Bitácoras: las voces a bordo
Victoria Amato
Hasta pronto
Victoria Amato
01/04/2024
Fin de una travesía increíble por el litoral atlántico uruguayo a bordo del Caoba. Desembarqué en el Puerto de Punta del Este y, ya camino a Montevideo vuelvo a casa agradecida por lo navegado y por los maravillosos navegantes con quienes durante 10 días compartí ceñidas, desayunos en el cockpit, guardias, sin fin de maniobras, vinos, trucos y amenas charlas a bordo. Vuelvo a tierra y a la rutina de la vida con toda la energía del mar decidida a nunca dejar de navegar.
¡Gracias totales Sigfrido, Pablo y Silvana! ¡Los voy a extrañar!
Victoria Amato
A motor hasta Punta del Diablo - fondeadero entre isla Coronilla e isla Verde
Victoria Amato
28/03/2024
Seguimos en dirección norte pasando Punta del Diablo hasta un fondeadero que se encuentra justo enfrente del Fuerte Santa Teresa entre la isla Coronilla e isla Verde. Todo a motor a falta de viento. Punta del Diablo se ve hermosa desde el agua y hubiera sido lindo poder bajar y visitar sus playas, pero allí hay poca profundidad. Seguimos hasta las islas, estábamos a 12 millas de la frontera con Brasil. Hace ya varios días que sabíamos que hasta allí llegaríamos porque los pronósticos no eran óptimos para seguir. Tiramos el ancla, abajo del casco del Caoba sólo 6 metros de profundidad.
Con un atardecer de fondo impresionante, algunos aprovechamos para refrescarnos en la popa del barco con agua dulce y ¡caliente! por la cantidad de horas que había funcionado el motor.
La luna llena otra vez nos acompañó esa noche. Después de cenar, amagamos a levantar fondeo y volver a La Paloma aprovechando que había viento favorable y otra vez luna llena. Ya sabíamos que al día siguiente iba a soplar poco y queríamos evitar otro tramo a motor. Preparamos el barco, prendimos motor y cuando ya estaba todo listo para partir, el piloto automático decidió por nosotros y se negó a arrancar. Todos a dormir y a madrugar para salir temprano al día siguiente. Por mi parte aproveché para avanzar en mi lectura del libro “Tres océanos para una victoria” de Philippe Jeantot, que relate la regata en solitario de la vuelta al mundo “BOC Challenge – Around Alone” a bordo del “Credit Agricole”, - mellizo del Caoba - en la que el navegante francés batió récords y ganó cómodamente con un tiempo total de 103 días en los años 1982 y 1983.
Victoria Amato
Operativo gomón en la playa de Cabo Polonio: la odisea de surfear las rompientes, ¡sin tabla de surf!
Victoria Amato
27/03/2024
Ansiosos por bajar a tierra y conocer el cabo, convencimos al capitán que realmente valía la pena sacar el gomón -que estaba justo debajo del asiento de la dinet, donde se había instalado a trabajar desde temprano. Muy oportuno lo nuestro…
Entre Pablo, Silvana y yo nos pusimos metódicamente a armar el auxiliar sobre la cubierta del barco. “Pone este piso acá”, “no ese va ahí”, “sostené de allá que yo tiro, ahora infla, no mejor desinfla que no entran los pisos...” Y así, y así.. intentando darle forma al rompecabezas. Una hora y media después y con la ayuda del capitán finalmente lo logramos y tiramos el bote al agua. Pablo y Sigfrido optaron por nadar hasta la costa. Silvana y yo remamos hasta la playa. Ayudadas por la corriente a favor pasamos la rompiente sin mayores contratiempos y pisamos tierra en las blancas arenas del cabo. Al mirar atrás sabíamos que la vuelta no iba a ser tan fácil, pero alguien me dijo alguna vez “cuando llegues a ese puente, cruzaras el río”, así que ahora a disfrutar del lugar y luego veremos.
Después de una caminata hasta el faro y los ranchos del lugar, como descubrimos que llaman a las pintorescas casitas en la playa, decidimos emprender el regreso. Ahí empezó otra historia.
El Capi nos indicó todos al agua, con la proa levantada y a nadar hasta pasar la rompiente. Pero... mi mochila -en donde estaba todo lo de todos - no podía tocar el agua, así que disimuladamente me subí al bote y empecé a remar desesperada mientras el resto nadaba. Me siguió Silvana y a punta de aceleradas remadas logramos pasar la rompiente. Una vez los cuatro arriba del bote, tentados, empapados y con hambre empezó la competencia entre bandas para ver cual dupla era más eficiente en su remada. ¡Tensión a bordo!
Todos nuevamente a bordo del Caoba, extenuados y hambrientos, almorzamos y pasamos el resto del día en el barco, descansando y contemplando el imponente paisaje.
Victoria Amato
Cabo Polonio
Victoria Amato
26/03/2024
La Paloma-Cabo Polonio - Una entrada difícil, sorteando los bajos fondo que rodean las islas. Fondeamos en la bahía de la Calavera, que resuena a historias de piratas y de tesoros y nos deleitamos con la salida de la luna. Otra vez luna llena. Pablo cocinó una colita de cuadril, no faltó la música y algunos molestos mosquitos.
Victoria Amato
La Paloma
Victoria Amato
25/03/2024
El lunes cerca del mediodía dejamos Punta del Este y pusimos rumbo en dirección a La Paloma, 40 millas. Nos tocó una hermosa navegación, 10-15 nudos al través.
Llegamos otra vez de noche, pero no muy tarde. Fuimos recibidos por un grupo de amables navegantes quienes nos asistieron con la maniobra de amarre. Por la efusividad y entusiasmo demostrado, concluimos que en ese puerto hacía varios días, quizás semanas, que no llegaba nadie y/o no pasaba nada.
Llegamos justo para la cena, esta vez toco un arroz con verduras preparado por Silvana. Hicimos noche allí para partir al día siguiente a Cabo Polonio, nuestro próximo destino.
Victoria Amato
Tercer día en el mar
Victoria Amato
24/03/2024
Amaneció y la historia empezó a cambiar. El viento seguía del NOE pero ya de mucha menor intensidad. La ola se mantuvo un buen rato. Soplaron durante casi todo el día aproximadamente 20 nudos, lo que nos permitió abrir el yankee y seguir navegando a buena velocidad.
Almorzamos un pollo al horno con verduras preparado gentilmente por Pablo, la primera comida caliente y sabrosa después de un día entero en el que casi no comimos.
Un fuerte y compacto estruendo - que no pudimos identificar inmediatamente- nos sacudió la paz del domingo por la tarde. Un árbol de importante magnitud apareció flotando por la banda de estribor. Por suerte, no paso de un susto ya que no llegó a tocar el timón y tampoco hizo ningún daño al barco.
El día fue espectacular. Ideal para echarse al sol en cubierta, dormir la siesta y recuperarnos del baile del sábado. Ya casi totalmente repuesta del mareo inicial, Silvana aprovechó para tomar un baño de mar en la popa del barco.
Los pronósticos empezaron a llegar y nosotros a darnos cuenta de que las posibilidades de poder seguir hasta Brasil estaban cada vez más lejos. El apoyo en tierra es realmente fundamental para este tipo de travesías. Gracias a los amigos del Caoba con quienes nos mantuvimos continuamente comunicados a través del sistema satelital de comunicación que tiene el barco. Si bien la navegación estaba tranquila, Marcela no logró reponerse del mareo y pidió desembarcar en el primer puerto posible. Decidimos entonces recalar en Punta del Este, hacia allí pusimos rumbo y a seguir disfrutando de la noche.
Casi llegando a Punta del Este, ¡divisamos noctilucas hacia ambas bandas del barco! Silvana nos explicó que estas algas son unicelulares y que ante la percepción de movimiento se iluminan como un mecanismo de defensa.
Si bien algunos zafamos del mareo, no así de cierta confusión a la hora de anunciar la llegada a puerto. Encargado de reportar la entrada, Pablo insistía con “Control Colonia” mientras todos contemplábamos entusiasmados las luces de los imponentes edificios de Punta del Este y la isla Gorriti, que NO era la isla San Gabriel. Claro, así nunca nos iban a responder.... Enmendado el error y tentados ante la confusión del primer oficial arribamos a puerto cerca de las 21hs escoltados por una maravillosa luna llena. La maniobra de amarre fue rápida y ordenada.
Una buena ducha nos llamaba. Hacía allí nos dirigimos, mientras el capitán preparaba unas exquisitas pizzas caseras que disfrutamos más tarde todos juntos a bordo.
Victoria Amato
Sábado de rosca
Victoria Amato
23/03/2024
A partir del mediodía del sábado la potencia del viento empezó a aumentar cada vez con más fuerza. Cerca de las 13hs ya íbamos con 3 rizos, importante marejada y olas de tres metros. Fue un día duro, soplaron 30 nudos de viento durante gran parte del día y nos vimos obligados a seguir haciendo bordes. Si bien el barco iba rápido, nos costaba avanzar. Ver el track de las millas navegadas en el plotter era desalentador..., pero los ánimos se mantenían optimistas y decidimos seguir porque además sabíamos que las condiciones iban a mejorar. Ese día no hubo almuerzo, algunos tripulantes estaban muy mareados, otros permanecimos enteros y tuvimos que conformarnos con barritas de cereal, bananas y frutos secos para evitar el mareo.
Moverme adentro del barco fue lo más parecido y cerca que me sentí de ser una acróbata del Cirque du Soleil. Descubrí una agilidad que desconocía tener. Lección: Agárrate de donde puedas y prepárate porque cada vez que bajes, tu compañero de guardia va a aprovechar para pedirte que le alcances esto, que guardes aquello, etc.
Fue un día realmente duro, poco placentero para la navegación y cansador, pero estuve tranquila en todo momento, sabiendo que el barco avanzaba firme, a buena velocidad y que sin duda se la podía re bancar. Además, por supuesto de la confianza que transmitieron en todo momento Sigfrido, el capitán, y Pablo, el primer oficial.
Al atardecer un ave, cuya especie no pudimos identificar, chocó contra la cubierta del barco y quedó con un ala herida atrapada entre algún herraje. Permaneció allí varias horas y pese a sus esfuerzos por zafarse, creemos que no pudo lograrlo. Las olas rompían con furia contra la cubierta y antes del anochecer simplemente dejamos de verla.
Fue una noche de luna llena pero algo nublado. Igual allí estaba, y a mí de alguna manera, no sé si por su energía o su belleza me hizo sentir más acompañada en la inmensidad del mar.
Cerca de las 4am se empezó a prestar lo que nos permitió derivar un poco y hacer un rumbo más óptimo para nuestro destino original, aunque ya el plan B empezaba a convertirse cada vez más en una realidad. Seguimos a un descuartelar, aprovechamos la prestada para darle un descanso al piloto y el capitán me cedió el timón del Caoba. Antes del amanecer el viento empezó a disminuir y las condiciones generales a mejorar. Lo más duro estaba por terminar, lo cual animo los espíritus de todos a bordo.
Victoria Amato
La partida
Victoria Amato
22/03/2024
Con ya casi todo listo desde el día anterior, el plan original era zarpar a las 6am, pero la oficina de migraciones del puerto estaba cerrada y tuvimos que esperar a que abriera para hacer los trámites migratorios y luego continuar con el despacho en Prefectura.
La ansiedad e impaciencia por salir la acompañamos con deliciosas medialunas marplatenses literalmente en la puerta de la oficina mientras esperábamos la llegada de la funcionaria.
Ya de vuelta en el Caoba, largamos amarras a las 10.50am bajo un sol radiante pero casi sin viento. Soplaba apenas una brisita del Este. La hermosa ciudad de Mar del Plata comenzó de a poco a quedar atrás. Las primeras millas en el mar fueron tranquilas, condición ideal para ir acostumbrándonos al barco, al movimiento y la vida a bordo. En mi caso, al ser esta mi primera navegación en el Caoba, fue además ideal para observarlo todo y familiarizarme con la maniobra del barco.
Almorzamos unas ricas milanesas con ensalada y seguimos en una navegación placentera y sin sobresaltos durante toda la tarde. El atardecer de ese día fue el más lindo de toda esta travesía. Sesión de fotos obligada, registramos la puesta del sol y sus increíbles colores de todos los ángulos.
Luego de la cena, a las 10pm empezaron las guardias. El viento se estableció del NOE y empezó a aumentar, llegando a los 19 nudos y permitiendo que el barco impulsado por el yankee, la trinquetilla y la mayor empezara a avanzar firme. Pero, se nos puso de jeta y .... comenzaron los bordes que estaríamos obligados a hacer durante casi toda la noche y día siguiente. Mi primer guardia fue 2am a 4am. Poco tráfico marítimo, apenas nos cruzamos con un pesquero que divisamos cerca de las 3am.
Sigfrido Nielsen
Llegó el día
Sigfrido Nielsen
21/03/2024
Estoy en casa esperando que me pase a buscar mi amigo y capitán del yate La Argentina, Jorge “Tato” Hernández, quien gentilmente me llevará - lo mismo que a varios de los tripulantes de singladura -, desde Buenos Aires hasta Mar del Plata, puerto donde se halla el Caoba, esperándonos para partir el día de mañana con rumbo norte.
La verdad es un privilegio poder hacer un viaje como este. Desde el medio, en este caso el barco, con todo lo que ello implica y me refiero especialmente a su diseño y por ende a las capacidades marineras del mismo, su estado de mantenimiento y al equipamiento que con tanto esfuerzo material y físico he venido realizando durante estos 7 años desde su adquisición en el 2017. Tantas cosas me pasan por la mente, incluyendo también la planificación de viaje, los tripulantes, las cenas de camaradería realizadas, las compras, el viaje que hicimos con Victoria y Pablo el fin de semana pasado a Mar del Plata para realizar las compras y ultimar preparativos. Y por si esto fuera poco, dejar mi trabajo en orden, desde gestiones administrativas realizadas, correos laborales respondidos, pagos bancarios y un etcétera que parece interminable, y todo, absolutamente todo parece importante e indelegable. Todo eso, y de acuerdo a mis experiencias pasadas, se termina cuando se parte, se sueltan las amarras. El acto físico de soltar amarras implica dejar atrás todo, y cuando digo todo es el etcétera interminable y que parece importante. Es decir en el momento de soltar amarras se produce un cambio dramático en las percepciones ya que a partir de ese momento, que será mañana temprano, viernes 22 de marzo de 2024 todo cambiará para disfrutar de la experiencia de navegar varias semanas en el mar, con el destino programado de Florianópolis.
Victoria Amato
Fin de semana de preparativos
Victoria Amato
17/03/2024
Este fin de semana conocí el Caoba. Llegué al YCA de Mar del Plata el viernes por la nochecita para encontrarme con Sigfrido, el capitán, y Pablo, el primer oficial, ambos organizadores de esta aventura en que decidí embarcarme. Se acerca la fecha de zarpada y dedicamos todo el fin de semana a preparar el barco para la próxima singladura del Caoba. El viernes 21 largamos amarras rumbo al sur de Brasil. Eolo, ¡¡no nos dejes!!
En lo personal estoy nerviosa pero muy emocionada. El capitán me recibió con mucha hospitalidad y me mostró cada parte y rincón importante del barco, incluida la biblioteca que espero tener tiempo y energía para aprovechar. Mientras el se entretenía con los aparatos tecnológicos – tablets varias, dron, etc- con Pablo -el primer oficial - hicimos inventario de todo lo comestible, lista de super y luego partimos a hacer las compras de los alimentos no perecederos. Tres changuitos llenos. Tragos, chocolate y papel higiénico no van a faltar. Luego de estibar, lavar cubierta, repasar y ultimar otros detalles volvimos a Buenos Aires a contar los días y seguir el pronóstico esperando que se siga prestando para zarpar el viernes 22.
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