmarcado en los picos montañosos de la cordillera de los Andes sumergiéndose en el mar que a pocas millas llega a tener unos 1000 metros de profundidad. La zona es conocida por ser un cementerio de barcos, y es temida por navegantes de todo el mundo.
En un mar muy arbolado con olas altas de unos 3 a 4 metros y con crestas muy cercanas y fuertes vientos del NO (30 – 40 nudos) cruzamos el estrecho apuntando a Cabo Blanco, extremo S del estrecho, íbamos en procura del abrigo de la costa para los fuertes vientos que se estaban registrando.
Nuestra derrota incluía buscar reparo y descanso en Puerto Español (Bahía Aguirre) y fuimos siguiendo la costa. Nuestro avance se volvió cada vez más dificultoso, el viento se fue orientando en una ceñida muy ajustada y aumentando a valores que llegaron a registrarse de 60 nudos con intervalos de decenas de minutos en que no bajaba de los 40 o 45 nudos. El mar estaba por eternas millas completamente blanco, producto de la espuma de agua volando; infructuosamente mirábamos a nuestra proa esperando ver a la distancia el mar menos arbolado. El trayecto fue una dura prueba para el barco, su tripulación y los sistemas a bordo. La capota de popa de la chubasquera se descosió y fue el único percance de la chubasquera que con vientos tan fuertes parecía iba a ser destrozada y salir volando, cosa que afortunadamente no ocurrió. La sensación por momentos era que la naturaleza se había decidido a poner a prueba a los intrusos que se atrevían a internarse en las aguas del Beagle y a llevarse algo a cambio de dejarnos pasar. El avance, con el motor a régimen de crucero y vela trinquetilla (parcialmente enrollada), se vuelve muy lento; evidentemente no sólo la ceñida casi negada que teníamos sino también la ola, tremendos vientos y corriente en contra se combinan y por momentos el GPS canta 0 (cero velocidad) y desde Buenos Aires, que nos siguen por el satelital sin saber la situación, nos llegan a preguntar si habíamos fondeado para almorzar.
Los fuertes vientos demostraron fuera de toda duda que los obenques del barco necesitaban ser ajustados, incluso el obenque alto de babor casi se sale completamente de su lugar en la puntera de la cruceta; de haber ocurrido con el mástil bajo carga y los fuertes vientos, lo hubiéramos perdido.
Al llegar a puerto Español, en bahía Aguirre, haciendo bordes (con trinquetilla y motor) el malacate hidráulico se niega a funcionar. Si bien fondeamos tirando la cadena a mano, el problema preocupa pero su correcto funcionamiento a la mañana siguiente con el líquido hidráulico frío confirma el diagnóstico: el malacate disminuye rendimiento inversamente a la temperatura del liquido hidráulico, llegando a no funcionar si el motor lleva muchas horas en funcionamiento.
Los rulemanes del eólico, luego de los repetidos embates de los fuertes vientos (entre 40 y 60 nudos) casi a lo largo de todo el trayecto, comienzan a protestar demandando reemplazo y la resistencia eléctrica de descarga aguanta normalmente la recalentada, pero la madera cercana que le sirve de soporte queda color marrón y da un cierto olorcillo a quemado; el freno de la llave térmica de 40 Amperes demuestra ser demasiado chica, deberá ser reemplazada por una de 60 Amperes.
En puerto Español, Sergio nos saluda desde lejos y lo volvemos a saludar a la mañana siguiente cuando hacemos una pasada cercana a la playa para admirar las bellezas del paradisíaco lugar, en una mañana soleada con poco viento y luego de una noche muy tranquila que sirvió para recuperarnos luego de una jornada agotadora pero muy fructífera. Esa noche brindamos con un vino espumante (Lambrusco italiano) de la bodega del Caoba por nuestra exitosa llegada al Beagle, última etapa de nuestro viaje.
Luego de los ajustes y reparaciones de la jarcia, partimos a las 10 AM hacia nuestro próximo destino, bahía Puerto Harberton, a 120 millas de distancia, donde pensamos festejar Nochebuena, descansar, hacer agua dulce y algunas provisiones.
El día espectacular se mantiene, soleado y no muy ventoso con cuadrante del NO que nos permite, apoyados por el motor, avanzar con velocidades de unos 4,5 a 5 nudos. La corriente en contra de más de un nudo se hace sentir. El paisaje de la isla de Tierra del Fuego nos deleita: los bosques de lenga, las rocas desnudas de diversos colores, los diversos tonos de verde de la vegetación, los cursos de agua siguiendo los profundos valles que desembocan en el Beagle… todo contribuye a deleitar nuestra vista y maravillarnos por el viaje que estamos realizando. El viento a lo largo del trayecto se caracteriza por su velocidad y ángulo cambiantes (pero siempre de frente, no fuera a ser cosa de tener algún vientillo franco), variando desde unos 10 nudos a casi 40 nudos; luego de lo vivido el día anterior fue un paseo, pero demanda continuamente de Perkins, nuestro fiel motor, y de permanentes ajustes del trapo.
Llegamos a la estancia y Puerto Harberton el 24 de diciembre a las 10 de la noche, y nos acoderamos a la embarcación de prácticos “Antártica” que nos invita y ayuda en la maniobra.
Nos anunciamos con toques de la bocina y Abby, Ricardo y sus hijos, dueños y descendientes de Thomas Bridges, se acercan al muelle a darnos la bienvenida, habían recibido noticias de nuestro arribo minutos antes y nos estaban esperando.
Estábamos justo a tiempo para terminar los preparativos de la cena de Nochebuena y nuevamente festejar, esta vez por partida doble, por la fecha y por el éxito del viaje.
Al día siguiente Silvio, del barco “Antártica”, y su ayudante rápidamente se hacen amigos y nos proveen centenares de litros de agua potable de sus tanques, con lo cual nos podemos bañar!!! Ya que desde la última escala en Camarones no habíamos podido hacer agua y nuestras reservas estaban al límite.
Abby y su familia nos invitan al medio día un exquisito asado de cordero al aire libre, acompañado por ensaladas de la huerta orgánica que desarrolla Abby, famosa en toda la zona, que no sólo provee de alimentos frescos y sanos a toda la estancia sino que también vende. Admiramos y nos deleitamos visitando su huerta de unos 2500 metros cuadrados, nos explica cómo genera el compost, la preparación de la tierra y el humus, probamos frutillas exquisitas, vemos lechugas y otras variedades de verduras de hoja que ella se ha encargado de traer y desarrollar en los canteros, desconocidas para mí, pero no por eso menos exquisitas, probamos flores comestibles :) en fin, ¡increíbles sorpresas a cada momento! ¡Tanto para aprender!
Los hijos, navegantes, se interesan por el barco y no sólo lo visitan para ver su interior y los sistemas de navegación, sino que también preguntan por el eólico y su controlador y por los paneles solares, ya que la estancia tiene varios KW de potencia instalada con paneles solares y están analizando incorporar un generador eólico, así que compartimos conocimientos y experiencias. ¡Felicitaciones y mi admiración a la familia!
Anibal Risso
61,2 kt en el Canal de Beagle
Anibal Risso
23/12/2020
El Caoba recibe las rachas al través y escora 20 grados; primero rachas de 40 nudos… al rato 50… 55… 61.2 nudos fue el registro más alto, acompañado por el grito de la tripulación, en un festejo adrenalínico: el quiebre de los 60. Un pedacito de trinquetilla, mínimo, no más de un metro, y el motor nos mantiene a rumbo; el agua vuela sobre el mar plagado de corderitos, silva, más bien es un rugido.
Bahía Aguirre sobre el Canal de Beagle a unas 15 millas a proa es la opción que buscamos; un buen abrigo para los vientos del W, fondo de arena y playita a barlovento.
Fueron 15 millas de esas que quedan para las anécdotas marineras.
Anibal Risso
El estrecho de Le Maire
Anibal Risso
22/12/2020
Muchas veces a lo largo de mis años como docente, en particular dando los cursos de patrón de yate, usé unas cartas del estrecho de Le Maire que habían llegado a mi poder no recuerdo los detalles de cómo. Mostraba a mis estudiantes en esas cartas toda la teoría de los escarceos, leía algún relato de capitanes que lo habían cruzado y padecido.
Cuando comencé a estudiar la derrota para el proyecto Caoba Rumbo Sur y sus diferentes problemáticas, el cruce de este estrecho estaba en la lista subrayado en rojo junto con los williwaws, esas repentinas ráfagas de viento que descienden desde la costa montañosa hacia el mar.
Hoy, 22 de diciembre de 2020, estoy a 35 millas al NNW del estrecho, llegando un poco tarde respecto del momento ideal para cruzarlo: la estoa de la plea con viento de popa/aleta de estribor, un frente que se dibuja a proa y avanza hacia mí. Se hacen cálculos, se evalúan mareas, fase de la luna, intensidad y dirección del viento, caletas alternativas, profundidades.
17.30 hs. Faltan unas 15 millas para cruzar el estrecho, el frente anunciado por nuestro apoyo meteorológico vía InReach (nuevamente gracias; es como jugar al ajedrez y que alguien te sople la próxima jugada de tu oponente) se hace presente y 25/33 kt del Sur frustran el cruce. Plan B: caer a estribor y buscar abrigo en la Bahía Thetis hasta la próxima estoa de la plea y cambio de viento.
2 AM aproximadamente, en unas horas, otra maniobra de fondeo interesante, en la boca del estrecho de Le Maire.
Sigfrido Nielsen
Puerto Deseado – San Julián
Sigfrido Nielsen
20/12/2020
Partimos de Puerto Deseado el 17 de diciembre apoyados con el motor auxiliar y con vientos leves del Este. Dejamos la punta Azopardo y la Isla Pingüino a nuestro estribor a las 7 de la tarde y nuevamente los delfines overos se hacen presentes para alegrarnos la tarde. El mar de fondo del sur dificulta nuestro avance, que se produce mayormente gracias a la corriente. En el litoral patagónico la marea de bajante implica corrientes hacia el Sur, mientras que la marea creciente genera corrientes hacia el Norte, usualmente paralelas a la costa.
Llegamos al puerto San Julián el viernes 18 a las 11 de la mañana en la estoa de la pleamar. De ese modo nos aseguramos buenas profundidades para pasar los bancos de la entrada de la ría y no tener corrientes fuertes. La gran amplitud de marea (9 metros) genera fuertes corrientes en ambos sentidos a lo largo de la misma.
Llegando al puerto escuchamos por la radio modular un pesquero que nos ofrece lugar en el muelle. Al pesquero “Cristo Redentor” lo habíamos escuchado un rato antes modular por radio informando a la Prefectura el arribo al puerto con 2250 kg de centolla en sus bodegas, lo cual había despertado inmediatamente nuestro interés. Viendo su amabilidad, le preguntamos si no tenía algunas centollas para nosotros, a lo cual inmediatamente respondió que había una caja esperándonos. Nos la entregaron ni bien atracamos en el muelle y retribuimos con un excelente vino de nuestra bodega: ¡¡¡La cantidad de centolla es tan grande que alcanza para 3 ó 4 comidas de 7 personas!!!
Cuando el pesquero parte nuevamente de pesca unas horas después, muy agradecido, lo despido con repetidos toques de la potente bocina del Caoba, mientras la tripulación seguía dando cuenta en la dinette de un abundantísimo almuerzo solo con centolla... y rompiendo la queratina con cualquier herramienta a mano… pinzas, destornilladores, limas, tenazas y manos. Después de eso, solo restaba una siesta reparadora para terminar el día de la mejor manera.
El puerto, pesquero, se muestra poco amigable para nosotros con una embarcación de recreo, defensas inexistentes… sólo caños de acero de gran diámetro para apoyar el barco y rogar que nuestras defensas realicen su trabajo y protejan las bandas.
Las disposiciones locales no nos permiten desembarcar, pero la disposición de la Prefectura para ayudar no se hace esperar y nos pone en contacto con el “Pata” Cendron, quien nos consigue el combustible y víveres que estábamos necesitando.
Fondeamos aguas arriba en la ría y nos dedicamos a las reparaciones de la bomba de agua, gomón, tambuchos, etc. que nos llevan todo el día sábado 19. Se nos acerca un gomón a preguntar si precisábamos ayuda y termina acercándonos un retén de repuesto que estábamos necesitando urgentemente para reparar la bomba de agua con lo cual Bernardo y Virginia exitosamente la reparan.
Cuando la Prefectura nos acerca los papeles del despacho, también nos hace la gauchada y nos trae las últimas provisiones… La hospitalidad en los puertos del sur es increíble….
Estando listos para partir decidimos hacerlo el día 20 a las 4 AM aprovechando la pleamar. Nuestro próximo destino, la ciudad de Ushuaia, nos espera. Estamos ansiosos por llegar.
Silvana Dans
Puerto Madryn - Ushuaia
Silvana Dans
20/12/2020
Y así llevamos 12 días de navegación, en mi caso, redescubriendo el Mar Patagónico, su clima variable, sus costas chatas, sus horizontes infinitos, sus aguas por momentos grises por momentos turquesas, sus puertos escondidos y tímidos pero amables, y también redescubriendo el viento, que se transforma en el tripulante indispensable.
Anibal Risso
Última parada antes de Ushuaia: San Julián
Anibal Risso
19/12/2020
San Julián es la última parada con infraestructura portuaria, combustible, algunas provisiones y muchas tareas de mantenimiento. La bomba de agua del motor nos da un dolor de cabeza; el equipo de mantenimiento, nuestros ingenieros a bordo, trabajando a pleno en el Caoba para resolverlo.
Cada llegada a puerto es un recordatorio de la pandemia. En Puerto Deseado primero y en San Julián después no pudimos desembarcar. La Prefectura y algunos contactos nos ayudaron con las compras de combustible y alimentos.
La amplitud de mareas aquí es de 7 metros. Durante las 6 horas que estuvimos abarloados al muelle, cada 20 minutos debíamos salir a filar las amarras para no quedar colgados en pleno festín de centollas tocadas por jugo de uvas al capitán del cristo redentor.
La bomba de agua está lista, el gomón emparchado, la próxima estoa será a las 21hs. Nos restan 360 millas hasta el Estrecho de Lemer o Isla de los Estados, dos días y un poquito de navegación. San Windy nos regala un Norte y después W y NW para las próximas 48 hs., un lindo parte meteorológico para esta última pierna hacia el Sur. Después serán 110 millas al W para terminar arribando a Ushuaia y completar esta etapa que inició en Buenos Aires el 28 de noviembre.
Anibal Risso
27 años después: volver a entrar a Puerto Deseado
Anibal Risso
18/12/2020
Apenas clareó el miércoles 16 de diciembre, levantamos el ancla del Caoba en Caleta Hornos y salimos de este hermoso fondeadero que nos dio abrigo del frente del Sur durante tres días.
El cruce del Golfo San Jorge fue un paseo con brisa suave, sol y buena temperatura, considerando la latitud y comodidades del barco. El SSW que nos pronosticaban desde Buenos Aires vía InReach (gracias Vincente y Fede por el apoyo en información meteorológica desde tierra) se hizo presente. Unas millas antes de llegar el viento se negó, viramos y en el otro borde la boca de la ría estaba a rumbo.
Sol, toninas overas, estoa de la baja mar, una brisa suave, Navionics, comunicación con la Prefectura, indicaciones acerca de dónde fondear: la entrada en Puerto Deseado fue sumamente placentera, tranquila, con pelota dominada; estuvo en las antípodas de mi primera entrada, 27 años atrás, en mi primer viaje Chile - Buenos Aires. Era novato, venía castigado por una tormenta, el barco averiado, sin AIS, sin Navionics, sin InReach, sin…
En Puerto Deseado estuvimos sólo unas horas. Ancla, conectividad, trabajo a distancia, una polenta con tuco, estoa y de nuevo a la mar. Estas paradas al paso, como también lo había sido la de Camarones (sábado 12 a domingo 13), encuentro que son altamente reparadoras para la tripulación y como desde Madryn la conectividad fue entre escasa y nula, desató abstinencia y, amarrados, los celulares estallaban en vibraciones.
Zarpamos de nuevo y pusimos rumbo a San Julián, a 120 millas al SW. Un centenar de toninas overas y un puñado de delfines australes colados dentro de la gran manada nos despiden de Puerto Deseado así como nos acompañaron al entrar.
¿Pasarán otros 27 años para volver?
Sigfrido Nielsen
Caleta Hornos - Puerto Deseado
Sigfrido Nielsen
18/12/2020
El día 13 de diciembre por la tarde habíamos arribado a Caleta Hornos. Lugar protegido y bello si los hay. La idea era esperar disfrutando en un lugar a resguardo del temporal que estaba pronosticado para el día lunes 14 por la noche, el cual finalmente se hizo presente con fuertes vientos del SSO que fueron rotando durante el día 15 hacia el Sur.
Aprovechamos para poner a funcionar el gomón, realizar paseos por tierra, descansar, sacar muchísimas fotos y recibir la visita de amigos de Silvana, guardaparques de la fundación Rebuilding Argentina que están monitoreando la fauna y flora de la zona.
El 16 de diciembre a las 4 AM en punto finalmente zarpamos de Caleta Hornos. Los poco menos de 3 días que pasamos allí fueron espectaculares, siempre pendientes de la meteo que nuestros amigos desde tierra nos pasaban por mensaje de texto satelital, a la espera de la ventana favorable que se dio para el día 16, al terminar el pasaje del sistema frontal.
Salimos con viento NE (franco) haciendo rumbo directo hacia Puerto Deseado, distante unas 170 millas al sur, para lo cual atravesamos el Golfo San Jorge en línea recta. El viento fue rotando desde el NE hacia un NO y finalmente SO que nos recibió a la altura de la península Cabo Blanco, límite sur del Golfo San Jorge. Es de destacar la alta variación de las profundidades encontradas que a poco de abandonar la zona de Cabo Dos Bahías aumentó a más de 100 metros pero llegando a la punta sur del golfo bruscamente bajó a 40 metros para luego inmediatamente subir a más de 110 metros nuevamente. Este espolón submarino, continuación hacia el NE del Cabo Blanco funciona como pared para las corrientes frías que provienen del sur, elevando los nutrientes bentónicos y dando origen a la riqueza de la flora y fauna marinas que caracterizan la zona del Golfo San Jorge.
Llegamos con la estoa de la bajamar a la ría a las 10 AM del 17 de diciembre, y fondeamos al este de la roca Magallanes en 7 metros de agua. La pleamar se hizo presente puntualmente con una correntada de unos 5 nudos!
Mientras llegábamos, la esperada buena señal de datos para nuestros celulares se hizo presente. Comenzó entonces un extraño ritual a bordo, repentinamente toda la tripulación excepto el timonel, se abstrajo mirando pantallitas, hablando por TE o tipeando rápidamente en los celulares; el silencio de voces se hizo presente para luego ser interrumpido por llamadas laborales o familiares. Hacía aproximadamente una semana que estábamos semi aislados ya que la comunicación por mensaje de texto, vía satelital del InReach es muy pobre y se limita a mensajes esenciales como, por ejemplo, “estoy bien”, pedidos de confirmación de ventanas meteorológicas o breves saludos.
Por la pandemia, la ciudad se hallaba en estado ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio), fase 1, con lo cual teníamos prohibido el desembarque salvo fuerza mayor. Como no necesitábamos nada, nos quedamos al borneo mientras almorzamos y aprovechamos para continuar poniéndonos al día con nuestros seres queridos, con las redes sociales, responder temas de trabajo, etc. El día frío pero con un sol espectacular y poco viento también invitó al descanso.
Al finalizar la pleamar aprovechamos para levar anclas y emprender la próxima pierna: Puerto Deseado – San Julián.
Anibal Risso
A buscar reparo. De Santa Elena a Caleta Hornos
Anibal Risso
17/12/2020
El frente del Sur que en la paleta de colores del Windy en modo racha salta en violeta en la pantalla desde hace varios días, sigue con su predicción para el día lunes 14 de diciembre como un viento de proa intenso para nosotros.
La idea sigue siendo navegar hasta Caleta Hornos, el refugio ideal para esperar el paso del frente y una meteorología más agradable para cruzar el Golfo San Jorge y tratar de llegar -si da- hasta San Julián y -si no da- hasta Puerto Deseado.
Dejamos Santa Elena el sábado 12 con el plan de pasar por Camarones para hacer agua y combustible, continuar al amanecer, disfrutar del Canal Leones con luz y llegar a Caleta Hornos, descansar unos días, inflar el gomón, bajar a tierra, explorar la costa sin pueblo, sin casas...
Fondear en una caleta desierta en medio de Patagonia y desembarcar me ha producido un abanico de sensaciones en otros viajes, emoción, embriaguez, felicidad de sentirme parte de la escena que me rodea.
Sigfrido Nielsen
Santa Elena – Camarones – Caleta Hornos
Sigfrido Nielsen
14/12/2020
De Santa Elena salimos el sábado 12 de diciembre a las 2 PM. El viento había rotado del SO a un viento suave del E. Apoyados con motor, hacíamos rumbo directo al puerto de Camarones. Lentamente el viento siguió rotando al NE y aumentó a unos 15-20 nudos. Una navegación cómoda, por la aleta, a buen ritmo para hacer las 25 millas que nos separaban de ese puerto. Durante el trayecto y a la distancia Silvana, bióloga marina, con su ojo experto detectó a la distancia resoplidos de 3 ballenas francas. Llegamos al anochecer.
Camarones es un puerto pesquero; tiene protecciones algo precarias para una embarcación recreativa. Agua disponible en el puerto, pero para reabastecerse de gasoil hay que ir hasta una estación de servicio distante a unas 6 cuadras. Cargar los bidones a pie esa distancia generó más de un dolor de espalda y comentarios poco simpáticos. La calidad de las comunicaciones por celular (datos) es malísima. La recompensa fue una riquísima cena en el restaurante Alma Patagónica en la plaza principal. La increíble amplitud de mareas representó un desafío para establecer las amarras y proteger el generador eólico de las paredes del muelle. Afortunadamente todo salió bien aunque fue difícil descansar dados los ruidos generados por la fuerte fricción de la banda del Caoba con las defensas del muelle.
Al amanecer del domingo 13 partimos con destino Caleta Hornos. La estrategia de realizar pequeños avances en la derrota hacia el sur aprovechando las estrechas ventanas de tiempo favorable dentro de los pronósticos meteorológicos empezó a rendir frutos. El fuerte viento del O nos resultó favorable para navegar hasta Cabo dos Bahías, extremo norte del golfo San Jorge, derrota en la que pasamos por Caleta Sara y tantas otras menos conocidas pero igualmente muy atractivas. Así pasamos por la isla Leones donde hay un centro de avistaje de la fauna y flora de la zona y el canal del mismo nombre. Bellísimos paisajes enmarcados en un mar azul, fisiografía montañosa con colores de la gama de los marrones con diversos tonos de ocre, de tanto en tanto colores más claros, seguramente producto de alguna toba. La vegetación con sus gamas desde el verde hasta el amarillo claro contrastan con las rocas y el mar resultando en unas combinaciones espectaculares, un regalo para la vista. Avistamos colonias de lobos marinos en el extremo SE del cabo (isla Moreno), como así también pingüinos y gaviotas. Una manada de delfines australes nos visitó en la zona del cabo y nos regaló el disfrute de las increíbles piruetas saltando fuera del agua con giros simultáneos que nos mostraban su vientre color claro. A diferencia de los delfines oscuros que ya habíamos visto llegando al Golfo Nuevo, éstos se movían mucho más.
Llegamos a Caleta Hornos, nuestro destino a las 14 hs. Fondeamos en la segunda curva, un poco más allá las profundidades bajaban drásticamente impidiendo al Caoba adentrarse más en la caleta. En el recodo ya había establecido un cabo rodeando una roca, invitando a establecer una línea complementaria al fondeo, cosa que hicimos. La tarde terminó de transcurrir plácidamente realizando algunos paseos y desembarcos en tierra con el gomón. También en esa tarde se registraron inconvenientes con el inodoro de a bordo que fueron exitosamente resueltos por el equipo.
La noche del 13 al 14 de diciembre fue ventosa, con rachas de unos 15 nudos del O – SO y el temporal esperado se hizo puntualmente presente a la mañana del lunes con vientos del S – SO con rachas de 35 a 40 nudos. Esto era dentro de la protegida caleta, no queríamos imaginar cómo sería la situación mar afuera, pero estimamos soplaría unos 60 nudos, ninguna gana de salir a probarlos.
El temporal de viento y lluvia azotó durante el día al Caoba, el ancla aguantó sin problemas y la tripulación descansó. Por la tarde el viento rotó al S y luego SSE en disminución, junto con el aumento de la presión nos confirmaron desde tierra el pasaje del frente, dando también lugar a una tarde algo fría pero agradable con lo cual bajamos a tierra los 7 en el gomón auxiliar para dar un paseo. Vimos un piso de Ostreas fósiles (de edad Oligoceno – Mioceno) en la cima de los cerritos que rodean la cala, evidencia de una formación marina (Fm Salamanca)? por debajo de niveles conglomerádicos compuestos de cantos rodados, continentales de edad Pleistocena-Holocena (Fm Montemayor)?. Las rocas en las posiciones inferiores y cercanas al nivel medio del mar de la zona presentan un desafío, tienen simultáneamente características de ser cuarcitas pero hay otros indicios que dan pie a dudar y pensar en otro tipo de roca como metacuarcitas. Leyendo bibliografía de la zona concluimos que se trata de rocas del basamento metamórfico de edad Jurásica (sería la formación Marifil).
Anibal Risso
De caleta en caleta. De Puerto Madryn a Santa Elena
Anibal Risso
12/12/2020
Zarpar de Madryn el jueves 10/12 a las 2 AM rumbo a caleta Janssen, 110 millas al sur de la Península de Valdez, fue el inicio de una nueva etapa del viaje: la Patagonia presente; la tripulación definitiva hasta Ushuaia a bordo; fondear al ancla en caletas inhóspitas durante una semana; el silbido del W como música casi permanente; una navegación diferente a las dos etapas previas.
El avistaje de orcas, una hembra y sus crías, fue el regalo del día.
A la llegada a Janssen, fondear el Caoba con 35 nudos de viento, onda de mar por popa y marejadita por proa, fue la primera prueba para la tripu en estas maniobras que serán cotidianas en los próximos días. Código de señas entre el timón y el manejo del ancla en la proa, repaso de los pasos a hacer y adelante. Si bien todo salió aceptable, charlamos las cosas a mejorar.
Al día siguiente, para la segunda suelta del ancla en caleta Santa Elena, 30 millas al sur, la maniobra fue excelente. La tripu funcionaba como una orquesta y yo feliz.
Hoy se cumplen dos semanas desde la salida de Buenos Aires. Los días perdieron sus nombres muchas millas atrás, el ruido de radio en mi mente se fue apagando de a poco, los diarios, la pandemia, las señales con el mundo exterior. La realidad cotidiana se redujo a una burbuja social viajando en un mar imponente. Las charlas se abren, los corazones se expanden, la mente se suelta, aparecen los sueños en las conversaciones matinales. La magia de navegar se hace presente en el Caoba.
Sigfrido Nielsen
Puerto Madryn - Santa Elena
Sigfrido Nielsen
12/12/2020
Partimos de Puerto Madryn el jueves 10 de diciembre a las 2 AM. Nos preocupaba la corta ventana de tiempo con meteorología favorable que teníamos para recorrer las 100 millas náuticas hasta Caleta Janssen, el destino reparado más cercano en nuestra derrota hacia Ushuaia. Así, zarpamos aprovechando que el viento del Este, que nos venía de frente para recorrer toda la extensión del Golfo Nuevo, hubiera bajado de intensidad.
Durante el tiempo en puerto, el grupo de mantenimiento del Caoba, los ingenieros Virginia y Bernardo, probaron una vez más su valía y resolvieron en tiempo récord el inodoro con su motor-bomba trabado. Antes habían resuelto el hidráulico del piloto automático averiado cuando estábamos arribando a Madryn desde Mar del Plata.
Dejamos atrás una ciudad que nos acogió con generosa hospitalidad. Para atesorar es la gente del Club Náutico Atlántico Sur (CNAS) que se portó de maravillas con nosotros, siempre listos a darnos una mano, a ofrecer consejos y todo lo que pudiéramos necesitar. La anécdota de la última tarde, el miércoles, antes de partir lo resume. Salíamos con Paula del Club a las apuradas, llevando un par de bidones para cargar gasoil a último momento. Matías se quedaría esperándonos, fuera de hora, para llevarnos con el gomón y el tractor de vuelta hasta el barco. Mientras caminamos con paso rápido, se para una camioneta a nuestro lado y pregunta “¿Son del Caoba?”. Ante nuestra respuesta afirmativa, dice “¿a dónde van?, ¿puedo ayudar?”. Acto seguido nos invita a subir y nos lleva hasta la estación de servicio a cargar los bidones, y no sólo nos esperó mientras hacíamos eso, sino que también nos hizo el aguante mientras me realizaban una entrevista para el canal de TV CN23 (era la quinta entrevista del día).
Pasamos Punta Ninfas con las primeras horas del alba. En el sur, en verano amanece muy temprano y oscurece muy tarde con lo cual el día es muy extenso.
El viento franco del NO nos llevó a buen ritmo y llegamos a Caleta Janssen al atardecer, con un viento que rápidamente había rotado hacia el SO con intensidades de 30 a 40 nudos. Era el pronóstico esperado y llegábamos justo a tiempo al reparo del frente que sopló con diferentes intensidades hasta la tarde del día siguiente.
Estábamos al lado de Punta Tombo y nuestra flamante tripulante, integrada a partir de Madryn, Silvana, bióloga marina, nos explicaba la fauna del lugar: Pingüinos, Macás, Gaviotines, Petreles.
A media tarde del viernes 11 dejamos la caleta para emprender la derrota hasta la caleta de puerto Santa Elena, distante a 35 millas. El pronóstico era viento del NO, pero vinieron sorpresas: el NO fue un O con intensidades de 30 a 40 nudos, nublado y con lluvias intermitentes. La elección de la tercera mano de rizos en la mayor y la trinquetilla como velas establecidas al salir probó ser la adecuada y el Caoba se deslizaba con promedios de 7 a 8 nudos al destino, la chubasquera del cockpit nos resguardaba del viento, lluvia y rociones y nos permitía ir charlando, cómodos y calentitos, mirando desde una posición privilegiada el mar pleno de escarceos, corderitos y ráfagas. En este tramo los cabos de Lobería, Raso y Atrevida con sus restingas y rocas semisumergidas daban un marco espectacular al paisaje. Llegando a cabo San José el cielo se despejó y el sol del poniente, de tonos amarillos y ocres rodeado de nubes, enmarcado en los cerritos del cabo y con el mar rizado de los escarceos dieron lugar a un registro de fotos espectaculares.
Entramos a la cala de Santa Elena ya de noche con rachas de más de 30 nudos de frente. La maniobra de fondeo salió impecable, la coordinación y conocimiento del barco por parte de la tripulación a estas alturas ya era excelente. Fondeados en 7 metros de agua en plena bajamar teníamos la tranquilidad de que la diferencia de altura de mareas no sería un problema. El ancla Bruce de 30 Kg prendió inmediatamente al fondo y no garreó en toda la estadía a pesar de los fuertes vientos de 30 y más nudos que tuvimos toda la noche. La Patagonia, con sus 40 bramadores, sus paisajes únicos y su fuerte clima nos daba la bienvenida.
Amanecimos el sábado 12 con vientos rotados al Sur y algo más calmados. Ya acostumbrados a los vientos patagónicos, los 25 nudos nos parecían vientos suaves.
La mañana transcurrió con charlas, lecturas ávidas de algunos libros de la biblioteca del barco, esperando la ventana de tiempo para nuestro siguiente destino, Puerto Camarones, distante 25 millas donde esperamos hacer agua, algunas provisiones, comunicarnos con nuestros seres queridos e informar al grupo las novedades.
Anibal Risso
Escala Puerto Madryn
Anibal Risso
10/12/2020
Y finalmente fuimos 7. La nueva tripulante está a bordo.
También ya están listas las reparaciones emergentes de la pierna previa. El hidráulico del piloto desinstalado, llevado hasta un técnico, reparado sus sellos y vuelto a instalar por nuestr@s ingenier@s a bordo. Virginia y Bernardo, dos gros@s!!!!! Expresión coloquial pero real para su capacidad profesional y de trabajo en equipo. Además, ya están selladas las filtraciones de un acrílico que deseaba habilitar que parte del mar nos empapara el interior físico y no solo el alma; la labor de Vladimir rodeado por la flota de optimists que usaba al Caoba como boya de sotavento permitirá descansar a resguardo.
El tiempo en puerto fue también tiempo de reabastecer la heladera con algunos frescos, recibir visitas y estar atent@s a la meteorología.
Observamos que la ventana de meteo nos daba unas 23 horas de margen antes de que nos alcanzara un viento de 35 nudos del SW. Soltamos así amarras rumbo a Bahía Janssen, a unas 110 millas al sur; y -a su vez- en su extremo sur nos espera Punta Tombo, con su gran colonia de pingüinos.
En esta etapa, trataremos de continuar de caleta en caleta hasta llegar a Caleta Hornos, el lugar que tantas personas nos han recomendado.
Serán varios días sin señal de 4G en los celulares, ni 2G ni 1G; el inreach será el medio de comunicación. Es ese un momento especial en la navegación; la vida a bordo casi sin intervenciones externas.
Luego de unos días entre estas caletas, cruzaremos el Golfo San Jorge en un rumbo aun a definir: Puerto Deseado, San Julián o el río Santa Cruz son las opciones que evaluamos para la nueva parada. Ya veremos qué nos toca.
Silvana Dans
Puerto Madryn
Silvana Dans
08/12/2020
Y de repente la vida te sorprende y cuando menos lo esperas, alguien te regala la oportunidad de ser parte de una experiencia única, y coincidir con otras vidas en el mismo tiempo y lugar.
Ser parte de la tripulación del CAOBA ha sido el regalo.
Navegar a vela desde Puerto Madryn hasta Ushuaia ha sido la experiencia única.
Las otras vidas las maravillosas personas y excelentes navegantes que forman la tripulación del CAOBA.
La experiencia es única pero compartida lo es más.
Sigfrido Nielsen
Mar del Plata – Puerto Madryn
Sigfrido Nielsen
08/12/2020
Viernes 4 de Diciembre. Mañana de trámites en la PNA por el despacho del Caoba hacia Puerto Madryn, compra de víveres frescos y otros.
Dudas sobre si salir el mismo día a última hora o el sábado luego del amanecer. Estábamos esperando que se disipara un fuerte frente del Sur que hacía unos días soplaba justo desde la dirección a la cual queríamos ir.
Finalmente soltamos amarras el sábado 5/12 a primera hora. Medios gráficos documentan nuestra partida desde el Club Náutico Mar del Plata (CNMP) en una mañana espléndida. Nos sigue Luis con el gomón también documentando la partida.
Poco viento aún soplando del Sur. Hacemos rumbo sur, siguiendo nuestro slogan. Punta Mogotes se va perdiendo lentamente en el horizonte, junto con la hospitalaria Mar del Plata, que vio nacer al Caoba y que con tanto afecto nos recibiera con asado, visitas y ofrecimientos de ayuda.
Avanzamos a 4 ó 5 nudos apoyados por el motor hasta que el viento rota al Noroeste, orientación que mantendrá hasta arribar a la Península de Valdez tres días más tarde.
Durante la noche pasamos Necochea, el puerto más austral que hasta este momento tenía navegado.
La mañana del domingo nos encuentra a unas 100 millas al Este de Bahía Blanca navegando a buen ritmo, llegando a hacer 100 millas en 12 horas y 170 en 24.
La temperatura, fruto del viento Norte, comienza a subir y los días son espléndidos, la velocidad de avance usualmente entre 6 y 8 nudos; de noche disminuye ya que bajamos la mayor para navegar solamente con el yankee y trinquetilla según el caso.
Comienza a notarse el aumento de la latitud, los días son cada vez más largos.
Perdimos la luna llena que teníamos en la pierna anterior (BA - MDQ) por un cuarto menguante.
El domingo 6 nos visitan decenas de delfines en un espectáculo de danza increíble, de una belleza y energía vital que nos llena el alma a todos, que extasiados contemplamos la naturaleza.
Finalmente llegamos a Punta Delgada al atardecer con un excelente viento que nos permite navegar a unos 12 nudos en las barrenadas.
Enfilamos la entrada del Golfo Nuevo al anochecer en medio de tormentas eléctricas que nos mantienen muy alertas, relámpagos tierra-nube y nube-nube iluminan permanentemente el cielo, en nuestra proa, a nuestro babor y sobre nuestras cabezas. Al fin se disipan y pasamos la angostura con un viento Norte que se termina y comenzamos la derrota dentro del golfo hacia Madryn, al Oeste, a motor.
El viento Oeste pronosticado se hace presente aproximadamente a las 5 AM con fuerza; la ola aumenta y nuestro avance se dificulta cada vez más. Comenzamos a hacer bordes con la trinquetilla y apoyo del motor; las olas, cortas y muy molestas barren permanentemente la cubierta y ponen en evidencia las entradas de agua de algunos tambuchos (su arreglo será tarea a realizar en Madryn).
La fortaleza del barco es puesta nuevamente a prueba con rachas de más de 40 nudos y vientos constantes de más de 30.
La comunidad del Club Náutico nos estaba esperando. Nos recibe a media mañana el martes 8 con una afectuosa hospitalidad, que nos hace sentir como en casa. Silvana, bióloga investigadora del Conicet, que se suma a la tripulación a partir de aquí, llega a bordo junto con socios del Club y compartimos unas cervezas y picada en una conversación muy agradable. La bienvenida no podía ser mejor.
Anibal Risso
Mar del Plata – Puerto Madryn
Anibal Risso
08/12/2020
Un mar de fondo suave, profundo y cómodo para la eslora del Caoba nos dejó el frente del SW a la salida de Mar del Plata el sábado 5/12 por la mañana. Durante unas horas combinamos vela y motor hasta que el viento terminó de rotar al E y se afirmó lo suficiente como para permitirnos apagar el motor y escuchar sólo el roce del mar sobre la proa y las incipientes charlas. El resto del día fue con un aire muy frío y sol. Hacia la noche aumentó el viento.
Las dos noches de navegación de esta pierna fueron hermosas para las guardias: viento franco, luna en cuarto menguante y luz desde las 4AM, que es la hora a la que clarea en verano a los 40 grados de latitud.
El tercer día de navegación tuvimos visitas: una gran manada de delfines se nos arrimó. Así, al grito de “delfines” avisé a la tripulación que subió corriendo a cubierta. Este fue el primer encuentro con la fauna marina subacuática; previamente los representantes de la fauna alada habían sido petreles y gaviotas. Me quedo reflexionando sobre cómo, a lo largo de los años, he visto el efecto de estos encuentros con la naturaleza en la tripulación: conectar profundamente con el entorno, el mar y la importancia de protegerlo, todo eso resumido en este símbolo viviente.
Llegamos a la boca del Golfo Nuevo en la noche del lunes 7/12 en la estoa de la pleamar, con unas nubes cargadas que nos dieron hermosos juegos de luces y sonidos para darle marco a la entrada a Puerto Madryn.
El viento rotó al W, bajamos las velas y seguimos varias millas a motor hacia el extremo W del golfo. La tripulación, cansada, rotaba por la cubierta en la monotonía del viento de sentina.
Ya habiendo dejado medio golfo atrás, cambió el viento, se adelantó unas horas a lo pronosticado. Así un W pasó de ser una brisa suave hasta los 45 nudos y las 17 millas que nos quedaban antes de amarrar fueron borde y borde, acompasados por la ola alta y corta, tal como es en nuestro Río de la Plata. Trinquetilla y apoyando con el motor se nos fue toooooda la mañana, arribando al mediodía para tomar una boya cerca de la tan ansiada costa a barlovento.
Así terminó la segunda etapa de camino a Ushuaia, las 460 millas náuticas de Mar del Plata a Puerto Madryn en tres días.
Repaso lo recorrido y fueron singladuras diarias de aproximadamente 130, 170 y 160 millas, una buena marca para estos primeros días, donde probamos el barco y la tripulación en su dinámica y capacidad de maniobra. Maniobras básicas para otros barcos, como por ejemplo una oreja de burro tangoneada, en un barco de 22 toneladas y 50 pies con marejada es una tarea que requiere mucho control. Lo tuvimos, lo disfrutamos.
Virginia Sandoval
Mar del Plata – Puerto Madryn
Virginia Sandoval
06/12/2020
El alma no tiene un color y el mar tampoco. Lo miro con insistencia tratanto de adivinarlo... verde, negro, azul, plateado, blanco, naranja... y cada vez que creo haber descifrado el tono que lo define, casi como burlándose de mí, cambia a otro color con una sutileza que hipnotiza...
Mar del Plata - Ushuaia, con escalas
05/12/2020
La etapa 2, Mar del Plata - Ushuaia, con escalas, comenzó el 05/12/2020 a las 07:00 y finalizó el 27/12/2020 a las 10:20, con una duración total de 22 días y 3 horas
Incluye los siguientes tramos:
1. Mar del Plata - Puerto Madryn: Inició el 05/12/2020 a las 07:00 y finalizó el 08/12/2020 a las 12:15, con 3 días y 5 horas de navegación.
b. Puerto Madryn - Ushuaia, con escalas: Sin fecha de partida estimada aún.
2. Puerto Madryn - Bahía San Julián: Inició el 10/12/2020 a las 01:30 y finalizó el 18/12/2020 a las 15:25, con 8 días y 13 horas de navegación.
3. Bahía San Julián - Ushuaia: Inició el 20/12/2020 a las 04:30 y finalizó el 27/12/2020 a las 10:20, con 7 días y 5 horas de navegación.
Anibal Risso
Unas horas antes de zarpar hacia Madryn (Puerto de Mar del Plata)
Anibal Risso
04/12/2020
Despertar cerca del amanecer, escuchar la radio y leer el diario; la vida en puerto todavía me da ese cotidiano.
El resto de la tripu va apareciendo de a poco y la ronda del mate se extiende; llegan a la mesa frutos secos, chistes y tostadas.
Coordinamos las tareas que faltan para estar listos: compra de frescos, carga de combustible y despacho.
Un amigo marplatense de alguno de los 30 tripulantes que esperan su turno para embarcarse en Buenos Aires, nos ofrece su coche para hacer las diligencias.
El viento del SW silba en la jarcia del Caoba, San Windy dice que calma hacia la tarde/noche a pedido nuestro para zarpar.
Serán tres o cuatro días de navegación hasta Madryn, las ballenas, el inicio de la Patagonia imponente.
Anibal Risso
La vida en los puertos de escala (Puerto de Mar del Plata)
Anibal Risso
03/12/2020
Dos, tres, cuatro días... las escalas son así, sabemos cuándo entramos y San Windy nos pasa el dato de cuándo podremos salir.
Siempre hay una lista de pendientes, arreglitos que quedaron por hacer, compras, visitas que pasan a saludar con facturas y conocer el barco.
Nunca da para grandes salidas, para escaparte un día completo del barco. Hay algo que te lleva a volver; reminiscencias del vientre materno es mi explicación sobre ese imán que nos devuelve al barco.
Este viernes a la tarde-noche será el final de esta primera escala en La Feliz. Madryn será el próximo puerto y allí se embarcará la séptima tripulante para zarpar hacia Ushuaia.
Anibal Risso
Bahía de Samborombón - Mar del Plata
Anibal Risso
01/12/2020
La última noche antes de llegar a Mar del Plata parte de la tripulación fue dejando la cubierta de a poco, generando así el inicio de las guardias. Quienes se quedaron afuera aceptaron la indirecta. Yo no fui uno de ellos. Tres veces me desperté, llegué hasta la bañera y en cada salida vi distintos tripulantes. Una mirada y la pregunta “¿todo en orden?” era suficiente para volver a mi cucheta.
Amaneció y tuve ese despertar con la culpa de no haber hecho ninguna guardia. Me asomo y los que están en cubierta me cuentan del sol y la luna en simultáneo, con cara de feliz cumpleaños; se me limpia la culpa, disfruto del descanso.
Un viento por la aleta de estribor, un lobito al través, la ciudad desde el mar, las escolleras, los diálogos por radio con la prefectura, entrar al puerto, un velero que nos recibe con un “bienvenidos“. Todas esas cosas juntas como plato final de tres días para un Buenos Aires – Mar del Plata con un pampero, un nortazo, un frente del sur, un fondeo en la Bahía de Samboronbón, garreo, risas, charlas: menú completo.
Amarramos, cabito por acá, Sprint por allá. Parte de la tripu baja en busca de medialunas y una coca fría. A los 10 minutos regresan con la frase de este 2020: “nos olvidamos los barbijos”.
Hisoparnos toda la tripu antes de embarcar fue una gran decisión y por tres días volvimos a vivir como antes.
En breve llega la nueva tripu, l@s chic@s armando los bolsos.
Aprender a soltar, creo que es una de las cosas que aprendí en estos años dando cursos de navegación. Un nuevo equipo para Mar del Plata - Madryn.
Paula Doti
Bahía de Samborombón - Mar del Plata
Paula Doti
30/11/2020
Dejamos la Bahía de Samborombón el lunes a la mañana, y con ella, el agua de río. Nos adentramos en el mar, y por ser mi primera experiencia marítima, la viví como un bautismo, sentada en la banda de babor, viendo romper las olas que se cargaban cada vez con más espuma. Al rato, aparecieron las playas por estribor, y me senté mirando extasiada el paisaje, como quien mira una película. Juan nos preparó un arroz exquisito con verduras y carne que había llevado Coco (mención especial a los chef ). Prepararon dos fuentes enormes con varias cucharas y compartimos el almuerzo con ese marco de fondo, en comunión entre nosotros y con la naturaleza.
Anibal Risso
Buenos Aires – Bahía de Samborombón
Anibal Risso
30/11/2020
La cuenta regresiva llegó a su fin. El puente de Puerto Madero se abrió y zarpamos el sábado 28/11 a las 7 am. Un viento firme del NE nos dejó apagar el motor ni bien salimos: ese silencio tan ansiado. Nos despedimos de los amigos que nos acompañaron en dos barcos y comenzó el viaje hacia el sur después de meses de planificación y trabajo.
Unas horas después comenzó a cargarse el cielo desde el WNW, para luego entrar un frente de pampero de unos 35 nudos. Los mensajes llegaban a los celulares avisando que en Buenos Aires se llovía todo. Las nubes del frente llegaron a nosotros con poca fuerza y sin lluvia.
Un par de horas después entró un nortazo de 50 nudos para sorpresa de toda la tripulación. Llegamos a enrollar el yanqui y lo corrimos a palo seco: fueron los primeros 50 nudos para varios de los tripulantes; risas y caras de tensión se alternaban entre las miradas.
La primera noche cayó entrando en la Bahía de Samborombón, una luna casi llena iluminando las guardias con viento por la aleta de estribor. Como siempre, la primera noche todos en cubierta hasta tarde. Éramos muchos así que las guardias fueron a gusto, y dormí varias horas, también, a gusto.
Fondeamos al norte del banco que está frente al extremo sur de la Bahía esperando el frentecito que sabíamos desde antes de zarpar que vendría del Sur. El domingo a las 16hs. puntual llegó y en el apogeo de las rachas y olas, el primer garreo del fondeo: la Bruce y 35 metros de cadena no fueron suficientes. La alarma sonó varias veces a lo largo de la noche. Subir a cubierta, soltar varios metros más de cadena, chequear que vuelva a clavar y seguir durmiendo.
Lunes 6am: mate, viento de 12 nudos y una tendencia a rotar al SE; desayuno general y anuncio de zarpada a las 10hs.
Sigfrido Nielsen
Buenos Aires – Bahía de Samborombón
Sigfrido Nielsen
30/11/2020
La partida del Caoba hacia el sur se dio el día prefijado desde un mes atrás: el día sábado 28 de noviembre de 2020. El pronóstico del tiempo venía acompañando y el día efectivamente fue espléndido.
El movimiento en la marina empezó desde temprano. Cerca de las 6 AM llegaron los primeros tripulantes junto con el profe y coordinador Aníbal; al rato Paula, con la prensa; amigos, familiares y tripulantes de otras piernas completaban el grupo.
Si bien estaba todo preparado, apuramos los últimos mates para dejar la marina y tomar puntuales el puente de las 7 AM de Dársena Norte, que se abrió sólo para nosotros y las dos embarcaciones que nos acompañaban en la salida, un velero y un gomón que llevaban amigos, tripulantes que se suman en otros tramos, fotógrafos que nos filmaban, dron incluido… Desde tierra también nos registraban amigos con sus cámaras y saludos. En sí, una salida muy emotiva, breve y casi irreal ya que luego de cerca de 8 meses de cuarentena salir en un viaje de ensueño sonaba surrealista, como si estuviéramos viviendo una realidad paralela.
Luego del fin de la cuarentena, fuimos el primer barco en zarpar desde Buenos Aires para una salida de largo aliento, así que llamábamos la atención. El barco, preparado para la ocasión, empavesado y con 9 tripulantes ponía lo suyo para decir “¡acá estoy!”.
Tras izar la vela mayor en el puerto y salir a motor por el antepuerto, el oleaje del viento norte con una brisa de unos 15 o17 nudos se hacía sentir; el velero y la lancha nos acompañaron un par de millas saludando y registrando la salida.
Un rato después nos quedamos solos en el río y pusimos rumbo SE, paralelos a la costa y cercanos al canal; mantendríamos ese rumbo durante todo el día. Lentamente la ciudad de Buenos Aires, todavía algo dormida ese sábado a la mañana temprano, se fue perdiendo en el horizonte, el Caoba se abría paso decididamente, a unos 6 o 7 nudos de velocidad, transcurriendo así varias horas. El pronóstico, favorable, indicaba viento norte en disminución y luego aumentando a leve del oeste a media tarde.
Al medio día nos deleitamos con unas empanadas riquísimas traídas por uno de los excelentes tripulantes.
Pero los pronósticos son eso… pronósticos y a media tarde el cielo se fue poniendo cada vez más oscuro y una línea neta de nubes bajas paralelas a la costa argentina avanzando desde el oeste, tan bien conocida para los navegantes del Río de la Plata, nos puso en alerta. Bajamos todas las velas para quedarnos a palo seco y esperar el sifonazo, cosa que no ocurrió, vino en cambio un oeste con vientos de 30 a 35 nudos y algo de lluvia, a continuación y extrañamente el viento rotó al norte y aumentó hasta llegar a unos 50 nudos. A palo seco el Caoba con viento franco la corría a unos 6 nudos de velocidad llevado por su piloto automático, una tranquilidad a bordo sin problemas, la tripulación dentro de la chubasquera o en la dinette.
Luego de algo más de una hora, el viento fue aflojando y, con el yankee a pleno, el barco mantenía los 5 ó 6 nudos. Con viento tranquilo de la aleta pasamos La Plata y la rada de los barcos fondeados. Más tarde viramos Punta Piedras y enfilamos hacia el sur para pasar la Bahía de Samborombón.
Así llegó el anochecer y con luna llena, solo yankee y navegando plácidamente, terminamos de atravesar la bahía entre la noche del sábado y la mañana del domingo 29, para llegar al norte de Punta Rasa, extremo sur de la bahía y límite exterior del Río de la Plata hacia el mediodía. Buscamos entonces un fondeadero para esperar el frente del sur que, de vuelta, según los pronósticos, tendríamos a partir de media tarde.
El frente llegó puntual con vientos de más de 30 nudos constantes y nos sopló intensamente desde el final de la tarde hasta la mañana del lunes. El Caoba fondeado aguantaba estoicamente los embates del viento y por momentos de la ola, que según cómo orientara la corriente a veces nos pegaba de costado. El tipo de fondo, blando de contextura limosa probó no ser el mejor para el ancla Bruce que comenzó a garrear al entrar la noche y por varias horas nos mantuvo preocupados, llegando a moverse un total de media milla; la alarma de fondeo por momentos nos sobresaltaba.
La mañana del lunes nos encontró descansados y prestos a partir con la disminución del viento y la virazón hacia el SE.
Una mención especial merece la cocina a bordo, mérito de Coco, gastronómico profesional que nos mantiene con platos riquísimos que perfectamente podrían figurar en restaurantes gourmet, ¡un lujo tremendo!!
La buena onda y espíritu de equipo se mantienen altísimos y todo fluye.
Buenos Aires - Mar del Plata
28/11/2020
La etapa 1, Buenos Aires - Mar del Plata, comenzó el 28/11/2020 a las 07:00 y finalizó el 01/12/2020 a las 08:11, con una duración total de 3 días y 1 hora
Vicente Saravia
El Nortazo (Buenos Aires – Bahía de Samborombón)
Vicente Saravia
28/11/2020
Pongámoslo en perspectiva, te dieron las llaves del auto y te dijeron “pibe, maneja vos”. Tenía para mí el timón del Caoba y vientos francos de 20 nudos. La rosca que habíamos visto formarse sobre la Capital había quedado atrás, dejándonos unas fotos hermosas del borde de la nube, una leve lluvia y unas olas que nos corrían desde atrás. El Caoba dejaba que lo lleve surfeando olas a unos 7 u 8 nudos.
Tal vez alguna vez les pasó. Vivir esos momentos en los que el tiempo se detiene, en los que tu mundo se reduce a un horizonte y nada más importa. Todos tus sentidos están en el barco y quizás por eso notás que el bigote de agua que hace la proa al cortar una ola ya no cae sobre ella, sino que el viento la arranca lejos. Y quizás también notás cómo el viento comienza a formar pequeñas olitas, que bailan por un segundo en la cresta de las olas, antes de también ser arrancadas por el viento. Y sin pensarlo te unís a ese baile que te está proponiendo la naturaleza. Un recital de blanco, gris y marrón, donde la proa sube y baja cortando olas, donde las rachas te sorprenden desde atrás queriendo quitarte el control.
Y cuando todo pasa estás exhausto pero feliz. Te tiemblan las rodillas y te derrumbás en un banco. Te diste el gusto de tu vida, timoneaste con 50 nudos.
Ramiro Silveti
Crónica de un escalonamiento anunciado
Ramiro Silveti
21/11/2020
12/MARZO. Puso los primeros escalones al mástil del Caoba. Mi tarea era subir y bajar al capitán con un arnés, alcanzarle sus herramientas y bajar el stopper (ante todo, la seguridad del capitán).
14/MARZO. Puso varios escalones más con algo de lluvia. Mi tarea era quedarme en casa, no resfriarme y armar un mueble… ¿y el stopper?
16/MARZO. Escalón número 11. Solo o acompañado, el capitán seguía subiendo.
PANDEMIA.
26/SEPTIEMBRE. Volvimos al ruedo o mejor dicho al trepo.
29/SEPTIEMBRE. Siguen los escalones, se suman nuevas manos, ahora Bernardo. ¿Habrá bajado el stopper?
3/OCTUBRE. Esperar al capitán desde abajo se tornaba aburrido y la cubierta pedía algo de limpieza. Cada tanto, una miradita al stopper no venía nada mal… como quien revisa varias veces si cerró la puerta con llave.
FINES DE OCTUBRE. La tarea de los escalones había llegado a su fin con participación de más tripulantes. Caro y Bernardo asistieron en variadas oportunidades; no sé quiénes más ni en qué fechas exactas. Habría que preguntarles si padecieron el mismo toc… o ¿tal vez coquetearon con dejarlo levantado?
21/NOVIEMBRE. Preparativos finales para la partida del Caoba Rumbo Sur. De nuevo toca limpiar cubierta. Varios tripulantes realizan diversas tareas en el barco. El stopper ya no me habla. Recuerdo una charla con el capitán: “No es necesario bajar el stopper. Con varias vueltas al molinete es suficiente”.
Fernando Mompó
Preparativos para zarpar
Fernando Mompó
01/11/2020
Muevo lingotes. No son de oro, son los que realmente valen, son el lastre. Buscamos equilibrar un barco en medio de la pandemia. Muchos zapateando la cubierta. El capitán dando indicaciones y volviendo a revisar un detalle más en la mesa de navegación que sólo él comprende. Estoy acá, acostado, encerrado, incómodo, feliz. Me pasan 20 kilos por vez; me retuerzo, los ubico. Llegan más indicaciones; algo debe hacerse de nuevo. Cae la tarde, regreso a casa. El cuerpo contracturado y con marcas en la espalda sabe que está participando de un proyecto que lo llevará mucho más allá del sur.
por Carolina Najmias @lahijadelvisir
Carolina Najmias
Navegación. Prueba 1
Carolina Najmias
24/10/2020
hoy no fue mantenimiento, ni take away ni en solitario ni día de semana.. hoy fue entrenamiento, tripu completa, un sábado... ponerse y sacarse el barbijo según dónde estabas y qué estabas haciendo, quién andaba cerca... charlas, risas, reconocerse, conocerse...
una eternidad para subir la mayor, otra para bajarla
molinetes gigantes para virar la genoa
brazos débiles tras tantos meses de encierro, pero ya todo se recuperará
cada moretón es un recoveco más que voy aprendiendo del Caoba
sentir vida, que tan difícil viene siendo últimamente
Anibal Risso
Génesis del proyecto
Anibal Risso
05/06/2020
El proyecto Caoba – Rumbo Sur será mi tercer viaje al sur. Los dos primeros fueron en los años noventa, primero Chile – Buenos Aires y, dos años más tarde, Buenos Aires – Chile. No pensé que volvería a navegar por esas latitudes.
Cuando Sigfrido me contó su idea al inicio de este año, planificando algo nuevo aun en el contexto de la pandemia y me propuso participar, recuerdo que respiré profundo, medité unos minutos, pensé en el barco que es el Caoba, y me dije para adentro “Con este barco, voy de nuevo”; y le respondí “¡Vamos para adelante, Sig!!!”.
En el proyecto Caoba – Rumbo Sur tomo la experiencia recogida en los anteriores proyectos realizados con la Escuela de Vela, como el viaje previo del Caoba por Brasil, los dos años con el Caudillo haciendo Buenos Aires – Fernando de Noronha – Buenos Aires, y el cruce del Atlántico con el Martini, entre otros.
Allí siempre la dinámica grupal fue el eje principal, y aquí de nuevo: la colaboración como eje articulador, aprovechar los aportes de cada cual con sus saberes propios, la idea no comercial del proyecto, que busca unir las ganas de navegar del capitán/dueño de barco con las ganas de una tripulación de ganar experiencia, y –en lo personal- mis ganas de armar un proyecto de navegación del cual me encanta formar parte.
Para mí Caoba – Rumbo Sur representa una forma de pensar la navegación deportiva.
Sigfrido Nielsen
Génesis del proyecto
Sigfrido Nielsen
01/05/2020
A principios del 2017 compré el Caoba. Lo encontré en Mar del Plata, barco extremadamente sólido y excelentemente construido, diseño mundialmente famoso e histórico, algo caído por poco mantenimiento pero intacto en lo relevante y ahí me dije: “este es el barco”, frase que muchos navegantes reconocerán o entenderán por el profundo significado interior que tiene.
Luego de adquirirlo y realizar mantenimiento básico lo traje a Buenos Aires donde combiné navegaciones por el Río de la Plata hasta Punta del Este (Uruguay) con trabajos que le fui realizando para prepararlo a los fines de lograr mis sueños: singladuras extensas por lugares bellísimos. Es así como fuimos a Angra Dos Reis (Brasil) durante casi todo el 2019, siempre en la modalidad de combinar tripulaciones mayormente de mi club (el CNSE) con alumnos y ex alumnos de la escuela de vela del club. ¡La experiencia no podría haber salido mejor!
A principios del 2020 mi expectativa era regresar a Brasil, pero la pandemia y la consecuente cuarentena cambió radicalmente el mundo y entonces comencé a preguntarme cuál proyecto podría llevar a cabo -en mi mente una persona sin proyectos es una persona sin vida-. Pensé que posiblemente para el verano viajar por nuestro país podía ser viable, y es así como en Mayo del 2020 el proyecto de viajar al extremo sur, a Ushuaia, la Isla de Los Estados, los Fiordos Chilenos y nuestra costa Patagónica, comenzó a tomar forma.
El barco por su diseño se halla excelentemente preparado a esos fines, pero le faltaban varias cosas tanto de seguridad como de confort. Unos meses más tarde contacté al profesor Aníbal Risso, con quien ya habíamos realizado varios proyectos juntos, y le presenté este sueño. El entusiasmo fue casi inmediato y me confirmó mis sospechas: teníamos la punta necesaria para generar un excelente proyecto. Y así hoy en día un proyecto que comenzó como un sueño individual, a través de la participación activa de sus integrantes, pasó a ser un sueño colectivo en el cual los tripulantes tienen una motivación altísima y generan una energía tremenda que supera todos los obstáculos. Es la maravillosa capacidad del ser humano de transformarse y transformar el medio. Y esa vibración única se transmite y ha generado un proyecto con luz propia, un faro. En estas épocas tan particulares para la sociedad y para el mundo este proyecto es una luz de esperanza. Mi agradecimiento más profundo a todos los participantes a 2 días de la zarpada.