Buenos Aires - Mar del Plata
Una singladura de 250 millas náuticas.
Tras zarpar de Buenos Aires, Mar del Plata será el primer puerto del Mar Argentino en el que recalará el Caoba en su travesía hacia Ushuaia.
Buenos Aires – Mar del Plata será una singladura mixta: un tramo de nuestro conocido Río de la Plata, con su color aleonado y su ola corta (tan inquietante para las/os timoneles extranjeras/os cuando vienen a competir a nuestro estuario), y otro gran tramo de mar una vez pasado el Faro San Antonio, en el extremo sur de la Bahía Samborombón.
A partir de ahí se realizará una navegación cercana a la costa, si vamos a rumbo, viendo pasar los balnearios de la costa bonaerense.
Pasado el Faro Punta Médanos, la costa cambia de dirección hacia el SW, y así también lo hará el Caoba, en la parte final hasta Mar del Plata.
En el contexto del Proyecto “Caoba – Rumbo Sur”, esta será una pierna corta y se aprovechará para extremar la cantidad de tripulantes a bordo: junto al Capitán Sigfrido Nielsen y el coordinador Aníbal Risso, participarán 7 tripulantes. Para la mayoría, será su bautismo de mar.
Es una singladura que puede ser muy dura con vientos del Sudeste, tan temidos en la clásica regata de nuestros veranos Buenos Aires – Mar del Plata, que en algunas ediciones causó severos daños en varias embarcaciones, o que puede ser sumamente placentera, según lo que la meteorología y decisiones de capitanía dispongan.
Esperamos un puerto compartido con barcos de pesca, buques comerciales, la Armada Argentina y otras embarcaciones deportivas, en medio de lobos marinos y gaviotas.
Así, tras una breve estadía en el Club Náutico Mar del Plata, se hará un recambio de la tripulación y se iniciará la siguiente etapa.
Tripulación en esta etapa:
Bitácora:
Vicente Saravia
El Nortazo (Buenos Aires – Bahía de Samborombón)
Vicente Saravia
28/11/2020
Pongámoslo en perspectiva, te dieron las llaves del auto y te dijeron “pibe, maneja vos”. Tenía para mí el timón del Caoba y vientos francos de 20 nudos. La rosca que habíamos visto formarse sobre la Capital había quedado atrás, dejándonos unas fotos hermosas del borde de la nube, una leve lluvia y unas olas que nos corrían desde atrás. El Caoba dejaba que lo lleve surfeando olas a unos 7 u 8 nudos.
Tal vez alguna vez les pasó. Vivir esos momentos en los que el tiempo se detiene, en los que tu mundo se reduce a un horizonte y nada más importa. Todos tus sentidos están en el barco y quizás por eso notás que el bigote de agua que hace la proa al cortar una ola ya no cae sobre ella, sino que el viento la arranca lejos. Y quizás también notás cómo el viento comienza a formar pequeñas olitas, que bailan por un segundo en la cresta de las olas, antes de también ser arrancadas por el viento. Y sin pensarlo te unís a ese baile que te está proponiendo la naturaleza. Un recital de blanco, gris y marrón, donde la proa sube y baja cortando olas, donde las rachas te sorprenden desde atrás queriendo quitarte el control.
Y cuando todo pasa estás exhausto pero feliz. Te tiemblan las rodillas y te derrumbás en un banco. Te diste el gusto de tu vida, timoneaste con 50 nudos.
Buenos Aires - Mar del Plata
28/11/2020
La etapa 1, Buenos Aires - Mar del Plata, comenzó el 28/11/2020 a las 07:00 y finalizó el 01/12/2020 a las 08:11, con una duración total de 3 días y 1 hora
Sigfrido Nielsen
Buenos Aires – Bahía de Samborombón
Sigfrido Nielsen
30/11/2020
La partida del Caoba hacia el sur se dio el día prefijado desde un mes atrás: el día sábado 28 de noviembre de 2020. El pronóstico del tiempo venía acompañando y el día efectivamente fue espléndido.
El movimiento en la marina empezó desde temprano. Cerca de las 6 AM llegaron los primeros tripulantes junto con el profe y coordinador Aníbal; al rato Paula, con la prensa; amigos, familiares y tripulantes de otras piernas completaban el grupo.
Si bien estaba todo preparado, apuramos los últimos mates para dejar la marina y tomar puntuales el puente de las 7 AM de Dársena Norte, que se abrió sólo para nosotros y las dos embarcaciones que nos acompañaban en la salida, un velero y un gomón que llevaban amigos, tripulantes que se suman en otros tramos, fotógrafos que nos filmaban, dron incluido… Desde tierra también nos registraban amigos con sus cámaras y saludos. En sí, una salida muy emotiva, breve y casi irreal ya que luego de cerca de 8 meses de cuarentena salir en un viaje de ensueño sonaba surrealista, como si estuviéramos viviendo una realidad paralela.
Luego del fin de la cuarentena, fuimos el primer barco en zarpar desde Buenos Aires para una salida de largo aliento, así que llamábamos la atención. El barco, preparado para la ocasión, empavesado y con 9 tripulantes ponía lo suyo para decir “¡acá estoy!”.
Tras izar la vela mayor en el puerto y salir a motor por el antepuerto, el oleaje del viento norte con una brisa de unos 15 o17 nudos se hacía sentir; el velero y la lancha nos acompañaron un par de millas saludando y registrando la salida.
Un rato después nos quedamos solos en el río y pusimos rumbo SE, paralelos a la costa y cercanos al canal; mantendríamos ese rumbo durante todo el día. Lentamente la ciudad de Buenos Aires, todavía algo dormida ese sábado a la mañana temprano, se fue perdiendo en el horizonte, el Caoba se abría paso decididamente, a unos 6 o 7 nudos de velocidad, transcurriendo así varias horas. El pronóstico, favorable, indicaba viento norte en disminución y luego aumentando a leve del oeste a media tarde.
Al medio día nos deleitamos con unas empanadas riquísimas traídas por uno de los excelentes tripulantes.
Pero los pronósticos son eso… pronósticos y a media tarde el cielo se fue poniendo cada vez más oscuro y una línea neta de nubes bajas paralelas a la costa argentina avanzando desde el oeste, tan bien conocida para los navegantes del Río de la Plata, nos puso en alerta. Bajamos todas las velas para quedarnos a palo seco y esperar el sifonazo, cosa que no ocurrió, vino en cambio un oeste con vientos de 30 a 35 nudos y algo de lluvia, a continuación y extrañamente el viento rotó al norte y aumentó hasta llegar a unos 50 nudos. A palo seco el Caoba con viento franco la corría a unos 6 nudos de velocidad llevado por su piloto automático, una tranquilidad a bordo sin problemas, la tripulación dentro de la chubasquera o en la dinette.
Luego de algo más de una hora, el viento fue aflojando y, con el yankee a pleno, el barco mantenía los 5 ó 6 nudos. Con viento tranquilo de la aleta pasamos La Plata y la rada de los barcos fondeados. Más tarde viramos Punta Piedras y enfilamos hacia el sur para pasar la Bahía de Samborombón.
Así llegó el anochecer y con luna llena, solo yankee y navegando plácidamente, terminamos de atravesar la bahía entre la noche del sábado y la mañana del domingo 29, para llegar al norte de Punta Rasa, extremo sur de la bahía y límite exterior del Río de la Plata hacia el mediodía. Buscamos entonces un fondeadero para esperar el frente del sur que, de vuelta, según los pronósticos, tendríamos a partir de media tarde.
El frente llegó puntual con vientos de más de 30 nudos constantes y nos sopló intensamente desde el final de la tarde hasta la mañana del lunes. El Caoba fondeado aguantaba estoicamente los embates del viento y por momentos de la ola, que según cómo orientara la corriente a veces nos pegaba de costado. El tipo de fondo, blando de contextura limosa probó no ser el mejor para el ancla Bruce que comenzó a garrear al entrar la noche y por varias horas nos mantuvo preocupados, llegando a moverse un total de media milla; la alarma de fondeo por momentos nos sobresaltaba.
La mañana del lunes nos encontró descansados y prestos a partir con la disminución del viento y la virazón hacia el SE.
Una mención especial merece la cocina a bordo, mérito de Coco, gastronómico profesional que nos mantiene con platos riquísimos que perfectamente podrían figurar en restaurantes gourmet, ¡un lujo tremendo!!
La buena onda y espíritu de equipo se mantienen altísimos y todo fluye.
Anibal Risso
Buenos Aires – Bahía de Samborombón
Anibal Risso
30/11/2020
La cuenta regresiva llegó a su fin. El puente de Puerto Madero se abrió y zarpamos el sábado 28/11 a las 7 am. Un viento firme del NE nos dejó apagar el motor ni bien salimos: ese silencio tan ansiado. Nos despedimos de los amigos que nos acompañaron en dos barcos y comenzó el viaje hacia el sur después de meses de planificación y trabajo.
Unas horas después comenzó a cargarse el cielo desde el WNW, para luego entrar un frente de pampero de unos 35 nudos. Los mensajes llegaban a los celulares avisando que en Buenos Aires se llovía todo. Las nubes del frente llegaron a nosotros con poca fuerza y sin lluvia.
Un par de horas después entró un nortazo de 50 nudos para sorpresa de toda la tripulación. Llegamos a enrollar el yanqui y lo corrimos a palo seco: fueron los primeros 50 nudos para varios de los tripulantes; risas y caras de tensión se alternaban entre las miradas.
La primera noche cayó entrando en la Bahía de Samborombón, una luna casi llena iluminando las guardias con viento por la aleta de estribor. Como siempre, la primera noche todos en cubierta hasta tarde. Éramos muchos así que las guardias fueron a gusto, y dormí varias horas, también, a gusto.
Fondeamos al norte del banco que está frente al extremo sur de la Bahía esperando el frentecito que sabíamos desde antes de zarpar que vendría del Sur. El domingo a las 16hs. puntual llegó y en el apogeo de las rachas y olas, el primer garreo del fondeo: la Bruce y 35 metros de cadena no fueron suficientes. La alarma sonó varias veces a lo largo de la noche. Subir a cubierta, soltar varios metros más de cadena, chequear que vuelva a clavar y seguir durmiendo.
Lunes 6am: mate, viento de 12 nudos y una tendencia a rotar al SE; desayuno general y anuncio de zarpada a las 10hs.
Paula Doti
Bahía de Samborombón - Mar del Plata
Paula Doti
30/11/2020
Dejamos la Bahía de Samborombón el lunes a la mañana, y con ella, el agua de río. Nos adentramos en el mar, y por ser mi primera experiencia marítima, la viví como un bautismo, sentada en la banda de babor, viendo romper las olas que se cargaban cada vez con más espuma. Al rato, aparecieron las playas por estribor, y me senté mirando extasiada el paisaje, como quien mira una película. Juan nos preparó un arroz exquisito con verduras y carne que había llevado Coco (mención especial a los chef ). Prepararon dos fuentes enormes con varias cucharas y compartimos el almuerzo con ese marco de fondo, en comunión entre nosotros y con la naturaleza.
Anibal Risso
Bahía de Samborombón - Mar del Plata
Anibal Risso
01/12/2020
La última noche antes de llegar a Mar del Plata parte de la tripulación fue dejando la cubierta de a poco, generando así el inicio de las guardias. Quienes se quedaron afuera aceptaron la indirecta. Yo no fui uno de ellos. Tres veces me desperté, llegué hasta la bañera y en cada salida vi distintos tripulantes. Una mirada y la pregunta “¿todo en orden?” era suficiente para volver a mi cucheta.
Amaneció y tuve ese despertar con la culpa de no haber hecho ninguna guardia. Me asomo y los que están en cubierta me cuentan del sol y la luna en simultáneo, con cara de feliz cumpleaños; se me limpia la culpa, disfruto del descanso.
Un viento por la aleta de estribor, un lobito al través, la ciudad desde el mar, las escolleras, los diálogos por radio con la prefectura, entrar al puerto, un velero que nos recibe con un “bienvenidos“. Todas esas cosas juntas como plato final de tres días para un Buenos Aires – Mar del Plata con un pampero, un nortazo, un frente del sur, un fondeo en la Bahía de Samboronbón, garreo, risas, charlas: menú completo.
Amarramos, cabito por acá, Sprint por allá. Parte de la tripu baja en busca de medialunas y una coca fría. A los 10 minutos regresan con la frase de este 2020: “nos olvidamos los barbijos”.
Hisoparnos toda la tripu antes de embarcar fue una gran decisión y por tres días volvimos a vivir como antes.
En breve llega la nueva tripu, l@s chic@s armando los bolsos.
Aprender a soltar, creo que es una de las cosas que aprendí en estos años dando cursos de navegación. Un nuevo equipo para Mar del Plata - Madryn.
Caoba Rumbo Sur es un proyecto náutico con propósitos educativos y ecológicos sin fines de lucro.
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Desarrollo de Página: Federico Sarfatti. Producción: Fernando Mompó, Julián Morvillo, Carolina Najmias y Federico Sarfatti.
Redacción y Edición de Textos: Carolina Najmias. Prensa: Paula Cavicchia y Fernando Mompó
Todos ellos tripulantes del Caoba en alguna de sus etapas.