Bitácoras: las voces a bordo
Sigfrido Nielsen
Mar del Plata - Buenos Aires
Sigfrido Nielsen
10/04/2021
La última pierna, de sólo 260 millas de extensión, luego de toda la experiencia obtenida ya sea respecto al comportamiento del barco, de sus fortalezas y sus debilidades, de los temporales pasados, de las distancias recorridas en piernas muchísimo mas extensas, se presentaba a priori como “un paseo”. Pero el cierre tenía que ser bueno o excelente y eso me ponía algo de presión extra y a que me refiero concretamente? No podía o no debía ocurrir un percance serio que afectara el cierre del viaje, no podía ocurrir un accidente, ya que en toda la travesía, para ese momento ya iban mas de 3500 millas no podía quedar empañada por un percance en la línea de llegada.. se entiende..? Así dadas las cosas y además otros factores extra como la aceleración de los contagios del Covid que no sólo aumentaban el riesgo de que tuvieramos un contagio en cadena abordo sino que tambien empezaba a poner cierta preocupación por el run rún de los rumores de la vuelta a las restricciones de circulación y quizá también a la navegación visto lo ocurrido sólo 4 días despues de la llegada (se prohibió la navegación nocturna) no era nada descabellado pensarlo.
Puesto en perspectiva entonces algunos desafíos eran claros, no postergar la fecha prevista del viaje y cuidar la seguridad.
Pero justamente Neptuno nos vendría a poner a prueba, ya que el pronostico si bien daba vientos francos los mismos pintaban de violeta los mapas meteorológicos y todos sabemos que el color violeta significa temporal dada la escala de intensidades de vientos. En cierto modo yo pensaba es como si el Rio de la Plata viniera a decirnos, viste que acá también hay vientos fuertes? No necesitas ir a la patagonia para que vuelen las vacas, demostrame también a mí que sos capaz de navegar acá con estos vientos!
Mientras pensaba eso tambien pensaba.. bueno.. despues de haber sorteado con éxito sin ninguna rotura de jarcia ni fija ni de labor vientos de 60 y de 70 nudos.. bueno.. acá tendremos… cuánto? 40? 50?… ya estoy curtido para esto y el Caoba también. Pero bueno… convengamos que no era el mejor escenario no? Y tampoco para la tripulación que se sumaba en la pierna, con diversas experiencias previas y que además no conocía el barco.
Dadas estas reflexiones y realidades nos preparamos como siempre, hisopados Covid negativos de por medio, cuidando la burbuja, además de llevar las virtuallas de Francois y los dimes y diretes de Dolores (dos polizontes que misteriosamente aparecían y desaparecían sin mucha lógica aparente pero que nos divertían a todos), viajamos a Mar del Plata el Jueves 8 de Abril con la intención de zarpar el viernes 9 y llegar el Domingo 11 al medio día, la intención era dar espacio a la caravana náutica que se estaba organizando para recibirnos en el Puerto de Buenos Aires.
Hicimos el rol el jueves por la noche los 7 tripulantes oficiales (quiero decir que obviamente los polizontes mencionados no figuraban en él) y terminamos partiendo el viernes 9 al medio día, un dia de sol espectacular nos despidió de Mar del Plata, la noche anterior Jorge y su esposa del velero La Argentina se acercaron al restaurante del club a brindar con una cerveza!.
Un SE suave de unos 18 a 25 nudos nos acompañó hasta la noche del viernes durante la misma se fue incrementando a un poco mas de 25 nudos reales, como precaución como usualmente hacíamos la mayor fue arriada con las ultimas horas de luz, en ese momento dados los pronosticos meteorológicos el veredicto fué: hay que amollarla bien ya que no la izaremos mas durante este viaje, cosa que finalmente ocurrió.
Mientras tanto el polizonte Francois (Franzua) (corporizado en Jorge) hacia mil maravillas en la cocina, ya teníamos otra vez un chef abordo! Atenti!! la persona abordo mas importante no es el que sabe mas de náutica, ni el mas simpático ni el más hábil reparando desperfectos, es el CHEF !!! (y sobretodo si no se marea). Tuve que hacer 4000 millas para entender eso jaja Mil gracias Jorge, todos disfrutamos muchísimo de tus habilidades en la cocina!.
A la mañana del Sabado 10 estábamos al través de la bahía Sanborombón y el viento aumentaba de a poco y a la tarde las rachas por el través y aleta superaban los 30 nudos aparentes. El Caoba seguía a buen ritmo pero hacia el Norte los nubarrones no dejaban de acumularse y las lluvias cantaron acá estamos, nosotros también venimos a dar la bienvenida a Uds, viajeros osados que se atreven a entrar en nuestro territorio!. acá tienen! Nosotros pusimos el cerramiento completo del bimini y estabamos adentro todos secos y cómodos mientras las olas, raras ya que no eran ni la ola corta del Riopla ni la onda larga de mar, de vez en cuando barrían la banda completa.
A la noche del Sábado 10 de Abril ya estabamos pasando Punta Indio y nos adentrábamos siguendo el canal Magdalena, el viento siguió el pronóstico y se fue sucesivamente al norte y luego al NW, bien de frente, en ese momento enrollamos velas de proa y continuamos a motor, la ola de frente, corriente en contra y viento de unos 25 nudos, todo en simultáneo hacían dificultoso nuestro avance y por momentos nos limitaban a unos miserables 2 nudos de avance. Seguimos así hasta que a eso de las 3 AM del domingo 11 el viento siguió rotando (siempre antihorario ya que el centro de baja estaba pasando un poco al sur de nosotros) y se puso de ceñida, fue entonces cuando el Caoba empezó a carretear (en sentido figurado, obviamente) y es lo que necesitábamos, volar un poco, para poder llegar a tiempo a la cita con nuestros amigos en Buenos Aires, es así como bordeando las 8 AM estábamos en la rada de la Plata y teníamos la ola del rio color marrón, aún de frente pero el viento ya con sus 25 nudos y en aumento daba para ceñida cómoda con lo cual el Caoba ya quería tomar vuelo pero la ola tan corta dado el desplazamiento del barco y la eslora no podía acompañarla así que la atropellaba a puro macho y sin chistar. Lo que teníamos entonces era el barco andando a unos 6 nudos sobre el fondo y las olas barriendo enteritas y permanentemente la cubierta. Tan importante era el barrido que superaba el cerramiento del bímini y terminaba bañándonos en el cockpit, suena increible, no había ocurrido en todo el viaje y con olas muchísimo mas grandes y velocidades del barco mucho mas altas pero al ser ondas largas el barco las acompañaba, cosa que no ocurría en esta oportunidad.
Un par de capturas de pantalla de los pronosticos vigentes que teníamos, por suerte eran vientos francos.
Terminamos de pasar la rada de la Plata y el viento aumentó y se franqueó un poco mas, ya teníamos cómodos cerca de 35 nudos aparentes de racha con lo cual la velocidad aumentó y comenzamos a volar, 7 nudos, por momentos 8 (la corriente seguía en contra) y así seguríamos hasta llegar al Puerto de Bs As a las 12:15 del medio día sólo 15 minutos después de la hora prefijada 2 días antes. Por suerte en esta ocasión los vientos que enfrentamos durante la travesía fueron un poco menores a los pronosticados pero igualmente el final terminó siendo a toda orquesta, nuestros amigos, familiares, tripulantes y simpatizantes nos esperaban en el puerto. Dados los fuertes vientos la caravana se había suspendido pero los víctores y aplausos de la multitud al cruzar el puente Cecilia Grierson en Puerto Madero fueron momentos que nunca olvidaré y me atrevo a decir que Jorge, Julián, Paula, Rosana, Darío y Fernado, la tripualción de lujo que me acompañó (al igual que todas) nunca olvidarán. Respecto a los dos polizontes Francois (alias Franzua) y Dolores no sabría qué decir, estimo que lo pasarom muy bien también pero por las dudas no digo mas nada no sea que las autoridades tomen nota de la irregularidad.
Unos 8000 Km de singladuras, 4 meses recorriendo todo el litoral marítimo de nuestro país, llegando hasta Ushuaia y recorriendo completamente el canal de Beagle (varias veces en todas sus caletas), recorriendo la Isla de los Estados, todo ello pese a la pandemia, pese a todas las dificultades, con cero (0) accidentes personales, transmitiendo los ejes del proyecto de enseñanza náutica, respeto y cuidado del medio ambiente e integración de la mujer se habían logrado con creces: el involucramiento de los participantes, el impacto en los medios periodísticos y en el ambiente náutico deportivo hablan por sí solos.
Mi agradecimiento a Anibal Risso y a todos los participantes, sin ellos este proyecto en la forma en que se realizó no hubiera sido posible..
Mención especial a Carlos Saguier Fonrouge, profesional de la náutica deportiva, navegante de primera y explorador de nuestro sur que escribiera el libro “ Periplo al Sur” donde relata el viaje con el velero Sortilegio. En ese libro están descriptos con lujo de detalles muchísimos puertos, caletas y lugares de nuestro sur que fueron usados de guía para este viaje..
Tuve el privilegio de recibir la visita de Carlos para interiorizarse del Caoba en las últimas semanas antes de la partida y el honor que me regalara un ejemplar autobiografiado de su libro, y desde ya recomiendo su lectura a todo aquel interesado en realizar una travesía similar.
Los espero en las próximas singladuras
Mar del Plata - Buenos Aires
09/04/2021
La etapa 5, Mar del Plata - Buenos Aires, comenzó el 09/04/2021 a las 11:40 y finalizó el 11/04/2021 a las 12:30, con una duración total de 2 días y 0 hora
Sigfrido Nielsen
Mantenimiento del Caoba en Mar del Plata
Sigfrido Nielsen
18/03/2021
Llegados a Mar del Plata el 7 de Marzo, casi inmediatamente comenzaron las tareas de coordinar los trabajos de mantenimiento tales como la sacada a tierra, pintura, repaso de la vela trinquetilla, etc.
Lo mas complicado fue coordinar la sacada a tierra ya que para ello se requeria alinear los planetas (y son varios los planetas) en primer lugar obtener el turno en el club Nautico Mar del Plata (que ademas para una movida de este tipo son limitados a 3 dias x semana) que a su vez tenían que coincidir con un dia y horario en el cual hubiera marea alta, ya que de otro modo el barco por su calado no podia llegar hasta el muelle, luego hacer coincidir todo con el turno de la grúa que lo iba a izar y finalmente la meteorologia que tenía que ser favorable ya que las condiciones de viento de los cuadrantes Norte afectan muchísimo a la baja la marea (y por ende imposibilitan la maniobra) además que en caso de tormenta no se realizan tareas por peligro a descargas electricas.
Fianlmente teniendo en cuenta todos estos factores se agendó para mediados se la semana siguiente o sea el 17 de Marzo. Mientras pedí presupuesto de repaso de pintura de obra viva, bandas y cubierta.
El dia 11 de esa misma semana se coordinó todo para la sacada pero la marea no se hizo presente con la intensidad necesaria y hubo que postergar.
Finalmente las condiciones ideales se lograron el dia 18 y una mañana esplendida, de sol radiante la grúa de la empresa Grumar de 40 toneladas de capacidad se hizo presente para levantar de modo impecable al Caoba y sus aproximadamente 22 toneladas de peso.
Tremenda impresión ver el barco colgado de un par de cables, suspendido a varios metros de altura como si fuese un “juguete” con su jarcia de un par de decenas de metros de altura, imponente espectáculo que con gran profesionalismo fue impecablemente realizado y el caoba quedó depositado en su carretón.
Se usó el mismo carretón que fuera construido muchos años atras especialmente para el barco y que gentilmente me prestaron. Recuerdo para quienes no estan al tanto que el barco fue construido en Mar del Plata y botado en en Club Náutico en los años 90 y por entonces fue el barco estrella, con lo que verlo nuevamente en tierra en el playón atraía comentarios y recuerdos de muchos socios de las instituciones nauticas.
Simultáneamente al izado del barco terminé de acordar el esquema de pintura y los costos con la cuadrilla de los Robles, contratista del Astillero Contessi, vecino al club. Ellos ya habían realizado la pintura completa del barco en el 2017 y habían realizado un trabajo profesional en muy poco tiempo. Los resultados que iba a obtener esta vez nuevamente iban a confirmar una buena elección. En 10 días iban a terminar realizando pintura del fondo (primer + silicona) en partes dañadas + pintura siliconada completa de toda la obra viva, repaso de los daños en la banda de babor y varias manos de pintura en la cubierta, emparchando las manchas de óxido y pintando todo con poliuretano blanco. El barco iba a quedar impecable!
En simultaneo recurrí a los servicios de un especialista en timones y sistemas hidráulicos de embarcaciones (mayormente pesqueros) para reparar el cilindro hidráulico del piloto automático. Luego de desarmarlo y analizar, su diagnostico fue lapidario: “Este cilindro nunca anduvo bien ni va jamás andar bien, siempre careció de un sello imprescindible y digo esto porque no slo dicho sello está faltante, ni siquiera tiene hecho el alojamiento para dicho sello”. Rápidamente me convenció y se lo dejé para intervenirlo, además de re-diseñarlo las tareas incluían reemplazo de mangueras, codos y revisión integral.
Como si todo esto fuera poco recurrí a los servicios de Oscar para repasar la trinquetilla, que estoicamente se había bancado sin chistar los ventarrones del sur, pero ya estaba solicitando service del protector UV y de costuras. Oscar la dejó a nuevo y también repasó las costuras del cerramiento de la bimini que si bien aguantó sin roturas los temporales, bueno.. algunas costuras habían cedido. Además realizó el cerramiento completo del bimini y eso nos proveyó un espectacular confort en la ultima pierna, al brindarnos protección completa del viento y de la lluvia. El cockpit con todos sus cerramientos activos quedó como una burbuja transparente (término tan de moda en estos dias :)). Fuera de ella podían soplar 30 o 40 nudos que dentro no se siente nada, pero la visibilidad es completa, todos quedamos muy contentos con el rendimiento en el agua.
Gabriel, marinero del YCA terminaría con los trabajos en el interior, repaso de pintura de sentina, limpieza del motor y general de los interiores.
Mar del Plata tiene varias ventajas para realizar mantenimientos a un barco como el Caoba, combina precios razonables de servicios y repuestos con una variedad muy grande de profesionales especializados en pinturas, mecánica, hidráulica, soldaduras, etc. Todo ello fruto de la intensa actividad pesquera, de los diques secos y astilleros que se encuentran en el puerto, donde la actividad es febril; dia y noche se trabaja para mantener los buques de las diversas flotas de altura que recalan en el puerto. La actividad económica que genera la pesca impresiona. Además la gran mayoría de los talleres y casas de repuestos se hallan en las cercanías del puerto y por ende del club. Casi cualquier cosa que uno necesite está cerca, caminando o en bicicleta se puede llegar fácilmente.
De este modo el barco quedó listo y fue botado el día miércoles 31 de Marzo con lo cual tenía por delante los feriados de semana Santa para volver a colocar las velas, escotas, cabos y tantos detalles ya sea de la jarcia de labor como del interior a los fines de dejarlo listo para el fin de semana siguiente en la cual se preveía navegar la ultima pierna, Mar del Plata – Buenos Aires y de este modo el proyecto en lo que concierne a la navegación en sí quedaría terminado.
Ese finde vendrían Rosana y Aldo a ayudarme con las tareas de otro modo llevar a cabo todo solo se hubiera hecho una tarea extremadamente pesada, mi especial agradecimiento hacia ellos!.
Sigfrido Nielsen
Puerto Pirámides - Mar del Plata
Sigfrido Nielsen
08/03/2021
Partimos de Puerto Pirámides el 3/3 a las 19:15 hs con un leve sur, llegando a Punta Quilla, la boca del estrecho la visibilidad disminuye notablemente, una espesa niebla y cielo nublado se combinan para una noche cerrada, se escucha una bocina de barco lejana, un buque estaba entrando por el sur, mientras que nosotros saliamos bordeando la costa norte de la península. El AIS nos mostraba su posición y nos da la necesaria tranquilidad para continuar navegando relajados. Son las 12 de la noche y el viento sigue siendo suave. Continuamos a motor y vela, recién se comienza a establecer aproximadamente a las 3 AM del WSW para luego rotar al S y finalmente SE de donde lo tendríamos durante todo el dia 4. El mal tiempo dado por el centro de baja presión que nos daba este viento franco, se mantiene y el día transcurre con lluvias intermitentes, vientos del orden de los 15 a 20 nudos que nos permiten avanzar rápidamente con rumbo NE. Los modelos matemáticos de los pronósticos predicen que el viento SE durará todo el día y a la noche comenzará a disminuir y rotar al E y luego NE durante el dia siguiente (5 de marzo) al alejarse al E el centro de baja presión. Pablo nuestro navegador informa con orgullo que hacemos 164 millas en 24 hs!, muy cercano al récord de las 170 realizado pocos días atrás. Una muestra de las velocidades que es capaz de realizar el barco con vientos adecuados. Luego de una noche tranquila establecemos el motor a media mañana en el momento que una manada de delfines australes se hacen presentes y con sus piruetas, jueguitos y evoluciones en la proa nos divierten por largos minutos. El día comienza con un hermoso sol que luego queda semi-oculto por algunas nubes. La temperatura orillando los 20 grados se vuelve muy agradable y la temperatura del agua ya ha cambiado notoriamente ya se hace sentir con sus 19 grados. El cambio había comenzado llegando a Caleta Hornos donde pasó de unos 11 grados a unos 17 grados.
Luego de meses de tantas capas de ropa en el sur, vestirse más liviano es un alto placer.
El viento se establece del ENE y hacemos rumbo casi norte, apuntando aproximadamente a la ciudad de Necochea sobre la costa Bonaerense. Al atardecer el viento aumenta y se niega un poco con lo cual arribamos a la costa un poco al Oeste del puerto de Quequén, situado en la ciudad de Necochea. Viramos y hacemos un rumbo ESE que nos comienza a alejar de la costa y de nuestro rumbo directo… comenzamos a preocuparnos pero nuestros amigos en tierra, Vicente y Anibal nos tranquilizan vía teléfono satelital informando que el viento a medianoche rotará al N con lo cual podremos hacer rumbo ENE y bordear de este modo la costa bonaerense.
Se cumplen los pronósticos y hacemos rumbo directo durante toda la noche, a la mañana temprano del 7 de Marzo ya estamos a la altura de Miramar, se siente que estamos cerca, Paula desde tierra nos comenta que el velero Patinador con nuestros amigos Marcelo y Eduardo está saliendo de Mar del Plata para acompañarnos en conserva en nuestro arribo, unas horas después lo divisamos en la lejanía lo mismo que la ciudad de Mar del Plata. Nos sentimos felices y con todo el paño desplegado y acompañados por nuestros amigos realizamos un par de bordes para entrar al puerto y arribar a las 13 hs del domingo 7, tomando amarras en el Club Náutico Mar del Plata en una marina de la escollera externa propiedad de mi amigo Jorge. Habíamos logrado todos los objetivos propuestos!!! viajar con seguridad divertirnos, aprender, libres de todo tipo de accidentes y disfrutando de bellísimos lugares: Paso Guaraní, Isla Martillo y Harberton (en Tierra del Fuego), recalar en La Isla de los Estados incluyendo el mítico Faro de San Juan de Salvamento, Caleta Hornos y conocer la zona del Cabo Dos Bahías ese paraíso natural y protegido situado en el cabo norte del Golfo San Jorge, visitar Puerto Pirámides, bellisimo lugar, descansando y evitando vientos contrarios y además de todo eso llegar antes del 8 de Marzo y de este modo Fede y Pablo no tuvieran problemas con los días de vacaciones. Otra singladura realizada, orgullo de todos y demostrando que el trabajo en equipo es fundamental para realizar exitosamente los objetivos propuestos.
Saco la bandera Argentina que había colocado nuevita en Buenos Aires antes de la partida y que ya se encontraba algo desflecada luego de más de 3 meses de navegar continuamente y que soportara los fuertes vientos de nuestro sur Argentino, la firman todos los tripulantes incluyendo José que aclara con toda justicia que es el campeón de truco ja ja.
Al día siguiente Lunes 8 realizamos las tareas de limpieza, lavado con agua dulce, ordenando el barco y finalmente quedo solo a media tarde cuando todos parten hacia sus hogares. Queda por delante organizar las tareas de mantenimiento que llevarán unas pocas semanas hasta poder continuar rumbo a Buenos Aires para completar el viaje.
Sigfrido Nielsen
Caleta Hornos – Puerto Pirámides
Sigfrido Nielsen
05/03/2021
En los preparativos para la zarpada del día siguiente, 1 de marzo, me llama la atención el juego de la rueda del timón, decido ajustar los guardines del sector del timón, evidentemente el temporal pasado había exigido fuertes tensiones a los cables y estos se habían estirado un par de centímetros, la labor se realiza con éxito y nos vamos a descansar la noche del 28 para partir al día siguiente.
El 1 de marzo por la mañana levamos anclas y recogemos el cabo a tierra que en este par de días nos estabilizó, manteniendo el barco en el centro de la caleta a pesar de los cambios de vientos y las corrientes de marea.
Salimos en una mañana esplendida, sol radiante y con un viento Sur, con rumbo NNE directo hacia península Valdés, pasamos por el canal formado en entre la isla Leones y el Cabo San Gregorio, el que se halla más al sur de la península que cierra el golfo San Jorge por el norte, el otro cabo el Dos Bahías se halla un poco más al norte.
Salimos en plena bajante de sicigia y la corriente en el estrecho era importante, algunos escarceos dado el viento Sur que enfrentaba la corriente de Norte a Sur. El Caoba hacía sus cómodos 5 nudos sobre el agua, pero por momentos en el estrecho la velocidad de avance resultaba casi nula, remolinos y remansos se observaban en toda la extensión del estrecho. Finalmente, a vela terminamos de remontar el estrecho y al salir la corriente disminuyó, el barco comenzó a caminar cada vez más rápido, a unos 7 nudos y algo más con el viento sur que entraba por la aleta que se estabilizó en unos 22 reales.
El cielo comenzó a taparse con algunos cirrus y cirrostratos que venían del sur, lugar donde estaba el centro de baja presión que nos daba el viento para avanzar. El hidráulico del piloto automático que había empezado a funcionar se niega a hacerlo y comenzamos a timonear a mano.
Mientras Loco José en la cocina hace maravillas a las que por otra parte ya nos tiene acostumbrados y se cocina un chucrut acompañado con puré con los repollos que tenemos. Tener comida calidad gourmet en el viaje es impagable!!!.
José a estas alturas se ha ganado el título de tripulante estrella del viaje! Y encima ya se está insinuando que nos gana a todos jugando al truco!
El día se vuelve plomizo y con el avance de las horas el viento aumenta y comienza a llover, avanzamos a cómodos 7 u 8 nudos. Una excelente velocidad que nos hace prever el arribo a la boca del estrecho del golfo distante a 100 millas con la estoa de las 4 AM de la bajamar, ideal para entrar con corriente a favor.
El viento sigue aumentando y al atardecer reducimos paño para quedarnos sólo con el yankee bastante enrollado y la trinquetilla. Realizando esa maniobra la rueda del timón externo queda suelta para sorpresa de todos, luego de estabilizar el barco con la rueda de timón interna y poner el barco a navegar con el piloto automático encuentro que los guardines que el día anterior habíamos ajustado se habían salido de su lugar en el sector, posiblemente había quedado algo mal colocado, a estas alturas algo difícil de determinar la causa. Volvemos a colocar los guardines en su lugar y el problema no volvería a repetirse.
La corriente que antes nos ayudaba se ha vuelto en contra y el barco reduce el avance con lo cual ya comenzamos a prever el arribo con la estoa de la marea alta, a las 10 AM.
El inconveniente se presenta a medianoche cuando el avance disminuye aún mas y a las 4 AM se hace evidente que si no ponemos en marcha el motor y sacamos todo el paño para avanzar al menos a 7 nudos tampoco llegaremos a las 10 AM a la boca y eso se convertiría en un problema pues el viento que teníamos originalmente del SE estaba rotando al E y la corriente de bajante de la salida del golfo (que va del Oeste a Este), con viento opuesto del E generará fuertes escarceos que según los derroteros son muy de temer.
Puesto el motor en marcha, tercer mano de rizos, yankee semidesplegado y trinquetilla, el barco despega y comienza a hacer 7 u 8 nudos. La maniobra resulta exitosa y llegamos a punta Ninfas a las 10:30 con vientos de 25 nudos del E (que nos daban ya un aparente en ceñida), entramos y derivamos unos 20 grados para costear el límite E del golfo en busca de puerto Pirámides, distante a unas 18 millas, arribando aproximadamente a las 13 hs. para fondear frente al pueblo. Cuando intento establecer comunicación con la PNA para informar fondeo me responde simpáticamente Erik de la asociación de guardavidas de la playa :) y promete ayudarnos con la bajada a tierra, cosa que hace y al rato Juan de Patagonian Divers con su amigo el buzo Octavio se acerca con su trakker y nos baja a tierra. Si bien teníamos el gomón, el viento reinante y la distancia no hacían aconsejable el uso del mismo así que la gauchada de Juan nos viene excelente.
Bajamos a estirar las piernas, comprar algunas provisiones frescas, tomar un par de cervezas y regresar a media tarde nuevamente con la ayuda de Juan a nuestro hogar temporario.
La noche transcurre apacible si bien el viento E se hace sentir, pero estando al socaire con la costa de protección la ola es mínima y el fondo de arena es un excelente tendedero para el ancla.
El día siguiente, 4 de marzo se presenta también plomizo y pleno de chaparrones y tormentas eléctricas que se suceden todo el día. Aprovechamos para descansar, comunicarnos con nuestros familiares, actualizar pronósticos, etc. y prepararnos para la partida a la tardecita cosa que hacemos a las 19:15 cuando el viento sur pronosticado se comienza a hacer presente. Atrás queda Puerto Pirámides, un pintoresco pueblo que vive del turismo, principalmente del avisaje de ballenas y del buceo y que nos recibió con mucha hospitalidad.
Sigfrido Nielsen
Isla de los Estados - Caleta Hornos
Sigfrido Nielsen
28/02/2021
El día 22 de Febrero, luego de un par de horas, al anochecer de un día plomizo el viento del SW comienza a aumentar cada vez más y nos cachetea toda la noche, registramos al menos una racha de 65 nudos por la aleta (con lo cual al menos estaba soplando 70 nudos de racha, o sea unos 130 Km/h, el barco aún sólo con la trinquetilla algo enrollada se torna difícil de controlar ya sea a mano o por medio del piloto automático, es la media noche, luego de confirmar lo incómodo de la situación decido poner el barco a la capa con la trinquetilla en crujía y el timón atado con algunos grados a barlovento, el barco se pone de través y toma de costado las olas y navega a unos 3.5 o 4 nudos hacia el norte de modo estable y seguro. Queda solo un tripulante de guardia y el resto a descansar, los rolidos son importantes y sobre todo molestos pero sin afectar la seguridad de la embarcación. Así transcurre toda la noche.
A las 8 AM ya del 23 de Febrero nos despierta Fede diciendo que el Caoba parece un barco fantasma :)), la frase pone de manifiesto el excelente estado de animo de la tripulación. El viento había disminuido y el Caoba se mecía suavemente con el oleaje de fondo. Establecemos velas de proa y el barco arranca, el viento ha disminuido temporalmente a unos 20 o 25 nudos pero el día sigue plomizo y con promesas de continuidad en el mal tiempo, llueve de a ratos el viento rota al NW y hace un poco menos de frio, navegamos a 7 u 8 nudos casi constantes. En 24 horas desde nuestra zarpada de San Juan de Salvamento terminaríamos haciendo unas 120 millas, nada mal considerando el tiempo de las 8 horas a la capa.
La noche del 23 al 24 se presenta algo menos áspera que la anterior pero la promesa de mal tiempo se cumple y nuevamente tenemos fuertes vientos de unos 30 a 40 nudos del W y WSW, esta vez el barco no queda a la capa sino con la trinquetilla algo enrollada pero establecida y decido atar nuevamente la rueda del timón y el barco queda navegando a un través durante toda la noche, haciendo entre 4 y 5 nudos de velocidad a rumbo, de modo seguro y muy estable. Voy descubriendo las habilidades marineras del barco y cada vez me siento mas seguro. La tripulación descansa algo incómoda ya que los rolidos son fuertes. Durante la madrugada, alrededor de las 5 AM pasamos a la menor distancia de nuestras Islas Malvinas, a unas 100 millas al este!. Esa mañana del 24 ver el estado de la mar impresiona, olas que estimamos conservadoramente con alturas de 4 o 5 metros se suceden una tras otra, verdaderas paredes que permanentemente vienen por nuestro través, el Caoba se eleva con ellas, escora y las olas pasan, afortunadamente no hay rompientes en sus crestas. Pero las olas remanentes del NW no vienen por nuestro través sino que vienen por la amura de proa y por lo tanto el barco las atropella de tanto en tanto, en esos casos sentimos un temblor y luego un golpe y en una fracción de segundo una ola barre el barco completo. La chubasquera cerrada resulta una bendición y nos permite estar en el cockpit sin mojarnos y evitar en lo posible el mal de mar… los mareos… los tambuchos demuestran ser completamente herméticos, el trabajo constante de sellado había rendido sus frutos y no entraba ni una gota de agua. Seguimos todo el día con rumbo norte, solo con velas de proa y de acuerdo a las intensidades de viento vamos regulando cuanto enrollamos el yankee, nuevamente hacemos unas 120 millas en rumbo norte. La noche se presenta todavía áspera y nuevamente ato la rueda del timón estableciendo un rumbo al través del viento y de la ola, navegamos nuevamente sólo con la trinquetilla a unos 5 nudos. Calibrar la posición de la rueda del timón y el exacto cazado de la trinqueta me lleva un rato pero nuevamente la estrategia es exitosa y el barco queda navegando solo, a rumbo y en una condición segura. A la madrugada del 25 ya la guardia había liberado el timón y desplegado parte del yankee, la promesa de nuestros amigos de tierra que el día 25 iba ser un buen día se comienza a cumplir, el temporal estaba quedando atrás, ya al medio día sale el sol y con ello la energía vuelve y todos comenzamos a sentirnos con fuerzas y excelente ánimo, comenzamos a reponer energías y a alimentarnos casi normalmente. El día transcurre bastante tranquilo lo mismo que la noche con una luna llena espectacular, cocino unas riquísimas pizzas. El viento que hasta ahora había sido excesivo flaquea y toda la noche la hacemos a motor en un mar que comienza a parecer un lago… cuánto contraste!!! pensar que un par de días antes estábamos a la capa!. A la mañana del 26 el viento rota al E, el sol espléndido y por primera vez en muchos días establecemos todo el paño disponible, mayor a tope, yankee y trinquetilla, con un viento de traves hacemos 7, 8, 9 y a veces 10 nudos.. un placer!. Pero ya a la tarde el viento algo en aumento hace que tomemos unos rizos en la vela mayor. A media mañana pasamos la latitud de Puerto Deseado y decidimos seguir a caleta Hornos. El cilindro del hidráulico de piloto automático decide funcionar intermitentemente, un problema recurrente que había sido resuelto por última vez en Puerto Madryn en nuestro viaje de ida. La tripulación se compromete a timonear a mano, cosa que no me convence pero termino accediendo. Entrar en Deseado un viernes por la nochecita no nos garantizaba resolver el problema el sábado y la demora también nos hacía perder la ventana de tiempo favorable que teníamos para ir hasta Hornos, nuevamente la dictadura de los tiempos se impone, eso es algo que no me gusta pero por el momento parece un riesgo aceptable. Continuamos cruzando el golfo de San Jorge con vientos francos del E y ENE el Caoba sigue haciendo gala de sus habilidades marineras y seguimos haciendo millas y mas millas cómodamente a velocidades muy buenas, 7, 8, 9 nudos….
Es así como llegamos al récord de velocidad, 170 millas en 24 hs!. Para terminar arribando a Caleta Hornos a las 10 AM del 27 de Febrero, en una mañana neblinosa, que a último momento cuando ya estábamos a un par de millas de la costa se levantó, dejando paso a un paisaje increíble, una costa recortada con caletas, bahías, islotes, bajo fondos bordeada de cerros con colores amarillos y ocres y rojizos en un contraste hermoso con el mar azul y cielo celeste.
Fondeamos al abrigo de la conocida Caleta y nos dedicamos a descansar y visitar la zona donde estaríamos hasta la mañana del 1 de marzo en que zarpamos con rumbo al Golfo Nuevo, puerto Pirámides para esperar la próxima ventana favorable.
Pablo Catalano
Isla de los Estados y el Bosque de las Extrañas Presencias
Pablo Catalano
22/02/2021
Llegamos con el Caoba a Puerto Hoppner y luego de elegir el lugar, el capitán Sigfrido dio la orden de fondear.
Con mi nuevo amigo Federico nos ofrecimos como voluntarios para desembarcar con el gomón a la playa y preparar los cabos de amarre a tierra a fin de protegernos de los famosos vientos williwaws.
Tal es así que nos pusimos los trajes de agua, botas, abordamos el bote y remamos entre agua azul oscuro y los cachiyuyos hasta embicar proa en la playa de piedra. Afirmamos el bote.
Allí tuve que hacer piruetas para subir por troncos a la parte baja del bosque, caminar entre verdín y rocas de la costa escarpada para buscar fuertes árboles, enlazar los cabos de amarre y pasarle a Federico el extremo del cabo para hacer un gigante as de guía de 5 metros de diámetro. Tal es así que al principio, al caminar por el bosque de lengas, toda mi atención se concentraba en pisar suelo firme, todo cubierto de ramas y cortezas, prestando mucha atención a no caer en algún agujero o fosa, prestar atención a que no hubiese algún animal escondido, siendo difícil el avance entre árboles secos, ramas frágiles, rocas y su altura de 5 metros sobre la costa de acantilado.
Finalmente, luego de un difícil caminar de 40 metros entre obstáculos, llegué a los árboles elegidos con aspecto firme, los enlace y pasé cabos de amarre a Federico quien esperaba 5 metros abajo, al pie del acantilado.
Luego, me puse a observar el bosque sobre la colina, y cada vez se hacía más fuerte y evidente la sensación de una extraña presencia en el bosque.
En todo momento me sentí observado, una sensación de vulnerabilidad y de estar en inminente peligro me invadió, era sentirme como si en cualquier momento fuera a ser cazado o flechado por aquella extraña presencia del bosque, era como sentir que un grupo de indios yámanas, antiguos habitantes del lugar, fueran a hacerse presentes, en cuerpo y alma, en una sensación de paralelismo en el espacio y en el tiempo, y sentir que esa presencia del bosque era muy evidente y real portadora de una energía muy densa. Escalofríos en el cuerpo.
Tal es así, que una voz interior me dijo .... ala .... es tiempo de regresar al velero Caoba ... y decidí emprender el camino de regreso a la playa, dejar atrás el bosque de lengas, rocas, y no volver a incursionar, por ese día, en el bosque, a fin de no sentir nuevamente esa sensación de vulnerable explorador, dejar atrás el bosque inhóspito, amenazante y dejar atrás aquella sensación de sentirme observado por aquellas viejas almas que habitan el lugar.
Así ha sido una de mis experiencias y sensaciones en la legendaria y lejana Isla de los Estados, particular y místico lugar del litoral Patagónico Argentino.
Sigfrido Nielsen
Ushuaia - Isla de los Estados
Sigfrido Nielsen
22/02/2021
La tripulación compuesta por Federico, Pablo y Pablo arribó el 18 de febrero, José ya se encontraba en Ushuaia y estaba incorporado al barco. Ese día se realizaron las compras, preparativos de último momento para poder cumplir el objetivo de partir el 19 a primera hora.
La noche del 18 tuvimos el asado de despedida de nuestros nuevos amigos del club AFASyN, el Tano, Edu, Laura, Raúl y la tripulación del San Patricio con Julio y Daniel se hacen presentes y cenamos en el Ángel B. El hermoso barco para eventos sociales del club.
Partimos a las 6 AM en punto, nuestro objetivo era llegar el 20 a las 4 AM al extremo SE de la península Mitre de la isla de Tierra de Fuego para remontar el estrecho de Lemaire con la estoa y marea subiendo ya que la corriente va de oeste a este en el Beagle y de Sur a Norte con la marea creciente. El cambio de marea ocurría a las 6:22 AM hora de la estoa de la bajamar.
El San Patricio decide salir con nosotros y partimos juntos en la madrugada del 19, los días ya se habían acortado notablemente y las luces del amanecer que a principios de enero se comenzaban a mostrar a las 4 AM recién se dejan ver a las 7 AM.
El Beagle se muestra apacible, vamos a motor a 5 nudos, llegamos a puerto Almanza y hacemos el Paso Guaraní, que ya lo hacía por 5ta vez, si bien ya le tenía la mano no se podía dejar de prestar muchísima atención a la derrota ya que es paso complicado con una determinante de 3 metros y lleno de rocas en las márgenes y en fondo, con algunos pasajes muy angosto (unos 20 metros de ancho). Pero que tiene unas vistas increíbles motive por el cual lo habíamos visitado muchas veces con otras tripulaciones.
Luego visitamos la pingüinera de la isla Martillo, entramos en la bahía de la Estancia Harberton para un último saludo desde el agua, Abby nos saluda desde su huerta orgánica, gran alegría de verla nuevamente y seguimos… el Beagle nos sigue despidiendo apaciblemente, seguimos a motor, recién a la tarde temprano levantamos todo el paño para navegar algunas pocas horas a vela con el viento franco del NW.
El San Patricio sigue a la vista a unas pocas millas y acordamos llegar juntos a la boca del Lemaire.
El atardecer llega tranquilo, el Beagle sigue siendo un lago y nos permite divisar a la distancia, a la altura de la isla Picton y Nueva manadas de orcas? Claramente visibles por los chorros de agua de su respiración.
Tremendo contraste del Beagle, pensar que a la ida ese tramo lo hicimos con vientos de 40 a 60 nudos, que pusieron a prueba la resistencia del barco y la nuestra. Ahora lo hacíamos a motor, en un espejo que nos permitía ver los chorros de la respiración de los cetáceos a varias millas de distancia!!!
Llegamos a la boca del estrecho a las 3 AM, siempre a motor y al no encontrar corriente visible en contra emprendemos la remontada pegados a la costa de Tierra de Fuego hasta llegar a la punta sur de la bahía Buen Suceso momento en el cual, y según el pronostico, el viento rota el N y luego NW para entonces sacar el Yankee, apagar motor y cruzar el Lemaire con rumbo al ansiado destino, la Isla de los Estados, cruzamos con algo de escarceos, una mar algo picada, típica del estrecho, pero que no llega a molestarnos y hacemos entre 7 y 8 nudos sólo con vela de proa.
La isla se presenta sombría, nubes bajas ocultan los altos picos montañosos que la conforman, el amanecer que prometía sol, se nubla y los colores se vuelven plomizos, una sensación extraña nos envuelve, con la tripulación compartimos sensaciones, misterio, amenaza, una naturaleza que se impone…
Arribamos a la caleta Hoppner, nuestro destino previamente acordado a las 11 AM y establecemos 2 líneas de cabos a tierra por las aletas, en la bahía que se encuentra entrando inmediatamente a estribor. Un par de horas mas tarde llega el San Patricio y se abarloa, estableciendo mismo esquema de amarra.
Esa tarde llueve y el cielo se mantiene nublado, los williwaws se hacen presentes y se vuelven una constante a ultima hora de la tarde y por toda la noche, los fondeos y cabos establecidos nos dan tranquilidad y descansamos.
El día siguiente se presenta soleado y mientras parte de la tripulación prepara un asado, Dany del San Patricio nos presta una ayuda invalorable, gracias a él logramos resolver la fuga de aceite que habíamos detectado el día anterior y que tanto me preocupaba.
A las 15 el San Patricio zarpa con el objetivo de fondear en Hoppner interior mientras que nosotros salimos a recorrer la bahía, escudriñamos el angosto paso que comunica ambas bahías que se ve muy angosto y poco profundo pero factible, volvemos a establecernos en el mismo lugar. Luego de analizar las opciones de tiempos disponibles para la singladura de la tripulación, opciones de recorrida por la zona y pronósticos meteorológicos que nos pasan desde el continente decidimos salir a primera hora del día siguiente, 22 de Febrero. Es así como el 22 salimos a las 6 AM para recorrer a un largo la costa norte de la Isla dejando por estribor el archipiélago formado por las islas del Año Nuevo e isla Observatorio...Hacemos unas 30 millas hasta llegar al extremo este de la isla, dejar a estribor la punta Laserre e ingresar en la caleta San Juan de Salvamento donde fondeamos en la Ensenada en 6 metros agua y bajamos a tierra con el gomón y establecemos un cabo a tierra. Nuestro objetivo era visitar el mítico faro de San Juan de Salvamento, o también llamado el Faro del Fin del Mundo, inmortalizado por la novela de Julio Verne. Destino ansiado por tantos navegantes de diversas partes del mundo.
Visitamos el faro, que en su interior es un refugio con mantas, garrafa de gas con hornalla y pava, mesa, bancos y que contiene recuerdos dejados por navegantes de todo el mundo. Nos anotamos en el libro de bitácora del faro, dejo los recuerdos que Rubén me había encargado (documentos de su travesía realizada años atrás), cuelgo un banderín del CNSE con los nombres de la tripulación, tomamos cientos de fotos y José prepara una picada espectacular, regada con vino y champán para festejar el logro. Disfrutamos cada momento de la estadía en el lugar y a las 6 de la tarde zarpamos en medio de una fuerte lluvia con destino norte, Caleta Hornos o Puerto Deseado, distantes algunos cientos de millas al norte.
Adelante nos espera el temporal anunciado del W y SW, el costo asumido de habernos quedado a visitar el faro o de no esperar varios días para una ventana de buen tiempo.
Ushuaia - Mar del Plata
19/02/2021
La etapa 4, Ushuaia - Mar del Plata, comenzó el 19/02/2021 a las 05:00 y finalizó el 07/03/2021 a las 14:24, con una duración total de 16 días y 9 horas
Anibal Risso
Cierre de una etapa
Anibal Risso
31/01/2021
28 de noviembre – 1° de febrero. Más de dos meses a bordo del Caoba, más de dos meses desde que zarpamos de Puerto Madero rumbo a Ushuaia.
En retrospectiva, al mirar atrás, incluidos los meses de preparación, me parece todo tan lejano, otra realidad. Siempre siento cuando navego largo que el tiempo se detiene en mi mente.
Mañana subo al avión que me devolverá a mi cotidianidad en Buenos Aires; mañana vuelvo a mis afectos, a mi casa; mañana vuelvo al contexto covid tantas veces desdibujado estando embarcado.
Hoy estoy cerrando mi participación a bordo en la creación y gestión de esta aventura que denominamos Caoba Rumbo Sur, como colorario de un proyecto más amplio que nació y creció en el Club Náutico Sudeste, mi lugar de trabajo, donde a lo largo de los años he podido unir amigo@s, capitanes con tripulantes, enseñar, aprender y por sobre todo, realizar ésto que tanto nos gusta y convoca que es navegar, tanto en río como en mar.
Gracias a tod@s l@s tripulantes que estuvieron a bordo del Caoba, 25 hasta la fecha, a l@s que falta subir para el regreso desde Ushuaia hasta Mar del Plata y luego Buenos Aires, a l@s que dedicaron muchas horas de trabajo arriba del barco y/o en sus casas para que este proyecto se hiciera realidad y a Sigfrido, el dueño del barco, que pone el juguete para que tod@s podamos jugar.
Esperemos que nuevos propietari@s de barcos se sumen a esta forma de compartir las ganas de navegar, viajar y vivir esta gran experiencia social.
Saluti a tutti
Rosana Actis
Verano fueguino
Rosana Actis
27/01/2021
Mañana de mediados de semana.
Amanecidos y desayunados zarpamos rumbo al Este. De Lapataia a Harberton. 40 millas a vela por el Beagle.
Ni el frio ni la llovizna presagiada al final de la navegada amilana las ganas.
A pesar de que varios de lxs tripulantes ya hicieron el tramo está bien volver a trazar el derrotero y salir. Primero el viento del NO que baja de la montaña en el Parque Nacional. Después la ola y las barrenadas en popa. Timón compartido de a ratos, rotando alrededor del nofogón, alrededor de la rueda del timón. Las millas van transcurriendo. Vívidas. Escuchando el agua y las sugerencias de Sigfrid y Ani entre picada, almuerzo y permitidos de cockpit.
Después de dejar Ushuaia a babor, Puerto Williams a estribor, Almanza a babor y pingüinera: Harberton.
El Beagle se me aparece como un combo de rachas y fresquito, olas y enfilaciones. Amigxs. Compañexs de ruta. De a ratos cautiva. Pero ya desde el mismo puerto de la estancia más antigua de la isla de Tierra del Fuego hipnotiza. Y con tiempo para tomarse un rato para escuchar sus sonidos, descubrir sus colores y estar, en popa, escuchando un poco de jazz antes de mediodía, genera una paz que dan ganas que dure para siempre. Ahí.
O al menos así se me apareció. Esos días tranquilos y a reparo. El Beagle a vela.
Anibal Risso
Un signo “+” en el InReach
Anibal Risso
26/01/2021
A lo largo de los años organizando viajes con la Escuela de vela, fueran singladuras largas o cruces sólo de fin de semana, las noticias del continente llegaban siempre por algún medio. Si bien la tecnología avanzó y nos mantiene conectados, pocos lugares nos aíslan tanto como el navegar. Varios días en el mar, desconectados del resto del mundo, siempre son sucedidos por la ansiedad de las noticias del exterior. Dentro estas secuencias de comunicación estuve presente en todo tipo de noticias: de las tristes y de las festivas, como cuando el Jaska, un tripulante, se enteraba del nacimiento de su hijo unos días antes de lo indicado por el obstetra que le había dado el ok para la ausencia, o tan solo un signo + que recibió Ramiro esta mañana al InReach comunicándole que en algunos meses será papá. Otra de las anécdotas que se acuñarán en esta historia náutico-social llamada Caoba Rumbo Sur.
¡¡¡Felicidades Rama!!!
L@s tí@s del Caoba.
Anibal Risso
Cambio de Tripu
Anibal Risso
19/01/2021
Un buen asado la noche del domingo 18 de enero en el AFASyN fue el marco perfecto para el cierre de una etapa e inicio de la siguiente, para el cambio de tripulación. Se juntaron en ese quincho las tripulaciones que se bajaban y se embarcaban.
Carito, Fernando, Flor, Lía y Ramiro son el nuevo equipo a bordo del Caoba. Todos son ex-alumn@s de la Escuela de Vela del CNSE y además han formado parte de otros proyectos de navegación que he coordinado en el marco de la Escuela como “Un Martini para compartir” con el que cruzamos el Atlántico partiendo del Mediterráneo hasta llegar a Riachuelo (ROU), y el proyecto “Brasil” a bordo del Caudillo con el cual navegamos Buenos Aires / Noronha / Buenos Aires.
Se conocen entre ellos y forman un gran equipo de trabajo.
Alistaremos el barco, haremos las compras, realizaremos el chequeo meteorológico y zarparemos.
Buscaremos repetir los mejores lugares de la recorrida anterior y explorar nuevos lugares como las cascadas en Almanza y fondear en el pasaje Guaraní: una semana para seguir ensayando esta forma de navegar de caleta en caleta, de caletear por el Canal de Beagle.
Anibal Risso
Caleteando
Anibal Risso
12/01/2021
En el diccionario náutico de Ushuaia se encuentra lo siguiente:
Caleteando: Gerundio del verbo caletear. Dícese sobre la acción de vagabundear al ancla día tras día, de caleta en caleta.
A partir de la imposibilidad (al menos por ahora) de ir a Isla de los Estados o al Cabo de Hornos, Diego, el comodoro del Club Náutico AFASyN, charlando sobre las opciones de navegación desde Ushuaia me mandó a caletear.
Hermosa expresión que utilizaré en forma verbal y en acción durante el resto del mes de enero.
En el canal de Beagle, la isla de Gable y sus alrededores nos ofrece muchas caletas, pasos, isla para recorrer,lugares para fondear, desembarcar y caminar por este paisaje imponente, sobrecogedor.
La nueva tripulación, embarcada desde el 8 de enero, se integró rápidamente y funciona a pleno. Continuamos a bordo Sigfrido, Vladimir (nuestro vikingo), y yo, y se nos sumaron dos amigas de años (Mariana y Claudia), una ex-alumna de la Escuela de Vela del CNSE (Lorena), y Rubén, un conocido sin conocer, una de esas cosas raras que te da la náutica en Buenos Aires. Navegué en los dos barcos de Rubén hace 20 años (sin él a bordo), me hablaron varias veces de él (siempre cosas buenas) pero nunca lo había visto ni conocido personalmente y terminamos acá, en el fin delundo
Tenemos 6 días por delante para disfrutar del “caleteo”, hasta el 18 de enero. Regresaremos entonces a Ushuaia para recibir al segundo equipo que viaja al sur para estas etapas por la zona y seguir Caleteando, un bella forma de vivir la náutica.
Sigfrido Nielsen
Recorriendo la zona del canal del Beagle
Sigfrido Nielsen
09/01/2021
El 6 de enero llega a Ushuaia la nueva tripulación: Rubén, Claudia, Mariana y Lorena, que se sumarán a Vladimir, Aníbal y a mí.
Alquilaron un departamento en el cual se quedan un par de días, durante los cuales recorren un poco la ciudad y sus atractivos, y aprovisionan el Caoba para la próxima singladura. Además realizamos las últimas tareas de mantenimiento tales como cambiar el tipo de aceite del malacate por uno más viscoso, cambiar la bomba de agua dulce y reparar a nuevo la bomba de agua del motor que ya había comenzado a nuevamente a perder agua. Todo gracias a Mariana que pudo traer desde Buenos Aires los repuestos que hacía tiempo tenía comprados.
Cierro trato con Daniel, marinero del Club Naútico AFASYN, quien nos presta un excelente gomón francés de Hypalon de 4 metros de eslora y piso de aluminio para 750 kg., a cambio de mi gomón despegado (y seminuevo). Con este gomón –que entra justo sobre cubierta entre la trinquetilla y el mástil- podremos desembarcar en nuestros recorridos a realizar. Lo traemos y colocamos en cubierta.
Así las cosas, salimos de Ushuaia el viernes 8 de enero a las 17:30 hs.
Diego, el presidente del Club AFASYN, nos había aconsejado ir a Caleta Vito Dumas en la Isla Redonda, frente al parque Nacional Bahía Lapataia en el extremo oeste de Tierra del Fuego, muy cercano al limite con Chile. Me prestó cartas náuticas del Canal de Beagle y con sus indicaciones luego de unas 2 horas y media de navegación, sorteando algunos islotes y navegando hacia el Oeste, llegamos sin el menor inconveniente.
La gran ventaja de los días largos de estas latitudes es que nos permite arribar con luz, algo fundamental, así podemos esquivar bajos fondos, cachiyuyos y elegir convenientemente el lugar de fondeo. Descubrí por primera vez las inconsistencias de la cartografía Navionics, con gruesos errores del orden de 1 ó 2 cables corrido en distancia, otra razón para navegar de día y no confiar en la navegación electrónica.
Llegados a la Caleta, tiramos el fondeo de proa hacia el NE y por la popa tiramos 2 cabos por ambas aletas a tierra usando unos cabos que ya existían.
El lugar se ve abandonado desde hace unos años, un semirrígido flota amarrado con cabos a tierra, otro catamarán está en la playa, ambos con sus motores, que lucen impecables, los tubos de PVC semidesinflados.
Lorena cocina una riquísima empanada gallega (tarta de pescado) y nos vamos a dormir.
La noche fue relativamente tranquila, pero de vez en cuando se escucha un ulular y un williwaw desciende y alcanza el Caoba, escorándolo levemente. Durante toda la noche y especialmente a la madrugada vienen cada tanto, duran entre 10 segundos y un minuto y luego calma nuevamente. Nada parece grave, el barco está fuertemente amarrado y tenemos casi toda la cadena en el agua, nos sentimos muy seguros.
A la mañana siguiente desembarcamos. La casilla postal está cerrada al igual que todo el lugar. Tengo una sensación extraña, bellísimo lugar, invadido con yuyos altos, la bandera argentina de pie, pero todo cerrado con llave. A través de las ventanas se ven mesas, banderines, vasos, garrafas de gas, tanques de nafta para los gomones, parrillas, tanques de agua, algunos en funcionamiento con el agua de lluvia, el muelle algo necesitado de mantenimiento. Todo el conjunto da una sensación rara, parece que los habitantes se hubieran ido súbitamente como para volver al día siguiente pero luego de varios años no retornaron nunca; no hay signos de vandalismo. Comienzo a comprender la sensación, es similar a lo que transmiten las películas de ciencia ficción cuando el mundo se detiene y los humanos se retiran o desaparecen y pasan varios años, todo parece funcional pero envejecido, un abandono súbito sin tiempo de preparación ni planes. El lugar está a nuestra completa disposición. El día con una temperatura de más de 20 grados, sol a pleno, sin nubes invita a recorrer los senderos de la isla; entre bosques, pastizales y lugares de roca viva, la naturaleza invita y accedemos a la tentación.
Rubén, fotógrafo de profesión despliega su dron, un Navi Pro2, y graba video en 4K, altísima resolución. Me lo presta un ratito y me explica detalles necesarios para aprender a manejar el mío. Toma fotos y videos espectaculares (Rubén también había filmado con el dron nuestra partida de Puerto Madero hace unos 45 días atrás, un maravilloso recuerdo).
En unos 15 minutos pasamos al otro lado de la isla, encontramos el mástil Crucero General Belgrano con sus placas conmemorativas de diversos años: 2008, 2010 2012. La bandera argentina se ve vieja y está hecha jirones a causa de los fuertes vientos. Intento colocar otra de repuesto, pero también está hecha jirones. Me siento algo frustrado; el abandono de la bandera parece ser un símbolo de los tiempos de nuestra querida patria.
Más tarde aparecen visitantes que provienen del destacamento de la PNA identificador L5A que se halla a la vuelta, sobre el Canal Beagle. Luego voy hasta allí en persona, siguiendo los senderos, y me encuentro con Juan, a cargo del lugar, y varios suboficiales que saludan amablemente. Se hallan abocados a terminar de cocinar un riquísimo asado al aire libre ya que tienen visitas que llegaron a la mañana en un guardacostas y que partirán por la tarde.
Prosigo el recorrido y retorno a la caleta. Mariana, Claudia, Vladi, Lorena y Rubén deciden hacer una picada y traen del barco las provisiones: queso, cerveza, sándwiches. Compartimos el sentimiento de sentirnos unos privilegiados.
De regreso en el Caoba, Vladimir es finalmente convencido de recibir la inyección de calmante. A estas alturas Vladi ya estaba bautizado como el hombre de la pierna ortopédica (tanto por la gente del club como por nosotros). Así las cosas, Claudia resulta ser la enfermera designada para la aplicación que realiza profesionalmente pero el paciente, un duro croata de los mares que se banca todo, monta una escena muy divertida que es registrada con las cámaras.
A última hora de la tarde salimos nuevamente de excursión. Esta vez con Rubén vamos en busca de la parte más alta de la isla. Para ello la cruzamos y dando una vuelta llegamos al mirador a más de 100 metros sobre el nivel del mar. Las vistas de la Bahía Sarategui, Bahía Lapataia, Canal de Beagle, y, del lado chileno, Isla Navarino, Canal Murray e Isla Hoste son únicas. Rubén aprovecha para sacar unas excelentes fotos.
El viento aumenta y ha rotado al sur según el pronóstico
Derroteros Ushuaia
08/01/2021
La etapa 3, Derroteros Ushuaia, comenzó el 08/01/2021 a las 18:00 y finalizó el 18/02/2021 a las 12:00, con una duración total de 40 días y 18 horas
Incluye los siguientes tramos:
1. Derroteros Ushuaia - Recorrido 1: Inició el 08/01/2021 a las 18:00 y finalizó el 16/01/2021 a las 18:00, con 8 días y 0 hora de navegación.
2. Derroteros Ushuaia - Recorrido 2: Inició el 19/01/2021 a las 14:00 y finalizó el 24/01/2021 a las 22:00, con 5 días y 8 horas de navegación.
3. Derroteros Ushuaia - Recorrido 3: Inició el 25/01/2021 a las 18:30 y finalizó el 30/01/2021 a las 16:00, con 4 días y 21 horas de navegación.
4. Derroteros Ushuaia - Recorrido 4: Inició el 01/02/2021 a las 10:00 y finalizó el 18/02/2021 a las 12:00, con 17 días y 2 horas de navegación.
Anibal Risso
Las tripulaciones, ese laboratorio de interacción social.
Anibal Risso
30/12/2020
Ya estamos en Ushuaia, paseando y descansando desde hace unos días. Es tiempo de reflexión mientras parte de la tripulación que hizo el tramo desde Mar del Plata prepara sus bolsos para regresar a sus hogares; se desarma así el segundo grupo de a bordo.
A lo largo de mi carrera trabajando como navegante, el armado de las tripulaciones, elegir los perfiles, la viabilidad en las combinaciones de temperamentos, habilidades y conocimientos que aporta cada cual al barco, es una de las tareas que más me gustan y en la que mi formación académica y familiar se pone más de manifiesto.
En el proyecto Caoba Rumbo Sur la gran cantidad de tripulantes que ya pasó y que pasará por el barco a lo largo de sus etapas, sumado a las diferentes complejidades en cada una de ellas, hizo de esa tarea un gran desafío.
Lograr equipos sólidos a bordo, divertidos, colaborativos y unidos no es tarea sencilla; todos conocemos historias de amigos que se embarcan y se desembarcan como enemigos, capitanes gritones y tripulantes insufribles.
Erradicar esas historias de los barcos fue siempre una premisa para mí y una de las máximas que repito hasta el cansancio en los cursos: “La parte más frágil de un barco y la que requiere más cuidado es la tripulación”. Una tripu sólida, divertida y unida no sólo hace a una navegación agradable y segura sino que además se convierte en una experiencia altamente vinculante y movilizadora emocionalmente, para mí la vida a bordo es mi laboratorio de interacción social.
En la tripulación Buenos Aires - Mar del Plata la mayoría ya se conocían, ya habían trabajado juntos, así lograr la integración de los nuevos fue mi foco.
Opuestamente, la tripu que se embarcó en Mar del nunca había navegado entre sí; la formación de parejas de trabajo dinámicas e ir encontrando de a poco sus gustos, momentos del día, puntos flojos y altos fue mi foco. Reviso lo recorrido y sé que lo logramos. Ver trabajar juntos, resolviendo los distintos problemas mecánicos (piloto, bombas, baño, limera), a los “ingenieros” era muy divertido; las tormentas de ideas que convocaban a toda la tripulación a debatir alternativas fueron magníficas y siempre con resultados mejores, con ideas claras y consensuadas.
Un barco lleno de tripulantes puede ser muy muy divertido o un gran infierno, solo hay que entender que no es sólo juntar gente que sabe navegar.
Virginia Sandoval
Ushuaia
Virginia Sandoval
27/12/2020
Nos acercamos al muelle de Ushuaia. Mi mirada se va hacia la popa. En el mar no quedan huellas pero se atesoran adentrito de uno. Tomamos amarras y desembarcamos. Es el cierre de un sueño cumplido y ahora toca soñar nuevos proyectos. Encuentro en Pauli un reflejo de mis emociones, o algunas de ellas. Abrazo hondo. Las lágrimas con risa tienen la magia de la lluvia con sol. Lo que viene da vértigo y va a ser grandioso también.
Sigfrido Nielsen
Bahía Harberton - Ushuaia
Sigfrido Nielsen
27/12/2020
Mientras estábamos en Harberton, Silvio Lima, el capitán misionero del Antárticos, nos ofrece agua potable para nuestro exhausto tanque que no reponía agua desde la parada en Camarones. Así casi llena nuestro tanque con unos 700 litros de agua dulce, que agradecidísimos aprovechamos para ducharnos! En la última parada, San Julián, el agua del muelle no era potable así que decidimos no cargar para no contaminar nuestro tanque.
Silvio me comenta que desde Ushuaia va a venir a darnos la bienvenida “el Tano”, Gustavo Derito, del Club Náutico AFASYN y miembro de ADAN, asociación de navegantes de la cual también soy miembro. Además me pasa su contacto. Previamente, el secretario de ADAN, Luis Monsonis, me había comentado sobre el Tano y a él le había anticipado nuestra llegada.
El día 26 de diciembre al mediodía llega el Tano en el barco de Edu, el Bugga Buy (significa algo así como “amor imposible” en armenio). El barco es de bandera brasileña y su dueño un brasileño gauchazo excelentemente predispuesto a dar una mano donde sea necesario. Fue así como, al enterarse de nuestra llegada y saber que el Tano iba a venir a nuestro encuentro, le ofreció su barco ya que el del Tano tiene poca eslora. Así las cosas, llegan y, luego de las presentaciones del caso, nos ofrecen ir en conserva a conocer Isla Gable y el destacamento de la PNA que está en la isla del mismo nombre, unas pocas millas más hacia el Oeste, acercándonos cada vez más a Ushuaia.
El Muelle de Gable nos recibe ásperamente, con un hierro desnudo que impacta en la banda del Caoba, abolla un poquito el casco y hace saltar la pintura… Al rato el viento comienza a soplar del Este y el Caoba apoya cada vez más fuertemente sobre el muelle; no hay defensa nuestra que me parezca suficiente y, cada vez más incómodos, decidimos salir.
Apuntamos a Almanza, el pueblito pesquero a unas 10 millas de distancia, siempre hacia el Oeste. Llegamos con poca luz y fondeamos en 8 metros. El Bugga Buy se nos acodera y nos invita con una riquísima cena de bienvenida!!! Sorpresa total abordo! No solamente nos vienen a recibir sino que también nos invitan la cena (fideos con salsa) y además nos dejan facturas para el desayuno!!!
Nos seguimos sintiendo en casa con amigos que parece hubiéramos conocido desde siempre!!!
A la mañana siguiente partimos bien temprano, 5 AM. El pronóstico eran fuertes vientos del Oeste a partir del mediodía, así que teníamos que anticiparnos a llegar a nuestro destino final, Ushuaia, donde arribamos a motor, en una mañana seminublada alrededor de las 12 hs.
Me llevaría varios días terminar de entender que habíamos llegado al destino tan soñado. El paisaje bellísimo, la tripulación feliz, la plácida mañana, el Caoba navegando tranquilamente parecía naturalmente integrado al paisaje, todo se veía tan armonioso que parecía natural, como si la situación fuese normal y cotidiana.
En el Club Náutico AFASYN nos estaban esperando con un lugar asignado en el muelle y una cálida bienvenida, salón para eventos sociales, baños con duchas espectaculares y el descanso tan merecido.
La tripulación comenzó a recibir a sus seres queridos, y Silvana, Virginia y Paula comenzaron a sacar sus tickets aéreos para regresar a sus casas; otra etapa comienza. El fin de año se acerca velozmente.
Algunas reparaciones comienzan a ejecutarse para preparar el barco para las próximas singladuras por la zona, y dentro de ellas la más esperada es Isla de los Estados. Chile, con sus fronteras cerradas por el momento, nos impide planificar la vuelta al Cabo de Hornos y el circuito de los ventisqueros.
Mientras la hospitalidad del Tano y de ADAN no se hace esperar, nos proveen de información acerca de quién puede arreglar (y terminó arreglando en tiempo record) nuestro alternador, llevada y traída de la ropa de la lavandería, recomendaciones, etc. Seguimos sintiéndonos en casa. Muy agradecidos!!!
Se suceden entrevistas para los medios: FM 94.1; la TV pública envía un periodista y camarógrafo para hacernos una nota; otra entrevista para la ONG Ecovidaambiente. La difusión del mensaje, objetivo del proyecto, continúa. Proyectos en común con otras organizaciones ecologistas se insinúan y así los proyectos siguen su curso.
Se acerca fin de año y está terminando muy bien. Objetivo cumplido!!! Felicitaciones al grupo, a los tripulantes, especialmente a los de la última pierna: Vladimir, Paula, Bernardo, Silvana, Virginia y al profesor Anibal Risso.
Sigfrido Nielsen
San Julián - Bahía Harberton
Sigfrido Nielsen
25/12/2020
Salimos de San Julián el domingo 20 de Diciembre a las 4 am con la pleamar, de esa manera pasábamos por encima de los bancos de la entrada sin mayores problemas, dada la amplitud de marea de 9 metros. De otro modo algunas profundidades al 0 marcadas en la carta con valores de unos 3 metros iban a ser un problema para los 2,5 metros del calado del Caoba.
Partíamos con el problema de la bomba de agua externa del motor resuelto gracias a la excelente voluntad de Juan Manuel, mecánico de motos, que se acercó con su gomón a ofrecer espontáneamente ayuda y que nos proveyó del retén que necesitábamos. El equipo de mantenimiento del Caoba, compuesto por Virginia y Bernardo (ya a estas alturas bautizado, con toda razón, “El Mago”).
El alternador luego de las abundantes duchas de agua que recibió de la bomba rota quedó dañado y desconectado sin solución posible hasta llegar a destino.
De todos modos, la abundante generación de los paneles solares y el eólico probaron suplir con creces la electricidad del alternador, sobretodo con los excesos de viento que recibiríamos en Tierra del Fuego.
La marea en bajante nos generaba una corriente hacia el sur, favorable a nuestra derrota, que en parte compensaba el poco viento del cuadrante norte que teníamos. Pusimos rumbo directo al canal de Lemaire, que separa la isla de Tierra del Fuego de la Isla de los Estados. Ese rumbo de unos 180 grados verdaderos no lo abandonaríamos por más de 48 horas y en ese marco la costa que hacia el sur torna con rumbo SSO-NNE se fue alejando progresivamente hasta quedar a más de 80 millas de nuestra posición cuando estábamos aproximadamente al través de la ciudad de Rio Gallegos. Fue la distancia a tierra más grande registrada en el viaje. De este modo perdimos comunicación vía VHF con las prefecturas de tierra, si añadimos a eso que en todo el viaje hasta llegar a Bahía Puerto Español en la zona del canal de Beagle sólo nos cruzamos visualmente con un único barco, el Skandi Patagonia (barco de apoyo a las plataformas petroleras en el offshore de Tierra del Fuego), la sensación de soledad aumentó.
La noche del 20 de Diciembre el viento rotó al SO con lo cual la ceñida se volvió bien ajustada y aumentó fuertemente a unos 30 – 35 nudos, avanzamos dificultosamente con mayor en 2 manos de rizo y trinquetilla.
Al día siguiente, lunes 21, el día amaneció frío y la temperatura fue bajando progresivamente; prendimos la estufa por vez primera en navegación y se mantendría prendida hasta la media mañana del siguiente día martes 22. La noche del 21 al 22 fue la primera vez en el viaje (y única hasta ahora) en que la guardia nocturna se llevó a cabo desde la timonera interior y con la estufa prendida, un verdadero lujo. Durante el día martes 22 nos pasamos haciendo cálculos de ETA a la entrada del estrecho de Lemaire, análisis de las tablas de marea del cabo San Diego en la entrada norte del estrecho y su comparación con las mareas de bahía Buen Suceso. Las corrientes de marea en el estrecho de Lemaire son muy fuertes y es mandatorio tenerlas en cuenta para poder pasar exitosamente, lo mismo que los vientos predominantes a los fines de no sufrir los fuertes escarceos que se generan.
Luego de los concienzudos análisis de la experta tripulación se llega a conclusión que si avanzamos sin perder velocidad llegamos a tiempo para la bajamar de las 18:30 del día 22 de Diciembre. El viento norte nos ayuda y avanzamos velozmente a unos 8 nudos al principio con ayuda del motor, pero luego se va afirmando hasta unos 28 nudos. Vicente desde tierra nos confirma el pronóstico favorable vía satelital y todo parece andar muy bien. Timoneamos a mano para reducir el mayor demandante de electricidad a bordo, el piloto automático, y también desconectamos la heladera freezer eléctrica. La carga de las baterías se va recuperando lentamente, 70%… 80%… Los paneles solares hacen su trabajo, pero el eólico poco puede hacer si el aparente no supera los 15 nudos, cosa que ocurre con el viento de popa que tenemos.
A unas pocas millas de la entrada al estrecho una nubecillas en el horizonte a nuestra proa comienzan a llamar nuestra atención y se vuelven cada vez más sospechosas. Lamentablemente las sospechas se convierten en realidad y un frente de tormenta del sur se interpone entre nosotros y la entrada del estrecho de Lemaire: Eolo con un viento soplando exactamente desde donde queríamos apuntar la proa decide que no podemos ir. El breve frente estaba pronosticado por San Windy pero no lo habíamos visto en el contexto regional de la navegación desde San Julián hasta el Beagle.
Aparece el plan B y apuntamos hacia bahía Thetis que se hallaba a nuestro través, a unas 5 millas al NO del cabo San Diego, lugar recomendado para reparo de vientos del SO, O y NO a la espera de condiciones favorables para el reintento del pasaje por el estrecho de Lemaire.
Llegamos a Thetis a las 20 horas, luego de esquivar los abundantes cachiyuyos que se hallan en toda la extensión de la bahía. Quedamos fondeados en 11 metros de agua a la vista de una construcción color blanco que se divisa en la costa. Luego de la cena nos fuimos a descansar.
Si bien teníamos pensado arrancar a las 0:30 del miércoles 23, ruidos de cadena escapándose nos hacen levantar de apuro a las 12 de la noche. La rotación del viento al NE, cuadrante para el cual la bahía no ofrece reparo y el aumento de la onda de mar estaban exigiendo atención al fondeo. Decidimos levar anclas y partir. Esquivar los cachiyuyos siguiendo exactamente el track registrado para la entrada fue un desafío superado exitosamente; más adelante la plea de la 1AM de Bahía Buen Suceso nos recibe puntualmente y con viento del N (que más tarde rotaría el NO) entramos en el temido estrecho. Hacemos rumbo a caleta Franklin en la Isla de los Estados a la cual llegamos aproximadamente a las 4 AM, completamente de día para admirar la majestuosidad imponente de la geografía de la isla, con sus altos picos cubiertos por nubes que le dan un toque fantasmal. Observamos a la entrada de la caleta fuertes remolinos en el agua producto del encuentro de corrientes de agua encontradas. Tomamos fotos y registramos el momento único de la salida del sol enmarcado en los picos montañosos de la cordillera de los Andes sumergiéndose en el mar que a pocas millas llega a tener unos 1000 metros de profundidad. La zona es conocida por ser un cementerio de barcos, y es temida por navegantes de todo el mundo.
En un mar muy arbolado con olas altas de unos 3 a 4 metros y con crestas muy cercanas y fuertes vientos del NO (30 – 40 nudos) cruzamos el estrecho apuntando a Cabo Blanco, extremo S del estrecho, íbamos en procura del abrigo de la costa para los fuertes vientos que se estaban registrando.
Nuestra derrota incluía buscar reparo y descanso en Puerto Español (Bahía Aguirre) y fuimos siguiendo la costa. Nuestro avance se volvió cada vez más dificultoso, el viento se fue orientando en una ceñida muy ajustada y aumentando a valores que llegaron a registrarse de 60 nudos con intervalos de decenas de minutos en que no bajaba de los 40 o 45 nudos. El mar estaba por eternas millas completamente blanco, producto de la espuma de agua volando; infructuosamente mirábamos a nuestra proa esperando ver a la distancia el mar menos arbolado. El trayecto fue una dura prueba para el barco, su tripulación y los sistemas a bordo. La capota de popa de la chubasquera se descosió y fue el único percance de la chubasquera que con vientos tan fuertes parecía iba a ser destrozada y salir volando, cosa que afortunadamente no ocurrió. La sensación por momentos era que la naturaleza se había decidido a poner a prueba a los intrusos que se atrevían a internarse en las aguas del Beagle y a llevarse algo a cambio de dejarnos pasar. El avance, con el motor a régimen de crucero y vela trinquetilla (parcialmente enrollada), se vuelve muy lento; evidentemente no sólo la ceñida casi negada que teníamos sino también la ola, tremendos vientos y corriente en contra se combinan y por momentos el GPS canta 0 (cero velocidad) y desde Buenos Aires, que nos siguen por el satelital sin saber la situación, nos llegan a preguntar si habíamos fondeado para almorzar.
Los fuertes vientos demostraron fuera de toda duda que los obenques del barco necesitaban ser ajustados, incluso el obenque alto de babor casi se sale completamente de su lugar en la puntera de la cruceta; de haber ocurrido con el mástil bajo carga y los fuertes vientos, lo hubiéramos perdido.
Al llegar a puerto Español, en bahía Aguirre, haciendo bordes (con trinquetilla y motor) el malacate hidráulico se niega a funcionar. Si bien fondeamos tirando la cadena a mano, el problema preocupa pero su correcto funcionamiento a la mañana siguiente con el líquido hidráulico frío confirma el diagnóstico: el malacate disminuye rendimiento inversamente a la temperatura del liquido hidráulico, llegando a no funcionar si el motor lleva muchas horas en funcionamiento.
Los rulemanes del eólico, luego de los repetidos embates de los fuertes vientos (entre 40 y 60 nudos) casi a lo largo de todo el trayecto, comienzan a protestar demandando reemplazo y la resistencia eléctrica de descarga aguanta normalmente la recalentada, pero la madera cercana que le sirve de soporte queda color marrón y da un cierto olorcillo a quemado; el freno de la llave térmica de 40 Amperes demuestra ser demasiado chica, deberá ser reemplazada por una de 60 Amperes.
En puerto Español, Sergio nos saluda desde lejos y lo volvemos a saludar a la mañana siguiente cuando hacemos una pasada cercana a la playa para admirar las bellezas del paradisíaco lugar, en una mañana soleada con poco viento y luego de una noche muy tranquila que sirvió para recuperarnos luego de una jornada agotadora pero muy fructífera. Esa noche brindamos con un vino espumante (Lambrusco italiano) de la bodega del Caoba por nuestra exitosa llegada al Beagle, última etapa de nuestro viaje.
Luego de los ajustes y reparaciones de la jarcia, partimos a las 10 AM hacia nuestro próximo destino, bahía Puerto Harberton, a 120 millas de distancia, donde pensamos festejar Nochebuena, descansar, hacer agua dulce y algunas provisiones.
El día espectacular se mantiene, soleado y no muy ventoso con cuadrante del NO que nos permite, apoyados por el motor, avanzar con velocidades de unos 4,5 a 5 nudos. La corriente en contra de más de un nudo se hace sentir. El paisaje de la isla de Tierra del Fuego nos deleita: los bosques de lenga, las rocas desnudas de diversos colores, los diversos tonos de verde de la vegetación, los cursos de agua siguiendo los profundos valles que desembocan en el Beagle… todo contribuye a deleitar nuestra vista y maravillarnos por el viaje que estamos realizando. El viento a lo largo del trayecto se caracteriza por su velocidad y ángulo cambiantes (pero siempre de frente, no fuera a ser cosa de tener algún vientillo franco), variando desde unos 10 nudos a casi 40 nudos; luego de lo vivido el día anterior fue un paseo, pero demanda continuamente de Perkins, nuestro fiel motor, y de permanentes ajustes del trapo.
Llegamos a la estancia y Puerto Harberton el 24 de diciembre a las 10 de la noche, y nos acoderamos a la embarcación de prácticos “Antártica” que nos invita y ayuda en la maniobra.
Nos anunciamos con toques de la bocina y Abby, Ricardo y sus hijos, dueños y descendientes de Thomas Bridges, se acercan al muelle a darnos la bienvenida, habían recibido noticias de nuestro arribo minutos antes y nos estaban esperando.
Estábamos justo a tiempo para terminar los preparativos de la cena de Nochebuena y nuevamente festejar, esta vez por partida doble, por la fecha y por el éxito del viaje.
Al día siguiente Silvio, del barco “Antártica”, y su ayudante rápidamente se hacen amigos y nos proveen centenares de litros de agua potable de sus tanques, con lo cual nos podemos bañar!!! Ya que desde la última escala en Camarones no habíamos podido hacer agua y nuestras reservas estaban al límite.
Abby y su familia nos invitan al medio día un exquisito asado de cordero al aire libre, acompañado por ensaladas de la huerta orgánica que desarrolla Abby, famosa en toda la zona, que no sólo provee de alimentos frescos y sanos a toda la estancia sino que también vende. Admiramos y nos deleitamos visitando su huerta de unos 2500 metros cuadrados, nos explica cómo genera el compost, la preparación de la tierra y el humus, probamos frutillas exquisitas, vemos lechugas y otras variedades de verduras de hoja que ella se ha encargado de traer y desarrollar en los canteros, desconocidas para mí, pero no por eso menos exquisitas, probamos flores comestibles :) en fin, ¡increíbles sorpresas a cada momento! ¡Tanto para aprender!
Los hijos, navegantes, se interesan por el barco y no sólo lo visitan para ver su interior y los sistemas de navegación, sino que también preguntan por el eólico y su controlador y por los paneles solares, ya que la estancia tiene varios KW de potencia instalada con paneles solares y están analizando incorporar un generador eólico, así que compartimos conocimientos y experiencias. ¡Felicitaciones y mi admiración a la familia!
Anibal Risso
61,2 kt en el Canal de Beagle
Anibal Risso
23/12/2020
El Caoba recibe las rachas al través y escora 20 grados; primero rachas de 40 nudos… al rato 50… 55… 61.2 nudos fue el registro más alto, acompañado por el grito de la tripulación, en un festejo adrenalínico: el quiebre de los 60. Un pedacito de trinquetilla, mínimo, no más de un metro, y el motor nos mantiene a rumbo; el agua vuela sobre el mar plagado de corderitos, silva, más bien es un rugido.
Bahía Aguirre sobre el Canal de Beagle a unas 15 millas a proa es la opción que buscamos; un buen abrigo para los vientos del W, fondo de arena y playita a barlovento.
Fueron 15 millas de esas que quedan para las anécdotas marineras.
Anibal Risso
El estrecho de Le Maire
Anibal Risso
22/12/2020
Muchas veces a lo largo de mis años como docente, en particular dando los cursos de patrón de yate, usé unas cartas del estrecho de Le Maire que habían llegado a mi poder no recuerdo los detalles de cómo. Mostraba a mis estudiantes en esas cartas toda la teoría de los escarceos, leía algún relato de capitanes que lo habían cruzado y padecido.
Cuando comencé a estudiar la derrota para el proyecto Caoba Rumbo Sur y sus diferentes problemáticas, el cruce de este estrecho estaba en la lista subrayado en rojo junto con los williwaws, esas repentinas ráfagas de viento que descienden desde la costa montañosa hacia el mar.
Hoy, 22 de diciembre de 2020, estoy a 35 millas al NNW del estrecho, llegando un poco tarde respecto del momento ideal para cruzarlo: la estoa de la plea con viento de popa/aleta de estribor, un frente que se dibuja a proa y avanza hacia mí. Se hacen cálculos, se evalúan mareas, fase de la luna, intensidad y dirección del viento, caletas alternativas, profundidades.
17.30 hs. Faltan unas 15 millas para cruzar el estrecho, el frente anunciado por nuestro apoyo meteorológico vía InReach (nuevamente gracias; es como jugar al ajedrez y que alguien te sople la próxima jugada de tu oponente) se hace presente y 25/33 kt del Sur frustran el cruce. Plan B: caer a estribor y buscar abrigo en la Bahía Thetis hasta la próxima estoa de la plea y cambio de viento.
2 AM aproximadamente, en unas horas, otra maniobra de fondeo interesante, en la boca del estrecho de Le Maire.
Sigfrido Nielsen
Puerto Deseado – San Julián
Sigfrido Nielsen
20/12/2020
Partimos de Puerto Deseado el 17 de diciembre apoyados con el motor auxiliar y con vientos leves del Este. Dejamos la punta Azopardo y la Isla Pingüino a nuestro estribor a las 7 de la tarde y nuevamente los delfines overos se hacen presentes para alegrarnos la tarde. El mar de fondo del sur dificulta nuestro avance, que se produce mayormente gracias a la corriente. En el litoral patagónico la marea de bajante implica corrientes hacia el Sur, mientras que la marea creciente genera corrientes hacia el Norte, usualmente paralelas a la costa.
Llegamos al puerto San Julián el viernes 18 a las 11 de la mañana en la estoa de la pleamar. De ese modo nos aseguramos buenas profundidades para pasar los bancos de la entrada de la ría y no tener corrientes fuertes. La gran amplitud de marea (9 metros) genera fuertes corrientes en ambos sentidos a lo largo de la misma.
Llegando al puerto escuchamos por la radio modular un pesquero que nos ofrece lugar en el muelle. Al pesquero “Cristo Redentor” lo habíamos escuchado un rato antes modular por radio informando a la Prefectura el arribo al puerto con 2250 kg de centolla en sus bodegas, lo cual había despertado inmediatamente nuestro interés. Viendo su amabilidad, le preguntamos si no tenía algunas centollas para nosotros, a lo cual inmediatamente respondió que había una caja esperándonos. Nos la entregaron ni bien atracamos en el muelle y retribuimos con un excelente vino de nuestra bodega: ¡¡¡La cantidad de centolla es tan grande que alcanza para 3 ó 4 comidas de 7 personas!!!
Cuando el pesquero parte nuevamente de pesca unas horas después, muy agradecido, lo despido con repetidos toques de la potente bocina del Caoba, mientras la tripulación seguía dando cuenta en la dinette de un abundantísimo almuerzo solo con centolla... y rompiendo la queratina con cualquier herramienta a mano… pinzas, destornilladores, limas, tenazas y manos. Después de eso, solo restaba una siesta reparadora para terminar el día de la mejor manera.
El puerto, pesquero, se muestra poco amigable para nosotros con una embarcación de recreo, defensas inexistentes… sólo caños de acero de gran diámetro para apoyar el barco y rogar que nuestras defensas realicen su trabajo y protejan las bandas.
Las disposiciones locales no nos permiten desembarcar, pero la disposición de la Prefectura para ayudar no se hace esperar y nos pone en contacto con el “Pata” Cendron, quien nos consigue el combustible y víveres que estábamos necesitando.
Fondeamos aguas arriba en la ría y nos dedicamos a las reparaciones de la bomba de agua, gomón, tambuchos, etc. que nos llevan todo el día sábado 19. Se nos acerca un gomón a preguntar si precisábamos ayuda y termina acercándonos un retén de repuesto que estábamos necesitando urgentemente para reparar la bomba de agua con lo cual Bernardo y Virginia exitosamente la reparan.
Cuando la Prefectura nos acerca los papeles del despacho, también nos hace la gauchada y nos trae las últimas provisiones… La hospitalidad en los puertos del sur es increíble….
Estando listos para partir decidimos hacerlo el día 20 a las 4 AM aprovechando la pleamar. Nuestro próximo destino, la ciudad de Ushuaia, nos espera. Estamos ansiosos por llegar.
Silvana Dans
Puerto Madryn - Ushuaia
Silvana Dans
20/12/2020
Y así llevamos 12 días de navegación, en mi caso, redescubriendo el Mar Patagónico, su clima variable, sus costas chatas, sus horizontes infinitos, sus aguas por momentos grises por momentos turquesas, sus puertos escondidos y tímidos pero amables, y también redescubriendo el viento, que se transforma en el tripulante indispensable.
Anibal Risso
Última parada antes de Ushuaia: San Julián
Anibal Risso
19/12/2020
San Julián es la última parada con infraestructura portuaria, combustible, algunas provisiones y muchas tareas de mantenimiento. La bomba de agua del motor nos da un dolor de cabeza; el equipo de mantenimiento, nuestros ingenieros a bordo, trabajando a pleno en el Caoba para resolverlo.
Cada llegada a puerto es un recordatorio de la pandemia. En Puerto Deseado primero y en San Julián después no pudimos desembarcar. La Prefectura y algunos contactos nos ayudaron con las compras de combustible y alimentos.
La amplitud de mareas aquí es de 7 metros. Durante las 6 horas que estuvimos abarloados al muelle, cada 20 minutos debíamos salir a filar las amarras para no quedar colgados en pleno festín de centollas tocadas por jugo de uvas al capitán del cristo redentor.
La bomba de agua está lista, el gomón emparchado, la próxima estoa será a las 21hs. Nos restan 360 millas hasta el Estrecho de Lemer o Isla de los Estados, dos días y un poquito de navegación. San Windy nos regala un Norte y después W y NW para las próximas 48 hs., un lindo parte meteorológico para esta última pierna hacia el Sur. Después serán 110 millas al W para terminar arribando a Ushuaia y completar esta etapa que inició en Buenos Aires el 28 de noviembre.
Anibal Risso
27 años después: volver a entrar a Puerto Deseado
Anibal Risso
18/12/2020
Apenas clareó el miércoles 16 de diciembre, levantamos el ancla del Caoba en Caleta Hornos y salimos de este hermoso fondeadero que nos dio abrigo del frente del Sur durante tres días.
El cruce del Golfo San Jorge fue un paseo con brisa suave, sol y buena temperatura, considerando la latitud y comodidades del barco. El SSW que nos pronosticaban desde Buenos Aires vía InReach (gracias Vincente y Fede por el apoyo en información meteorológica desde tierra) se hizo presente. Unas millas antes de llegar el viento se negó, viramos y en el otro borde la boca de la ría estaba a rumbo.
Sol, toninas overas, estoa de la baja mar, una brisa suave, Navionics, comunicación con la Prefectura, indicaciones acerca de dónde fondear: la entrada en Puerto Deseado fue sumamente placentera, tranquila, con pelota dominada; estuvo en las antípodas de mi primera entrada, 27 años atrás, en mi primer viaje Chile - Buenos Aires. Era novato, venía castigado por una tormenta, el barco averiado, sin AIS, sin Navionics, sin InReach, sin…
En Puerto Deseado estuvimos sólo unas horas. Ancla, conectividad, trabajo a distancia, una polenta con tuco, estoa y de nuevo a la mar. Estas paradas al paso, como también lo había sido la de Camarones (sábado 12 a domingo 13), encuentro que son altamente reparadoras para la tripulación y como desde Madryn la conectividad fue entre escasa y nula, desató abstinencia y, amarrados, los celulares estallaban en vibraciones.
Zarpamos de nuevo y pusimos rumbo a San Julián, a 120 millas al SW. Un centenar de toninas overas y un puñado de delfines australes colados dentro de la gran manada nos despiden de Puerto Deseado así como nos acompañaron al entrar.
¿Pasarán otros 27 años para volver?
Sigfrido Nielsen
Caleta Hornos - Puerto Deseado
Sigfrido Nielsen
18/12/2020
El día 13 de diciembre por la tarde habíamos arribado a Caleta Hornos. Lugar protegido y bello si los hay. La idea era esperar disfrutando en un lugar a resguardo del temporal que estaba pronosticado para el día lunes 14 por la noche, el cual finalmente se hizo presente con fuertes vientos del SSO que fueron rotando durante el día 15 hacia el Sur.
Aprovechamos para poner a funcionar el gomón, realizar paseos por tierra, descansar, sacar muchísimas fotos y recibir la visita de amigos de Silvana, guardaparques de la fundación Rebuilding Argentina que están monitoreando la fauna y flora de la zona.
El 16 de diciembre a las 4 AM en punto finalmente zarpamos de Caleta Hornos. Los poco menos de 3 días que pasamos allí fueron espectaculares, siempre pendientes de la meteo que nuestros amigos desde tierra nos pasaban por mensaje de texto satelital, a la espera de la ventana favorable que se dio para el día 16, al terminar el pasaje del sistema frontal.
Salimos con viento NE (franco) haciendo rumbo directo hacia Puerto Deseado, distante unas 170 millas al sur, para lo cual atravesamos el Golfo San Jorge en línea recta. El viento fue rotando desde el NE hacia un NO y finalmente SO que nos recibió a la altura de la península Cabo Blanco, límite sur del Golfo San Jorge. Es de destacar la alta variación de las profundidades encontradas que a poco de abandonar la zona de Cabo Dos Bahías aumentó a más de 100 metros pero llegando a la punta sur del golfo bruscamente bajó a 40 metros para luego inmediatamente subir a más de 110 metros nuevamente. Este espolón submarino, continuación hacia el NE del Cabo Blanco funciona como pared para las corrientes frías que provienen del sur, elevando los nutrientes bentónicos y dando origen a la riqueza de la flora y fauna marinas que caracterizan la zona del Golfo San Jorge.
Llegamos con la estoa de la bajamar a la ría a las 10 AM del 17 de diciembre, y fondeamos al este de la roca Magallanes en 7 metros de agua. La pleamar se hizo presente puntualmente con una correntada de unos 5 nudos!
Mientras llegábamos, la esperada buena señal de datos para nuestros celulares se hizo presente. Comenzó entonces un extraño ritual a bordo, repentinamente toda la tripulación excepto el timonel, se abstrajo mirando pantallitas, hablando por TE o tipeando rápidamente en los celulares; el silencio de voces se hizo presente para luego ser interrumpido por llamadas laborales o familiares. Hacía aproximadamente una semana que estábamos semi aislados ya que la comunicación por mensaje de texto, vía satelital del InReach es muy pobre y se limita a mensajes esenciales como, por ejemplo, “estoy bien”, pedidos de confirmación de ventanas meteorológicas o breves saludos.
Por la pandemia, la ciudad se hallaba en estado ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio), fase 1, con lo cual teníamos prohibido el desembarque salvo fuerza mayor. Como no necesitábamos nada, nos quedamos al borneo mientras almorzamos y aprovechamos para continuar poniéndonos al día con nuestros seres queridos, con las redes sociales, responder temas de trabajo, etc. El día frío pero con un sol espectacular y poco viento también invitó al descanso.
Al finalizar la pleamar aprovechamos para levar anclas y emprender la próxima pierna: Puerto Deseado – San Julián.
Anibal Risso
A buscar reparo. De Santa Elena a Caleta Hornos
Anibal Risso
17/12/2020
El frente del Sur que en la paleta de colores del Windy en modo racha salta en violeta en la pantalla desde hace varios días, sigue con su predicción para el día lunes 14 de diciembre como un viento de proa intenso para nosotros.
La idea sigue siendo navegar hasta Caleta Hornos, el refugio ideal para esperar el paso del frente y una meteorología más agradable para cruzar el Golfo San Jorge y tratar de llegar -si da- hasta San Julián y -si no da- hasta Puerto Deseado.
Dejamos Santa Elena el sábado 12 con el plan de pasar por Camarones para hacer agua y combustible, continuar al amanecer, disfrutar del Canal Leones con luz y llegar a Caleta Hornos, descansar unos días, inflar el gomón, bajar a tierra, explorar la costa sin pueblo, sin casas...
Fondear en una caleta desierta en medio de Patagonia y desembarcar me ha producido un abanico de sensaciones en otros viajes, emoción, embriaguez, felicidad de sentirme parte de la escena que me rodea.
Sigfrido Nielsen
Santa Elena – Camarones – Caleta Hornos
Sigfrido Nielsen
14/12/2020
De Santa Elena salimos el sábado 12 de diciembre a las 2 PM. El viento había rotado del SO a un viento suave del E. Apoyados con motor, hacíamos rumbo directo al puerto de Camarones. Lentamente el viento siguió rotando al NE y aumentó a unos 15-20 nudos. Una navegación cómoda, por la aleta, a buen ritmo para hacer las 25 millas que nos separaban de ese puerto. Durante el trayecto y a la distancia Silvana, bióloga marina, con su ojo experto detectó a la distancia resoplidos de 3 ballenas francas. Llegamos al anochecer.
Camarones es un puerto pesquero; tiene protecciones algo precarias para una embarcación recreativa. Agua disponible en el puerto, pero para reabastecerse de gasoil hay que ir hasta una estación de servicio distante a unas 6 cuadras. Cargar los bidones a pie esa distancia generó más de un dolor de espalda y comentarios poco simpáticos. La calidad de las comunicaciones por celular (datos) es malísima. La recompensa fue una riquísima cena en el restaurante Alma Patagónica en la plaza principal. La increíble amplitud de mareas representó un desafío para establecer las amarras y proteger el generador eólico de las paredes del muelle. Afortunadamente todo salió bien aunque fue difícil descansar dados los ruidos generados por la fuerte fricción de la banda del Caoba con las defensas del muelle.
Al amanecer del domingo 13 partimos con destino Caleta Hornos. La estrategia de realizar pequeños avances en la derrota hacia el sur aprovechando las estrechas ventanas de tiempo favorable dentro de los pronósticos meteorológicos empezó a rendir frutos. El fuerte viento del O nos resultó favorable para navegar hasta Cabo dos Bahías, extremo norte del golfo San Jorge, derrota en la que pasamos por Caleta Sara y tantas otras menos conocidas pero igualmente muy atractivas. Así pasamos por la isla Leones donde hay un centro de avistaje de la fauna y flora de la zona y el canal del mismo nombre. Bellísimos paisajes enmarcados en un mar azul, fisiografía montañosa con colores de la gama de los marrones con diversos tonos de ocre, de tanto en tanto colores más claros, seguramente producto de alguna toba. La vegetación con sus gamas desde el verde hasta el amarillo claro contrastan con las rocas y el mar resultando en unas combinaciones espectaculares, un regalo para la vista. Avistamos colonias de lobos marinos en el extremo SE del cabo (isla Moreno), como así también pingüinos y gaviotas. Una manada de delfines australes nos visitó en la zona del cabo y nos regaló el disfrute de las increíbles piruetas saltando fuera del agua con giros simultáneos que nos mostraban su vientre color claro. A diferencia de los delfines oscuros que ya habíamos visto llegando al Golfo Nuevo, éstos se movían mucho más.
Llegamos a Caleta Hornos, nuestro destino a las 14 hs. Fondeamos en la segunda curva, un poco más allá las profundidades bajaban drásticamente impidiendo al Caoba adentrarse más en la caleta. En el recodo ya había establecido un cabo rodeando una roca, invitando a establecer una línea complementaria al fondeo, cosa que hicimos. La tarde terminó de transcurrir plácidamente realizando algunos paseos y desembarcos en tierra con el gomón. También en esa tarde se registraron inconvenientes con el inodoro de a bordo que fueron exitosamente resueltos por el equipo.
La noche del 13 al 14 de diciembre fue ventosa, con rachas de unos 15 nudos del O – SO y el temporal esperado se hizo puntualmente presente a la mañana del lunes con vientos del S – SO con rachas de 35 a 40 nudos. Esto era dentro de la protegida caleta, no queríamos imaginar cómo sería la situación mar afuera, pero estimamos soplaría unos 60 nudos, ninguna gana de salir a probarlos.
El temporal de viento y lluvia azotó durante el día al Caoba, el ancla aguantó sin problemas y la tripulación descansó. Por la tarde el viento rotó al S y luego SSE en disminución, junto con el aumento de la presión nos confirmaron desde tierra el pasaje del frente, dando también lugar a una tarde algo fría pero agradable con lo cual bajamos a tierra los 7 en el gomón auxiliar para dar un paseo. Vimos un piso de Ostreas fósiles (de edad Oligoceno – Mioceno) en la cima de los cerritos que rodean la cala, evidencia de una formación marina (Fm Salamanca)? por debajo de niveles conglomerádicos compuestos de cantos rodados, continentales de edad Pleistocena-Holocena (Fm Montemayor)?. Las rocas en las posiciones inferiores y cercanas al nivel medio del mar de la zona presentan un desafío, tienen simultáneamente características de ser cuarcitas pero hay otros indicios que dan pie a dudar y pensar en otro tipo de roca como metacuarcitas. Leyendo bibliografía de la zona concluimos que se trata de rocas del basamento metamórfico de edad Jurásica (sería la formación Marifil).
Anibal Risso
De caleta en caleta. De Puerto Madryn a Santa Elena
Anibal Risso
12/12/2020
Zarpar de Madryn el jueves 10/12 a las 2 AM rumbo a caleta Janssen, 110 millas al sur de la Península de Valdez, fue el inicio de una nueva etapa del viaje: la Patagonia presente; la tripulación definitiva hasta Ushuaia a bordo; fondear al ancla en caletas inhóspitas durante una semana; el silbido del W como música casi permanente; una navegación diferente a las dos etapas previas.
El avistaje de orcas, una hembra y sus crías, fue el regalo del día.
A la llegada a Janssen, fondear el Caoba con 35 nudos de viento, onda de mar por popa y marejadita por proa, fue la primera prueba para la tripu en estas maniobras que serán cotidianas en los próximos días. Código de señas entre el timón y el manejo del ancla en la proa, repaso de los pasos a hacer y adelante. Si bien todo salió aceptable, charlamos las cosas a mejorar.
Al día siguiente, para la segunda suelta del ancla en caleta Santa Elena, 30 millas al sur, la maniobra fue excelente. La tripu funcionaba como una orquesta y yo feliz.
Hoy se cumplen dos semanas desde la salida de Buenos Aires. Los días perdieron sus nombres muchas millas atrás, el ruido de radio en mi mente se fue apagando de a poco, los diarios, la pandemia, las señales con el mundo exterior. La realidad cotidiana se redujo a una burbuja social viajando en un mar imponente. Las charlas se abren, los corazones se expanden, la mente se suelta, aparecen los sueños en las conversaciones matinales. La magia de navegar se hace presente en el Caoba.
Sigfrido Nielsen
Puerto Madryn - Santa Elena
Sigfrido Nielsen
12/12/2020
Partimos de Puerto Madryn el jueves 10 de diciembre a las 2 AM. Nos preocupaba la corta ventana de tiempo con meteorología favorable que teníamos para recorrer las 100 millas náuticas hasta Caleta Janssen, el destino reparado más cercano en nuestra derrota hacia Ushuaia. Así, zarpamos aprovechando que el viento del Este, que nos venía de frente para recorrer toda la extensión del Golfo Nuevo, hubiera bajado de intensidad.
Durante el tiempo en puerto, el grupo de mantenimiento del Caoba, los ingenieros Virginia y Bernardo, probaron una vez más su valía y resolvieron en tiempo récord el inodoro con su motor-bomba trabado. Antes habían resuelto el hidráulico del piloto automático averiado cuando estábamos arribando a Madryn desde Mar del Plata.
Dejamos atrás una ciudad que nos acogió con generosa hospitalidad. Para atesorar es la gente del Club Náutico Atlántico Sur (CNAS) que se portó de maravillas con nosotros, siempre listos a darnos una mano, a ofrecer consejos y todo lo que pudiéramos necesitar. La anécdota de la última tarde, el miércoles, antes de partir lo resume. Salíamos con Paula del Club a las apuradas, llevando un par de bidones para cargar gasoil a último momento. Matías se quedaría esperándonos, fuera de hora, para llevarnos con el gomón y el tractor de vuelta hasta el barco. Mientras caminamos con paso rápido, se para una camioneta a nuestro lado y pregunta “¿Son del Caoba?”. Ante nuestra respuesta afirmativa, dice “¿a dónde van?, ¿puedo ayudar?”. Acto seguido nos invita a subir y nos lleva hasta la estación de servicio a cargar los bidones, y no sólo nos esperó mientras hacíamos eso, sino que también nos hizo el aguante mientras me realizaban una entrevista para el canal de TV CN23 (era la quinta entrevista del día).
Pasamos Punta Ninfas con las primeras horas del alba. En el sur, en verano amanece muy temprano y oscurece muy tarde con lo cual el día es muy extenso.
El viento franco del NO nos llevó a buen ritmo y llegamos a Caleta Janssen al atardecer, con un viento que rápidamente había rotado hacia el SO con intensidades de 30 a 40 nudos. Era el pronóstico esperado y llegábamos justo a tiempo al reparo del frente que sopló con diferentes intensidades hasta la tarde del día siguiente.
Estábamos al lado de Punta Tombo y nuestra flamante tripulante, integrada a partir de Madryn, Silvana, bióloga marina, nos explicaba la fauna del lugar: Pingüinos, Macás, Gaviotines, Petreles.
A media tarde del viernes 11 dejamos la caleta para emprender la derrota hasta la caleta de puerto Santa Elena, distante a 35 millas. El pronóstico era viento del NO, pero vinieron sorpresas: el NO fue un O con intensidades de 30 a 40 nudos, nublado y con lluvias intermitentes. La elección de la tercera mano de rizos en la mayor y la trinquetilla como velas establecidas al salir probó ser la adecuada y el Caoba se deslizaba con promedios de 7 a 8 nudos al destino, la chubasquera del cockpit nos resguardaba del viento, lluvia y rociones y nos permitía ir charlando, cómodos y calentitos, mirando desde una posición privilegiada el mar pleno de escarceos, corderitos y ráfagas. En este tramo los cabos de Lobería, Raso y Atrevida con sus restingas y rocas semisumergidas daban un marco espectacular al paisaje. Llegando a cabo San José el cielo se despejó y el sol del poniente, de tonos amarillos y ocres rodeado de nubes, enmarcado en los cerritos del cabo y con el mar rizado de los escarceos dieron lugar a un registro de fotos espectaculares.
Entramos a la cala de Santa Elena ya de noche con rachas de más de 30 nudos de frente. La maniobra de fondeo salió impecable, la coordinación y conocimiento del barco por parte de la tripulación a estas alturas ya era excelente. Fondeados en 7 metros de agua en plena bajamar teníamos la tranquilidad de que la diferencia de altura de mareas no sería un problema. El ancla Bruce de 30 Kg prendió inmediatamente al fondo y no garreó en toda la estadía a pesar de los fuertes vientos de 30 y más nudos que tuvimos toda la noche. La Patagonia, con sus 40 bramadores, sus paisajes únicos y su fuerte clima nos daba la bienvenida.
Amanecimos el sábado 12 con vientos rotados al Sur y algo más calmados. Ya acostumbrados a los vientos patagónicos, los 25 nudos nos parecían vientos suaves.
La mañana transcurrió con charlas, lecturas ávidas de algunos libros de la biblioteca del barco, esperando la ventana de tiempo para nuestro siguiente destino, Puerto Camarones, distante 25 millas donde esperamos hacer agua, algunas provisiones, comunicarnos con nuestros seres queridos e informar al grupo las novedades.
Anibal Risso
Escala Puerto Madryn
Anibal Risso
10/12/2020
Y finalmente fuimos 7. La nueva tripulante está a bordo.
También ya están listas las reparaciones emergentes de la pierna previa. El hidráulico del piloto desinstalado, llevado hasta un técnico, reparado sus sellos y vuelto a instalar por nuestr@s ingenier@s a bordo. Virginia y Bernardo, dos gros@s!!!!! Expresión coloquial pero real para su capacidad profesional y de trabajo en equipo. Además, ya están selladas las filtraciones de un acrílico que deseaba habilitar que parte del mar nos empapara el interior físico y no solo el alma; la labor de Vladimir rodeado por la flota de optimists que usaba al Caoba como boya de sotavento permitirá descansar a resguardo.
El tiempo en puerto fue también tiempo de reabastecer la heladera con algunos frescos, recibir visitas y estar atent@s a la meteorología.
Observamos que la ventana de meteo nos daba unas 23 horas de margen antes de que nos alcanzara un viento de 35 nudos del SW. Soltamos así amarras rumbo a Bahía Janssen, a unas 110 millas al sur; y -a su vez- en su extremo sur nos espera Punta Tombo, con su gran colonia de pingüinos.
En esta etapa, trataremos de continuar de caleta en caleta hasta llegar a Caleta Hornos, el lugar que tantas personas nos han recomendado.
Serán varios días sin señal de 4G en los celulares, ni 2G ni 1G; el inreach será el medio de comunicación. Es ese un momento especial en la navegación; la vida a bordo casi sin intervenciones externas.
Luego de unos días entre estas caletas, cruzaremos el Golfo San Jorge en un rumbo aun a definir: Puerto Deseado, San Julián o el río Santa Cruz son las opciones que evaluamos para la nueva parada. Ya veremos qué nos toca.
Silvana Dans
Puerto Madryn
Silvana Dans
08/12/2020
Y de repente la vida te sorprende y cuando menos lo esperas, alguien te regala la oportunidad de ser parte de una experiencia única, y coincidir con otras vidas en el mismo tiempo y lugar.
Ser parte de la tripulación del CAOBA ha sido el regalo.
Navegar a vela desde Puerto Madryn hasta Ushuaia ha sido la experiencia única.
Las otras vidas las maravillosas personas y excelentes navegantes que forman la tripulación del CAOBA.
La experiencia es única pero compartida lo es más.
Sigfrido Nielsen
Mar del Plata – Puerto Madryn
Sigfrido Nielsen
08/12/2020
Viernes 4 de Diciembre. Mañana de trámites en la PNA por el despacho del Caoba hacia Puerto Madryn, compra de víveres frescos y otros.
Dudas sobre si salir el mismo día a última hora o el sábado luego del amanecer. Estábamos esperando que se disipara un fuerte frente del Sur que hacía unos días soplaba justo desde la dirección a la cual queríamos ir.
Finalmente soltamos amarras el sábado 5/12 a primera hora. Medios gráficos documentan nuestra partida desde el Club Náutico Mar del Plata (CNMP) en una mañana espléndida. Nos sigue Luis con el gomón también documentando la partida.
Poco viento aún soplando del Sur. Hacemos rumbo sur, siguiendo nuestro slogan. Punta Mogotes se va perdiendo lentamente en el horizonte, junto con la hospitalaria Mar del Plata, que vio nacer al Caoba y que con tanto afecto nos recibiera con asado, visitas y ofrecimientos de ayuda.
Avanzamos a 4 ó 5 nudos apoyados por el motor hasta que el viento rota al Noroeste, orientación que mantendrá hasta arribar a la Península de Valdez tres días más tarde.
Durante la noche pasamos Necochea, el puerto más austral que hasta este momento tenía navegado.
La mañana del domingo nos encuentra a unas 100 millas al Este de Bahía Blanca navegando a buen ritmo, llegando a hacer 100 millas en 12 horas y 170 en 24.
La temperatura, fruto del viento Norte, comienza a subir y los días son espléndidos, la velocidad de avance usualmente entre 6 y 8 nudos; de noche disminuye ya que bajamos la mayor para navegar solamente con el yankee y trinquetilla según el caso.
Comienza a notarse el aumento de la latitud, los días son cada vez más largos.
Perdimos la luna llena que teníamos en la pierna anterior (BA - MDQ) por un cuarto menguante.
El domingo 6 nos visitan decenas de delfines en un espectáculo de danza increíble, de una belleza y energía vital que nos llena el alma a todos, que extasiados contemplamos la naturaleza.
Finalmente llegamos a Punta Delgada al atardecer con un excelente viento que nos permite navegar a unos 12 nudos en las barrenadas.
Enfilamos la entrada del Golfo Nuevo al anochecer en medio de tormentas eléctricas que nos mantienen muy alertas, relámpagos tierra-nube y nube-nube iluminan permanentemente el cielo, en nuestra proa, a nuestro babor y sobre nuestras cabezas. Al fin se disipan y pasamos la angostura con un viento Norte que se termina y comenzamos la derrota dentro del golfo hacia Madryn, al Oeste, a motor.
El viento Oeste pronosticado se hace presente aproximadamente a las 5 AM con fuerza; la ola aumenta y nuestro avance se dificulta cada vez más. Comenzamos a hacer bordes con la trinquetilla y apoyo del motor; las olas, cortas y muy molestas barren permanentemente la cubierta y ponen en evidencia las entradas de agua de algunos tambuchos (su arreglo será tarea a realizar en Madryn).
La fortaleza del barco es puesta nuevamente a prueba con rachas de más de 40 nudos y vientos constantes de más de 30.
La comunidad del Club Náutico nos estaba esperando. Nos recibe a media mañana el martes 8 con una afectuosa hospitalidad, que nos hace sentir como en casa. Silvana, bióloga investigadora del Conicet, que se suma a la tripulación a partir de aquí, llega a bordo junto con socios del Club y compartimos unas cervezas y picada en una conversación muy agradable. La bienvenida no podía ser mejor.
Anibal Risso
Mar del Plata – Puerto Madryn
Anibal Risso
08/12/2020
Un mar de fondo suave, profundo y cómodo para la eslora del Caoba nos dejó el frente del SW a la salida de Mar del Plata el sábado 5/12 por la mañana. Durante unas horas combinamos vela y motor hasta que el viento terminó de rotar al E y se afirmó lo suficiente como para permitirnos apagar el motor y escuchar sólo el roce del mar sobre la proa y las incipientes charlas. El resto del día fue con un aire muy frío y sol. Hacia la noche aumentó el viento.
Las dos noches de navegación de esta pierna fueron hermosas para las guardias: viento franco, luna en cuarto menguante y luz desde las 4AM, que es la hora a la que clarea en verano a los 40 grados de latitud.
El tercer día de navegación tuvimos visitas: una gran manada de delfines se nos arrimó. Así, al grito de “delfines” avisé a la tripulación que subió corriendo a cubierta. Este fue el primer encuentro con la fauna marina subacuática; previamente los representantes de la fauna alada habían sido petreles y gaviotas. Me quedo reflexionando sobre cómo, a lo largo de los años, he visto el efecto de estos encuentros con la naturaleza en la tripulación: conectar profundamente con el entorno, el mar y la importancia de protegerlo, todo eso resumido en este símbolo viviente.
Llegamos a la boca del Golfo Nuevo en la noche del lunes 7/12 en la estoa de la pleamar, con unas nubes cargadas que nos dieron hermosos juegos de luces y sonidos para darle marco a la entrada a Puerto Madryn.
El viento rotó al W, bajamos las velas y seguimos varias millas a motor hacia el extremo W del golfo. La tripulación, cansada, rotaba por la cubierta en la monotonía del viento de sentina.
Ya habiendo dejado medio golfo atrás, cambió el viento, se adelantó unas horas a lo pronosticado. Así un W pasó de ser una brisa suave hasta los 45 nudos y las 17 millas que nos quedaban antes de amarrar fueron borde y borde, acompasados por la ola alta y corta, tal como es en nuestro Río de la Plata. Trinquetilla y apoyando con el motor se nos fue toooooda la mañana, arribando al mediodía para tomar una boya cerca de la tan ansiada costa a barlovento.
Así terminó la segunda etapa de camino a Ushuaia, las 460 millas náuticas de Mar del Plata a Puerto Madryn en tres días.
Repaso lo recorrido y fueron singladuras diarias de aproximadamente 130, 170 y 160 millas, una buena marca para estos primeros días, donde probamos el barco y la tripulación en su dinámica y capacidad de maniobra. Maniobras básicas para otros barcos, como por ejemplo una oreja de burro tangoneada, en un barco de 22 toneladas y 50 pies con marejada es una tarea que requiere mucho control. Lo tuvimos, lo disfrutamos.
Virginia Sandoval
Mar del Plata – Puerto Madryn
Virginia Sandoval
06/12/2020
El alma no tiene un color y el mar tampoco. Lo miro con insistencia tratanto de adivinarlo... verde, negro, azul, plateado, blanco, naranja... y cada vez que creo haber descifrado el tono que lo define, casi como burlándose de mí, cambia a otro color con una sutileza que hipnotiza...
Mar del Plata - Ushuaia, con escalas
05/12/2020
La etapa 2, Mar del Plata - Ushuaia, con escalas, comenzó el 05/12/2020 a las 07:00 y finalizó el 27/12/2020 a las 10:20, con una duración total de 22 días y 3 horas
Incluye los siguientes tramos:
1. Mar del Plata - Puerto Madryn: Inició el 05/12/2020 a las 07:00 y finalizó el 08/12/2020 a las 12:15, con 3 días y 5 horas de navegación.
b. Puerto Madryn - Ushuaia, con escalas: Sin fecha de partida estimada aún.
2. Puerto Madryn - Bahía San Julián: Inició el 10/12/2020 a las 01:30 y finalizó el 18/12/2020 a las 15:25, con 8 días y 13 horas de navegación.
3. Bahía San Julián - Ushuaia: Inició el 20/12/2020 a las 04:30 y finalizó el 27/12/2020 a las 10:20, con 7 días y 5 horas de navegación.
Anibal Risso
Unas horas antes de zarpar hacia Madryn (Puerto de Mar del Plata)
Anibal Risso
04/12/2020
Despertar cerca del amanecer, escuchar la radio y leer el diario; la vida en puerto todavía me da ese cotidiano.
El resto de la tripu va apareciendo de a poco y la ronda del mate se extiende; llegan a la mesa frutos secos, chistes y tostadas.
Coordinamos las tareas que faltan para estar listos: compra de frescos, carga de combustible y despacho.
Un amigo marplatense de alguno de los 30 tripulantes que esperan su turno para embarcarse en Buenos Aires, nos ofrece su coche para hacer las diligencias.
El viento del SW silba en la jarcia del Caoba, San Windy dice que calma hacia la tarde/noche a pedido nuestro para zarpar.
Serán tres o cuatro días de navegación hasta Madryn, las ballenas, el inicio de la Patagonia imponente.
Anibal Risso
La vida en los puertos de escala (Puerto de Mar del Plata)
Anibal Risso
03/12/2020
Dos, tres, cuatro días... las escalas son así, sabemos cuándo entramos y San Windy nos pasa el dato de cuándo podremos salir.
Siempre hay una lista de pendientes, arreglitos que quedaron por hacer, compras, visitas que pasan a saludar con facturas y conocer el barco.
Nunca da para grandes salidas, para escaparte un día completo del barco. Hay algo que te lleva a volver; reminiscencias del vientre materno es mi explicación sobre ese imán que nos devuelve al barco.
Este viernes a la tarde-noche será el final de esta primera escala en La Feliz. Madryn será el próximo puerto y allí se embarcará la séptima tripulante para zarpar hacia Ushuaia.
Anibal Risso
Bahía de Samborombón - Mar del Plata
Anibal Risso
01/12/2020
La última noche antes de llegar a Mar del Plata parte de la tripulación fue dejando la cubierta de a poco, generando así el inicio de las guardias. Quienes se quedaron afuera aceptaron la indirecta. Yo no fui uno de ellos. Tres veces me desperté, llegué hasta la bañera y en cada salida vi distintos tripulantes. Una mirada y la pregunta “¿todo en orden?” era suficiente para volver a mi cucheta.
Amaneció y tuve ese despertar con la culpa de no haber hecho ninguna guardia. Me asomo y los que están en cubierta me cuentan del sol y la luna en simultáneo, con cara de feliz cumpleaños; se me limpia la culpa, disfruto del descanso.
Un viento por la aleta de estribor, un lobito al través, la ciudad desde el mar, las escolleras, los diálogos por radio con la prefectura, entrar al puerto, un velero que nos recibe con un “bienvenidos“. Todas esas cosas juntas como plato final de tres días para un Buenos Aires – Mar del Plata con un pampero, un nortazo, un frente del sur, un fondeo en la Bahía de Samboronbón, garreo, risas, charlas: menú completo.
Amarramos, cabito por acá, Sprint por allá. Parte de la tripu baja en busca de medialunas y una coca fría. A los 10 minutos regresan con la frase de este 2020: “nos olvidamos los barbijos”.
Hisoparnos toda la tripu antes de embarcar fue una gran decisión y por tres días volvimos a vivir como antes.
En breve llega la nueva tripu, l@s chic@s armando los bolsos.
Aprender a soltar, creo que es una de las cosas que aprendí en estos años dando cursos de navegación. Un nuevo equipo para Mar del Plata - Madryn.
Paula Doti
Bahía de Samborombón - Mar del Plata
Paula Doti
30/11/2020
Dejamos la Bahía de Samborombón el lunes a la mañana, y con ella, el agua de río. Nos adentramos en el mar, y por ser mi primera experiencia marítima, la viví como un bautismo, sentada en la banda de babor, viendo romper las olas que se cargaban cada vez con más espuma. Al rato, aparecieron las playas por estribor, y me senté mirando extasiada el paisaje, como quien mira una película. Juan nos preparó un arroz exquisito con verduras y carne que había llevado Coco (mención especial a los chef ). Prepararon dos fuentes enormes con varias cucharas y compartimos el almuerzo con ese marco de fondo, en comunión entre nosotros y con la naturaleza.
Anibal Risso
Buenos Aires – Bahía de Samborombón
Anibal Risso
30/11/2020
La cuenta regresiva llegó a su fin. El puente de Puerto Madero se abrió y zarpamos el sábado 28/11 a las 7 am. Un viento firme del NE nos dejó apagar el motor ni bien salimos: ese silencio tan ansiado. Nos despedimos de los amigos que nos acompañaron en dos barcos y comenzó el viaje hacia el sur después de meses de planificación y trabajo.
Unas horas después comenzó a cargarse el cielo desde el WNW, para luego entrar un frente de pampero de unos 35 nudos. Los mensajes llegaban a los celulares avisando que en Buenos Aires se llovía todo. Las nubes del frente llegaron a nosotros con poca fuerza y sin lluvia.
Un par de horas después entró un nortazo de 50 nudos para sorpresa de toda la tripulación. Llegamos a enrollar el yanqui y lo corrimos a palo seco: fueron los primeros 50 nudos para varios de los tripulantes; risas y caras de tensión se alternaban entre las miradas.
La primera noche cayó entrando en la Bahía de Samborombón, una luna casi llena iluminando las guardias con viento por la aleta de estribor. Como siempre, la primera noche todos en cubierta hasta tarde. Éramos muchos así que las guardias fueron a gusto, y dormí varias horas, también, a gusto.
Fondeamos al norte del banco que está frente al extremo sur de la Bahía esperando el frentecito que sabíamos desde antes de zarpar que vendría del Sur. El domingo a las 16hs. puntual llegó y en el apogeo de las rachas y olas, el primer garreo del fondeo: la Bruce y 35 metros de cadena no fueron suficientes. La alarma sonó varias veces a lo largo de la noche. Subir a cubierta, soltar varios metros más de cadena, chequear que vuelva a clavar y seguir durmiendo.
Lunes 6am: mate, viento de 12 nudos y una tendencia a rotar al SE; desayuno general y anuncio de zarpada a las 10hs.
Sigfrido Nielsen
Buenos Aires – Bahía de Samborombón
Sigfrido Nielsen
30/11/2020
La partida del Caoba hacia el sur se dio el día prefijado desde un mes atrás: el día sábado 28 de noviembre de 2020. El pronóstico del tiempo venía acompañando y el día efectivamente fue espléndido.
El movimiento en la marina empezó desde temprano. Cerca de las 6 AM llegaron los primeros tripulantes junto con el profe y coordinador Aníbal; al rato Paula, con la prensa; amigos, familiares y tripulantes de otras piernas completaban el grupo.
Si bien estaba todo preparado, apuramos los últimos mates para dejar la marina y tomar puntuales el puente de las 7 AM de Dársena Norte, que se abrió sólo para nosotros y las dos embarcaciones que nos acompañaban en la salida, un velero y un gomón que llevaban amigos, tripulantes que se suman en otros tramos, fotógrafos que nos filmaban, dron incluido… Desde tierra también nos registraban amigos con sus cámaras y saludos. En sí, una salida muy emotiva, breve y casi irreal ya que luego de cerca de 8 meses de cuarentena salir en un viaje de ensueño sonaba surrealista, como si estuviéramos viviendo una realidad paralela.
Luego del fin de la cuarentena, fuimos el primer barco en zarpar desde Buenos Aires para una salida de largo aliento, así que llamábamos la atención. El barco, preparado para la ocasión, empavesado y con 9 tripulantes ponía lo suyo para decir “¡acá estoy!”.
Tras izar la vela mayor en el puerto y salir a motor por el antepuerto, el oleaje del viento norte con una brisa de unos 15 o17 nudos se hacía sentir; el velero y la lancha nos acompañaron un par de millas saludando y registrando la salida.
Un rato después nos quedamos solos en el río y pusimos rumbo SE, paralelos a la costa y cercanos al canal; mantendríamos ese rumbo durante todo el día. Lentamente la ciudad de Buenos Aires, todavía algo dormida ese sábado a la mañana temprano, se fue perdiendo en el horizonte, el Caoba se abría paso decididamente, a unos 6 o 7 nudos de velocidad, transcurriendo así varias horas. El pronóstico, favorable, indicaba viento norte en disminución y luego aumentando a leve del oeste a media tarde.
Al medio día nos deleitamos con unas empanadas riquísimas traídas por uno de los excelentes tripulantes.
Pero los pronósticos son eso… pronósticos y a media tarde el cielo se fue poniendo cada vez más oscuro y una línea neta de nubes bajas paralelas a la costa argentina avanzando desde el oeste, tan bien conocida para los navegantes del Río de la Plata, nos puso en alerta. Bajamos todas las velas para quedarnos a palo seco y esperar el sifonazo, cosa que no ocurrió, vino en cambio un oeste con vientos de 30 a 35 nudos y algo de lluvia, a continuación y extrañamente el viento rotó al norte y aumentó hasta llegar a unos 50 nudos. A palo seco el Caoba con viento franco la corría a unos 6 nudos de velocidad llevado por su piloto automático, una tranquilidad a bordo sin problemas, la tripulación dentro de la chubasquera o en la dinette.
Luego de algo más de una hora, el viento fue aflojando y, con el yankee a pleno, el barco mantenía los 5 ó 6 nudos. Con viento tranquilo de la aleta pasamos La Plata y la rada de los barcos fondeados. Más tarde viramos Punta Piedras y enfilamos hacia el sur para pasar la Bahía de Samborombón.
Así llegó el anochecer y con luna llena, solo yankee y navegando plácidamente, terminamos de atravesar la bahía entre la noche del sábado y la mañana del domingo 29, para llegar al norte de Punta Rasa, extremo sur de la bahía y límite exterior del Río de la Plata hacia el mediodía. Buscamos entonces un fondeadero para esperar el frente del sur que, de vuelta, según los pronósticos, tendríamos a partir de media tarde.
El frente llegó puntual con vientos de más de 30 nudos constantes y nos sopló intensamente desde el final de la tarde hasta la mañana del lunes. El Caoba fondeado aguantaba estoicamente los embates del viento y por momentos de la ola, que según cómo orientara la corriente a veces nos pegaba de costado. El tipo de fondo, blando de contextura limosa probó no ser el mejor para el ancla Bruce que comenzó a garrear al entrar la noche y por varias horas nos mantuvo preocupados, llegando a moverse un total de media milla; la alarma de fondeo por momentos nos sobresaltaba.
La mañana del lunes nos encontró descansados y prestos a partir con la disminución del viento y la virazón hacia el SE.
Una mención especial merece la cocina a bordo, mérito de Coco, gastronómico profesional que nos mantiene con platos riquísimos que perfectamente podrían figurar en restaurantes gourmet, ¡un lujo tremendo!!
La buena onda y espíritu de equipo se mantienen altísimos y todo fluye.
Buenos Aires - Mar del Plata
28/11/2020
La etapa 1, Buenos Aires - Mar del Plata, comenzó el 28/11/2020 a las 07:00 y finalizó el 01/12/2020 a las 08:11, con una duración total de 3 días y 1 hora
Vicente Saravia
El Nortazo (Buenos Aires – Bahía de Samborombón)
Vicente Saravia
28/11/2020
Pongámoslo en perspectiva, te dieron las llaves del auto y te dijeron “pibe, maneja vos”. Tenía para mí el timón del Caoba y vientos francos de 20 nudos. La rosca que habíamos visto formarse sobre la Capital había quedado atrás, dejándonos unas fotos hermosas del borde de la nube, una leve lluvia y unas olas que nos corrían desde atrás. El Caoba dejaba que lo lleve surfeando olas a unos 7 u 8 nudos.
Tal vez alguna vez les pasó. Vivir esos momentos en los que el tiempo se detiene, en los que tu mundo se reduce a un horizonte y nada más importa. Todos tus sentidos están en el barco y quizás por eso notás que el bigote de agua que hace la proa al cortar una ola ya no cae sobre ella, sino que el viento la arranca lejos. Y quizás también notás cómo el viento comienza a formar pequeñas olitas, que bailan por un segundo en la cresta de las olas, antes de también ser arrancadas por el viento. Y sin pensarlo te unís a ese baile que te está proponiendo la naturaleza. Un recital de blanco, gris y marrón, donde la proa sube y baja cortando olas, donde las rachas te sorprenden desde atrás queriendo quitarte el control.
Y cuando todo pasa estás exhausto pero feliz. Te tiemblan las rodillas y te derrumbás en un banco. Te diste el gusto de tu vida, timoneaste con 50 nudos.
Ramiro Silveti
Crónica de un escalonamiento anunciado
Ramiro Silveti
21/11/2020
12/MARZO. Puso los primeros escalones al mástil del Caoba. Mi tarea era subir y bajar al capitán con un arnés, alcanzarle sus herramientas y bajar el stopper (ante todo, la seguridad del capitán).
14/MARZO. Puso varios escalones más con algo de lluvia. Mi tarea era quedarme en casa, no resfriarme y armar un mueble… ¿y el stopper?
16/MARZO. Escalón número 11. Solo o acompañado, el capitán seguía subiendo.
PANDEMIA.
26/SEPTIEMBRE. Volvimos al ruedo o mejor dicho al trepo.
29/SEPTIEMBRE. Siguen los escalones, se suman nuevas manos, ahora Bernardo. ¿Habrá bajado el stopper?
3/OCTUBRE. Esperar al capitán desde abajo se tornaba aburrido y la cubierta pedía algo de limpieza. Cada tanto, una miradita al stopper no venía nada mal… como quien revisa varias veces si cerró la puerta con llave.
FINES DE OCTUBRE. La tarea de los escalones había llegado a su fin con participación de más tripulantes. Caro y Bernardo asistieron en variadas oportunidades; no sé quiénes más ni en qué fechas exactas. Habría que preguntarles si padecieron el mismo toc… o ¿tal vez coquetearon con dejarlo levantado?
21/NOVIEMBRE. Preparativos finales para la partida del Caoba Rumbo Sur. De nuevo toca limpiar cubierta. Varios tripulantes realizan diversas tareas en el barco. El stopper ya no me habla. Recuerdo una charla con el capitán: “No es necesario bajar el stopper. Con varias vueltas al molinete es suficiente”.
Fernando Mompó
Preparativos para zarpar
Fernando Mompó
01/11/2020
Muevo lingotes. No son de oro, son los que realmente valen, son el lastre. Buscamos equilibrar un barco en medio de la pandemia. Muchos zapateando la cubierta. El capitán dando indicaciones y volviendo a revisar un detalle más en la mesa de navegación que sólo él comprende. Estoy acá, acostado, encerrado, incómodo, feliz. Me pasan 20 kilos por vez; me retuerzo, los ubico. Llegan más indicaciones; algo debe hacerse de nuevo. Cae la tarde, regreso a casa. El cuerpo contracturado y con marcas en la espalda sabe que está participando de un proyecto que lo llevará mucho más allá del sur.
por Carolina Najmias @lahijadelvisir
Carolina Najmias
Navegación. Prueba 1
Carolina Najmias
24/10/2020
hoy no fue mantenimiento, ni take away ni en solitario ni día de semana.. hoy fue entrenamiento, tripu completa, un sábado... ponerse y sacarse el barbijo según dónde estabas y qué estabas haciendo, quién andaba cerca... charlas, risas, reconocerse, conocerse...
una eternidad para subir la mayor, otra para bajarla
molinetes gigantes para virar la genoa
brazos débiles tras tantos meses de encierro, pero ya todo se recuperará
cada moretón es un recoveco más que voy aprendiendo del Caoba
sentir vida, que tan difícil viene siendo últimamente
Anibal Risso
Génesis del proyecto
Anibal Risso
05/06/2020
El proyecto Caoba – Rumbo Sur será mi tercer viaje al sur. Los dos primeros fueron en los años noventa, primero Chile – Buenos Aires y, dos años más tarde, Buenos Aires – Chile. No pensé que volvería a navegar por esas latitudes.
Cuando Sigfrido me contó su idea al inicio de este año, planificando algo nuevo aun en el contexto de la pandemia y me propuso participar, recuerdo que respiré profundo, medité unos minutos, pensé en el barco que es el Caoba, y me dije para adentro “Con este barco, voy de nuevo”; y le respondí “¡Vamos para adelante, Sig!!!”.
En el proyecto Caoba – Rumbo Sur tomo la experiencia recogida en los anteriores proyectos realizados con la Escuela de Vela, como el viaje previo del Caoba por Brasil, los dos años con el Caudillo haciendo Buenos Aires – Fernando de Noronha – Buenos Aires, y el cruce del Atlántico con el Martini, entre otros.
Allí siempre la dinámica grupal fue el eje principal, y aquí de nuevo: la colaboración como eje articulador, aprovechar los aportes de cada cual con sus saberes propios, la idea no comercial del proyecto, que busca unir las ganas de navegar del capitán/dueño de barco con las ganas de una tripulación de ganar experiencia, y –en lo personal- mis ganas de armar un proyecto de navegación del cual me encanta formar parte.
Para mí Caoba – Rumbo Sur representa una forma de pensar la navegación deportiva.
Sigfrido Nielsen
Génesis del proyecto
Sigfrido Nielsen
01/05/2020
A principios del 2017 compré el Caoba. Lo encontré en Mar del Plata, barco extremadamente sólido y excelentemente construido, diseño mundialmente famoso e histórico, algo caído por poco mantenimiento pero intacto en lo relevante y ahí me dije: “este es el barco”, frase que muchos navegantes reconocerán o entenderán por el profundo significado interior que tiene.
Luego de adquirirlo y realizar mantenimiento básico lo traje a Buenos Aires donde combiné navegaciones por el Río de la Plata hasta Punta del Este (Uruguay) con trabajos que le fui realizando para prepararlo a los fines de lograr mis sueños: singladuras extensas por lugares bellísimos. Es así como fuimos a Angra Dos Reis (Brasil) durante casi todo el 2019, siempre en la modalidad de combinar tripulaciones mayormente de mi club (el CNSE) con alumnos y ex alumnos de la escuela de vela del club. ¡La experiencia no podría haber salido mejor!
A principios del 2020 mi expectativa era regresar a Brasil, pero la pandemia y la consecuente cuarentena cambió radicalmente el mundo y entonces comencé a preguntarme cuál proyecto podría llevar a cabo -en mi mente una persona sin proyectos es una persona sin vida-. Pensé que posiblemente para el verano viajar por nuestro país podía ser viable, y es así como en Mayo del 2020 el proyecto de viajar al extremo sur, a Ushuaia, la Isla de Los Estados, los Fiordos Chilenos y nuestra costa Patagónica, comenzó a tomar forma.
El barco por su diseño se halla excelentemente preparado a esos fines, pero le faltaban varias cosas tanto de seguridad como de confort. Unos meses más tarde contacté al profesor Aníbal Risso, con quien ya habíamos realizado varios proyectos juntos, y le presenté este sueño. El entusiasmo fue casi inmediato y me confirmó mis sospechas: teníamos la punta necesaria para generar un excelente proyecto. Y así hoy en día un proyecto que comenzó como un sueño individual, a través de la participación activa de sus integrantes, pasó a ser un sueño colectivo en el cual los tripulantes tienen una motivación altísima y generan una energía tremenda que supera todos los obstáculos. Es la maravillosa capacidad del ser humano de transformarse y transformar el medio. Y esa vibración única se transmite y ha generado un proyecto con luz propia, un faro. En estas épocas tan particulares para la sociedad y para el mundo este proyecto es una luz de esperanza. Mi agradecimiento más profundo a todos los participantes a 2 días de la zarpada.
Caoba Rumbo Sur es un proyecto náutico con propósitos educativos y ecológicos sin fines de lucro.
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Desarrollo de Página: Federico Sarfatti. Producción: Fernando Mompó, Julián Morvillo, Carolina Najmias y Federico Sarfatti.
Redacción y Edición de Textos: Carolina Najmias. Prensa: Paula Cavicchia y Fernando Mompó
Todos ellos tripulantes del Caoba en alguna de sus etapas.